El Castillo de Ankara (Ankara Kalesi) domina desde hace siglos las vistas de la capital de Turquía desde lo más alto de la ciudad. Es uno de los sitios mas importantes de Ankara.El castillo tiene mucha historia para contar, tal como la tiene Ankara, una de las ciudades más antiguas del mundo, y hoy capital de la República de Turquía.
El Castillo de Ankara (o su remanente) ocupa una superficie de 350 x 150 metros, sin contar unas 42 torres de defensa que se encuentran a unos 40 metros de distancia hacia el lado externo de las paredes del castillo. No se sabe a ciencia cierta desde cuando es que existe el Castillo de Ankara, pero con seguridad corresponde a períodos comprendidos entre la Antiguedad Tardía y el principio de la Edad Media. Eso es mucho tiempo, aún considerando que la historia de Ankara se escribe al menos desde el 2.000 a.C, época en donde los Hatianos (tiempo mas tarde devenidos en Imperio Hitita).
Los Hititas utilizaron su estructura antes que los Romanos conquistaran el área, llamando Ancyra a esta ciudad que llegó a tener en esos tiempos más de 200.000 habitantes.
Tras la conquista romana de Galatia en el siglo II a. C., las paredes del Castillo de Ankara fueron construidas nuevamente acorde a las necesidades defensivas de la época, tal cómo marcan las crónicas del emperador Caracalla (circa 217 D.C). De este tiempo quedan claros ejemplos arquitectónicos romanos del muro externo del castillo.
Tiempo más tarde el castillo fue ocupado por Frigia, un imperio que ocupaba gran parte de Anatolía.
Años más tarde el Castillo de Ankara (y por supuesto el resto de la ciudad) fueron conquistados y ocupados por los Persas, antes que los Bizantinos, más tarde los Árabes y a la postre los Otomános antes del fin de la Primera Guerra Mundial y la creación de la República de Turquía.
La idea de reciclar hoy está de moda, pero en sitios como éste queda claro que de alguna manera el reciclaje viene practicándose desde hace siglos, En las piedras de los muros del Castillo de Ankara, uno puede visualizar con claridad el paso de las diferentes culturas que ocuparon este sitio.
Una cosa para remarcar acerca del Castillo de Ankara es el hecho de que éste estuvo siempre habitado en forma inentirrumpida desde su creación, lo que le da una impronta muy particular. Mucho no ha cambiado, pues al día de hoy sigue siendo morado cómo en los viajos tiempos, quizás no por príncipes, barones, duques o condes, si no por pobladores de las clases más bajas de Ankara que viven en los límites del castillo y sus alrededores.
Hay cientos de casas habitadas dentro de los límites del Castillo de Ankara, que están construidas con ladrillos de adobe (barro) y madera, como en los viejos tiempos. Sus moradores son amigables, nada tímidos, y prestan una mano a quienes visitan este lugar.
El Castillo de Ankara se encuentra a un corto taxi de distancia del Mausoleo de Ataturk, el otro sitio (increíble) que nadie debiera perderse en una visita a Ankara. Las dos visitas pueden hacerse en un día sin problemas de tiempo.
Por un lado el Castillo de Ankara no se encuentra en el estado de conservación que mereceu n sitio de estas particularidades, sin embargo el hecho de que se encuentre habitado en forma ininterrumpida desde hace siglos hace de este lugar un fiel testimonio de la rica historia de Ankara.
En el interior de las murallas funciona al menos un restaurante. Habíamos caminado mucho ese día, y afuera no dejaba de llover, así que vinimos a por unas sopas y unos platos de comida caliente que por suerte no nos defraudaron e hicieron de este un momento agradable y un poco picante.
Vale la pena conocer el Castillo de Ankara si por alguna razón caen en la capital de Turquía.
El Castillo de Ankara (o su remanente) ocupa una superficie de 350 x 150 metros, sin contar unas 42 torres de defensa que se encuentran a unos 40 metros de distancia hacia el lado externo de las paredes del castillo. No se sabe a ciencia cierta desde cuando es que existe el Castillo de Ankara, pero con seguridad corresponde a períodos comprendidos entre la Antiguedad Tardía y el principio de la Edad Media. Eso es mucho tiempo, aún considerando que la historia de Ankara se escribe al menos desde el 2.000 a.C, época en donde los Hatianos (tiempo mas tarde devenidos en Imperio Hitita).
Los Hititas utilizaron su estructura antes que los Romanos conquistaran el área, llamando Ancyra a esta ciudad que llegó a tener en esos tiempos más de 200.000 habitantes.
Tras la conquista romana de Galatia en el siglo II a. C., las paredes del Castillo de Ankara fueron construidas nuevamente acorde a las necesidades defensivas de la época, tal cómo marcan las crónicas del emperador Caracalla (circa 217 D.C). De este tiempo quedan claros ejemplos arquitectónicos romanos del muro externo del castillo.
Tiempo más tarde el castillo fue ocupado por Frigia, un imperio que ocupaba gran parte de Anatolía.
Años más tarde el Castillo de Ankara (y por supuesto el resto de la ciudad) fueron conquistados y ocupados por los Persas, antes que los Bizantinos, más tarde los Árabes y a la postre los Otomános antes del fin de la Primera Guerra Mundial y la creación de la República de Turquía.
La idea de reciclar hoy está de moda, pero en sitios como éste queda claro que de alguna manera el reciclaje viene practicándose desde hace siglos, En las piedras de los muros del Castillo de Ankara, uno puede visualizar con claridad el paso de las diferentes culturas que ocuparon este sitio.
Una cosa para remarcar acerca del Castillo de Ankara es el hecho de que éste estuvo siempre habitado en forma inentirrumpida desde su creación, lo que le da una impronta muy particular. Mucho no ha cambiado, pues al día de hoy sigue siendo morado cómo en los viajos tiempos, quizás no por príncipes, barones, duques o condes, si no por pobladores de las clases más bajas de Ankara que viven en los límites del castillo y sus alrededores.
Hay cientos de casas habitadas dentro de los límites del Castillo de Ankara, que están construidas con ladrillos de adobe (barro) y madera, como en los viejos tiempos. Sus moradores son amigables, nada tímidos, y prestan una mano a quienes visitan este lugar.
El Castillo de Ankara se encuentra a un corto taxi de distancia del Mausoleo de Ataturk, el otro sitio (increíble) que nadie debiera perderse en una visita a Ankara. Las dos visitas pueden hacerse en un día sin problemas de tiempo.
Por un lado el Castillo de Ankara no se encuentra en el estado de conservación que mereceu n sitio de estas particularidades, sin embargo el hecho de que se encuentre habitado en forma ininterrumpida desde hace siglos hace de este lugar un fiel testimonio de la rica historia de Ankara.
En el interior de las murallas funciona al menos un restaurante. Habíamos caminado mucho ese día, y afuera no dejaba de llover, así que vinimos a por unas sopas y unos platos de comida caliente que por suerte no nos defraudaron e hicieron de este un momento agradable y un poco picante.
Vale la pena conocer el Castillo de Ankara si por alguna razón caen en la capital de Turquía.
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