sábado, 31 de agosto de 2013

¿Sabías que? Estonia e internet

Estonia, pese a su corta edad como soberano, es uno de lo países mas avanzados del mundo, tecnológicamente hablando. Su población viene  disfrutando desde hace años del Wi-Fi público en casi todo el territorio nacional. La gente está tan acostumbrada al uso de Internet, que es considerado un motivo de exclusión social el no estar conectado a la web.
Todos los colegios están conectados en red, y sus alumnos reciben la enseñanza pertinente para poder aprovechar al máximo el arma que hoy en día es la Internet.

Estonia fue el primer país del mundo en transformar las reuniones de gabinete en sesiones electrónicas con un sistema de datos conectado a la red. Esto significa que uno puede ver en tiempo real como esta el estado gastando la plata de nuestros impuestos, o la declaración jurada de los políticos o incluso subir la nuestra.
El gobierno, "Eco friendly" no usa papel desde el año 2000.

Todo el sector público, como es de esperar, también opera en la net. Esto hizo que gran parte de la economía de Estonia se deba a la gran cantidad de empresas tecnológicas que operan exitosamente en la pequeña república báltica.

En Estonia, por ejemplo,  nació Skype (2003), la compañía que revolucionó la comunicación haciéndola gratuita pese a la distancia entre sus usuarios.

Son miles las empresas tecnológicas que se radican en el país cada semana, ya que se tarda solo minutos en hacerlo.

Como dato aleatorio, en Estonia no se bloqueó ninguna página web, nunca, ni existe la censura política. Esta conducta generosa ha llevado por tercera vez consecutiva a consagrar a la pequeña Estonia como el país con la internet mas libre del mundo según Freedom House, una ONG especializada en libertad de expresión.





Parque Nacional Talampaya, un viaje al pasado de nuestro planeta

El Parque Nacional Talampaya tiene un paisaje como salido de otro planeta. Un rojizo color domina con formas caprichosas un árido paisaje en donde muy pocas especies sobreviven. No siempre fue así. Hace millones de años era un paraíso para los abuelos de los dinosaurios. Un lugar en donde no faltaban los grandes lagos y extensos bosques, y existía una fauna que hoy sería difícil de imaginar. 

Vale la pena conocer el Parque Nacional Talampaya (y su vecino el P.N. Ischigualasto en la provincia de San Juan). Ambos son Patrimonio Mundial de la Humanidad declarado por la  UNESCO.

La riqueza de los fósiles que en abundancia hay aquí lo convierten en un verdadero paraíso para arqueólogos, geólogos y afines. Y para los simples curiosos, entre los que me encuentro, claro.
Entre aquellos fósiles encontrados esta el de uno de los primeros dinosaurios que habito la tierra hace  unos 250 millones de años, y también el de una tortuga de 210 millones de años de antigüedad.
El parque, ubicado en el centro de la provincia de La Rioja, en la República Argentina, y cerca de la ciudad de Villa Unión, se caracteriza por la gama de colores que tienen las formaciones, que van desde el beige hasta el ladrillo furioso, pasando por toda la gama de colores pardos.
El Submarino. Lamentablemente una de sus columnas de 50 metros ya no se encuentra de pie
Por una gran serie de descubrimientos fósiles de animales desconocidos para la ciencia, la paleontología  se está haciendo un festín aquí en Talampaya. Parece que por fin se va a saber a ciencia cierta donde y como surgieron los primeros dinosaurios que habitaron nuestro planeta.
Cuando se visita el Parque Nacional Talampaya hay que usar la imaginación. Muchas de las formaciones llevan nombres como " Los Reyes magos", "El Fraile", "La Catedral", o "El tablero de ajedrez", entre otras.

