lunes, 2 de marzo de 2015

Mercados en la costanera de Valdivia

No se que mierda pasaba esa noche en Valdivia pero conseguir alojamiento resulto una tarea casi imposible. Ya era pasada la media noche. Estaba reventado de tanto manejar y a esa altura me dejaba ayudar por los concierge de los grandes hoteles en mi afán de conseguir donde dormir esa primera noche en la ciudad. Todos ocupados. Era temporada alta y había partido de fútbol del equipo local. Además sábado a la noche.


En el hotel numéro 17 que visitaba y el último de los mas caros, decidí comer un sandwich ya que su bar estaba abierto. Ya estaba pensando en dormir en la camioneta, o en sumarme a la fiesta de los hinchas en las calles, y beber con ellos  durante lo que quedaba de la noche.
A la hora, cuando ya había pagado por el bocadillo y aprontaba a retirarme, me dieron la nueva buena de que tenían un cuarto, y podían prepararlo para mi. 


Al día siguiente, bien dormido y nutrido por varios jugos de fruta en el desayuno, y que en Chile saben ser extraordinarios, partí hacia la Costanera de Valdivia y zonas aledañas. 

Deje la camioneta estacionada en la calle y me dispuse a caminar bajo un sol ideal.
Valdivia, capital de la provincia homónima y de la Región de los Lagos, es una de las provincias mas antiguas del país, y siempre resultó de interés para los conquistadores por su fácil  y estratégica salida al Océano Pacífico.

Esta ciudad cuenta hoy con unos 125.000 habitantes, y en el recorrido de hoy voy a basarme en el área céntrica de la ciudad, principalmente la cercana a la costanera.

Valdivia suena bien. En toda esta zona se ven grupos de música tocando en las esquinas o en los restaurantes que en gran número hay en la zona. Son todos buenos, pero esta pareja que cantaba en la costanera fue la que mas me agrado.
La gente en Chile parece que no tiene la costumbre de aplaudir después de las canciones. Para mi es lo mínimo que se le puede brindar a un músico, por lo que varias veces me encontraba aplaudiendo solo, aunque muchas veces logré contagiar a la gente.
Sobre las aguas del Río Valdivia, y pegado al mercado se encuentra el Museo Submarino O´Brien
El interior del mismo se pude conocer en una visita guiada de 40 minutos, pero en ese momento me encontraba sin Pesos Chilenos, y había visto ya en alguna oportunidad submarinos de mayor porte e importancia.

El submarino en cuestión fue construido en Escocia en 1972. Sirvió durante 25 años a la Armada de Chile, y tras ser dado de baja fue comprado por la Municipalidad de Valdivia para hacer de él un museo.
Lleva ese nombre en honor a Jorge O´Brien, un irlandés perteneciente a la Real Marina Británica que participó en la independencia de Chile y murió luchando al abordar una nave de los españoles.
Desde la costanera y a pasos del submarino se pueden tomar diversos paseos fluviales por los ríos de Valdivia. Todos salen desde el Muelle Schuster. Algunos duran una hora, y otros ofrecen almuerzos a bordo y su recorrido se extiende durante toda la tarde paseando por los 7 ríos de Valdivia.
Del otro lado del río el edificio del Museo de Arte Contemporáneo
Sobre la misma costanera se encuentra uno de los puntos obligados de visita cuando en Valdivia. Me refiero al Mercado Fluvial, en donde a lo largo de unos 200 metros semi cubiertos los comerciantes exponen la fresca pesca del día y las frutas crecidas en las cercanías. 
Deliciosos pescados se venden, como así también los mundialmente famosos mariscos de Chile. No son baratos, y haciendo la cuenta costaban apenas menos que en otros lugares del mundo, y mucho mas caros que en otros pueblos costeros que tuve oportunidad de visitar en el sur del país.
Erizos de Mar
Sin embargo todos los "peces estrella", están sobre los mostradores y nos permiten adivinar lo que mas tarde se nos será ofrecido en las cartas de los restaurantes cercanos al mercado.
Chile es uno de esos países en donde los amantes de las frutas de seguro encontraran la oportunidad de probar alguna desconocida. Eso intento en cada viaje y siempre me gustaron los chupones, aunque los desconocía en formato frutal. A por ellos.
Pero si no tengo Pesos Chilenos. Tendra que ser en otra ocasión. Quizás mas tarde.

No todo es frutas y pescado en el Mercado Municipal de Valdivia. También venden quesos y los pinchos a las brasas que abren nuestro apetito en las horas cercanas al mediodía.

Este mismo mercado que por la mañana vende pescado y frutas, cambia su cara por las tardes cuando otros comerciantes van armando sus puestos con ropas, artesanías, libros y baratijas varias.
Las focas y elefantes marinos son grandes animadores del Mercado Fluvial de Valdivia
Frente a la costanera y al Mercado Fluvial, del otro lado de la calle se encuentran otras ferias y el Mercado Municipal, lleno de artesanías en madera y piedra, souvenirs de todo tipo, ropa, comidas regionales y otros productos que se repiten en cualquier mercado del mundo orientado hacia el turista.
En la planta baja hay algunos restaurantes en donde comer mariscos, aunque atestados de gente y con las mesas ensimismadas.
Recorrí todo el área pasando varias veces por sus calles mas importantes. Me hice de unos cuantos de miles de Pesos Chilenos, y estuve sentado por casi tres horas en un restaurante, principalmente esperando, pero también comiendo deliciosos mariscos de los cuales no me quería privar.
Es muy pintoresca la región de Valdivia, con sus casas de chapa y madera y esos canales que surcan la ciudad. Me ha gustado conocerla al fin, ya que no era mi primera vez en los territorios que componen la Región de los Lagos.
Se come bien, hay buena hotelería y la gente es de lo mas amigable.

Ya miraba en la pantalla de mi GPS que había surcado casi todas las calles de la ciudad. Volvería al hotel a descansar y dedicaría todo el día siguiente a recorrer los parques nacionales cercanos.


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