sábado, 4 de mayo de 2013

Roskilde, la antigua capital de Dinamarca

Roskilde fue durante años la capital y ciudad mas importante de Dinamarca. No aparecimos por casualidad en esta urbe, una de las mas antiguas de Escandinavia. Todo era parte de un plan para que por fin, tras cinco viajes a Dinamarca, pudiera conocer sus ciudades mas relevantes.

Aunque Roskilde se encuentra a menos de 40 kilómetros de Copenhaguen (la actual capital) nosotros llegamos por rutas tranquilas desde el límite septentrional del país.
Fundada por Harar I "Diente Azul" en el siglo X, la ciudad de Roskilde había gozado de plenitud durante varios siglos, y se había convertido en un muy importante centro religioso, pero cuando los reyes mudaron desde aquí la capital a Copenhague, y la religión de estado paso a ser el Luteranismo, su suerte comenzó a cambiar.

Siguieron las guerras contra Suecia que le costaron al país parte preciada de su territorio. La peste y una sucesión de incendios empobrecieron a la ciudad, que hasta la industrialización del país (y en especial de la propia Roskilde) no pudo recuperar su brillo.
Los reyes del país están casi todos enterrados en la católica Roskilde. Su fantástica catedral gótica (Roskilde domkirke) fue la primera en Europa en ser construida enteramente en ladrillo y es bastante impresionante. Fue construida entre los siglos XII y XIII y desde entonces muchas iglesias y catedrales del norte de Europa fueron hechas de este material, a falta de roca en la zona.

La Catedral de Roskilde funciona desde el siglo XV como Mausoleo de la familia Real.
Durante los años de La Reforma el mobiliario original desapareció o fue vendido. Es desde 1995 Patrimonio UNESCO de la Humanidad.
Cada tanto llovía ese día y el viento soplaba frío desde el norte. Dejamos el auto mal estacionado en Staendertorvet , la plaza principal de la ciudad, en donde para no ser menos originales que otras ciudades, también se encuentra el mercado y el ayuntamiento, entre otras graciosas construcciones.

Caminamos por sus calles adoquinadas. Visitamos algunos negocios (que por cierto suelen ser excelentes) y nos refugiamos de la lluvia para almorzar en algún lugarcito que se llevo buena parte de nuestros Krone (Coronas danesas).
Algunos de nuestros pescados preferidos expuestos frescos en el Mercado de la Plaza. Que bien se come en Dinamarca!

A cada lado donde caminábamos, ya que los mayores atractivos se encuentran cerca, debíamos volver en una suerte de subida hasta esta parte de Roskilde, la mas alta del pueblo.
Hoy es una ciudad viva, rica y vibrante. Además parece estar toda hecha de ladrillo. Una ciudad alegre y jovial a la cual me gustaría volver en un día soleado. Está tan cerca y bien comunicada con la capital del país, que no veo razón para no visitarla nuevamente.


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