martes, 30 de abril de 2013

Colmar, la joya del Alto Rin

La ciudad de Colmar, en Francia, puede considerarse como una de esas joyitas del Alto Rin. Una de esas poblaciones que parecen salidas como de un cuento de hadas.

Colmar, tantas veces disputada por Francia y Alemania, fue cambiando varias veces de mano entre los dos países a lo largo de su historia, pero nunca perdió su identidad.

En el centro de Kolmar, como la llamaban los Alemanes, existe una gran cantidad de de edificios bien conservados, todos correspondientes a los períodos Gótico y Renacentista Alemán. Por suerte han sobrevivido a numerosos conflictos bélicos de la talla de la "Guerra de los 30 Años" e incluso a la "Segunda Guerra Mundial".

A diferencia de otros territorios de Alsacia, la ciudad de Colmar siempre mantuvo una vocación y apego por Francia durante los años en que fue ocupado y dominado por su poderoso vecino Teutón.
Colmar es una de las ciudades mas importante de la región de Alsacia. No solo por su población que supera con comodidad las 80.000 personas, si no por que, con el paso de los años, supo guardar un poco de cultura autóctona en cada uno de sus rincones, pese a estar situada muy cerca de las fronteras de Suiza y de Alemania. Así sobresale su idioma, su comida y la particular forma de ser de los habitantes.
Aquí en Colmar nació y vivió el escultor Fréderic Bartholdi, quien esculpíó uno de los monumentos más renombrados de todos los tiempos: La Estatua de la Libertad que se encuentra en New York, y cuya figura es reproducida en muchas otras ciudades del mundo.
El principal monumento Gótico de Colmar, y como no podía ser de otra manera, es su querida y bien venerada Catedral San Martín (Cathedrale Saint-Martin). La misma fue construida entre los años 1234 y 1365,  reemplazando a la anterior que databa del año 1.000. Se venera desde entonces como Santo Patrono de la ciudad a San Martín de Tours.
Las proporciones de la catedral son respetables, con 78 metros de largo y mas de 20 de altura en las partes mas bajas del edificio.

El Koifhus, en la zona medieval de la ciudad,  es el edificio que Alemania usaba como aduana en la época en que Kolmar estaba bajo su dominio.
El uso de esas tejas es muy popular en toda la región, aunque por lo general , en el resto de los pueblos no están tan bellas y bien trabajadas como en el caso de esta ciudad. Cuestión de presupuesto.
Uno de los barrios que no podemos dejar de visitar cuando en Colmar, es el que se conoce como "Pequeña Venecia". Tal como en el resto de las "otras Venecias", nos decepcionaremos un poco.
En realidad, en Colmar, es uno solo el canal que pasa por parte de la ciudad.  Sigue siendo, de todos modos un buen lugar para apreciar desde el agua las construcciones medievales pintadas en diversos tonos pastel y dejarse llevar por el momento o la imaginación.
Un Boat Tour por el canal es lo mas  recomendado como complemento a las caminatas.

Toda la ciudad es activa, tanto en verano como en invierno, en  donde Colmar vive su mejor momento, ya que es mundialmente famosa por su Mercado Navideño. Todo huele a vino y especias.

Colmar es un gran lugar para comer y tomarse algunos Gluwein, (o vino caliente con Canela y jengibre, Vin chaud lo llaman ellos) desde alguna de sus muchas terrazas o puentes.
Por suerte las galletitas navideñas se consiguen todo el año. Yo feliz.

Otras entradas de Alsacia y Lorena:

Kaysersberg, el monte del César

Riquewir, considerado uno de los pueblos mas lindos de Francia















Parque das aves

El Parque Das Aves es un lugar espectacular para visitar solo o compartir en familia. Una oportunidad única de conocer bien de cerca a muchas aves maravillosas.

El zoológico es privado y esta especializado en la conservación de varias especies de aves exóticas como Tucanes , grullas , Guacamayos, Flamencos ,Colibríes, Papagayos, Ñandues y muchos otros además de una enorme cantidad de aves autóctonas de este rico continente. Millares de mariposas nos van acompañando, todo en un entorno muy bien cuidado y que esta en constante mejoramiento.

Nos vamos metiendo por diferentes puertas a los aviarios donde podemos observar la actividad bien de cerca como parte directa del entorno, que de por sí, en esta región del mundo, es exuberante.
El Parque Das Aves esta pegado a la entrada del Parque Nacional Do Iguaçu (Rodoviaria Das Cataratas Km 17,1) , por lo que recomiendo ir con tiempo para poder gozar de ambos programas.
El parque abre todos los días y cuenta con servicios varios de comida o souvenirs. A la mañana hay menos gente. Quizás sea bueno empezar aquí y continuar el día en las cataratas.
Para muchos la entrada pueda ser un tanto cara, pero a medida que nos vamos adentrando en el parque notamos que esta muy bien conservado y le han puesto mucho amor y empeño. Así si vale la pena.
Los animales, a diferencia de tantos zoológicos, están muy sanos y parecen ser felices. Eso me dijo un Tucán.

Para muchos la entrada pueda ser un tanto cara, pero a medida que nos vamos adentrando en el parque notamos que esta muy bien conservado y le han puesto mucho amor y empeño. Así si vale la pena.

Los animales, a diferencia de tantos zoológicos, están muy sanos y parecen ser felices. Eso me dijo un Tucán. Nos cuentan aquí que muchos de los animales que forman parte del Parque Nacional Das Aves fueron recuperados de mafias que se dedican al contrabando y a la venta ilegal de especies exóticas.
Otros, por diferentes motivos, necesitan de la atención personalizada de los expertos del parque nacional. El objetivo a cumplir es hacer tener cría a las diferentes especies de aves y poder devolver esta segunda generación a los ecosistemas naturales.



lunes, 29 de abril de 2013

Ciudad de Luxemburgo. Breve impresión.

Luxemburgo es uno de los países mas pequeños y ricos de Europa. Con medio millón de habitantes se encuentra en el podio con uno de los PBI mas altos del planeta. Así y todo, pese a estas cartas de presentación esperaba que se note mas esa riqueza cuando llegué a su capital.

Un centro financiero importantísimo pero semi desierto nos daban la bienvenida a la ciudad. Parecía que toda la gente de la ciudad estaba en sus autos Franceses sobre las congestionadas arterias de las cuales acababamos de salir. Aprovechamos las calles vacias para rastrillar la ciudad antes de emprender media docena de cortas caminatas entre el moderno y vidriado centro y su parte mas antigua de un considerable atractivo conocida como Plateau du Kirchberg.
La población de la ciudad de Luxemburgo orilla los 100.000 habitantes, aunque solo una minoría de ellos nació o se crio en el país. Los mayores grupos de extranjeros estan conformados por Franceces en una amplia mayoría, seguidos por Italianos, Belgas y Alemanes y otros.
Recorrimos algunas de sus calles peatonales, cuidadas plazas y pasajes antes de dedicar un rato para tomar un café importado y charlar con sus amables gentes.
La historia de la ciudad nace en los alrededores de un gran castillo construido en el año 963 sobre y alrededor de los restos de un antiguo castillum Romano. Lucilinburhuc y el castillo actual de la ciudad de Luxemburgo siempre estuvieron sobre una suerte de  fortaleza natural
Luxemburg City esta ubicada y emplazada en un gran y verde peñón que todos sus habitantes conocen como el Bock. No solo el castillo esta sobre una roca. Todo el país por momentos parece estarlo. Se la conoce como "El Gibraltar del norte".
Museo de la Banca, desde lo lejos. Luxemburgo
Este es sin dudas el primer lugar en donde hay que venir cuando se visitador primera vez la ciudad. Desde aquí se tienen maravillosas vistas, no importa en que dirección se mire.

Vale la pena visitar cada uno de los diferentes niveles e incluso recorrer los túneles, si tienen la suerte de estar allí durante el verano. Claro que hay que tener ganas de subir y bajar varias escaleras, casi haciendo un esfuerzo para no pisar a las lagartijas.
Los túneles y agujeros a los que podemos acceder (previo pago) son muy interesantes. Son los mismos que han salvado a miles durante las diferentes guerras que libraron los vecinos de este país.

Los Casemates du Bock  muestra el excelente sistema defensivo de la ciudad de Luxemburgo mediante la construcción de un sistema de túneles y murallas que protegen no solo al castillo, si no a gran parte de la ciudad.
El sistema de túneles es complejo y mide en total unos 23 kilómetros.
Una serie de puentes embellecen a la ciudad. El mas famoso de ellos es el Puente Adolfo, el de todas las postales de Luxemburgo, símbolo del país desde su independencia.
Desde aquí se ven las profundas gargantas de hasta 70 metros de alto y algunos de los puentes, en varios niveles, que hay en pleno centro de esta particular y diferente ciudad.

Aquí, en este mismo sector fue donde comenzó la peculiar historia de este país.
Luxemburgo fue nombrada dos veces como Capital Europea de la cultura. La ciudad tiene un montón de museos e importantes teatros.
A diferencia de sus vecinos aquí tuve un poco la sensación como de encontrarme con un país que esta todavía en formación, con un poco más historia que lo más jóvenes de Europa, pero con mucho menos cuento y relevancia que aquellos que lo rodean.
Me quede muy poco tiempo en Luxemburgo. No pude encontarle su carácter, y de seguro lo tiene.
Luxemburgo era antiguamente agrícola y fabril.  Una buena parte de la clase obrera estaba dedicada a la industria pesada, que con el correr de las décadas sufrió de varias crisis económicas que llamaron a revisar el modelo.
Con distintas políticas se fueron diversificando hasta convertirse en el centro financiero mundialmente conocido que hoy es, con decenas de miles de compañías registradas en su territorio.
Fue agotadora esta visita a la ciudad de Luxemburgo. Estuvimos siempre a las corridas, pero con esa sensación de que hay que dejar cosas para una próxima vez.
Probablemente la elección de destinos de un próximo viaje por Europa me haga volver. Es que gusta la zona y algunas de las propuestas de Luxemburgo.

domingo, 28 de abril de 2013

Aventuras en Baritú, el único parque nacional tropical de la Argentina

Hacía mucho tiempo que quería conocer el Parque Nacional Baritú, pero su acceso no es fácil. 
Un día se dio la posibilidad de rumbear hacia esos pagos y comenzamos con los preparativos.

Como teníamos que vacunarnos contra la fiebre amarilla, y el certificado internacional debía contar con un mínimo de diez días desde la aplicación de la profilaxis, ya veníamos todos enganchados y comprometidos con el viaje. Seríamos de la partida dos parejas amigas en dos camionetas idénticas.

Si bien había salido desde Buenos Aires solo 20 minutos mas tarde que mi amigo Andy, me costó 170 kms alcanzarlo en la ruta. Hicimos una breve parada y seguimos casi non stop hasta la ciudad de Metán, (Provincia de Salta) a casi 1400 kms de casa, en donde llegámos tres tanques de combustible y 13 horas mas tarde. Rápido check in en el hotel y antes de darle un respiro al cuerpo, cruzamos la calle para comer algo regional, y entregarnos a un buen descanso antes de proseguir nuestro viaje hacia la frontera con Bolivia.

El P.N.Baritú queda en el departamento de Santa Victoria en la provincia de Salta, pero resulta imposible llegar a el por suelo Argentino, por lo que, luego de hacer los trámites migratorios, hay que recorrer un centenar y medio de kilómetros por suelo Boliviano para luego reingresar a territorio Argentino por un paso de frontera en donde no existe control migratorio alguno.

La salida del lado Argentino fue rápida y un poco mas tediosa del lado Boliviano. Los gendarmes anotaban la marca de nuestros neumáticos, equipos fotográficos y todo cuanto podría tener valor, lo cual resulta ridículo en este paso, ya que no hay nada interesante para comprar del otro lado de la frontera a excepción de remeras, toallas, películas truchas o baratijas de dudoso gusto.

El puente de Aguas Blancas sobre el Río Bermejo nos daba la bienvenida a esta aventura.
Con el río Bermejo, límite natural entre los dos países siempre a nuestra izquierda nos fuimos adentrando en territorio Boliviano. La ruta esta en muy buen estado pero su traza esta llena de curvas y contra curvas por la que la velocidad de avance nunca es muy veloz. De todos modos es un error andar rápido en un país como Bolivia, donde pasan muchas cosas arriba de la ruta, como verán mas adelante.

El paisaje es notablemente mas verde de este lado y vamos cobrando cierta altura a  medida que avanzamos.
Cruzamos una serie de túneles hechos a pico y pala y otros apenas mas modernos.

