domingo, 26 de abril de 2015

Excursión a Islas del Rosario

Un día, con muy pocas horas de sueño a cuesta, tomamos una excursión hacia las Islas del Rosario, una de las atracciones mas famosas que tienen para ofrecer las agencias de turismo en la ciudad de Cartegana de Indias, en Colombia.
Éramos en esta ocasión 24 amigos que habíamos asistido previamente al casamiento de dos de los nuestros en Bogotá, y días mas tarde coincidimos en Cartagena "La Heroica" para unos días de juerga.

Estábamos felices de haber llegado a tiempo hasta el muelle Marina Santa Cruz en el barrio de Manga, y de estar todos juntos en un speedboat cruzando las aguas azules y turquesas del Mar Caribe, hacia una isla privada en donde nos iban a recibir a cuerpo de rey.
El anfitrión con el almuerzo
Habíamos comprado en el Sofitel Bóvedas de Santa Clara, uno de los mejores y mas lindos 5 estrellas de Cartagena de Indias, un paquete a una de las Islas, supuestamente la mas espectacular y exclusiva del famoso y popular Archipiélago Nuestra Señora del Rosario.
Muelle Marina Santa Cruz
Uno de nuestros amigos lo había organizado, y lo mas fácil y práctico era sumarse al plan. Nadie tenía un problema con eso. Aún así, no esperábamos lo que íbamos a encontrar.
Muelle La Bodeguita 
A lo poco de salir uno se dirige al Muelle de La Bodeguita, en donde el barco se reporta a las autoridades pertinentes. Minutos mas tarde, otra vez en camino hacia las Islas del Rosario, divisamos algunos barcos pertenecientes a la Armada de Colombia apostados en muelles o anclados en el mar.
Buque de la Armada de Colombia
En el camino divisamos a lo lejos algunas poblaciones isleñas, y pasamos a varios cientos de metros del Fuerte, o Batería de San José, que se encuentra en la isla Terrabomba, ahí en el canal de Bocachica.  Aunque nunca se uso por los españoles (pero si por los Granadinos en su intento de recuperar los territorios perdidos), este impedía el ingreso de buques enemigos a la Bahía de Cartagena.
Batería San José en la isla de Terrabomba
Tras unos 50 minutos de viaje en lancha llegamos a Isla Grande, la isla de mayor tamaño de este conjunto. Un lugar regenteado por la gente de el Hotel San Pedro de Majagua, que tienen este convenio con los del Hotel Sofitel.
En el paquete que habíamos comprado teníamos un abanico de posibilidades para hacer de nuestra estadía en la isla, "la mejor posible", como andar en kayac, hacer snorkel, o incluso bucear en sus cristalinas aguas. Puras patrañas. Pretendían un precio absurdo por cada uno de los programas.
Mapa Isla Grande
La decepción fue inmediata. El lugar tiene tres playas. La mas cercana al bar tenía literalmente 6 metros cuadrados de arena, y unas reposeras (tumbaderas) plásticas sobre una plataforma de cemento, la cual habían intentado cubrir de arena en alguna oportunidad, pero esta había casi desaparecido.

La segunda playa era mas grande, pero apenas llegaba a los 20 metros de largo, y no tenía mas de dos o tres metros de ancho. Patético que intenten vender esto como uno de los paraísos del Caribe. Evidentemente no saben de lo que están hablando.
Chicas lindas en la escollera
Habiendo contratado el servicio en un hotel 5 estrellas, esperábamos un lugar acorde, en especial cuando habíamos pagado tres veces mas que lo que pedían en otras agencias. Ciertamente esta no pude ser lo mejor del Parque Natural Corales Islas del Rosario (como te la venden). Eso no puede suceder cuando a metros de la playa hay un basural y se padece el constante asedio de los vendedores de piedras semipreciosas. El servicio es similar al de cualquier otro lugar.
Parque Nacional Islas del Rosario
Pero bueno. Ya estábamos en la isla, y lo mejor era empezar a beber lo más rápido posible. Eso fue lo que hicimos, durante horas y horas. A veces en el mar, otras tumbados en la arena o bajo la sombra de un árbol de mango en las reposeras plásticas del lugar. Un Gin&Tonic cuesta lo mismo que en el Waldorf Astoria de New York, pero  por supuesto que eso no nos iba a arruinar el día, pero no quiero dejar de hacer mención, pues por precio/beneficio ciertamente no los vale. Es un robo a mano armada. No quiero decir cuanto gaste pero les garantizo que para un "day program" no vale la pena.
Breakfast in Tiffany
Mal no la íbamos a pasar. Rara vez ocurre cuando uno está entre amigos. El tiempo pasó rápido entre idas al bar y algún que otro chapuzón en el mar.

Para el almuerzo nos habían preparado una mesa muy larga. Habían fijado un horario para ello pero trajeron los platos a destiempo. Comí un delicioso Pargo Rojo, acompañado con un magistral arroz con leche de coco y los siempre presentes Patacones. Algunos pidieron carne que ni siquiera era ofrecida. De postre tres frutas tipo mermelada (o jalea) que nadie comió.
San pedro de Majagua
En el lugar hay una serie de instalaciones para quienes se hospedan en alguno de los 17 bungalows de la isla. Los cuartos son chicos y tienen duchas de agua fría, pero cuentan con Direct Tv, pantalla plana, aire acondicionado y conexión Wi-Fi. También en las áreas comunes. Mi teléfono tenía señal completa.
Vendedores ambulantes en el Hotel San Pedro de Majagua
Con las horas uno recuerda que está sobre el Mar Caribe después de todo, aunque ciertamente este no sea uno de sus lugares mas bonitos, sigue teniendo mucho encanto.
Nuestro barco listo para el regreso
Esta isla en particular había pertenecido a Pierre Daguet, un pintor francés que se había asentado aquí fascinado por la luz que le regalaba el ambiente.
Siendo las 5 de la tarde había llegado el momento de volver a tierra firme. El tiempo se nos paso muy rápido, dejando a la mayoría sin posibilidad de hacer alguna de las actividades que con coste extra nos eran ofrecidas, tales como snorkeling, kayac, caminar por algún sendero, o ir a una playa mas decente que se encontraba no muy lejos del lugar, pero de la cual no nos habían dado aviso pues creo no pertenecía al hotel.
Todos esperamos durante algunos minutos sentados en la lancha a que lleguen los últimos pasajeros amigos que recientemente habían "descubierto" aquella playa bonita que no pudimos usar a tiempo.
Antes de salir, los miembros de la tripulación repartieron anoraks y advirtieron al pasaje que en esta oportunidad nos íbamos a mojar, por lo que recomendaban fuertemente poner nuestros bolsos a resguardo. Menos mal que lo hice.

Como el rincón de la lancha, el último asiento de atrás, o de la popa, tenía dos bordes, me pareció un lugar genial para relajarme en esa hora de regreso hasta Cartagena de Indias.
Se ve que a la vuelta hay mas corriente marina, o algo, pero al cuestión es que a los pocos minutos estaba literalmente tragando agua, completamente empapado, y obligado a sacarme los anteojos cada dos minutos para vacarlos del liquido que se había colado por dentro. Mis amigos que podían verme reían de mi, y yo también. Era absurdo. Estaba sentado en uno de los tres peores lugares de la lancha, pero el agua estaba caliente y me sentía seguro. Aunque cada tanto me venía a la mente, no fue para nada traumático como ese regreso de terror desde las Islas Phi Phi en Tailandia.

Llegamos sanos y salvos, por supuesto. Fuimos tomando los taxis que estaban en el muelle. Primero una embarazada, después las mujeres "comunes", mas tarde los recién casados, y así sucesivamente. A mi nadie me quería levantar pues caía agua de mis muslos y pantorrillas. Se me caían las bermudas por el peso empapado. Cuando logre subirme a uno, sentí culpa por mojarle el asiento de pana.

viernes, 17 de abril de 2015

La Payunia. Tierra de volcanes

La Payunia es la zona con mayor concentración de volcanes en el mundo. Son mas de 800 los conos contados. En el planeta tierra solo Hawaii tiene algo parecido, pero no con la riqueza geológica que se puede apreciar en este singular territorio.
Venía desde la ciudad de San Rafael y de tres semanas pululando por la Cordillera de los Andes, y aquí estaba nuevamente, recién comenzando otro viaje. Esta vez por el indómito oeste de Mendoza.

Mi plan para el día era levantarme temprano, recorrer un sector de La Payunia (no sabía cual ni como), y dormir en la provincia vecina de Neuquén, que se encuentra al sur de Mendoza.

Cuando llegué a donde está el Volcán Payún Liso, el cono mas emblemático de La Payunia, bajaban de un mini bus una veintena de personas. Llevaba algunos días viajando solo y me daba fiaca compartir el lugar con otros, por lo que obvié al volcán (ya volveré) y me fui en busca de los caminos solitarios. No tardé en encontrarlos. No vi siquiera de lejos a nadie mas en el resto de la tarde.
Tras recorrer una decena de kilómetros observando a la distancia a los volcanes dormidos, la orografía mejoraba. Los paisajes se embellecen cuando los coirones tapizan de amarillo áreas enormes de la singular geografía de La Payunia.
Las piedras negras brotan del piso y se ven plegamientos por doquier. Este territorio demuestra cuan furiosa se puede poner la tierra cuando escupe fuego y todo lo destruye a su paso. Eso es lo que hace de La Payunia un lugar singular. Acá se pueden ver todo tipos de erupciones volcánicas. Hay plinianas, vulcanianas, estrombolianas, freatomagnéticas. Un paraíso para los geólogos .
Voy ascendiendo y descendiendo por algunos de los caminos negros de lava que tiene este sector de la Reserva Provincial La Payunia, que cuenta con un total de 450.000 hectáreas. Hay carteles en esta parte del recorrido que indican que estoy circulando por el "Circuito de los Volcanes". Bingo. Lo primero que llama mi atención es esta gran corrida de lava expulsada por el Volcán Santa María.  Se la conoce como Escorial de la Media Luna, pues su figura tiene forma de herradura.
Hay otra corrida de lava mucho mas importante. Esta formada hace 150.000 años tras la erupción del Volcán Payú Matrún, que con casi 200 kilómetros de largo resulta ser la mas grande de todo el planeta, y es tan larga como algunas divisadas en Marte.

Dicen los científicos que así se veía el mundo hace millones de años. Venir a La Payunia es trasladarse millones de años en el tiempo, y por los diferentes tipos de erupciones mencionados, son muchos los momentos de la historia de nuestro planeta que se dejan ver a simple vista.
Tumba de Chiquito González
Si no fuera por la falta de preservación que tiene el lugar, que está protegido por la provincia de Mendoza desde 1985, La Payunia sería sin duda un Patrimonio de la Humanidad, por la gran cantidad de morfologías que presentan sus cientos de volcanes.
Muchas de las huellas que surcan la geografía de La Payunia son hechas por empresas petroleras. Aquí comprendí la necesidad de un guía para recorrer este lugar, pues las mismas no llevan a ningún lado.
En mi periplo vi muchos de estos sectores productivos, con cigüeñas trabajando. En el sector desde donde ingresé había muchos carteles de denuncia sobre las actividades supuestamente ilegales que realiza YPF en el lugar. También un gran depósito de chatarra que rompe con la magia del lugar.
Ahora si estaba empezando a encontrar los paisajes extraordinarios que sabía que estas cientos de miles de hectáreas esconden. A medida que avanzaba por entre los volcanes y serranías notaba los cambios de color del piso, producto de la oxidación de los diferentes minerales.
Me embargaba el cuerpo esa fantástica y egoísta sensación agradable de tener todo el lugar para uno. Esa sensación que solo regala el viajar en solitario por un lugar remoto. Argentina tiene muchos de esos lugares en donde uno esta verdaderamente aislado del mundo.
Estos lugares tan solitarios en donde uno solo puede valerse por si mismo si la naturaleza complota contra nosotros. O contra neutros neumáticos, como me paso en la Travesía por la Puna  de la cual había llegado hace pocos días y que me obligo a comprar un juego nuevo en mi veloz paso por Buenos Aires. Un golpe al bolsillo antes de iniciar este nuevo viaje.
Había cubierto para ese entonces unos 50 0 60 kilómetros de paisajes cambiantes, avanzando a buen ritmo y sin mayores dificultades por caminos y también por matorrales.
Desde lo alto de una huella tuve que parar a contemplar tamaña belleza, y verificar (como lo haría 100 veces mas) que mis cubiertas nuevas estén en orden.
Todo venía bien. Estaba maravillado por los paisajes que me venía regalando La Payunia, y también por lo gentil que resultaron ser la mayoría de sus suelos. No le quedaban muchas horas de luz al día, y no tenía la menor idea de cual pudiera ser la huella que me iba a sacar de tan vasto territorio. Mirando desde lo alto de una de sus tantas sierras, creí que arrojarme a lo profundo del valle, era una buena idea.
Hasta que comenzaron los primeros obstáculos. Ese camino por el que me había tirado era de un solo sentido, es decir que no lo hubiera podido remontar sin un segundo vehículo, y ayudados por nuestros malacates. No parecía grave hasta que me encontré con un socavón que se había comido parte del camino. Caminando unos metros encontré un lugar desde donde sortear con éxito y con seguridad ese primer cacho de camino que la tierra se había tragado.

Está bien. No todo tiene que salir perfecto, pensaba en el momento en el que se presento nuevamente un obstáculo infranqueable para cualquier 4x4. No todo tiene que ser perfecto.
Las zanjas se iban haciendo cada vez mas grandes, y a esta altura parecía estar atrapado en ese valle de tierra colorada.
¿Estaba acaso perdido en este enorme e inhóspito lugar?
Solo contaba con mi GPS, pero no lograba sacarle mayor utilidad, pues no tenía track alguno. Decidí seguir algunas huellas a la mayor velocidad posible, pero que no comprometiese ni mi seguridad ni la de mi vehículo. Pasé por un rancho, y si bien estaba deshabitado, guardé su posición satelital para volver a usarlo a la noche si es que no podía salir de La Payunia.

Así fui tomando huellas y huellas, por que las hay y de a montones. Algunas parecían hacer recorridos circulares. Yo sabía que no me llevaban a ningún lado, hasta que me topé con un gran río. Sabía que no lo podía vadear. Sabía que la ruta estaba ahí, tan cerca, "a tiro de piedra", del otro lado de este cauce de agua. Sabía que no existían puentes, pero igual los busqué en el GPS.
No podía cruzar. Hasta ahí había llegado. Estaba obligado a buscar nuevos planes.
Tras repasar los mapas sentí que lo mas lógico era desandar mis propios pasos. La pantalla de mi GPS pinta de celeste los lugares por donde rodó mi camioneta. Era cuestión de seguirlos durante algunas horas, prestando atención de no pisar en aquellas huellas vanas e inútiles, hasta dar finalmente con el lugar por donde había ingresado a La Payunia.
No tuve suerte con el avistamiento de fauna (solo algún zorro), pero son mas de 70 especies las que habitan este territorio.

A la postre pude ahorrar algunos kilómetros, y encontrar un camino que me llevase de vuelta a la mítica Ruta 40 que me llevaría hacia el norte de la Patagonia. De pura suerte y a altas horas de la noche, sin comer y con los pelos duros de tanto polvo pude hacerme de un cuarto en un hotel de mala muerte, en donde dormir algunas horas antes de seguir viaje.

lunes, 13 de abril de 2015

Buscando la playa perfecta (del Caribe Colombiano)

Buscar las mejores playas del Caribe de Colombia se convierte en todo un desafío. Ese mar idílico, de color turquesa con aguas calientes y arenas blancas existe, y en buen número, pero nos demandará un esfuerzo encontrarlas.
Igualmente famoso por sus montañas y por sus playas, el país tiene miles de kilómetros de costas, tanto en el Mar Pacífico como en el Mar Caribe, a la cual refiero en esta entrada.

Para buscar la playa perfecta del Caribe Colombiano tenía varios planes. El más fácil era conseguir hotel con frente de playa. Conseguido, pero casi siempre estaban sobre aguas agresivas y peligrosas, y una gran bandera colorada flameaba desde la playa.
Como no estaba encontrando "la" playa, pasaba los días en mi vehículo alquilado tomando cuanto camino se acerque al mar. Esta variable funcionó mejor.
La tercera y última estrategia fue caminar y pagar cuando necesario. Tuve que caminar, y mucho, pero el premio fue grande y cada uno de esos pasos valió la pena.

 Las primeras playas que me agradaron las encontré cerca de la ciudad de Santa Marta, pero no era lo que estaba buscando. En Taganga, un pueblo medio hippie sobre la Carretera Troncal del Caribe, también fui feliz. Se notaba de inmediato una menor erosión en la arena, dejándome saber que las aguas del mar no golpean nunca con fuerza sobre esta porción de la costa.
Resulta que el mar rompe muy fuerte en ciertos lugares, que son muchos, por lo que está prohibido o desaconsejado meterse en sus aguas. Las playas pueden ser muy bonitas, pero siempre flamea la bandera roja que indica "Peligro", y hasta en algunos casos carteles indicando cuantos turistas murieron el año pasado por no hacer caso a las recomendaciones.
Sin embargo, en sus mas de 1600 kilómetros de costa marina, encontramos algunas playas que combinan todo lo bueno que puede ofrecer a los amantes de este tipo de geografía, y que para muchos se encuentran entre las playas mas bonitas del mundo, como por ejemplo las que hay en PN Tayrona.
El Parque Natural Tayrona cuenta con 3.000 hectáreas de litoral, y dentro de ese espacio protegido hay un montón de playas, muchas de las cuales son inaccesibles.
Sin embargo hay al menos tres playas a las cuales se llega con cierta facilidad tras recorrer un sendero a través de la selva. En dos horas de caminata se puede unir Playa Arrecifes con el oeste del parque hasta una playa conocida como La Piscina, una playa muy bella de aguas calmas en donde no está prohibido bañarse.
La que todos quieren conocer es Playa Cristal, una bahía protegida por lo que las aguas son calmas. El marco es espectacular desde la playa, con vistas a la bahía misma que es acompañada por una sierra. Detrás nuestro, la selva espesa. Esta playa angosta es bastante concurrida, y por lo cristalino de sus aguas resulta ideal para hacer snorkel. Hay que llegar primero hasta la playa de Neguanje, y desde ahí tomar un viaje en lancha de unos pocos minutos. Puede que esta sea la playa mas linda de Colombia.
El programa demanda al menos un día, y cuando empezamos a sumar el precio de la entrada, de alguna comida y de cualquiera de las actividades que nos son ofrecidas, resulta un tanto caro.

Nadie en su sano juicio puede negar la belleza por la que está dotada Tayrona, sin embargo encontré mucho mas bonitas algunas que son vecinas al área turística del parque natural. Estas son playas solitarias de arena color manteca en donde la brisa acaricia y al igual que en Tayrona, la Sierra de Santa Marta se hunde en el mar completando el marco con su frondoso y verde paisaje a nuestras espaldas.

En esta zona hay que ir probando. Las playas no están anunciadas, pero si uno se mete en los caminos que llevan a los bananales va a tener a la postre el mismo éxito que yo tuve.
Quería una playa desierta. Aquí no hay nadie en kilómetros a la redonda. Paralelo al mar hay una laguna. La laguna recibe agua de deshielo desde lo alto de las sierras y es mucho mas fría que la del mar, que aquí si es bastante caliente y suficientemente calmo como para nadar con seguridad y despojados de nuestras ropas.
A diferencia de las playas de Tayrona, aquí se puede caminar por playas kilométricas y mucho mas anchas que la del parque natural, solo acompañados por el paisaje y miles de aves marinas.
Otro sector de aguas calmas, calientes y muy amenas resultaron ser las de Ciénaga
Ni siquiera tenía pensado hacer playa ese día, pero fue un completo acierto el internarme en sus aguas.
Aquí nade un  buen rato, hice la plancha, y vi como trabajaban los muchos pescadores que tiene este lugar, conocido desde hace siglos como Ciénaga Grande de Santa Marta.
Las arenas están ennegrecidas por el paso cercano de un tren carbonero. Tienen esa particularidad, pero con la vegetación acercándose hasta las aguas del Mar Caribe, hacen de estas playas un paisaje muy placentero que se repite a ambos márgenes de la Ciudad del realismo Mágico.
Siguiendo la carretera, y acercándonos cada vez más al límite con Venezuela y a la península de La Guajira se multiplican las playas de gloriosa belleza, aunque esta zona está apenas desarrollada, y hay que tomar el recaudo de llevar combustible extra, agua y alimentos, pues las distancias entre los pueblos empiezan a ser cada vez mas grandes.
En muchas de estas playas sobre la Carretera Troncal del Caribe hay paradores turísticos en donde es posible comer una buena gama de pescados. Siempre frescos, siempre ricos, siempre generosos, pero aunque los comamos en una mesa plástica con perros merodeando, cuestan tanto como un buen restaurante de las grandes ciudades, en donde el servicio de mesa es siempre ejemplar.
¿Puede llamarse Caribe a las playas que Colombia tiene para ofrecer?
No soy nadie para decir lo contrario. Sólo que cuando uno piensa en Caribe, a veces piensa en otra cosa, sobre todo a lo que respecta al color y tranquilidad de sus aguas, y el tipo de gente que se acerca hasta estos destinos.

