Trier es la ciudad mas antigua de Alemania. Dos veces milenaria, fue fundada en el 16 a.C. por el emperador Augusto que la bautizó con el nombre de Augusta Treverorum, aprovechando que era fácilmente defendible y que había sido conquistada por César unas décadas antes.
Se me había escapado en otras ocasiones en las que paseaba por esta zona de Alemania en donde se besan las "fronteras" de Francia, Luxemburgo, Suiza y Bélgica, que era desde donde llegaba en esta ocasión, manejando un auto alquilado desde Gante.
Era un típico invierno de días cortos y lloviznas largas. Estábamos con mi novia camino a Luxemburgo y sabía que no podría llegar a Trier antes del anochecer, lo que no me bastaba como excusa para no visitar (aunque apenas sea una breve pasada) la famosa "Porta Nigra". Esta antigua y bien plantada puerta romana de arenisca negra y sujetada cada dos pilares con grandes entramados de hierro, fue mandada a construir en el año 180 como puerta de acceso norte a la ciudad de Augusta Treverorum.
Dejamos el auto estacionado bajo un roble y apuramos el paso hacia el primero de los varios monumentos romanos que sobreviven en esta ciudad. La Porta Nigra es el símbolo de Tréveris y es el poco remanente visible de cuando Trier era una ciudad amurallada. Con sus casi 30 metros de altura, algunos mas de largo ¡y mas de 20 de ancho! es la puerta romana mas grande que existe, testimonio de aquellos tiempos en los que Trier era considerada una "segunda Roma".
La Puerta Negra está bellamente iluminada por las noches. Tiene dos torres a cada uno de sus lados. Una de ellas alcanza los cuatro pisos de altura (la del oeste), mientras que la otra ha quedado sin terminar. La historia nos cuenta que en 1028 un ermitaño llamado Simeón, un griego que había llegado desde una peregrinación a Palestina se instaló en una de esas torres, en donde vivió predicando la palabra del Señor hasta el día de su muerte. Fue en aquellos días cuando se empezó a conocer a esta puerta como la "Porta Nigra", una vez que el paso del tiempo y el alto contenido de hierro presente en el aire tiñera con dejos de negro a esta característica puerta romana.
A partir de este suceso, la gente del pueblo decidió que había que erigir una iglesia junto a la torre ocupada por Simeón en la Porta Nigra, y así fue como se hizo. La misma fue mandada a destruir años mas tarde por el emperador Napoleón cuando llegó a la (por aquel entonces) Tréveris francesa en 1804, buscando recuperar la originalidad que supo tener el conjunto romano.
En ese mismo lugar hoy funciona la sede del Museo Municipal, abierto desde 1904.
La "Porta Nigra" junto a otros monumentos de Tréveris como son los Baños Imperiales Romanos (y también otras termas), la catedral, el anfiteatro con capacidad para 20.000 personas, la Iglesia de Nuestra Señora, la Basílica de Constantino y/o el puente romano, forma parte de los varios sitios Patrimonio de la Humanidad protegidos por la UNESCO desde 1986. La ciudad sigue descubriendo tesoros. Los últimos restos romanos fueron encontrados en el centro de la ciudad en abril de 2006.
Todos ellos son restos de una época de esplendor sin igual, de cuando Trier contaba con mas de 80.000 habitantes, cifra que sólo volvió a alcanzar casi 2000 años mas tarde, tras la finalización de la Segunda Guerra Mundial.
Trier se convirtió en centro de la cristiandad de la mano del Emperador Constantino y de la de su madre Santa Helana. Entre el siglo III y el IV fue elegida como sede por seis emperadores romanos que fueron dejando su huella en una ciudad cada vez mas notoria. De aquellos tiempos queda poco, ya que en 882 la ciudad fue atacada por los Vikingos, que asolaron el lugar destruyendo la mayoría de las construcciones romanas existentes.
Caminando por las calles encontramos la escultura de un elefante que quedó de cuando en 2013 Trier, y también la ciudad de Luxemburgo (con quien comparte el Valle de Mosela) fueron sede del "Elephant Parade", un evento que se viene haciendo desde hace algunos años para recaudar fondos que son destinados a la conservación del elefante asiático, en peligro de extinción.