Unas dos o tres horas mas tarde el camino nos enfrentó al río Bermejo y divisamos el puente internacional que nos devolvería a la Argentina. De un lado Argentina, del otro Bolivia.
Algunas fotos de rigor apreciando las aguas bajas del río que sabe ser turbulento en otras épocas y del paisaje en general. Estábamos de yapa en un nuevo sector de Bolivia y nos ponía contentos.

Cruzamos hacia las cabañas que nos acogerían por las noches.
Para llegar seguimos por caminos de tierra hasta el pueblo de Los Toldos que debe su nombre al fenómeno que siempre hace que el cielo parezca techado por la cercanía al piso de sus nubes. Allí, en este pequeño pueblo de menos de 900 habitantes, entablado a 1800 msnm, rodeado de selvas de yunga y serranías varias, nos recibirían los dueños, un médico colombiano y su mujer bioquímica con los que enseguida entablamos conversación mientras esperábamos para un tardío almuerzo con truchas que crían ahí mismo.

Como quedaba alguna que otra hora de luz, aprovechamos y nos fuimos a la muy cercana, y poco prometedora Reserva El Nogalar. Este es un predio chico lleno de nogales como sugiere su nombre, y no mucho mas para ver o hacer.

Las cabañas lucían muy cálidas pero morimos de frío por las noches, amén de que llené la cama con frazadas que traje desde Buenos Aires.
Como no hay ni aduana ni migraciones en el puente internacional de La Mamora, estábamos técnicamente de ilegales, nosotros y nuestros vehículos, por lo que fuimos hacia el "cuartel" de gendarmería para hacer una denuncia formal de nuestra situación, y a que nos entreguen un salvoconducto para salir por donde habíamos llegado.
Allí mi amigo se encontró con un colega conocido de la Red Yaguareté que nos mostró un reciente video en donde se ve pasar a este esquivo animal por un sector de Baritú, hacia donde nos dirigíamos. Que animal mas bello al que el hombre le va dejando cada vez menos lugar de su hábitat natural, y corre muy serios riesgos de extinción.
Al día siguiente vadeamos un primer río, y por un camino nos fuimos internando en la espesura de la nubo selva de montaña. Estábamos camino a Baritú, el único parque nacional tropical de la Argentina y además el menos visitado, no solo por su acceso y posición geográfica, si no por que la crecida de los ríos no permite llegar en temporada estival o de verano, e incluso durante el invierno hay que tener cuidado con los caprichos del Río Lipeo que sabe crecer muy rápido, y sus aguas galopan con destructiva fuerza blanca.
Para llegar hay que hacerlo si o si en vehículos de doble tracción.

Enormes árboles entre los que destacamos Lapachos, Cedros, Cebíles, Jacarandas y Guayacánes nos van acompañando en el camino. Los helechos son enormes, y salvo en el sur de Chile, nunca ví de anchuras semejantes, aunque estos eran de mayor altura.
Paredes escarpadas y matizadas de miles de verdes le van otorgando dramatismo al paisaje, y cada dos por tres se regalan dulces naranjas que no pudimos dejar de probar.
A medida que ascendemos va cambiando la flora y vamos apreciando nuevos árboles, algunos de los cuales son muy parecidos entre sí, y hay que hacer un esfuerzo mayor para poder reconocerlos.

Al cabo de 28 tranquilos kilómetros llegamos al paraje, o pequeño poblado de Lipeo. Allí bajamos a espiar y caminar por su único puente peatonal, y hacer desde arriba, una mirada al homónimo río a ver si podríamos vadearlo con nuestros vehículos para llegar victoriosos a Baritú. 
El caudal de agua nos permitíá cruzar con sumo cuidado ya que el piso esta lleno de enormes rocas redondeadas que se van moviendo a medida que avanzamos. No teníamos muchas horas pues el río crece por las tardes y no nos permitiría salir de allí, y Lipeo no es un lugar en donde uno quisiera quedarse, amén de que no hay infraestructura alguna. O sea era arriesgarse a quedar varios días "viviendo" en las camionetas.

Fuimos cruzando de a uno y con los elementos de rescate preparados para actuar con rapidez si así  hiciera falta.
Hubo un momento de adrenalina cuando quede semi colgado de una piedra perdiendo tracción en la mitad misma del río, y al poder escapar de la trampa,  ya no veía el único lugar posible para salir.

Cruzamos contentos, ya habíamos superado el único escollo que podía detenernos.
Este es uno de los territorios vírgenes mas importantes de Argentina, por estar encerrado entre sierras de muy difícil acceso. La vegetación y la fauna es muy rica y asombrosa.

Duele decirlo pero vimos una vez dentro del espacio protegido la mano del hombre y sus moto sierras. Enormes ejemplares de Cedro estaban tirados a la vera del camino como esperando que alguien venga a llevárselos. La buena calidad de la madera en el noreste Argentino ha hecho estragos, y Baritú no es la excepción pese a tratarse de un parque nacional.

En el camino nos topamos con un borracho que cruzo su camioneta en el camino, en una clara señal de no dejarnos pasar. Lo esquivamos por la zanja del costado y proseguimos nuestra ruta avanzando en dirección sur.

De los árboles cuelgan lianas, de las lianas helechos o bromelias, en las bromelias vuelan mariposas. Mucha vida en cada lugar donde se mire.
Este pasacalles nos da una tibia bienvenida a lo que es el poblado. En realidad la bienvenida era para la virgen. Los habitantes del lugar, que tienen sus sucios negocios con la tala indiscriminada, no nos dan la bienvenida. Todo lo contrario: Nos miran con caras de pocos amigos y expresiones de odio.
Seguimos nuestro camino hacia la naturaleza, que es lo que vinimos a ver.

Para ese entonces notamos una particularidad de los habitantes de la zona. En el pueblo de Los Toldos son todos católicos. Algún día echaron a los evangelistas fanáticos quienes se mudaron un poco mas arriba a la población de Lipeo junto al río, y en Baritú son todos lisa y llanamente borrachos.
Avanzamos todo cuanto pudimos hasta que la espesura del paisaje no nos lo permitió más. Retrocedimos un poco a un valle en donde alguna vez funcionó una pista de aterrizaje hoy en desuso, y allí mismo nos sentamos a disfrutar de un importante pick nik preparado e importado para la ocasión.
La paz que suponía uno encontrar en tan desolado lugar, alejado de la civilización se vio interrumpida cuando desde los cerros comenzaron a bajar grupos de personas, que por el número debía ser gran parte del pueblo. Nos asustamos cuando venían en banda hacia nosotros, pero se ve que solo querían mirar un poco mas de cerca ya que desaparecieron rápidamente entre la vegetación y no  volvimos a verlos.

El pasto quemado por las matinales heladas, cortito y seco, y el apenas notorio sonido del viento, estaban invitándome a dormir un rato cuando recordamos de los peligros que suponía una crecida del río, por lo que casi apurados emprendimos la vuelta hacia nuestras cabañas en Los Toldos.
Si hay algo que hago siempre cuando viajo, es pararme y mirar hacia atrás. Todo se ve tan diferente. El camino de vuelta era el mismo que a la ida, pero dejaba al descubierto nuevos paisajes con el cielo mas abierto y una luz dorada que intentaba colarse por entre los árboles.

Un poco de nostalgia me acompaño toda la bajada. Hubiera querido permanecer aquí un poco mas pero ya no nos quedaban caminos (hay muy pocos) por recorrer. Tampoco podíamos permitirnos que el río Lipeo tenga el capricho de crecer, pero por suerte el cruce fue manso.




El camino que une la localidad de Lipeo con el parque nacional, propiamente dicho me pareció mas lindo que los que recorren las zonas protegidas,  y aunque menos verde nos permite estirar la vista por sobre las sierras casi adivinando la gran figura de la cordillera de los Andes muy al fondo.
El día terminaba rápidamente y nos esperaron por tercera vez con truchas acompañadas por papas locales, de la que recuerdo una de tonos verdes que me encantó.
Esa noche nos dejaron con hambre por lo que pedimos refuerzos, y fue alguna mermelada de Sauco o Zarzamora las que no mando al baño por el resto de la noche. La intoxicación era generalizada.Los baños de las cabañas eran tan angostos que alguien de + de 1.80 va a tener que poner sus piernas de costado si pretende sentarse en el inodoro. Por suerte no nos agarro en ruta.
Cuando madrugamos al día siguiente estábamos envueltos en nubes. Comentamos nuestra experiencia en los minúsculos baños de las cabañas donde las rodillas tocaban la pared cuando estábamos sentados.
Tras un rápido desayuno y de despedirnos de nuestros nuevos amigos en Los Toldos, emprendimos viaje de nuevo hacia Bolivia con el fin de llegar a la Argentina.