Tras cruzar el Rio Gualo se llega a una zona del recorrido conocida como "La ciudad perdida" en donde encontramos muchas de sus mas famosas formaciones.
"Los Reyes Magos" Parque Nacional Talampaya. La Rioja, Argentina
El clima en esta porción de la provincia es continental y severo. Es difícil permanecer a la intemperie. El sol pega con todo, y el aire es caliente, en especial durante aquellos días en los que sabe soplar el viento "Zonda".
La amplitud térmica entre el día y la noche es fenomenal.
Por huellas fuimos recorriendo este inusual lugar que tiene paredones de hasta 146 metros de altura.
Es como el Gran Cañon de Colorado, pero mas pequeño, y de momento sin aviones para recorrerlo. Ahora que lo pienso, todo un lujo considerando que ya no está permitido.
Actualmente el turista debe obligatoriamente hacer el recorrido a bordo de unos camiones especialmente adaptados para llevar gente sentada, salvo que lo quieras hacer en bicicleta o a pié. Ya no se tiene la suerte de poder recorrerlo a gusto en vehículo propio. Ya nada es como era antes, aunque la infraestructura del lugar mejora día a día.
Este programa  es ideal para combinarlo con el Valle de la Luna, en la provincia de San Juan, ya que este se encuentra a solo 80 kilómetros de distancia.

Luang Prabang, la perla de oriente

Volar desde Hanoi directamente a Luang Prabang sentado en un asiento verde loro de un pequeño avión de Lao Airlines  resultó una linda experiencia. La avioneta nunca tomo mayor altura por lo que pude ir disfrutando todo el viaje de verdísimas vistas aéreas solo interrumpidas por serpenteantes ríos. El vuelo fue corto pero la aerolínea logró sorprenderme gratamente por la calidad de su servicio y atención a bordo.

Estaba agotado. Necesitaba un lugar más tranquilo para poder recuperarme. Bah, quizás exagero pero de seguro quería esquivar por unos días el smog, las motos, los mendigos, ciertos olores.
Una vez fuera del aeropuerto tanteé como podía llegar a la ciudad. Las opciones resultaban mas caras que en otros países de Asia, pero seguía siendo barato en comparación a cualquier otro país del primer o ¨segundo¨mundo. El calor húmedo era sofocante.
En un moderno minibus Hyundai solo para mí pedí que me llevasen al área del río Mekong. No tenía reserva alguna pero sabía que quería tener a ese mítico río cerca.

No fue difícil encontrar un hotel. Reservé en uno muy bonito de arquitectura Francesa que daba justo frente al Mekong con una increíble vista desde un balcón privado, wi fi y no mucho mas. Desde una rajadura en la madera del piso de mi cuarto podía ver la recepción del hotel. Costaba una ganga, y del balcón de al lado colgaba una bandera comunista.
Enseguida me sentí atraído hacia la ciudad, así que no tardé en bajar para ver el anochecer y caminar hacia el colorido mercado nocturno. El Night Market, para muchos uno de los mejores mercados de Asia. Esto es sin dudas una exageración, pero es verdad que es bonito y se consiguen algunas rarezas entre tanto genero. Lo mejor es que el Laosiano (a diferencia del resto de los asiáticos) no te esta encima acosándote para que le compres algo. De hecho es un mercado muy silencioso. Si bien el mercado funciona en un rango horario establecido, cuando el vendedor se siente conforme (aquí son poco ambiciosos) levanta su puesto y se va.
El mercado se arma sobre la calle misma hasta convertirse en peatonal.

Hay otros mercados, y cerca, donde comer murciélagos, arañas, grillos, ardillas y demás exquisiteces de la cocina Laosiana.

Luang Prabang toda es Patrimonio UNESCO de la Humanidad. Es la "Ciudad de los mil templos" en el "pais del millón de elefantes". Destila magia por todos los rincones.

Laos es también el país mas bombardeado de la historia. Pero ese es otro cuento.


Los monjes salen todos los días a las 5 de la mañana a caminar por las calles juntando las limosnas que le dejan los habitantes. Estas consisten principalmente en arroz, aunque la gente pone también frutas y dulces, o cualquier cosa que quiera compartir.

Levantarse a las 5 de la mañana para ver la ofrenda a los monjes,  es algo que nadie deja de hacer cuando visita esta bella y bucólica ciudad del sudeste asiático.
Cada mañana bien temprano, como tiene que ser en Laos, bajaba a desayunar a mi lugar preferido justo arriba del río Mekong. Iba variando dia a dia con las múltiples opciones que me eran ofrecidas, pero siempre acompañado por altas dosis de frutas. Nunca comí mangos mas ricos ni ananas mas dulces, amén de otras riquísimas frutas tropicales muchas de las cuales conocí en ese viaje.
El café de Laos es reconocido  mundialmente como uno de los mejores. En las montañas del sur del país hay importantes plantaciones de café creciendo entre los 800 y 1300 msnm. Se cultivan las variedades Arábiga y Robusta. El café es vital para la economía de Laos.
Como los días terminan temprano en todo Laos, siempre me levantaba con mucho hambre, y como me la pasaba afuera no volvía a comer hasta la noche.


Realicé excursiones por el Río Mekong y recorrí en mi motocicleta todo cuanto pude. Salía siempre de ella, pero la ciudad me gusto desde el primer momento y también la recorrí a conciencia, visitando decenas de templos, perdiendome en los alrededores, comiendo, bebiendo y aprendiendo a cada paso.
Eran días de profundas reflexiones que a veces dolían en mi soledad.



Me gusto mucho el Palacio Real (Royal Palace o Ho Kham), tan diferente a cualquier otro en el mundo. El mobiliario, los regalos de los diferentes líderes del mundo y un fantástico cuarto lleno de decoraciones de animales, plantas y de gentes del pueblo laosiano, todo hecho de espejitos de colores, miles de pedacitos de espejos desde la pared hasta el techo. ¡Es bellísimo!

Los cuartos y el resto de las dependencias sorprenden por lo sencillo. Incluso el garage real donde se exponen media docena de autos. Los dos mas suntuosos son regalos de los Estados Unidos, hay un Land Cruiser de los 60, obsequio de los japoneses, etc. El garage del rey no es lo que uno puede presuponer.

Los jardínes amplios y cuidados. Me gusto mucho mas que la mayoría de sus templos, incluso el de Pho Si, al que ascendí luego de pagar la entrada subiendo sus 400 escalones. Por suerte la vista es fantástica y difícil de obtener desde otros lugares de la ciudad, pero el templo en sí, me pareció una cagada.

La misma opinión me mereció Pak Ou, o la cueva de los 1000 budas , aunque el paseo por el río Mekong si no es una aventura, es un deleite. Las vistas lo son.
El viaje en sí será incómodo y sufrido.

Dos días fui a un gran lugar llamado Big Brother Mouse donde enseñan Inglés y la práctica de la lectura. Aquí todos los días son recibidos los visitantes que quieran ayudar a que jóvenes y adultos aprendan el idioma.
No solamente es gratificante el poder ayudar económicamente (venden libros), si no que resulta una gran oportunidad para conocer las gentes y costumbres de este pueblo mediante la conversación.
Es muy ameno. La pase muy bien y reí a carcajadas con los risueños Laosianos. Es muy bueno como uno se esfuerza en explicar algún tema cuando este es personal.
A los adultos les cuesta mas, pero algunos niños parecen aprender muy rápido, y es grandioso ver como algunos toman los libros como verdaderos tesoros y se lo llevan con las dos manos a su pecho.
Recorriendo la provincia y observando a su gente pude aprender mucho acerca Laos, y como es la vida en este país comunista y sin litoral del sudeste asiático, que parece estar como dormido en el tiempo.

Laos es uno de los países mas pobres del mundo, pero en los últimos años estableció importantes relaciones bilaterales con el gobierno de China, que esta haciendo inversiones en infraestructura. Esto le permite a Laos ser un nexo entre China y sus vecinos mas poderosos, Tailandia y Vietnam.

La cosa no es fácil ni lo fue. Laos es uno de los países con mayor diversidad étnica de Asia. Los Lum (de las tierras bajas) son mayoría. Le siguen los Theung (de las tierras altas) y los Song de las montañas, pero hay mas de un centenar de etnias diferentes, cada una con sus costumbres, ritos y vestimentas particulares, además de un idioma propio. La gran mayoría de la población vive en áreas rurales. Lo que une a estas tribus es el budismo.
Un poco de historia como para comprender la idiosincracia de este país.

En el siglo XIV, el "Señor de la Guerra" y Príncipe, Fa Ngum, de la etnia Lao, se caso con la Princesa Jemer, de Angkor  fundo el reino de Lane Xang (El Reino del millón de elefantes).
En los tres siglos que le siguieron, el reino se vio involucrado en guerras con todos sus vecinos, principalmente con Burma (actual Myanmar) y Siam (actual Tailandia). Los Siameses anexaron a su reino todas las tierras que hoy conocemos como Laos, y la dividieron en tres principados que corresponden a lo que hoy son las ciudades mas importantes de Laos, es decir Luang Prabang, Champassak, y Vientiane, la actual capital del país.

Entre finales del SXIX y 1954 estuvo bajo dominio Francés, y lograron su libertad, pero esta duro poco. En 1964, Estados Unidos bombardeo sin descanso el norte del país en su guerra contra Vietnam, ya que muchos guerrilleros se escondían en Laos. Paralelamente financiaban al gobierno de Vientiane en su lucha contra los comunistas de Pathet Lao. La historia la conocemos. Los Yankis perdieron en Vietnam y su esfuerzo en Laos también fue inútil. Los comunistas estaban en su momento mas fuerte, y en esta región del mundo siguen gobernando en varios países.




Desde 1975 y hasta 1991 el país fue gobernado por Souphanouvong, un príncipe Laosiano hijo de madre plebeya. Souphanouvong, "El príncipe rojo",  tenía ideales comunistas y pro Vietnamitas. Antes había comandado a las guerrillas en sus luchas contra Francia. Se hizo del poder tras un golpe de estado contra la última monarquía del país.

Se perdieron mas tarde las relaciones con sus vecinos Tailandia, Vietnam y China.

Este es su monumento.


Los Laosianos viven en viviendas multi  familiares donde compartidas entre varias generaciones.
La hija mas pequeña de la familia nunca se casará ya que se espera que cuide de sus padres hasta que ellos mueran.

Las mujeres llevan la batuta. Son auténticos matriarcados, ya que los hombres pasan mucho tiempo fuera de las casas por el tiempo que les llevan los trabajos rurales o comerciales.

La cocina siempre esta del lado de afuera y es la comida la que junta a los familiares.
Los hombres tienen gran afición por la bebida. Por una en particular, el whisky de arroz (Lao-Lao), que pega como la puta madre y vale menos que la cerveza. Bebida difícil de soportar, especialmente al día siguiente.

La mayoría de las casas son pobres y están sin terminar o a medio hacer. A muchas les faltan techos o ventanas, pero siempre están ocupadas y hay lugar para todos. Es inusual que haya camas, siendo común que los colchones estén en el piso.
La arquitectura es difícil de adivinar, ya que las viviendas suelen ser construcciones espontáneas y se agrandan cuando tienen la posibilidad de hacerlo.


Hay gran cantidad de comerciantes en Laos. Todos venden algo.  Cada mañana reciben importaciones en su pequeño puerto. La mayoría provienen de China y de Vietnam. Mas tarde encontraremos todos estos artículos en los diferentes mercados de las ciudades. De calidad, poco y nada.

La serenidad que se encuentra en Laos es imposible imaginarla en los países vecinos. La vida acá es tranquila en serio. Nadie muere aquí por el stress, eso de seguro.

La gente es pura, simple y amigable. Su profundo vínculo con el budismo hace que el Laosiano tenga muy poco interés por los bienes materiales. Carece de ambición y le dan mas valor a lo que realmente importa, como la familia, los valores, el amor, el respeto por el otro y el culto a la amistad.
Hoy pueden verse obras viales que comunicarán mejor a las aisladas provincias de este país. Los Chinos están atrás de toda obra que involucra al estado. Aún hay mucho por hacer, pero algunas represas que están construyendo van a poner al pequeño país, algún día,  en el mapa de los grandes generadores de energía eléctrica.

Es hora de acabar con el comercio maderero que esta deforestando Laos y el mundo. De aquí salen muchas de las maderas mas caras del planeta.




Hay lugares que son para volver, y yo no veo la hora de estar nuevamente en Luang Prabang y enseñarle la ciudad a mi familia o amigos.
La gente es amigable y simpática. Se come muy bien (escribiré sobre su cocina en otro post), es baratísimo. Con decir que nunca pude sacar plata de los ATM y sobreviví muchos días con el efectivo que llevaba en mi bolsillo.

Luang Prabang es la capital cultural del país y es mucho mas inetersante que Vientiane, su capital política.
Caminar y perderse por sus calles coloniales es simplemente una delicia. Hacerlo en sus frondosos bosques es una sensación difícil de empardar.
Un destino para un reencuentro con uno mismo. Para algunos religioso, para otros culinario, los aventureros se sentirán a gusto, y los exploradores creerán ser los primeros.
Eso sí. Si te gusta el Rock n´Roll, acá no lo vas a encontrar. No existe UN solo lugar abierto por las noches. Ni para bailar, ni para tomar un trago. Los que busquen fiesta estarán a gusto en Vang Vieng, donde miles de adolescentes y jóvenes se dan cita cada año para emborracharse, fumar y comer hongos. Acá hay ruido y descontrol, y la posibilidad de hacer Tubing (flotar río abajo en una cámara de camión). El resto lo arruinaron los turistas, pero eso es otra historia.


Uno nunca sabe cuando volverá. El mundo se va haciendo cada vez mas grande para los que nos gusta viajar, pero tengo ganas de volver, y puedo decir que quede encantado con este pueblo. Un lugar auténtico, mágico y enigmático. Un paisaje de verdísimas montañas salpicadas de tanto en tanto por minúsculas aldeas y un río que lo es todo.



lunes, 26 de agosto de 2013

Por el día en Bratislava

Una vez estaba pasando unos días en Viena y se me ocurrió hacerme una escapada hasta Bratislava, la cercana capital de Eslovaquia como para buscar un poco de contraste entre tanta prolijidad e imperialidad, por decirlo de algún modo. Los países del este de Europa se estaban abriendo al mundo hacía poco y nada e invitaban a recorrerlos.
Eslovaquia acababa de convertirse en miembro de la Unión Europea y Bratislava (me) sugería una ciudad gris, soviética, llena de espías con sobretodos grises, arquitectura de bloques horribles (en esto no me equivoque) y gente de rostros taciturnos. Bratislava. Vaya que suena bien!

Hasta aquí habían llegado los mongoles, y fue durante mucho tiempo capital del reino de Hungría.
Tras la caída del comunismo en 1989 comenzaron las gestiones, y pocos años mas tarde, en 1993, Checoslovaquia se partía en dos nuevamente, y de común acuerdo entre las partes.

La gente me recomendaba ir en tren, pero no podía no aprovechar la oportunidad de llegar por agua, tardando apenas unos minutos mas. Al fin y al cabo, la distancia entre las dos capitales es poca.

Me acerque hasta los muelles de Viena y tome un barco  que me acercaría en poco mas de una hora hasta Bratislava en un recorrido por las aguas del río Danubio.
Estaba chocho. Siempre en Europa, si tengo la oportunidad, trato de subirme a algún tipo de embarcación para hacer estos mini cruceros fluviales.

El barco estaba bien. El recorrido no me sorprendió. Saliendo de una ciudad como Viena y navegando por uno de los ríos mas importantes de Europa pensé ver  construcciones interesantes a la orilla del Danubio, pero me decepcioné. Solo vi aldeas pobres de pescadores.
Este río que cruza por mas de diez países de Europa, aunque tiene varias capitales en su recorrido, como Viena, Bratislava, Belgrado y Budapest, en esta parte del recorrido es el río el mayor atractivo, y el relax que siempre supone el viajar por agua.

Cuando llegue a Bratislava, la primera sensación que tuve fue la de una ciudad que recién estaba naciendo pero tenía huesos viejos. No solo por los nuevos "Aires de cambio" si no por lo que percibí como una ciudad chica, muy ajena a lo que uno a veces supone como capital de un país. Aunque medio millón de habitantes, la mayoría llegados en la época comunista, no es poco, aquí poco se notan.

Venía con un pre concepto negativo de la ciudad en cuanto a su seguridad, en cambio me encontré con una ciudad muy amigable, segura y fresca.

El muelle estaba a pocos minutos caminando de la parte vieja (Staré Mesto), la mas interesante y vívida de la ciudad. Al cabo de unas horas ya había pasado varias veces por sus principales calles en las que se respira esa arquitectura neo gótica y callejuelas típicas de las ciudades centro europeas.

Aunque la vista al castillo domina la ciudad, fui primero hacia sus calles en donde me tope con la simpática plaza central (Hlavne Namestie) en donde esta la Catedral de San Martín, la mas grande y en donde se coronaron muchos de los reyes de Hungría. Allí se emplaza el ayuntamiento compuesto por tres edificios contiguos construidos entre los siglos XIV y XV, y desde donde se obtiene una gran vista sobre la plaza y la parte vieja de la ciudad, tanto desde la torre, como en sus dos museos.

Entre otros atractivos se encuentra el teatro nacional con su fuente, la iglesia de Santa Isabel, que creo los locales llaman "La iglesia azul", pintada toda de colores pastel. Lo mas original, y lo que mas me gusto es la puerta tipo Torre de San Miguel,  con sus restaurantes y vida turística alrededor. Al lado esta la casa mas estrecha de Eslovaquia.

Otra curiosidad son las esculturas que se encuentran en gran número. Muchas parecen ser verdaderas atracciones turísticas, como la del Paparazzi contra la pared tomando una foto, o la de Cumil, un obrero que esta saliendo de una alcantarilla al que todos acusaban de quedarse ahí, mirándoles las bombachas a las chicas.
Frente a la embajada de Francia encontramos la estatua de un soldado Francés, parecido a Napoleón, reclinado contra un banco de plaza. Napoléon entro dos veces en Bratislava, y la leyenda cuenta que uno de sus soldados se enamoró de una enfermera Eslovaca y se quedó a vivir en Bratislava, en donde produjo vino espumante.
Además de estas célebres esculturas, hay muchas otras diseminadas en los mas curiosos lugares. Solo hay que saber mirar para arriba y para abajo.

Solo entonces apunté hacia el Castillo de Bratislava, la atracción mas obvia. El castillo, ha decir verdad, no me pareció la gran cosa. No nos enseña nada interesante, por lo menos en aquel entonces no me llamó la atención. Antiguamente fue una posta romana emplazada en el mismo lugar donde hoy esta el castillo. Este fue reconstruido muchas veces en su historia.  Las vistas en cambio son buenas, pero en  mi caso ya había tenido suficiente de vistas sobre el río Danubio y los techos de la parte antigua de Bratislava. La entrada no era nada cara. Adentro se encuentra el Museo Nacional de Eslovaquia

También hay un puente que resulta ser el mas viejo de todos los que cruzan el río Danubio.

Como otras ciudades, también esta dividida por el río Danubio. Un tercio de su población vive del lado contrario a la ciudad vieja. El barrio, o suburbio, se llama Petrzalka. Aquí hay una buena cantidad de monoblocks soviéticos, algunos de varios centenares de metros de largo. Todos horribles, aunque la gente que vive allí hoy sea mas feliz que en el momento en el que fueron construidos.

Los cascos históricos de muchas ciudades centro europeas difieren muchas veces con como vive la gente en realidad. De este lado se siente mas real, aunque todo lo importante suceda del otro.

Han pasado muchos años. Imagino que Bratislava esta cada vez mas linda y cuidada. Una buena excusa para quienes recorren el "Triángulo de oro" (Viena, Praga, Budapest).






sábado, 24 de agosto de 2013

Un museo al que le robaron los cuadros, un tranvía que ya no pasa y el encanto de siempre

Santa Teresa es uno de mis barrios preferidos en Rio de Janeiro. El barrio nació al mismo tiempo que el convento que lleva el mismo nombre en el siglo XVIII. Originalmente fue el barrio en donde se mudaron las clases mas acomodadas de la época, que querían alejarse un poco de una ciudad, que venía creciendo a gran ritmo. Con el paso de las generaciones fue perdiendo ese status de lugar exclusivo. Hoy, Santa Teresa esta rodeado de favelas, y son los artistas, los músicos y la bohemia los que coparon sus antiguas calles, dándole color al barrio.
Hoy Santa Teresa es el referente cultural de Río. Aquí hay muchas galerías de arte, bares, buena oferta culinaria, locales comerciales, y una arquitectura colonial que tiene mucho para contar.
El barrio es grande, y es incómodo. Cansa caminar por sus calles de adoquines desparejos.
Acá esta el museo Chácara de Céu. Los tiempos cambiaron. El museo  sigue siendo bueno, pero no como antes. Supo tener obras como "El baile" de Pablo Picasso, "Los jardines de Luxemburgo" de Henri Matisse, "Los dos balcones" del genial Salvador Dalí, y "Marine" de Claude Monet.