Desde allí subimos nuevamente al auto y con ayuda del GPS nos dirigimos a la próxima atracción, en este caso el palacio del príncipe elector. El Kurfursliches Palais (tal es el nombre oficial) comenzó a construirse a partir de 1615, aunque lo que vemos hoy es en realidad el palacio encargado en 1756 por el arzobispo Johann Phillip von Walderdorff. En algún momento tuvo cuatro alas, pero dos de ellas nunca fueron reconstruidas. Esta es otra joya arquitectónica de Trier, pues es considerado como uno de los palacios mas lindos del mundo en estilo Rococó.
Asomando por atrás podemos ver la silueta de la Basílica de Constantino, también conocida como "Aula Palatina". Este edificio rectangular fue construido enteramente de ladrillos en 310. Es el edificio romano mas grande de Trier, fue sede del trono del emperador, y alguna vez supo ser la iglesia cristiana mas grande del mundo.
En la Primera Guerra Mundial Trier recibió el impacto de 22 bombas, pero ninguna de ellas cayó cerca del palacio. Al terminar el conflicto bélico fue ocupada por Francia hasta 1930. La paz tardaría en llegar a esta ciudad, ya que pocos años mas tarde sería bombardeada nuevamente en varias ocasiones durante la Segunda Guerra Mundial. Allí se destruyeron mas de 1600 edificios del centro de Trier.
El Palacio del Príncipe Elector fue reconstruido en 1956 sin reparar en gastos. Desde entonces funciona como sede de gobierno local.
Desde afuera y por lo menos durante las noches, parece estar hecho de azúcar.
Subimos por las fantásticas escaleras rococó decoradas con esculturas de Ferdinand Tietz. Desde allí uno de funde visualmente con los cuidados jardines del palacio (Palastgarten) que caminamos de punta a punta, esquivando charcos y lamentando no estar allí de día y en verano, donde el lugar sigue siendo punto de encuentro y de reposo para los habitantes de Trier.
Nos íbamos a quedar sin comer , pero bien valió la pena pegarse una vuelta por Trier, una ciudad diferente a cualquier otra en Alemania.
Se me había escapado en otras ocasiones en las que paseaba por esta zona de Alemania en donde se besan las "fronteras" de Francia, Luxemburgo, Suiza y Bélgica, que era desde donde llegaba en esta ocasión, manejando un auto alquilado desde Gante.
Era un típico invierno de días cortos y lloviznas largas. Estábamos con mi novia camino a Luxemburgo y sabía que no podría llegar a Trier antes del anochecer, lo que no me bastaba como excusa para no visitar (aunque apenas sea una breve pasada) la famosa "Porta Nigra". Esta antigua y bien plantada puerta romana de arenisca negra y sujetada cada dos pilares con grandes entramados de hierro, fue mandada a construir en el año 180 como puerta de acceso norte a la ciudad de Augusta Treverorum.
Dejamos el auto estacionado bajo un roble y apuramos el paso hacia el primero de los varios monumentos romanos que sobreviven en esta ciudad. La Porta Nigra es el símbolo de Tréveris y es el poco remanente visible de cuando Trier era una ciudad amurallada. Con sus casi 30 metros de altura, algunos mas de largo ¡y mas de 20 de ancho! es la puerta romana mas grande que existe, testimonio de aquellos tiempos en los que Trier era considerada una "segunda Roma".
La Puerta Negra está bellamente iluminada por las noches. Tiene dos torres a cada uno de sus lados. Una de ellas alcanza los cuatro pisos de altura (la del oeste), mientras que la otra ha quedado sin terminar. La historia nos cuenta que en 1028 un ermitaño llamado Simeón, un griego que había llegado desde una peregrinación a Palestina se instaló en una de esas torres, en donde vivió predicando la palabra del Señor hasta el día de su muerte. Fue en aquellos días cuando se empezó a conocer a esta puerta como la "Porta Nigra", una vez que el paso del tiempo y el alto contenido de hierro presente en el aire tiñera con dejos de negro a esta característica puerta romana.
