Twyfelfontain es uno de los sitios arqueológicos mas importantes de África Meridional, famoso por la alta concentración de petroglifos realizados durante miles de años por los antiguos.
Día 6:
Luego de desviarnos unos 20 kilómetros de la C39, en donde había un inusual tráfico en comparación del que suelen haber en los caminos de la región norte del país, llegamos al sitio arqueológico de Twyfelfontain (o IUI-IIais en Damara). El mismo se encuentra dentro del árido valle de Huab, en la región de Kunene, en Namibia.
Algunos de mis amigos tuvieron que quedarse a arreglar el soporte tipo tranquera de la rueda de auxilio de la Toyota Land Cruiser comandada por Andy. Un peligro como flameaba. Había que asegurarla antes de volver a los caminos. El resto nos fuimos caminando bajo el sol abrazador del mediodía hacia los petroglifos. En lo particular estaba contento de conocer este lugar cargado de historia, y que, desde 2007 es Patrimonio de la Humanidad (UNESCO).
En el camino pasamos por los pocos restos visibles de una granja de colonos Afrikaaners de apellido Levin, que vivieron allí. Buscando agua para sus animales, en 1942 descubrieron un manantial, y se mudaron cerca de los petroglifos. Es por ellos es que se conoce a este lugar con el nombre de Twyfelfontain, que en Afrikaans significa "Agua dudosa".
Los primeros habitantes del valle eran unos cazadores - recolectores que ocuparon la zona del valle hacia finales de la Edad de Piedra. Ellos fueron quieren realizaron los primeros petroglifos, los mas antiguos, que pueden tener unos 5.000 o 6.000 años. La gran mayoría son de los animales con quienes compartían el hábitat.
Unos 2.000 años atrás llegaron los Khoikhoi desde la actual Botswana. Los Khoikhoi son un grupo pastoril y ganadero de origen Khoisan, como lo son los Nama y los San (o Bosquimanos). En Twyfelfontain encontraron los petroglifos antiguos y continuaron con la obra durante siglos. A partir de su llegada es que aparecen las primeras figuras geométricas en el lugar. También las de flora propia de la zona.
Todavía es desconocido el número exacto de petroglifos en Twyfelfontain. Con seguridad hay entre 2.500 y 3.000, pero algunos dicen que podrían ser muchos mas. Se encuentran divididos en 15 zonas arqueológicas, todas cercanas las unas con las otras.
Los petroglifos se han mantenido en excelente estado de conservación gracias a la extrema sequedad del ambiente y la poca cantidad de lluvias que tiene cada año la zona.
La caminata hacia los petroglifos y las pinturas rupestres demanda cierto esfuerzo físico, ya que hay que ir trepando piedras. Muchas personas abandonaban a medio camino.
Pese a la importancia arqueológica del sitio, y que ya era Monumento Nacional desde 1952, tardaron décadas en protegerlo. Hoy se encuentra en gran estado de conservación y es posible alquilar servicios guiados en varios idiomas. Por lo general ofrecen tres recorridos de distinta duración.
Todos los petroglifos de Twyfelfontain tienen una patina que acentúa el color mas claro del interior de la piedra (en este caso se trata de Cuarcita). También existen un montón de pinturas rupestres, y esta combinación no suele ser común en otros sitios arqueológicos de importancia en el mundo.
Este conjunto de formaciones rocosas fue utilizada por los San para sus ceremonias y prácticas chamanicas. Muchas de las piedras emiten un sonido particular si son golpeadas como tambores. La presencia de huesos de animales chicos dan prueba de que aquí pasaban largas jornadas.
Entre los miles de animales representados en Twyfelfontain podemos encontrar las figuras de elefantes del desierto, kudu, jirafas, avestruces, vacas, rinocerontes y cebras. También existen de flamingos, pinguinos y focas, lo que dan muestra de que los artistas conocían también algunos territorios mas alejados.
Algunos de los petroglifos están a simple vista y otros bajo el resguardo de algunos aleros de piedra, y hay que saber a donde buscarlos en este enorme galería de arte al aire libre. Si no se contrata un servicio guiado, quizás lo mejor es ver donde es que están ellos enseñando los petroglifos.
Entre muchas destaca la figura de una criatura con cuerpo de león con cola muy larga y pies humanos. Es quizás la figura mas famosa de Twyfelfontain. Los expertos dicen que trata de un chamán convertido en león en alguna de las ceremonias en donde los San hacían rituales de chamanismo para tener una mejor temporada de caza.
En esta oportunidad andabamos de paso y nada sobrados de tiempo, pero en el lugar hay un cómodo lodge con una arquitectura bastante formidable en madera, donde se come bien y se han de ver unas puestas de sol espectaculares. Quedará para otra oportunidad.
Uno de los amortiguadores delanteros de la castigada camioneta de Andy dijo basta y se partió al medio, por lo cual adelantamos nuestra salida hacia Khorixas, una pequeña ciudad de 10.000 habitantes en donde daríamos con un mecánico.
Luego de desviarnos unos 20 kilómetros de la C39, en donde había un inusual tráfico en comparación del que suelen haber en los caminos de la región norte del país, llegamos al sitio arqueológico de Twyfelfontain (o IUI-IIais en Damara). El mismo se encuentra dentro del árido valle de Huab, en la región de Kunene, en Namibia.
Los primeros habitantes del valle eran unos cazadores - recolectores que ocuparon la zona del valle hacia finales de la Edad de Piedra. Ellos fueron quieren realizaron los primeros petroglifos, los mas antiguos, que pueden tener unos 5.000 o 6.000 años. La gran mayoría son de los animales con quienes compartían el hábitat.
Unos 2.000 años atrás llegaron los Khoikhoi desde la actual Botswana. Los Khoikhoi son un grupo pastoril y ganadero de origen Khoisan, como lo son los Nama y los San (o Bosquimanos). En Twyfelfontain encontraron los petroglifos antiguos y continuaron con la obra durante siglos. A partir de su llegada es que aparecen las primeras figuras geométricas en el lugar. También las de flora propia de la zona.
Todavía es desconocido el número exacto de petroglifos en Twyfelfontain. Con seguridad hay entre 2.500 y 3.000, pero algunos dicen que podrían ser muchos mas. Se encuentran divididos en 15 zonas arqueológicas, todas cercanas las unas con las otras.
Los petroglifos se han mantenido en excelente estado de conservación gracias a la extrema sequedad del ambiente y la poca cantidad de lluvias que tiene cada año la zona.
La caminata hacia los petroglifos y las pinturas rupestres demanda cierto esfuerzo físico, ya que hay que ir trepando piedras. Muchas personas abandonaban a medio camino.
Pese a la importancia arqueológica del sitio, y que ya era Monumento Nacional desde 1952, tardaron décadas en protegerlo. Hoy se encuentra en gran estado de conservación y es posible alquilar servicios guiados en varios idiomas. Por lo general ofrecen tres recorridos de distinta duración.
Todos los petroglifos de Twyfelfontain tienen una patina que acentúa el color mas claro del interior de la piedra (en este caso se trata de Cuarcita). También existen un montón de pinturas rupestres, y esta combinación no suele ser común en otros sitios arqueológicos de importancia en el mundo.
Este conjunto de formaciones rocosas fue utilizada por los San para sus ceremonias y prácticas chamanicas. Muchas de las piedras emiten un sonido particular si son golpeadas como tambores. La presencia de huesos de animales chicos dan prueba de que aquí pasaban largas jornadas.
Entre los miles de animales representados en Twyfelfontain podemos encontrar las figuras de elefantes del desierto, kudu, jirafas, avestruces, vacas, rinocerontes y cebras. También existen de flamingos, pinguinos y focas, lo que dan muestra de que los artistas conocían también algunos territorios mas alejados.
Algunos de los petroglifos están a simple vista y otros bajo el resguardo de algunos aleros de piedra, y hay que saber a donde buscarlos en este enorme galería de arte al aire libre. Si no se contrata un servicio guiado, quizás lo mejor es ver donde es que están ellos enseñando los petroglifos.
Entre muchas destaca la figura de una criatura con cuerpo de león con cola muy larga y pies humanos. Es quizás la figura mas famosa de Twyfelfontain. Los expertos dicen que trata de un chamán convertido en león en alguna de las ceremonias en donde los San hacían rituales de chamanismo para tener una mejor temporada de caza.
En esta oportunidad andabamos de paso y nada sobrados de tiempo, pero en el lugar hay un cómodo lodge con una arquitectura bastante formidable en madera, donde se come bien y se han de ver unas puestas de sol espectaculares. Quedará para otra oportunidad.
Uno de los amortiguadores delanteros de la castigada camioneta de Andy dijo basta y se partió al medio, por lo cual adelantamos nuestra salida hacia Khorixas, una pequeña ciudad de 10.000 habitantes en donde daríamos con un mecánico.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario