martes, 27 de febrero de 2024

Tarde en Wismar

Wismar es una ciudad alemana sobre las aguas del Mar Báltico. Como muchas otras con esta condición, perteneció a la famosa Liga del Hansa, una próspera unión comercial y defensiva entre unas doscientas ciudades de lo que hoy son Polonia, Alemania, Suecia, Dinamarca, Países Bajos, Lituania y Estonia.

Alguna vez la ciudad de Wismar perteneció a Suecia tras ser conquistada en 1632 durante la Guerra de los Treinta Años, dominio que mantuvieron "entre pitos y flautas", hasta principios del 1900. De esta época queda un número de edificios de estilo gótico que fueron construidos en ladrillo para los burgueses de la época, y que hoy son parte protegida del Centro Histórico de Wismar, que goza de ser Patrimonio de la Humanidad UNESCO.
Habían terminado las navidades y me encontraba nuevamente en Sylt, la isla más septentrional de Alemania. Poco más de 500 kilómetros me separaban de Berlin, la capital del país y punto en dónde me encontraría con mi familia para continuar este viaje. Había dos rutas posibles y una de ellas pasaba por esta ciudad de 43.000 habitantes, así que me hice tiempo para conocerla. Era invierno y la lluvia una constante en ese frío día.
Mi primera impresión fue buena. Ya de entrada me gustó caminar por las calles de Wismar mientras leía acerca de sus últimos siglos de historia y veía todo cuanto quedaba en pie, edificios y canales, en una ciudad bombardeada doce veces durante la Segunda Guerra Mundial. 
Una de las tres iglesias de Wismar es la Nikolaikirche, que es de 1361 y es un claro ejemplo de lo que era la arquitectura en ladrillo proveniente de la ciudad alemana de Lubeck, estilo previo al de las otras construcciones góticas en ladrillo presentes en la ciudad.
La Iglesia de San Jorge es de 1404 pero fue gravemente dañada durante las últimas semanas de la Segunda Guerra Mundial. Tras décadas en mal estado ha sido terminada de reconstruirse en 2010 con un costo aproximado de 40 millones de Euros.
Un foto reportaje breve, pues mi teléfono se quedó sin batería antes de llegar siquiera a la plaza principal de la ciudad, una de las más grandes del norte de Europa y de regias construcciones góticas en ladrillo y una fuente cuya historia quedará para otro momento.