martes, 27 de septiembre de 2022

Las Colonias de Chapadmalal

Chapadmalal es una bonita localidad marina situada a 23 kilómetros de la ciudad de Mar del Plata, generalmente elegidas durante el verano por familias que buscan un ritmo de vida más sereno y familiar, alejado de la gran urbe. Tiene una población permanente de 4.000 habitantes que doblan el número durante la temporada estival. Alguna vez fue territorio de indios Pampa y Tehuelches que encontraban allí  muchas riquezas naturales. Allí, bien a la vista y sobre la ruta 11 que une Mar del Plata con la ciudad de Miramar se encuentra la Colonia Chapadmalal, más precisamente en el kilómetro 34.5

Durante los gobiernos populistas de Juan Domingo Perón entre 1945 y 1955, gobiernos signados por la nacionalización y expropiación, es que se dio inicio a este proyecto de Turismo Social. En esos tiempos se nacionalizaron los servicios de gas, de luz. También los ferrocarriles e incluso el juego.
En ese auge de nacionalizaciones es que se da comienzo a la construcción de la Colonia Chapadmalal, emprendimiento a cargo de la Fundación Eva Perón. Se expropian los mejores y más tradicionales hoteles y confiterías de la zona, muchos de los cuales experimentan un temprano abandono.
La mayoría de los gremios y sindicatos de hacen de los mejores hoteles de la ciudad y es aquí que Mar del Plata empieza a recibir un número creciente de turistas de las clases menos favorecidas. Durante este auge es que la ciudad comienza a ser conocida como "La Feliz".
Este emprendimiento de la Unidad Turística de Chapadmalal estaba principalmente destinada a familias con niños, discapacitados y ancianos. En poco tiempo se construyeron 19 bungalows, 9 hoteles, un cine, el correo, el edificio de la administración y paradójicamente hasta una iglesia (10 años más tarde los Peronistas quemarían varias iglesias en el centro de Buenos Aires).
Otro sector de la Unidad Turística de Chapadmalal estaba pensado y destinado a niños que llegaban por dos semanas sin el acompañamiento de sus padres. Incluso contaban con un sector de playa exclusivo dónde los niños podían estar cuidados y contenidos.
La obra es monumental y ocupa visualmente casi todo el frente marino de la localidad. Difícil pasar por allí sin preguntarse que es esa monumental obra llena de edificios, hoy en diferentes estados de abandono, desde lo calamitoso e irrecuperable, y los que uno ruega que puedan volver a ser útiles .
Este proyecto cambió la cara de una ciudad acostumbrada a recibir turismo exclusivo de familias patricias y acaudaladas durante los siglos XIX y XX. A partir de estas construcciones comenzaron a llegar en masa familias de las clases más bajas.
Los gremios y los sindicatos disfrutaban de estas ventajas pero nunca quisieron hacerse cargo de la manutención, esperando que sea Nación quien se ocupe de los gastos. Como esto no ocurrió, un espiral decadente comenzó a ser sufrido por los edificios. El tiempo pasó y la desidia nunca acabó, y hoy estas moles ocupan uno de los lugares más privilegiados de la Costa Atlántica Argentina, sin que nadie pueda ya aprovecharlos y disfrutarlos.
A la postre la de Chapadmalal es otra historia más, una metáfora quizás de la Argentina toda, de una Argentina que pudo ser y nunca fue. De una Argentina que hace las cosas mal y no sabe cuidar lo que tiene. De una Argentina en dónde los sindicatos solo piensan en los bolsillos de sus dirigentes.