A los pocos kilómetros nos encontramos con un derrumbe de montaña que no permitía nuestro paso. Bajamos de las camionetas y descubrimos que estaban haciendo arreglos sobre la calzada y que la única ruta de salida permanecería cerrada por el resto del día. Bolivia.

Pensábamos en volver a las cabañas y retomar al día siguiente cuando una ambulancia que llevaba un enfermo hizo que le corriesen las piedras con una pala mecánica. Aprovechamos la situación y nos colamos atrás de ella para proseguir nuestro camino hacia la frontera con Argentina.
Pudimos avanzar no mas de 30 kms cuando nos encontramos con una protesta contra la alcaldesa que cortaba la ruta. Ilusos de nosotros que pensábamos nos iban a dejar pasar por ser extranjeros y ajenos al conflicto. Cuando baje a negociar me sacaron cagando. Tras consultar con la docena de camioneros que se encontraban detenidos allí, decidimos que quizás sería una buena idea  volver nuevamente a Los Toldos, o intentar una ruta mas larga y peligrosa, uniendo las ciudades de Tarija con la de Villazón y entrar vía la provincia de Jujuy a la Argentina.

Allí vimos como salió raudo un grupo de manifestantes a cortar un sector de la ruta por la que veníamos, así que apuramos y nos fuimos tras ellos, que armados con moto sierras pretendían cortar árboles para tirar por sobre la calzada.
Casi no nos dejan pasar, pero los convencimos de que solo estábamos intentando volver a nuestro país, lo cual era completamente cierto.

El alivio duró poco ya que al rato nos encontramos con la ruta otra vez cortada, pero esta vez solo por un par de horas. La gente del piquete llegaba desde atrás y todos juntos esperamos. El boliviano, acostumbrado a estos sucesos ni pregunta, ni sabe, ni le interesa, que es lo que se reclama.

Cuando llegaba la hora de apertura descubrimos que la hora del país alto andino estaba atrasada una hora con respecto a la de Argentina, así que pacientes esperamos una última hora. Ya eran las seis de la tarde y en diez horas no habíamos logrado avanzar nada.
Quedaba la posibilidad de dormir en la peligrosa Tarija, o la de seguir viajando toda la noche por los caminos de montaña de Bolivia que tampoco era cauto.
Nos decidimos por la segunda opción y apuntamos hacia el lado Tarijeño ya que debíamos repostar con urgencia combustible, ya que lo que cargábamos en nuestros bidones de emergencia no iba a alcanzar para tamaño recorrido de montaña en el que llegaríamos a los 4600 msnm.

En Bolivia no le venden combustible a los extranjeros o si lo hacen es con un precio altísimo, por lo que pudimos convencer a un Chapaco (habitante de Tarija) a que nos llene los tanques a precio local y se quede unos Dólares para él. Así salíamos ganando todos y teníamos asegurado nuestro regreso a casa. O eso es lo que creíamos.

Atravesamos la ciudad y encontramos el camino de montaña que debíamos seguir por horas. Parecíamos estar en la recta final para salir de Bolivia.

Una Land Cruiser de la Policia Boliviana nos corta el paso a poco de empezar el camino.

"¿Que no vieron la tranca?" - Nos dice el oficial.

Si.Es verdad. Había visto una barrera, pero como estaba levantada seguí. La tranca es un peaje.

Pedimos disculpas, quisimos pagar, pero nos hizo pegar la vuelta a la estación de policía.
Al llegar al cuartel me encontré con una oficina llena de posters de mujeres tetonas y un oficial con una enorme bola de coca en su boca. De hecho el cuarto apestaba a coca.
Explicamos la situación a 12 hs de haber dejado las cabañas, pedímos disculpas nuevamente y ante amenazas de multas que solo podíamos pagar en la ciudad el lunes (era sábado) ofrecimos una coima para poder seguir, y era exactamente lo que buscaban (colaboración le dicen). Intenté despojarme de unos billetes de alta denominación pero bajo valor que guardaba desde mi último viaje a Paraguay, pero no es fácil cambiarlo para ellos por la poca y mala relación que guardan con el país vecino. Aceptaron unos pesos Argentinos y ahí si pudimos emprender los 200 kms por camino de montaña, y de noche, que nos separaban de la horrible Villazón.

