miércoles, 20 de septiembre de 2017

Hacia Cape Cross por la Costa de los Esqueletos

Por la Costa de los Esqueletos avanzaríamos hacia el norte del país con el Desierto del Namib y el Océano Atlántico dominando todo nuestro campo visual hasta la entrada misma de Cape Cross, uno de los mayores santuarios de lobos marinos del planeta.

Día 5:
En esta primer etapa del viaje éramos ocho amigos que habíamos dormido desparramados en tres o cuatro hoteles de Walvis Bay luego de la excelente comida de la noche anterior en el Hotel Flamingo.
En nuestro caso lo hicimos en 1932 House , un bonito Bed & Breakfast atendido por su dueña, que resultó un amor, y a la cual despedimos entre abrazos y besos.

Nos encontramos con el resto en una Shell cercana a llenar nuestros depositos de combustible, arreglar algún neumático roto en la jornada anterior, y hacernos de unas últimas provisiones antes de salir en dirección a Cape Cross (parte del Dorob National Park de Namibia) y mas tarde a buscar el cráter volcánico de Messum
Por la ruta C 34 íbamos siempre acompañados por las extensas dunas del Desierto de Namib, el mas antiguo del mundo y también el más pequeño. Se dice que aquí están las dunas mas altas del planeta, pero les puedo garantizar que eso no es así. En China hay dunas de 500 metros promedio de altura. También en Perú, pero la duna mas alta del planeta, de 1.234 metros, se encuentra en el Bolsón de Fiambalá en la provincia de Catamarca, en Argentina. Lleva el nombre de "Duna Federico Kirbus", en honor a su descubridor.
Para llegar a Cape Cross debíamos recorrer unos 160 kilómetros desde nuestro punto de salida en Walvis Bay, o unos 120 kilómetros al norte de Swakopmund , ciudad por la cual volvimos a pasar, como para llevarnos de ella una imagen mas certera de sus tantos rasgos alemanes.
Walvis Bay, o "Bahía de las Ballenas" es el puerto mas grande de Namibia y uno de los puertos mas importantes del sur de África. Fue una suerte de enclave inglés en el África alemana.
Los Herero conocían a este lugar como Ezorongondo. Hoy en día Walvis Bay es, con 110.000 habitantes, una de las ciudades mas importantes de Namibia. Se encuentra al oeste del país, apenas al norte de la línea imaginaria del Trópico de Capricornio.
Continuando el camino con arena a ambos lados de la carretera queríamos ver un poco mas de cerca como era el pueblo de Henties Bay, de clara arquitectura marinera y también vacacional. Aquí viven unas 10.000 personas, aunque se perciba como un condado de menor población.
Por primera vez se acercan chicos corriendo a intentar vender alguna pulsera, piedra o caracol, práctica comercial que casi no volverá a repetirse a lo largo de nuestro recorrido por Namibia.
Ya pensando en el almuerzo acercamos nuestras camionetas hasta la orilla del Océano Atlántico Sur para estirar las piernas y tocar las mismas aguas que bañan la extensa costa argentina. Aún era muy temprano según nuestros relojes, así que decidimos seguir camino, unos 70 kilómetros al norte de donde nos encontrábamos, hasta llegar al Cabo Cruz.
En el camino pueden verse los restos de algunos barcos encallados. No por nada la Skeleton Coast (Costa de los Esqueletos) lleva ese nombre. Los San (o Bosquimanos), antiguos conocedores de la zona, habían bautizado a este lugar como "la tierra que Dios hizo enojado".
Hay otros mas bravos, pero el mar de aquí es bastante salvaje, salpicado por rocas, y el entorno muy árido. La mayor parte de la vegetación depende para sobrevivir de la gruesa bruma marina que penetra por decenas de kilómetros el Desierto del Namib.
En poco tiempo llegámos a la Cape Cross Seal Reserve. Tras registrarnos y pagar una entrada de unos pocos Dólares Namibios, nos acercamos a este santuario natural dónde es posible divisar, tocar y oler a decenas de miles de focas. En realidad no son focas, si no que se trata de la mayor reserva de lobos marinos de El Cabo.
Había estado en otras colonias de lobos marinos, pero nada se asemeja a Cape Cross, donde pueden llegar a haber más de 100.000 ejemplares de esta variedad de lobos marinos en sus playas, o en el mar, haciendo muchas veces estrágos entre las poblaciones locales de peces.
Todos incrédulos. El espectáculo no puede dejar a nadie indiferente. ¡Son miles!
Algunos no podían soportar el olor amoníaco de las focas. En mi caso seguía sin poder conciliar el sueño, y uno de los primeros efectos secundarios fue tener la nariz tapada, por lo que ni cuenta me dí.
Por la devastación que provacan estos lobos marinos, las autoridades sacrifican miles de ejemplares cada año. Lo mismo sucede en Walvis Bay, donde hay un importante mercado que vende sus pieles.
El nombre de Cape Cross deriva de un Padrao, o cruz de piedra colocada en 1486 por Diogo Cao, un marinero portugués. Con este símbolo marcaba el punto mas meridional jamás alcanzado en esos tiempos por un europeo en las costas del oeste de África.
La cruz de piedra fue descubierta mas de 400 años mas tarde por Gottlieb Becker, un capitán de la Marina Alemana. La cruz original fue llevada a Berlin en 1893, y en su lugar tuvieron la gentileza de colocar otra de madera. Muchos años pasaron y con capitales privados se colocó allí una cruz de piedra parecida a la original, es por eso que en Cape Cross hoy existen dos cruces.

jueves, 14 de septiembre de 2017

Swakopmund, un pedazo de Alemania en Namibia

Swakopmund es la capital de la región de Erongo. Pese a tener menos de 50.000 habitantes, es la cuarta ciudad mas poblada de Namibia. A su alrededor parece haber sólo arena. Arena, un pequeño puerto y un mar de brumas espesas que invaden el territorio dándole vida al Dsierto del Namib, el mas antiguo del mundo.

Día 4 por la tarde:
Estábamos a solo 42 kilómetros de Walvis Bay, nuestro destino final del día con tiempo a favor, por lo que pudimos recorrer la ciudad de Swakopmund ojeando desde la camioneta casi todas sus calles anchas.
El relato viene de aquí 
Swakopmund es el destino vacacional preferido de los namibios, y durante los meses de verano es invadida por alemanes que buscan acortar el invierno de su país. Al momento de nuestra visita muy poca gente caminaba por sus calles, dando a uno la sensación de estar circulando por una suerte de ciudad fantasma en muy buen estado de conservación.
Muchas veces se ha dicho que Swakopmund es un lugar mas alemán que la propia Alemania, y puede que haya algo de verdad en esa frase. Por lo pronto la ciudad tiene una arquitectura típicamente colonial alemana, y hay muchos ejemplos de arquitectura bávara también. Las casas son prolijas y cuidadas. Los hoteles, tiendas y restaurantes, todos parecen tener nombres teutones, y la comida que ofrecen nos sacan de toda duda si es que aún quedaba alguna.

El nombre de Swakopmund deriva del alemán Boca del Swako, en referencia al río que desemboca en el mar. Los Nama llamaban a este lugar Tsoakhaub, que significa algo así como Abertura de Excremento, esto por todas las cosas que arrastra el río en su camino hacia el Océano Atlántico.
Al igual que Windhoek, la ciudad de Swakopmund fue fundada por Curt Von François, un oficial de la Shutztruppe del ejército del Imperio Alemán, con amplia experiencia como expedicionario en África. A partir de 1892 convierte a Swakopmund en el puerto mas importante del Imperio Alemán en África, por lo que la ciudad fue creciendo a ritmo acelerado, mientras Von François, cartógrafo de profesión, iba dibujando los mapas de esta nueva colonia.
Cuando Alemania pierde la Primera Guerra Mundial, y lo que actualmente es Namibia, Swakopmund pasa a ser controlado por la Unión de África del Sur, y todas las actividades portuarias son mudadas al puerto de aguas profundas de Walvis Bay, que estaba bajo dominio de los ingleses.
Estacionamos la camioneta en la puerta del Woermannhaus, uno de los edificios coloniales mas representativos de Swakopmund. Fue erigido en 1905 por orden de Adolph Woermann, un marino mercante de Hamburgo, como sede de su empresa marina (Woermann, Brock & Co).
Tiene un comedor para 60 comensales y entre sus huespedes tuvo al príncipe Alberto de Prusia.
Entre 1924 y 1972 fue utilizado por Sudáfrica como un albergue para la juventud. En 1976 fue declarado Monumento Nacional, por lo que recibió una importante puesta en valor.