Una noche de carnaval, cuando todo el barrio estaba distraído, y de fiesta, los guardias del museo fueron sorprendidos por cuatro hombres armados con una granada, quienes, luego de sacarles las armas y de tomar como rehenes a los turistas que aún se encontraban adentro, desarmaron el circuito de cámaras y  robaron los mencionados y famosos cuadros.

Hay una zona donde confluye la vida social del barrio. Es la parte mas conocida y visitada de Santa Teresa (Largo do Guimaraes )A mi gusto es un tanto artificial. Muy tourist oriented. 
Lo mejor del barrio esta en sus calles alejadas, por las que no camina nadie; pero ojo, son frecuentes los asaltos a los turistas por la cercanía de las favelas que rodean Santa Teresa.
El último tranvía eléctrico brasileño que funcionó   se llamaba Bondinho y prestaba su servicio uniendo el centro de la ciudad, con el morro en donde esta el barrio de Santa Teresa.
El tranvía conectaba la ciudad con el barrio de Santa Teresa desde 1872. Estaba en regular estado de conservación, y a menudo se quedaba en el camino dejando a todos los pasajeros a pata. 
Todos admitían que entorpecía el tráfico y que era obsoleto. Pero es todo un simbolo para los habitantes del barrio y de la ciudad carioca.
El tren usaba un antiguo acueducto como ruta en su camino al morro, y cruzaba por los bien famosos y visitados Arcos de Lapa.
Si se lo tomaba en la primer parada cerca de la catedral, se pagaba una moneda, pero uno podía viajar gratis si lo hacía parado y colgado del lado de afuera.
El Bondinho sufrió un descarrilamiento en agosto de 2011 que le costo la vida a 5 personas y dejo herida a otras 57. Meses antes un Francés cayó desde los Arcos de Lapa al suelo y también murió.
Por estos tristes sucesos, el Bondinho dejo de prestar servicio. 3000 personas por día viajaban en el mítico tranvía desde Santa Teresa a Río y viceversa.
Con mi hermana colgados del Bondinho. Fuimos unos de los últimos pasajeros
Desde lo alto del morro en  Santa Teresa no es difícil encontrar buenas vistas, y diferentes, de la ciudad de Río de Janeiro. Eso sí, habrá que subir caminando, o quien sabe como. Bondinho is dead.

Tailandia, el paraíso de la comida callejera

Tailandia es de los mejores países  para comer. Se come en la calle mas que en cualquier lugar del mundo. Además de los restaurantes y puestos en los muchos mercados, la calle se convierte en un improvisado lugar donde es fácil tentarse y comer platos que nos son cocinados en el instante, frente a nuestros ojos.

La mayoría de los Tailandeses come unas cinco o seis veces por día. Generalmente  solo a la noche lo hace en su casa, y el resto de las veces lo hace en la calle, como todos los demás.

La cocina tailandesa se caracteriza por una mezcla equilibrada entre sabores ácidos, dulces, salados, agrios y por supuesto, picante.

El ingrediente principal, que hace presente en todos los platos es el arroz. Este puede venir frito o al vapor, pero siempre está.
El lemon grass, la salsa de pescado, la leche de coco, el ajo, los pimientos y el cilantro también son parte de los ingredientes mas comunes.

En carnes es el cerdo el mas popular, seguido de cerca por el pollo y la ternera, aunque todo bicho que camina, en Tailandia (y en Asia) va a parar a la cacerola.

En Tailandia todo comensal estará a gusto. Al que le guste la comida frita, encontrara aquí un paraíso. El que busque platos mas refinados cocinados con vapor y con las mas exquisitas técnicas orientales también tendra donde darse sus buenos gustos.

