Nápoles es una de las ciudades más pobladas de Italia. No se sabe a ciencia cierta cuantos son sus habitantes exactos, por lo que permanece en el podio alternando entre el tercer lugar o el primero si contamos su área metropolitana. En cuanto a PBI está muy por debajo de otras ciudades del país, pero destaca en arte, gastronomía, historia y cultura.
Había llegado a Nápoles de noche, cansado tras algunas semanas de viaje, por lo que decidí alojarme en Capodimonte, un barrio alejado del centro de la ciudad, a modo de estar un poco más relajado. Lo que no tuve en cuenta era el gran tamaño de mi vehículo, y llegar hasta allí fue toda una odisea. Me pasó de todo en esos últimos dos o tres kilómetros.
Al día siguiente había que empezar por algún lado así que decidí acercarme hasta la zona del puerto para poder apreciar el ´pequeño Golfo de Nápoles, que incluye las poblaciones de Napoli, Pompeya y Pozzuoli. Tiene al este al Volcán Vesubio y cerrando en el otro extremo s la ciudad de Sorrento.A cada paso y en cualquier lugar de Nápoles uno va comprobando la gigante y omnipresente figura de Diego Armando Maradona (10), un verdadero dios para los napolitanos, y es que a dónde sea que uno mire, hay algo, una bandera, un cuadro, un mural que nos recuerda al astro del fútbol, aquel que debutó en un estadio que se venía abajo y le dio 5 títulos al equipo de la ciudad, el mayor goleador histórico del Napoli, aquel que fue Campeón del Mundo y volvió al equipo del sur de Italia para volver a gritar campeón con la Copa de Italia de 1987.
Ese Maradona de origen marginal sirvió para que muchos se sintieran identificados en el sur, lo más pobre de Italia que por esos días logró arrebatar los podios a los equipos ricos del norte, algo que nunca será olvidado en estas latitudes.
En lo que parece ser el verdadero centro neurálgico turístico de Nápoles está la Galleria Umberto I. Este admirable paseo comercial posee cuatro puertas de entrada. Algunas buenas tiendas y otras de baratijas. También cafeterías en su elegante interior de pisos de mármol, paredes de mosaicos, y unos techos que son una obra de arte en sí misma. La galería se encuentra frente al teatro o de la Plaza Plebiscito y otros íconos napolitanos.
El Castel Nuovo Maschio Angioino uno de los siete castillos que podemos encontrar en Nápoles. Este pintoresco castillo del siglo XIII fue mandado a construir por Carlos de Anjou en 1279, época en la que se había hecho con los tronos de Nápoles y de Sicilia mudando aquí la capital desde Palermo. Sea como sea es sólo una cara bonita. Si bien funciona como un museo cívico, y la entrada no es tan cara, no vale la pena perder tiempo aquí ya que no hay nada interesante en su interior.
Si bien Nápoles es el supuesto lugar de nacimiento de la pizza, la ciudad y la región siempre destacaron por su gastronomía.
La cocina napolitana consta de 5 pasos. Todo comienza con el Antipasti, que es una entrada o aperitivo que puede degustarse frío o caliente y variar a gusto del lugar. Generalmente son unas fetas de fiambre, pero puede ser un platillo de aceitunas o algo elaborado delicadamente a gusto por quien mande en la cocina.
Al concluir el Antipasti, se levanta la mesa y se sigue con el Primo Piatto (o primer plato). En casi todas las ocasiones el Primo Piatto trata de alguna versión de pasta, y son muchas. Al terminar se prosigue con el Secondo Piatto que generalmenbte consta de algún tipo de proteína animal (carne de vaca, de cerdo, de pollo, pato, pescado, animales de caza, etc). Este plato viene acompañado por otro más pequeño que colocan a un lado del principal y lleva el nombre de Contorno, y trata de una pequeña ensalada, o verduras. Se concluye idealmente con una sobremesa larga dónde no falte el Dolce, la etapa final que son masitas dulces acompañado por una o más copas de Limoncello.
El museo ocupa las tres plantas del Palacio de Capodimonte
Desde su tranquilo y bonito parque, verdadero oasis de Nápoles, se obtienen grandes vistas de la ciudad. Hoy puedo decir que extraño un poco el bullicio de Nápoles y prometo volver, pero no pensaba lo mismo aquellos días que pasé por allí.