Hoy funciona como sede gubernamental y se encuentra en gran estado de conservación. Si están con tiempo y ganas se puede subir a la "Torre de Damara" desde donde se obtienen buenas vistas de la ciudad y del gran desierto que la rodea. También funciona allí una galería de arte.
Desde allí caminamos hasta Die Kaserne, barracas construidas por la Eisenbahnbaukompagnie a cargo del Teniente Heinsius en 1905 para alojar a las tropas alemanas que se enfrentarían a los Herrero. Las vías de tren llegaban hasta el interior del edificio.
Entre 1924 y 1975 funcionó allí un colegio alemán. Hoy es un hostel.
El lazareto Prinzessin Ruprecht Heim es de 1902 y fue construido como hospital para las tropas alemanas estacionadas en Swakopmund.
Hoy funciona como uno de los tantos hoteles que tiene esta ciudad portuaria.
Nos subimos nuevamente a la camioneta para llegar a otros sitios de interés cerca de la bonita costanera de Swakopmund. Se nota que uno la puede pasar bien aquí durante los meses de verano.
El faro de Swakopmund es uno de los ocho que pueden encontrarse en Namibia, y uno de los tres que siguen bajo control gubernamental. Está en el mismo lugar desde 1903. Hubo uno anterior de 1902, pero las bravas aguas del Océano Atlántico se ocuparon de derribarlo. El faro alertaba con su luz a los navegantes de la proximidad de la costa desde su torre de 35 metros de alto. Si no fuera por el faro sólo se vería arena y mas arena. Hoy funciona, pero sólo como punto de referencia para los barcos que buscan el puerto de aguas profundas de Walvis Bay.

El faro es muy querido y es una de las postales típicas de Namibia, al menos de su parte costera.
En el edificio que rodea al faro funciona un restaurante y una galería de arte.

Al frente del faro se encuentra el Kaiserliches Bezirkgericht, edificio construido entre 1901 y 1905.
Desde la finalización de la Primera Guerra Mundial fue utilizado como residencia de verano del gobernador. Hoy es sede del Palacio de Justicia de Swakopmund.
Frente al actual Palacio de Justicia y muy cerca del faro podemos encontrar este memorial de guerra que recuerda a las víctimas de dos guerras en territorio de la actual Namibia. Este aquí es uno de los sectores mas bonitos, turísticos y cuidados de Swakopmund.
Dando vueltas también nos topamos con la iglesia Luterana de estilo Neo Barroco, concluída en 1911. Es uno de los edificios mas queridos de Swakopmund, y Monumento Nacional desde 1978.
El sol aquí baja de golpe, por lo que ya era hora de continuar nuestro camino hacia la ciudad portuaria de Walvis Bay, en donde nos encontraríamos con nuestros amigos.
Sabíamos de todos modos que al día siguiente volveríamos a pasar por aquí en nuestro camino a Cape Cross, pero eso ya es otra historia.

lunes, 11 de septiembre de 2017

Turismo en Windhoek

Windhoek, la capital de Namibia, es una ciudad bastante atractiva y con algo para contar. Si bien se puede recorrer en un sólo día, enseguida uno se da cuenta que es multi étnica y bastante singular. En líneas generales es muy limpia. Aún pequeña muestra orgullosa su prosperidad, mayoritariamente proveniente de la industria y el comercio.

Día 4: Nos levantamos a las 6:30, y tras un desayuno liviano salimos a recorrer la capital de Namibia. Salimos de Buenos Aires con nuestros GPS cargados con los mapas de los países que recorrimos, por lo que moverse por rutas y ciudades resultó bastante sencillo.
En primer lugar fuimos hasta el curioso edificio que alberga al National Museum de Namibia. El mismo fue construido por Manoudae Overseas Projects, una firma de Corea del Norte. Es más, algunos dicen que el edificio fue un regalo de la nación que hoy comanda Kim Jong-Un.
De arquitectura atrevida, la edificación inaugurada en marzo del 2014, contrasta con las construcciones a su alrededor, que son las mas antiguas de la ciudad y que datan todas del período de colonización alemana.
En sus tres pisos (en el cuarto hay un restaurante) hay memorabilia y fotografías que cuentan las luchas que derivaron en la independencia de esta joven nación.
Frente al National Museum hay dos estatuas. Una es de Sam Nujoma, primer presidente de Namibia, vuelto a reelegir en dos períodos.
Nujoma había comandado las acciones de la SWAPO contra Sudáfrica, el invasor de sus tierras. La SWAPO (South-West African People´s Organization) es un partido político constituído en 1960. En 1966 pasó a ser una organización militar para combatir al ejército de Sudáfrica. La situación obligaba a tener sus bases fuera del país, primero en Zambia y mas tarde en Angola.
Cuando en 1990 Namibia se constituye como nación, es que Sam Nujoma accede al poder.

Muy cerca de allí se encuentra el Tintenpalast (Palacio de la Tinta). El edificio fue terminado en 1913 para diversas tareas administrativas del gobierno alemán. Había sido construido por prisioneros Nama y Herero tras perder  en las guerras  contra los alemanes, conflicto en el cual perdieron la vida unos 70.000 Hereros, 10.000 Nama y algunos San, la mayoría muertos por deshidratación (se conoce a este hecho como "Genocidio de Namaqua").
Actualmente, y desde la independencia en 1990, funciona allí el asiento de las dos cámaras del Parlamento de Namibia (asamblea nacional y consejo nacional). Hoy planean construir uno mas grande, y que sea la verdadera "casa del pueblo".
Los jardines que el parlamento tiene al frente son muy bonitos, y están cuidados. Este parque, antiguamente tenía una plantación de olivos y era conocido como Tintenpalast Gardens. Hoy en día es uno de los puntos de reunión preferidos por los habitantes de Windhoek.
Frente al edificio del parlamento hay una serie de tres estatuas. En primer lugar podemos encontrar la del reverendo Theofilus Hamutumbangela, quien fuera, además de rey de los Ovambo, un activista contra el Apartheid.
A uno de sus lados se encuentra una estatua de Hosea kutaka, héroe nacional de Namibia, jefe oficial de los Herero y fundador del primer partido nacionalista de Namibia. El aeropuerto principal del país lleva su nombre.
Si miramos desde el National Museum podemos ver al otro lado de la calle la silueta de la Christuskirche, la iglesia luterana de Winhoek. En ella se aprecia una mescla de estilos Neo Romano, Gótico y Art Noveau, que pronto se pondría de moda en Europa.
El arquitecto fue Gottlieb Redecker, el mismo que posteriormente se ocuparía de la construcción del edificio del parlamento.
El Alte Feste es el edificio en pie mas antiguo de Namibia. Su construcción data de 1890, y tiene cuatro torres. En su momento fue pensado para alojar a la Shutztruppe (fuerza militar colonial). El lugar fue elegido por estar sobre una lomada fácil de defender , contar con agua en las cercanías, y estar en el medio de los territorios de Namas y Hereros.
Cuando Alemania fue derrotada en la Primera Guerra Mundial, perdió sus territorios en lo que por aquel entonces se conocía como South West Africa.
A partir de 1915 el fuerte es usado como guarnición militar por el ejército de Sudáfrica.
En 1935 perdió todo carácter militar cuando el fuerte fue cedido como residencia para los estudiantes del Windhoek High School, uno de los colegios mas tradicionales del sur de África.

Había que seguir camino. Esa noche teníamos que llegar a Walvis Bay para encontrarnos con nuestros amigos. Nos esperaban unos 400 kilómetros, la mayoría por la carretera B1, la mas concurrida de todas las que transitaríamos por Namibia. En el camino a Skakopmund vimos varios desvíos a las minas de uranio que posee el país.

Puntuales nos encontramos a festejar el cumple de nuestra amiga Elsa en el restaurante del Hotel Flamingo, donde regamos nuestras almas con vinos de Sudáfrica, y nos deleitamos con una serie de platillos obtenidos del mar.
Esa noche ventosa frente al mar la recuerdo como una fresca. 

sábado, 9 de septiembre de 2017

Preparativos en Windhoek

Ubicada casi en el centro geográfico del país entre el desierto del Kalahari y el Océano Atlántico, Windhoek es la capital de Namibia. Allí, rodeados de montañas viven unas 350.000 personas, lo que hacen de esta la ciudad mas poblada y epicentro de las actividades sociales, culturales y económicas del país.

Recién en 1840, Windhoek tuvo su primer asentamiento, luego de que Jonker Afrikaner montara una iglesia. De eso no queda registro. Las guerras entre los Herero (norte) y los Nama (sur) todo lo destruyeron.
Oficialmente fue fundada por los alemanes el 18 de octubre de 1890, cuando fue colocada la piedra fundacional en el Alte Feste, o sea el viejo fuerte, justo en el medio de la zona de amortización entre los territorios de los Nama y los Herero.