En Tailandia todos los platos de comparten, por lo cual no debiera uno sorprenderse si en un restaurante, un Thai empieza a comer antes que lleguen las ordenes de todos. En una casa siempre habrá docenas de platillos que serán compartidos por todos los que estén sentados en la mesa. Como ocurre en gran parte de Asia.

Ya lo primero que nos llama la atención en nuestra primera mañana en Bangkok es el desayuno. Nuestro hotel era muy bueno, así que los que no estamos acostumbrados a desayunar platos con arroz y pollo, o camarones fritos podíamos encontrar el típico desayuno continental.

Comer es siempre barato, incluso en un hotel 5***** con vista al río Chao Phraya.

Aquí comiendo en el cuarto la deliciosa sopa Tom Yum, para salir con los labios entumecidos nuevamente a las calles de este caluroso país.


En la calle, además de los miles de puestos improvisados, encontramos pequeñas camionetas equipadas con lo necesario para cocinar unos ricos pinchos, o lo que se le ocurra al cocinero.
Los tailandeses aman el color rosa, y son fanáticos de Hello Kitty.
Hay edificios enteros que funcionan como restaurantes. Cuestión de mirar los carteles que cuelgan para saber a que piso debemos ir. La variedad de restaurantes con cocina internacional es asombrosa, y no es difícil dar con restos que vendan comida Pakistaní, Iraquí, Española, Coreana, Árabe, Africana o lo que se nos ocurra. Hay de todo y para todos los gustos y bolsillos.

Como curiosidad, la mayoría de los restaurantes no tienen cuchillos, en caso que el comensal requiera uno.
Las frutas tropicales son un capítulo aparte. A mi, particularmente, las que son de los trópicos me gustan mucho. El ananá es dulce, el mango jugoso y sabroso como pocos, la palta (aguacate) siempre madura y nutritiva, el rambután (foto abajo), el famoso durián (El fruto prohibido), papaya, mangostán, maracuyas super ácidas, sandías siempre dulces y un montón de frutas que parecerían ser no comestibles pero que esconden un sabor único que no todos los paladares sabrán apreciar.

El famoso Durían, sobre el cual escribí ( ver El Fruto Prohibido). Rica fruta de sabor muy especial. Un placer que debe vivirse en solitario y alejado de los demás.
En los mercados de Tailandia la oferta gastronómica es mucho mayor. Las cocinas son mas grandes lo que permite producir mas variedad de platillos para una siempre importante cantidad de comensales.
La cerveza está bastante bien. No mas de seis puntos. Las marcas mas populares son Singha, la mas antigua y tomada, la Chang, mas nueva y con un poquito mas de carácter, la Leo, aguachenta y la Tiger, aunque en realidad viene de Singapur, y resultó ser mi preferida.
En algunos lugares se consigue la BeerLao , de Laos. Esta es una cerveza de primera. Rica en serio.


El Pad Thai es el plato mas famoso de Tailandia en el resto del mundo. Son riquísimos fideos de arroz que generalmente van acompañados con salsa de tamarindo, lemongrass, brotes de soja, etc. Es el plato ideal para principiantes, o los que se empiezan a animar.
Los huevos son un capítulo aparte. Los días martes los vendedores los pintan de rosa (el color nacional). Son muy populares los huevos de gallina o pato que vienen con el animal dentro, muerto por supuesto. También hay huevos podridos. Estos son enterrados en ceniza con cal y hierbas. Estos huevos podridos son muy populares pues supuestamente su consumo ayuda al vigor masculino.
No faltan los mas populares y conocidos como los de codorniz.
Además, el huevo esta presente en muchos platos.

Para quienes estén ávidos en conocer nuevos sabores y texturas se presentarán oportunidades difíciles de conseguir en otros países. Además de insectos es posible conseguir sapos gigantes, diferentes tipos de anguila de río, tripas de quien sabe que animal, y mucho mas.

No todos los estómagos están preparados para comer en la calle, y las condiciones bromatológicas, si bien son mejores que en el resto de Asia, dejan mucho que desear y es muy probable que te agarres una "cagadera" que te dure varios días.