El camino no estaba en tan mal estado, pero el precipicio era notable y estaba siempre presente a nuestra derecha. Miles de cruces nos recordaban el peligro de circular por aquí y un montón de camiones, varios de ellos sin luces hacían difícil el avance y sobre paso. La tierra que levantaban era tan finita que insólitamente se veía mas con las luces apagadas. Tuvimos que tomar, por este motivo, mayor distancia entre los vehículos. El camino siempre en ascenso.

Por momentos las camionetas se apunaban y no encontraban suficiente oxigeno para la combustión, perdiendo fuerza cuando mas la necesitábamos. 
Entre los vehículos íbamos comunicados por radio VHF.

De golpe encuentro una suerte de enorme pampa a mas de 4000 metros de altura y caminos nuevos para todas las direcciones. El GPS no encontraba señal, la radio dejo de funcionar. La distancia entre los vehículos era grande. Estábamos perdidos.

En los lugares mas remotos de Bolivia uno siempre se encuentra gente caminando por la montaña, y por suerte esta no sería la excepción. Pudimos encontrar nuevamente el camino necesario que a poco de andar se convirtió en un nuevisimo asfalto y recién pintado. Era el lujo y la ruta correcta hacia Villazón.
 Al cabo de un rato ya se vislumbraban las luces de la ciudad allá a lo lejos. Llegamos y nos encontramos con nuestros amigos en la frontera, pero esta estaba cerrada. Eran las 3AM y hacía un frío de locos. Intentamos dormir unas horas en las camionetas hasta la mañana siguiente.

En eso un enano encapuchado me toca la ventana de la camioneta y me despierta. Bajo al vidrio y le propicio una serie de insultos mientras lo echo amenazándolo.

A las siete de la mañana bajamos a hacer migraciones y me encuentro al enano encapuchado. Era policía y quería decirme que no podía permanecer con el vehículo en el lugar donde me quede.
Pedí nuevamente disculpas, y me dijo que no había problemas si colaboraba. Colaboré, claro, y finalmente pudimos salir de Bolivia. 

La odisea no terminaba. La aduana Argentina veía sospechosa nuestra salida de Argentina por Bermejo y no entendía que hacíamos en Villazón, y como las autoridades de Los Toldos carecen de aduana, nuestros vehículos estaban irregulares en este punto. 
Era increíble. No podíamos entrar a Argentina, pero ya habíamos salido de Bolivia. Estábamos en esos metros que son tierra de nadie. Nuestras mujeres nos odiaban. Estábamos mal dormidos, sucios, sin comer, picados por pulgas de unas alfombras que compre, y de muy mal humor.

En un momento perdimos la paciencia y empezamos a pedir nombres y realizar algunos llamados. A mover contactos, como quien dice. Se asustaron y nos dejaron pasar. Ya estábamos en Argentina con solamente una cosa en claro. Iba a pasar un buen tiempo hasta volver a Bolivia.


sábado, 27 de abril de 2013

Ice Bar Stockholm. El primero en su tipo

El Ice Bar que tiene la marca Sueca del Vodka Absolut en la ciudad de Estocolmo me pareció una verdadera pérdida de tiempo.

En oportunidad de aquella visita a la capital de Suecia todos hablaban del nuevo bar de hielo que Absolut había montado. Este es el primero del mundo en su tipo, ya que a la fecha se han ido multiplicando por casi todos los continentes, pero en ese momento era LA novedad.

Era una impresionante tarde de verano, de esas que casi no tienen nubes en el cielo. Siempre dispuesto a un poco de  fiesta me largué a conocer el comentado lugar. Tuve que hacer una cola por mas de media hora para lograr entrar al bar que el Hotel Nordic Sea tiene pegado al lobby, muy cerca de donde está la estación central de la ciudad (Stockholms Centralstation o Stockholm C).

Una vez dentro del hotel, y luego de pagar una considerable cifra para acceder, me encontré con un lugar en el que absolutamente todo está construido en hielo: La barra, los asientos (que además estaban forrados en piel de reno), las mesas, y hasta los vasos en donde nos sirven un chupito pago y bastante amarrete.
Todo es de hielo. De un hielo "especial" que viene supuestamente del río Torne, en el norte del país.

No estoy seguro si fue por la visita diurna, o por no haber querido gastar el equivalente a €30 en un segundo vaso, pero si el trago tenía alcohol, no lo noté.

Si los vasos lo lavan? No lo sé. Buena pregunta.
Para entrar al lugar nos prestan una capa térmica azul larga y con capucha tipo esquimal. Las temperaturas dentro del recinto son obviamente muy bajas, del orden de los -5°c.

Casi no aguantaba el vaso en mis manos que se me congelaban tomando el bloque cuadrado de hielo del que están hechos.

Algunas fotos de rigor y no mucho mas ya que te invitan a retirarte al cabo de unos minutos, y así fue, que justo cuando estaba por salir del lugar descubrí que en los bolsillos de la capa había un par de guantes. Será para la próxima, pero lo dudo.

El puente de Carlos en Praga

El 9 de julio de 1357, el Rey Carlos IV de Alemania (también conocido como Carlos I de Bohemia) tuvo que levantarse temprano. Astrólogos y numerólogos varios concordaron que a las 5:31 AM de ese día se colocaría la piedra fundacional  del nuevo y necesario puente, que venía a reemplazar al de Judith, uno de los mas antiguos de Europa toda.
Este preciso momento se encuentra grabado en la torre vieja con el numero capicúa 135797531.
El puente mas famoso de Praga, construido con materiales de los territorios vecinos de Bohemia, que según la leyenda estaban mezclados con huevos para ser mas resistente. El puente uniría la ciudad pequeña (Malá Strana) en donde se encuentra el castillo y otras valiosas construcciones, con el otro lado del río Moldava, o sea la Ciudad Vieja (Stare Mesto).

Este puente, el Karluv most,  se convirtió en uno de los lugares mas transitados de la ciudad imperial de Praga ya desde aquellos tiempos. Las cosas no han cambiado.
 El querido puente esta decorado con 30 estatuas agregadas alrededor del 1700, de diversos santos y patrones, siendo la mayor cantidad de ellas de estilo barroco. La mayoría de estas piezas hoy expuestas son en realidad copias, ya que las originales se guardan en el Museo Nacional de Praga.
Allí custodian nuestro pasar figuras de San Cayetano, San Juan Nepomuceno, quien fuera arrojado a las aguas del Moldava desde este mismo lugar, San Francisco Javier, San Agustín o San Antonio de Padua que enseguida me había llamado la atención. Algunas como las de San Ignacio de Loyola o la de San Javier, cayeron alguna vez a las aguas del río. Otras están compuestas por mas de un personaje. Cristo y la virgen se hacen presentes en mas de una ocasión.

La leyenda dice que algunas veces los santos bajan a la calzada del puente para dialogar con los pasantes. Una de las leyendas, pues su gente se encargo de llenar de fábulas la historia del puente, y de quienes lo construyeron.

El ancho de el Puente de Carlos fue calculado para que cuatro carruajes en paralelo pudieran circular sobre el. Hace siglos se convirtió en una suerte de calle peatonal, hoy atestada de turistas y de artistas en el que es uno de los mas célebres monumentos de todo el país, aunque no, su puente mas antiguo.

En Malá Strana tiene dos torres y una tercera llegando a la parte grande de la ciudad. Su longitud es de unos 500 metros y esta apoyado sobre 16 arcos. Varios de estos arcos debieron ser re construídos en diferentes etapas por las enormes crecidas que sufrió el río, y la famosa torre de la ciudad vieja tuvo que ser reparada, ya que se vivió sobre el puente mismo una batalla contra los Suecos durante el final de la Guerra de los 30 años en la que gran parte de Europa estaba formando parte.

Sobrevivió a cañonazos en la Revolución de 1848, algunas inundaciones mas, los bombardeos durante la Segunda Guerra Mundial y otra vez nuevas crecidas del río Moldava. Los astrólogos tenían razón: Este símbolo de Praga parece que va a estar allí por siempre.


El checo Bedrich Smetana compuso un conjunto de poemas sinfónicos bajo el nombre de Má Vlast (Mi Patria). Cada uno de estos poemas representa alguna cualidad del viejo Reino de Bohemia. La pieza mas conocida del músico y autor es Vltava (río Moldova en checo).