Día 3:
Antes de las nueve de la mañana todos habíamos desayunado, y la mayoría había hecho el check-out del hotel. Desde allí nos fuimos hasta la sede de ASCO a resolver el tema del alquiler de las camionetas que íbamos a utilizar los próximos 5.000 kilómetros. El trámite fue largo. Sobre todo entender como era el tema de la responsabilidad civil y del (casi seguro) daño vehícular con los seguros. Nadie quería encontrarse con una sorpresa en su tarjeta de crédito. Una vez resuelto el tema nos hicieron ver un video que explicaba como proceder en ciertas situaciones (lógica física del vehículo), y finalmente la entrega de las camionetas. Aquí pudimos ahorrarnos un tiempo ya que todos conocíamos como funcionan las 4x4.
Entrega y funcionamiento del equipamiento. Las Toyota Hilux vienen equipadas con:

- Dos sillas cómodas con apoya vasos
- Una mesa de aluminio plegable
- Un kit completo de vajilla, con cacerolas, cubiertos, y todo lo necesario para unas noches de camping.
- Dos garrafas de gas
- Una luz LED 
- Un tanque de agua de 40 litros con una práctica manguera
- Un cajón plástico para colocar la comida que no requiere refrigeración
- Unas muy buenas heladeras que incluso congelan. Para nuestra seguridad se alimentan de una segunda batería por lo que no ponen en riesgo el arranque al día siguiente.
- Doble tanque de combustible (160 litros) para una mayor autonomía

Las camionetas tienen una carpa de techo de muy buena calidad. Se abre como un libro siempre y cuando nos dejemos audar por su escalera, que a la vez va hacer de soporte para una de sus mitades. Adentro nos espera un colchón de alta densidad, almohadas y una manta para taparnos. El mecanismo es muy sencillo, y salvo el cierre que cubre a la carpa, que abrirlo a veces resultaba muy difícil, esta es la envidia de las carpas. Lo del cierre lo solucionamos aplicando jabón.

Para terminar, las camionetas vienen dotadas con el "equipamiento de rescate". Para cualquier entusiasta del off road, este resultará insuficiente, y lo que es peor, de mala calidad. No nos preocupaba en absoluto, pues contamos con ingenio y experiencia, y no nos íbamos a enfrentar a ningún terreno mas adverso de los que hacemos "en casa".
- Una pala corta y plegable
- Una linga corta y de mala calidad. En alguna oportunidad la sacamos de la bolsa para ayudar a unos turistas alemanes que estaban enterrados en la arena.
- Dos grilletes de muy baja calidad
- Kit básico de herramientas

Algunos, los mas "rápidos", pudieron hacerse de las Toyota Land Cruiser, un verdadero clásico de la marca nipona que ha demostrado su eficacia y confiablidad en los terrenos mas duros. Estas vienen
dotadas de un poco mas de equipamiento, como suspensiones elevadas, un Hi-Lift, y alguna cosa más

Desde allí nos fuimos al Merua Mall, en donde aparentemente se encuentra uno de los mejores supermercados de Windhoek. Comparado con los de Argentina, el supermercado era un lujo, lleno de mercadería interesante para probar en nuestros próximos días. Allí nos hicimos de carnes, bebidas varias, fiambres y enlatados. Con mi novia nos hicimos de dos cámaras Gopro y algunos productos para mejorar la calidad de vida de algunas futuras noches de camping.

Parte del grupo partió hacía el pueblo de Solitaire mientras resolvía, muerto de sueño, algunas cuestiones pendientes en la capital de Namibia.
Esa noche volvería a dormir en el Safari. Esta vez conoceríamos The Acacia, el segundo de los restaurantes del hotel, y nuevamente me costaría conciliar el sueño.

viernes, 8 de septiembre de 2017

Unas horas en Johannesburg

Estaba feliz de estar nuevamente en territorio africano. Me esperaba un viaje rico en cultura, aventura y sensaciones, esta vez acompañado por mis compañeros del 4x4 con quienes recorreríamos 5.000 kilómetros por varios tipos de paisajes.

Día 1:  Vuelo de Buenos Aires a Sao Paulo. Unas cuatro horas de escala en Guarulhos y posterior vuelo al O.R. Tambo de Johannesburg, el aeropuerto más grande de África, donde por alguna razón había una multitud en la cola de migraciones.
Lamentablemente, Argentina perdió el vuelo directo con el que hasta hace unos años se podía llegar a la capital financiera de Sudáfrica.

Día 2: Teníamos ocho horas de escala en Johannesburgo previo a  nuestro viaje a Namibia. No habíamos pegado un ojo en nuestros vuelos diurnos, pero queríamos aprovechar el día, así que arreglamos un minibus con su correspondiente chofer, para que nos lleve a dar una rápida vuelta por algunos lugares de la ciudad.
Johannesburgo es una ciudad grande. Tiene unos 10 millones de habitantes y un tamaño considerable que la ubica entre las 40 ciudades de mayor tamaño en el mundo, y la tercera de África atrás de El Cairo y Lagos. Elegimos el sitio (creo yo) mas trascendente a nivel histórico, y nos fuimos al barrio de Soweto. Caminamos unas cuadras hasta la vivienda de Desmond Tutu, pero comprobamos que no reciben visitas.
Este hombre fue un gran luchador contra el Apartheid, lo que le valió un Premio Nobel de la Paz en 1984. Fue el primer arzobispo negro de Sudáfrica y supo vivir alguna vez en la misma calle donde tenía su casa Nelson Mandela, que dicho sea de paso, también fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz.
 En mi visita anterior me había conmovido el Museo Hector Pieterson, así que decidí llevar a mis amigos a este lugar, ideal para repasar la historia convulsa y reciente de esta "nueva" nación del sur del continente.
En mi visita anterior al Museo de Hector Pieterson contaba La historia de la foto de un niño que cambió el mundo . El sitio está muy bien armado y es frecuentemente visitado por alumnos de cualquier edad y de todo el país.
Desde el museo nos acercamos a la que fuera la primer casa de Nelson Mandela (ver mi visita anterior a La casa de Nelson Mandela ). Aquí se guarda la historia de un personaje central en la creación de la "Rainbow Nation", rodeado de objetos que le pertenecieron.
Cansados pero contentos hicimos una parada y dedicamos un momento de reflexión sobre la vida de este importante hombre, antes de juntar fuerzas y seguir con el recorrido.
Desde la casa de Mandela proseguimos camino a otro barrio cercano en donde se encuentra el ex presidio que tuvo detenido en sus años mas oscuros a tres Premios Nobel de la Paz, y donde actualmente funciona Constitution Hill.
Anteriormente había funcionado como un fuerte mandado a construir por Paul Kruger, quien fuese líder de la resistencia Bóer, ante un inminente ataque de la Marina Británica.
 En mi artículo de Constitution Hill, un ícono de la libertad de Sudáfrica había contado la historia acerca de este lugar tan particular que eligieron los sudafricanos para emplazar su corte de justicia.

Algunos se quedaron durmiendo en el minibus mientras otros recorríamos las entrañas del renovado edificio. Desde allí nos acercamos a almorzar al barrio de Melville, una zona que no había conocido en mi visita anterior. Con una serie de platillos locales y varias cervezas dimos por terminada esta breve visita a Jozi, como la llaman cariñosamente los sudaficanos.

Volvimos al O.R. Tambo para tomar nuestro vuelo hacia Windhoek. Bajamos en la pista. No había nadie en el aeropuerto Hosea Kutako. Tardamos una hora o mas en comprar chips telefónicos y solucionar por USD7 por semana el tema de las comunicaciones (te dan 700 mensajes de Whatsup , algunos Mega y varias llamadas).
El chofer del hotel Safari nos esperaba con su minibus. Premiamos su paciencia con los primeros Rand de Namibia que habíamos conseguido.
El hotel estaba "de camino" al aeropuerto, pero nos llevó 40 minutos llegar a destino por rutas apenas transitadas. Los de recepción (los mismos que nos habían mandado al chofer) no tenían registros de nuestras reservas hechas por Booking.com. La inoperancia de los empleados, sumado a nuestro cansancio generalizado por el trajín del último día y medio, convirtieron a ese momento en uno no muy agradable a la hora de comenzar un viaje. Apenas solucionado el tema nos zambullimos al restaurante del lugar, corriendo el riesgo de quedarnos sin comida. Dos o tres botellas de vino y la posterior entrega de un cuarto mas grande cambiaron nuestro humor.