Quizás sea difícil encontrar la playa perfecta, pero el Caribe de Colombia es verdadero y se disfruta mas por otros motivos. La gente es de primera. Guarda una historia rica y mucho mas larga que otros países e islas del Caribe. Siempre suena música (pésima), y sus modos de vida son auténticos.
Tiene lo suyo el Caribe de Colombia. A mi me gusta.

domingo, 12 de abril de 2015

Estocolmo florece en verano

Estocolmo es la mas importante e imperial de las capitales escandinavas, y también la mas poblada, con unos 2 millones de habitantes. Estocolmo no es una ciudad cualquiera. El ejido de la ciudad esta formado por 14 islas y 57 puentes que las comunican entre si, lo que hace de esta urbe un lugar muy agradable para los días de sol, pues Estocolmo florece en verano.

Como capital de Suecia, la oferta cultural de Estocolmo es muy rica. Es muy apreciada su opera y también la calidad de sus teatros. Sus museos son bastante originales y de buena calidad.
Iglesia de Riddarholmen
En mi segundo día en la mas bella de las capitales escandinavas adquirí  un ticket de 24 horas para los servicios de Stockholm Red Buses. Este boleto viene con audio guías en 10 idiomas y nos permite subir y bajar a nuestro antojo (hop on/ hop off) en cualquiera de las 21 paradas del recorrido.

Desde el Bus Tour fui aprendiendo todo sobre los edificios gubernamentales y de los otros iconos arquitectónicos de la ciudad, pasando por ejemplo por la Iglesia de Riddarholmen, en donde están enterrados los reyes suecos, o por la cara sur de la Casa de los Nobles, del 1660.
Casa de los Nobles, Estocolmo
Uno va cruzando o navegando por los diferentes canales que tiene la ciudad, bautizada alguna vez como "La Venecia del Norte", aunque no son tantos ni tan bellos sus puentes. Además comparte ese mote con otras ciudades europeas como Hamburgo, Copenhague o San Petersburgo, tres de mis ciudades preferidas de las cuales también escribí en algún momento.
Los Red Bus y el servicio de transporte público, que dicho sea de paso es de lo mas completo, son la mejor manera, y mas barata de moverse por esta peculiar ciudad. No recuerdo haber pagado tanto por un taxi como aquí en Estocolmo, y fue un trayecto corto en un Volvo con varias primaveras encima.
El día anterior había recorrido alguno de sus barrios céntricos y hasta me hice un rato para ir a conocer el Ice Bar Stockholm,  el primero que la marca de Vodka Absolut había montado. Se trata de un bar completamente hecho de hielo. Los bancos, la barra, las paredes y hasta los vasos. Con el tiempo, los bares de Absolut se fueron multiplicando. El primero está en la planta baja del Nordic Sea Hotel, cerca de la estación central de trenes.

Este próximo día en la ciudad quería dedicarlo a algunas de sus islas y museos. En especial a uno.
El Dramaten es el teatro real
El museo mas visitado de Escandinavia y la atracción n°1 de la cosmopolita Estocolmo es el espectacular, y único en su tipo, Museo del Vasa , que contiene en gran estado de conservación al que fuera por un efímero momento el buque de guerra mas importante de la ambiciosa Armada de Suecia, y único barco del siglo XVII que se conserva en el mundo. El Vasa ostenta el triste récord de haberse hundido apenas minutos después de ser botado a las aguas, y frente a la mirada del rey.
El Vasa
El Vasa estuvo 333 años bajo las aguas marinas, y hoy se exhibe en un notorio museo hecho a su medida, y con muy poca luz para extremar las medidas de conservación.
Se encuentra en Djurgarden, una de las 14 islas que componen la ciudad, y que antiguamente fuera el coto de caza privado de la realeza. Es una isla llena de árboles y apenas habitada. Muy cerca se encuentran, entre otras atracciones, el indefinible Skansen (el museo al aire libre mas antiguo del mundo), en donde se pude aprender como era la vida en Suecia a través de loa años, y que también tiene un zoológico con animales nórdicos. En el barrio hay decenas de galerías de arte, y el querido Parque de Diversiones Grona Lund, y también el Museo de ABBA. Nadie que llegue a Estocolmo debiera perderse el encanto de la isla de Djurgarden.
Gamla Stan es la parte mas vieja. Allí está el casco histórico de Estocolmo y es donde empezó la historia de la ciudad. Se encuentra en la isla Stadholmen a orillas del Mar Báltico, y caminar por sus calles estrechas es como un viaje al pasado.

Esta plaza fue el punto neurálgico de la ciudad desde la edad media, y corazón político hasta el siglo XVII. Se la conoce como Stortorget, y es de lo mas bonita. De sus cuatro lados, el mas fotografiado es el que tiene el edificio con la fachada colorada. Es el Schantzka Huset de 1650.
En Gamla Stan también está el Palacio Real, en donde cada medio día hay un pintoresco cambio de guardia frente al edificio renacentista italiano de 609 cuartos. Vale decir que la residencia privada de la familia real es el Palacio de Drottningholm en las afueras de la ciudad.

El ambiente de Gamla Stan es de lo mas acogedor. Uno quiere pasarse las horas caminando sus bulliciosas calles y mirando a la gente pasar. Los comercios venden cosas geniales, en especial las tiendas de diseño, que en toda Escandinavia gozan de merecida fama.
En cualquiera de los bares o restaurantes se puede comer algún plato típico de la cocina sueca, que tiene lo suyo y va mas allá del arenque, o sumarse a la costumbre local del Fika (tomar café con algo dulce). A diferencia de otros lugares, y por lo turístico del lugar se pude pagar en Euros.
Stortorget
Caminamos desde aquí hacia el Museo Nobel (Nobelmuseet) que es el lugar en donde entregan los famosos Premios Nobel. Fue la última voluntad de Alfred Nobel, quien en ese momento ya era multi- millonario y registraba mas de 300 inventos patentados en su haber, siendo la dinamita el mas famoso de ellos.
El edificio es de los mas bellos del barrio, y entre otras cosas se puede aprender mas sobre todos quienes hay sido laureados con este premio desde 1901. No hay mucho mas a decir verdad, salvo que su restaurante ofrece el mismo menú que disfrutaron los ganadores e invitados a la ceremonia del año anterior.

Allí nos encontramos con unas amigas inglesas. Que pequeño que es el mundo. Nos plegamos a sus costumbres y todos juntos fuimos a tomar el té a una de esas fantásticas casas suecas.
La patisserie en Estocolmo es de primera calidad, cosa que se repite en las hermanas capitales escandinavas. Está tan bien presentado todo que da lástima hincarle el tenedor y comerlo.
Siempre me gustan las zonas portuarias de las ciudades que dan al agua, y Estocolmo tiene muchas con movimiento. La ciudad está muy bien comunicada fluvialmente con los puertos mas importantes del país y con otras poblaciones vecinas como las de Alemania, Dinamarca, Finlandia, Polonia, además de las tres Repúblicas Bálticas.
La isla de Blasieholmen tuvo su época de esplendor en el siglo XVII. Muchos palacios dan muestra de ello, aunque la cara mas visible del lugar data del siglo XIX que fue cuando se construyeron la mayoría de las edificaciones mas importantes de este barrio, como el Museo Nacional (Nationalmuseum), cuarteles de la Armada de Suecia y algunos de los primeros grandes hoteles.
Los fines de semana funciona el Weekend Market, uno de los mas animados de la ciudad. Hay otros y mejores y mas divertidos, que además funcionan todos los días.
Casi sin darse cuenta uno va cambiando de isla en isla y podría dedicar la vida entera (o los veranos) a esa faena. El Archipiélago de Estocolmo está compuesto por al menos 24.000 islas e islotes, muchos de los cuales pueden visitarse llegando en diferentes tipos de embarcaciones.
Blasieholmstorg es la isla en donde antiguamente estaban los establos de la realeza de Suecia. Hay muchos palacetes y una escena agradable. Allí hay una copia de uno de los caballos bizantinos que están en la fachada de la Basílica de San Marcos, en Venecia, Italia.
Me distraje un rato tomando unas cervezas negras entre la muchedumbre mirando un partido de lo mas animado de la Champions League en la plaza, y tras mirar el reloj tuve que apurarme.
Ya se había acabado el tiempo de esta visita a Estocolmo. Una ciudad que me gusta y se disfrutar.
Solo me quedaba tomar el tren de alta velocidad hasta el Aeropuerto de Arlanda, para tomar desde ahí un vuelo a uno de los aeropuertos secundarios de Londres.