A partir de este suceso, la gente del pueblo decidió que había que erigir una iglesia junto a la torre ocupada por Simeón en la Porta Nigra, y así fue como se hizo. La misma fue mandada a destruir años mas tarde por el emperador Napoleón cuando llegó a la (por aquel entonces) Tréveris francesa en 1804, buscando recuperar la originalidad que supo tener el conjunto romano.
En ese mismo lugar hoy funciona la sede del Museo Municipal, abierto desde 1904.
La "Porta Nigra" junto a otros monumentos de Tréveris como son los Baños Imperiales Romanos (y también otras termas), la catedral, el anfiteatro con capacidad para 20.000 personas, la Iglesia de Nuestra Señora, la Basílica de Constantino y/o el puente romano, forma parte de los varios sitios Patrimonio de la Humanidad protegidos por la UNESCO desde 1986. La ciudad sigue descubriendo tesoros. Los últimos restos romanos fueron encontrados en el centro de la ciudad en abril de 2006.
Todos ellos son restos de una época de esplendor sin igual, de cuando Trier contaba con mas de 80.000 habitantes, cifra que sólo volvió a alcanzar casi 2000 años mas tarde, tras la finalización de la Segunda Guerra Mundial.
Trier se convirtió en centro de la cristiandad de la mano del Emperador Constantino y de la de su madre Santa Helana. Entre el siglo III y el IV fue elegida como sede por seis emperadores romanos que fueron dejando su huella en una ciudad cada vez mas notoria. De aquellos tiempos queda poco, ya que en 882 la ciudad fue atacada por los Vikingos, que asolaron el lugar destruyendo la mayoría de las construcciones romanas existentes.
Caminando por las calles encontramos la escultura de un elefante que quedó de cuando en 2013 Trier, y también la ciudad de Luxemburgo (con quien comparte el Valle de Mosela) fueron sede del "Elephant Parade", un evento que se viene haciendo desde hace algunos años para recaudar fondos que son destinados a la conservación del elefante asiático, en peligro de extinción.
Desde allí subimos nuevamente al auto y con ayuda del GPS nos dirigimos a la próxima atracción, en este caso el palacio del príncipe elector. El Kurfursliches Palais (tal es el nombre oficial) comenzó a construirse a partir de 1615, aunque lo que vemos hoy es en realidad el palacio encargado en 1756 por el arzobispo Johann Phillip von Walderdorff. En algún momento tuvo cuatro alas, pero dos de ellas nunca fueron reconstruidas. Esta es otra joya arquitectónica de Trier, pues es considerado como uno de los palacios mas lindos del mundo en estilo Rococó.
Asomando por atrás podemos ver la silueta de la Basílica de Constantino, también conocida como "Aula Palatina". Este edificio rectangular fue construido enteramente de ladrillos en 310. Es el edificio romano mas grande de Trier, fue sede del trono del emperador, y alguna vez supo ser la iglesia cristiana mas grande del mundo.
En la Primera Guerra Mundial Trier recibió el impacto de 22 bombas, pero ninguna de ellas cayó cerca del palacio. Al terminar el conflicto bélico fue ocupada por Francia hasta 1930. La paz tardaría en llegar a esta ciudad, ya que pocos años mas tarde sería bombardeada nuevamente en varias ocasiones durante la Segunda Guerra Mundial. Allí se destruyeron mas de 1600 edificios del centro de Trier.
El Palacio del Príncipe Elector fue reconstruido en 1956 sin reparar en gastos. Desde entonces funciona como sede de gobierno local.
Desde afuera y por lo menos durante las noches, parece estar hecho de azúcar.
Subimos por las fantásticas escaleras rococó decoradas con esculturas de Ferdinand Tietz. Desde allí uno de funde visualmente con los cuidados jardines del palacio (Palastgarten) que caminamos de punta a punta, esquivando charcos y lamentando no estar allí de día y en verano, donde el lugar sigue siendo punto de encuentro y de reposo para los habitantes de Trier.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario