martes, 30 de enero de 2018

Paseo en barco por el río Chobe de Botswana

El Parque Nacional Chobe es la tercer reserva en tamaño de Botswana, y una de las mas especiales de África. Se encuentra dentro de los límites del Desierto del Kalahari, en el norte del país.
Gracias a la gran vegetación y al agua siempre presente en el área, Chobe National Park resulta ser un verdadero santuario para los cientos de miles de animales que aquí habitan.
La mejor manera de recorrer el lugar es contratando un paseo lacustre, y casi llegamos tarde a nuestra reserva tras un considerable retraso en la frontera.
Día 14:
Aunque podíamos dormir un poco mas, nuestro reloj biológico nos despertó a las seis de la mañana como venía sucediendo la mayor parte de los días. Estabamos en Katima Mulillo (Franja de Caprivi- Namibia) en un hotel sobre las costas del río Zambezi mirando las costas de la vecina Zambia. Sólo quedaba esperar a la gente de ASCO, la compañía a la cual le habíamos alquilado las camionetas. La mía tenía la homocinética rota, y no podía continuar. A las 9 en punto estaba firmando los nuevos papeles, y poco mas tarde llenando los tanques de combustible de las dos camionetas antes de alcanzar a mis amigos en la ruta. Nos separaban 120 kilómetros de la frontera con Botswana.
El grupo había dormido en varios hoteles, pero pronto y sin problemas llegamos al puesto fronterizo de Wenela/Sesheke. La salida de Namibia fue rápida, y la de Botswana demandaría un poco mas de tiempo por el tema del pago de los visados, sin embargo pasaron casi dos horas hasta que descubrimos que uno de nuestros nombres figuraba en la lista de personas buscadas por INTERPOL.
El problema es que uno de nuestros amigos, que no se llama Juan Pérez, pero casi, tenía un tocayo que por suerte era de otro lugar y con diferentes rasgos. Lo que hizo lento el trámite fue que el puesto de Sesheke tenía que triangular la información con Gabarone (la capital de Botswana), para desde ahí chequearla con las oficinas de Buenos Aires, donde se había expedido el pasaporte.
Una vez aclarado el problema proseguimos camino por una buena ruta. Con un mensaje de texto pudimos ganar algo de tiempo pidiendo por adelantado el almuerzo en el Chobe Safari Lodge, desde donde saldría nuestro barco. Aún quedaba algo en las bandejas.

Tras unas fotocopias a nuestros pasaoportes pudimos dar comienzo a esta nueva aventura en el Chobe National Park, una de las joyas mas bonitas de la corona de Botswana.
El Chobe National Park tiene casi 11.000 kilómetros cuadrados. Es el parque nacional mas antiguo de Botswana y también el de mayor biodiversidad. La mejor manera de recorrer el área es a bordo de alguna de las embarcaciones (hay barcos, cruceros, lanchas) que van acercándote a los diferentes brazos del río Chobe, un curso de agua que viene bajando desde Angola hasta encontrar aquí sus aguas mas tranquilas. La presencia de agua durante todo el año hace que se de una muy buena concentración de animales, entre las que (dicen) no faltan los Big 5.
Desde el minuto uno veíamos animales a diestra y siniestra. Los capitanes de los barcos van adentrando los diferentes brazos del río Chobe y se acercan a ellos  para que la contemplación sea mayor. Inolvidable momento viendo a los elefantes nadar, copular y jugar en las aguas del río.
Un espectáculo fantástico de la naturaleza que hipopótamos y cocodrilos también parecían disfrutar. El Chobe National Park está considerado como uno de los mejores safaris del mundo por la altísima concentración de elefantes, unos 120.000 si es que se visita durante el invierno, o época seca (mayo a octubre), como lo hicimos nosotros. En este período no hay agua por doquier, si no en ciertos sectores del parque, y es ahí a donde van con toda lógica los animales.
En el recorrido lacustre por los diferentes brazos del río Chobe se dan una serie de paisajes y ninguno defrauda. Los animales están siempre cerca y acostumbrados al asombro de los pasajeros. Existen embarcaciones de todo tamaño para hacerlo a gusto.
El de Chobe en barco es sin duda un tipo de safari diferente en donde hay tiempo para el relax (¿quizás un Gin & Tonic o dos?) y la fotografía mientras se avanza en forma silenciosa por las aguas del río. También ofrecen paseos nocturnos.
En lo particular me encanta ver manadas de elefantes en su hábitat, que son el grupo mas numeroso de mamíferos dentro de Chobe. También hay muchos Búfalos del Cabo, jirafas, antílopes de varios tipos, hienas, chacales, cebras, hipopótamos, monos, roedores, leones y rinocerontes, aunque a estos dos últimos no los pudimos ver.
En un momento del recorrido pasamos por el Canal de Savuti, donde hay cientos de árboles muertos por el irregular crecimiento de las aguas de río Chobe. Este sector suele ser un preferido para los amantes de los leones. Yo soy uno y me hubiera encantado poder ver al rey de la selva, pero el mas bello de los animales no se mostraba aún.

En Chobe NP hay registradas 450 especies de aves, lo que hace de este lugar un paraíso para Birdwatchers. Los aves tienen un reino en Botswana, pero de este capítulo me encargaré mas tarde.
El paseo terminaba con un gran atardecer y con rostros de satisfacción entre todos los presentes. Lo habíamos pasado fenomenal. El Parque Nacional Chobe es único y se entiende por que es uno de los mas famosos de África.

Teníamos posibilidad de hacer otro paseo nocturno en bote, pero preferimos ir a buscar un poco de tiempo en solitario, pero lamentablemente el Hotel Big 5 no estaba a la altura de las expectativas, lo que nos lleva a concluir que a veces una buena ubicación no lo es todo. Empezamos nuestra experiencia con un recargo en el precio pactado. Mas tarde comimos Impala. Estaba rico.
Los ruidos de cientos de camiones se oían constantemente por las ventanas sin vidrio del baño, que además es un asco, en una noche de 10 grados.
Busquen otro lugar, que hay decenas, por que Chobe lo vale.

jueves, 25 de enero de 2018

Cruzando la Franja de Caprivi

La Franja de Caprivi, también conocida como Okavango Strip en un intento de descolonización, tiene una historia bastante particular. Resulta que los Alemanes, que tenían colonias en África tanto en el Atlántico como en el Índico (África del Sudoeste Alemana y Tanganyka), pretendían poder crear una vía de comunicación entre ambos extremos del continente. Para intentar lograr ese objetivo negociaron con los Ingleses en 1890. Los alemanes cederían sus intereses en la isla de Zanzibar, y los Ingleses devolverían a los Alemanes la isla de Heligoland ubicada en el Mar del Norte, y les proporcionaron una franja de tierra de 450 kilómetros de largo y 25 de ancho por la cual podían llegar hasta el río Zambezi y las Cataratas Victoria, y desde allí (en teoría) al Océano Índico. Los Alemanes la llamaron Caprivizipfel. Lo curioso del asunto es que el explorador Inglés David Livingstone había descubierto la imposibilidad de navegar el Zambezi 35 años antes, e incluso ya existían buenos mapas de la zona como el de Emil Holub que es de 1875.
 Map of Namibia
La Franja de Caprivi crea acceso a una frontera que es casi cuatripartita (la única en el planeta). Es sin duda una de las fronteras mas curiosas del mundo. Allí se tocan Namibia, Botswana y Zimbabwe, y por pocos kilómetros, quizás tres o menos según los caprichos de la naturaleza, están también las fronteras de Namibia con Zambia.

En tiempos modernos la Franja de Caprivi sigue siendo de gran importancia militar, socio-política y comercial para Namibia desde antes que existiera el país, por el acceso al río Zambezi, uno de los más importantes del continente. Durante la Guerra Civil de Rodesia (1964- 1979) o Guerra para la liberación de Zimbabwe. La guerra tenía varios bandos todos apoyados por agentes externos y se cobró miles de vidas en su transcurso. Antes de que este conflicto llegáse a su fin, la Franja de Caprivi volvía a ser escenario de otro conflicto bélico, esta vez durante la Guerra Civil de Angola  (1975-2002) entre las fuerzas de UNITA, el FNLA y del MPLA. Este enfrentamiento fue devastador para el futuro de Angola. Murieron 500.000 personas y mas del doble emigró de su lugar de origen.

La Franja de Caprivi siempre estuvo habitada por los Lozi, un grupo étnico cuya mayor presencia se encuentra en Zambia, aunque también se encuentran aquí, en Mozambique, Angola y Botswana. Los Lozi habían logrado su independencia (Loziland) en 1973 de forma completamente pacífica. Desde algunos años antes de la independencia de Namibia apoyaron tanto a los de la UNITA de Angola como a los del CLA (Caprivi Liberation Army), un grupo de insurgentes que peleaba por la liberación y autonomía de esta franja de tierra. Los Lozi nunca recuperarían su tierra.
El Conflicto de Caprivi se extendió entre 1994 y 2002, años en los que la franja era una zona prohibida para turistas y ajenos a la trifulca.


https://blog.tracks4africa.co.za/wp-content/uploads/2014/04/Zambezi-region.jpg
Día 13 segunda parte:
El Pitufo de Malargue, amigo nuestro y gran resolvedor de problemas, apareció con un tarro de aceite comestible para poder lubricar el área de la homocinética dañada. No quedaba otra alternativa. Había que continuar camino, al menos hasta el pueblo de Kongola, que tiene 4.000 habitantes y una estación de servicio. Allí nos contactamos con un mecánico angoleño, pero no pudo sacarnos del aprieto. Paralelamente nos contactamos con la gente de Asco Hire, a quienes le habíamos alquilado las camionetas. Ellos podían mandar los repuestos a Katima Mulillo, la ciudad mas grande de la Franja de Caprivi
Nos metemos en la ruta que por suerte en partes era derecha como una flecha, lo que ayudaba con el problema mecánico.Tras unos 300 kilómetros llegaríamos a Katima Mulillo.
Por rutas oscuras llegamos a un hotel muy lindo sobre uno de los margenes  del río Zambezi que está regenteado por una señora Irlandesa casada con un Keniata. Comimos mas que bien acompañados de varios vinos Sudafricanos y charlamos largamente acompañados por el potente sonido de la naturaleza.