miércoles, 28 de mayo de 2014

De leyendas y milagros en Cantabria

Dentro del Parque Nacional Picos de Europa, el mayor espacio protegido de España, rodeada de montañas, cultivos de frutas y en la fértil confluencia de varios ríos, se encuentra, a menos de 100 kilómetros de Santander, el pequeño municipio de Cillorigo de Liébana, que merecida fama tiene por sus quesos, y sus valles, en donde senderistas de todos los rincones se encuentran muy a gusto recorriendo el ameno y poco habitado entorno.
Oveja en Cantabria
A la salida de este pueblo rural que cuenta con una población apenas mayor al centenar,  junto al río Deva, y en donde finaliza el Desfiladero de la Hermida, se encuentra la pequeña iglesia de Santa María de Lebeña del siglo X, que es el monumento pre románico mas importante que tiene Cantabria, y es uno de los monumentos de arquitectura Mozárabe mas importantes de España, aunque también se encuentran influencias de arquitectura visigoda y asturiana. Por ello, la iglesia de Santa María de Lebeña es Monumento Nacional desde marzo de 1893.
Este pequeño pueblo esta en una de las rutas de el Camino de Santiago (Ruta Vadiniense).

Santa María de Lebeña exterior a distancia
No se sabe a ciencia cierta cuando fue construida esta iglesia, pero los locales dicen que es obra de el conde Alfonso, quien la hizo en poco tiempo durante el año 925 en un lugar privilegiado de la comarca junto al milenario y venenoso árbol de tejo que hasta 2007 se erigía a un costado de la iglesia, y pegado a un olivo que mil años mas tarde sigue vivo como nunca.

La torre con campanario que acompaña a el conjunto es muy posterior a la construcción original, y no todos en el pueblo están de acuerdo con si su figura embellece o no a la iglesia. Pese a ser del siglo XIX, la torre respeta el estilo Mozárabe original de la iglesia. Como el edificio ya era Monumento Histórico, no se permitió la construcción de un campanario en la iglesia misma, razón por la cual la torre esta anexada al conjunto original.
Sta María de Lebeña
La leyenda dice que don Alfonso había hecho la iglesia para albergar los restos de Santo Toribio de Astorga.
Alfonso y varios de su séquito intentaron desenterrar al santo, y todos quedaron ciegos. Querían robarlo para llevarlo como reliquia a Liébana. Ante la desesperación por la pérdida de la visión, Alfonso le ofreció a los monjes del Monasterio de Santo Toribio, todas las tierras que tenía en Liébana, a cambio de recuperar la vista. Hecho el milagro, Alfonso entrego hasta la última legua de tierra que poseía.
Durante años, los monjes cobraron jugosas rentas, mientras seguían recibiendo propiedades de los habitantes del pueblo que pretendían salvar sus almas.
Santa María de Lebeña entrada iglesia
La última gran restauración del edificio ocurrió en 1896. La iglesia de tres naves tiene una leve forma rectangular. Es casi cuadrada a la vista. Los materiales que se utilizaron para su construcción, son propios de la zona (piedra de arenisca).
Los muros de mampostería del exterior, casi llegan al metro de grosor.
Iglesia de Santa María de Lebeña
Este tipo de columnas adosadas es lo que hace que esta pequeña iglesia, que bien podría pasar desapercibida, sea tan apreciada en Cantabria, y es que esta es la muestra mas antigua que se conserva en España, de esta técnica, que en el período Románico, sería usada hasta el hartazgo.
arcos Santa María de Lebeña
Para visitar la iglesia hay que estar atentos como pasa muchas veces en España, ya que no todos los días abre sus puertas, y además cierra varias horas a partir del mediodía. Si tienen suerte, o paciencia, una señora del lugar les oficiara de guía. Además, llegar hasta aquí les demandara un tiempo.
arquitectura Mozárabe en España, arcos Santa María de Lebeña
Por lo pronto hay mucho mas que ver y hacer en los pueblos de las cercanías de estos valles, y no, no todo se trata de comer cuando se anda por estas comarcas, que dicho sea de paso, ven al turismo como el mayor aporte a su economía, pese a la variedad de cultivos que comercializa la región, y a la calidad y presencia de su industria láctea.
Parque Nacional Picos de Europa desde Santa María de Lebeña
Estamos en el Parque Nacional Picos de Europa, que es compartido por las provincias de Asturías, Cantabria y León, siendo a Cantabria la que menor porción le corresponde.
Iglesia del siglo X Santa María de Lebeña
En 1993, diarios de toda España hacían eco del robo de la talla policromada de madera del siglo XV de la Virgen de la Buena Leche  que estuvo desaparecida durante 8 años, y que la guardia civil de Alicante recuperó en sus dominios. De todos modos, la mayor cantidad de tesoros de la comarca ya se habían perdido cuando, un cura llamado Don Desiderio, decidió vender las obras de arte y los muebles de muchas iglesias de la zona para paliar reparaciones en el Monasterio de Santo Toribio. Una desacertada decisión.



viernes, 23 de mayo de 2014

El Médano Blanco en Necochea

El Médano Blanco es la duna mas alta de la costa atlántica argentina. Se encuentra a unos 35 kilómetros de la ciudad de Necochea, circulando por las playas mas lindas y anchas de un país que tiene muchas.

No estaba en mis planes llegar a Necochea. Habíamos amanecido en Mar del Plata, y nuestro próximo destino era Tandil , pero erré las indicaciones a mi GPS y a mitad de camino me dí cuenta que estábamos yendo hacia Necochea. ¿Como capitalizar el error? Yendo al Médano Blanco.

Apenas puse un pie en la ciudad me contacte con Necotata y pactamos una salida para el día siguiente.  Bajamos con las camionetas a la playa en el Balneario Los Angeles, y encaramos hacia el sur. Tras andar unos kilómetros, alejándonos de la ciudad, cruzamos sin problemas el primero de los arroyos.
La playa se hace ancha como en ningún otro lugar del país, y se comienza a recorrer las primeras formaciones de dunas, los primeros caprichos de la arena. El mar nos acompaña durante todas las horas que insume nuestro recorrido. El viento sopla siempre fuerte. Nuestros vehículos van copiando las ondulaciones del camino.
Imposible perderse. Las dunas van haciéndose cada vez mas grandes y gordas, anticipando que uno esta cerca del médano mas apreciado de la costa, el formidable Médano Blanco que con sus 100 metros de altura, es el mas alto de la costa atlántica.
Subiendo y bajando por las formaciones de arena, y como atraídos por un imán, uno sabe, uno percibe, que el grandulón esta cerca, y se hace desear.
Alejándonos del mar por la cresta de los médanos, sonrientes, hasta que de repente, la figura del Médano Blanco aparece por detrás de una duna. Waw. Es imponente apenas uno lo ve, y se va haciendo mas grande a medida que nos internamos en la olla que tiene debajo.
Que alegría estar acá, y que día mas espectacular nos ha tocado para esta aventura. El momento de la verdad había llegado. Estábamos acá para bajar el Médano Blanco con la camioneta.
Para poder bajar por su ladera hace falta rodear la masa de arena por su lado mas permisivo. Camino a la cresta pudimos ver como es que se forman los médanos, que están en continuo movimiento.
Ahora si. Estamos arriba del Médano Blanco. Dan ganas de quedarse mirando el horizonte de arena, los campos sembrados a nuestra izquierda, y el océano Atlántico, testigo, del lado derecho.
 A lo lejos, pequeña, se ve la segunda camioneta. Es el momento de tirarse por la empinada cuesta, y cruzar los dedos para no cometer errores, que son frecuentes los vuelcos y accidentes aquí.
Asomamos la nariz de la camioneta. Hay un momento de pura adrenalina en el que no se ve nada, pues el parabrisas esta apuntado hacia arriba. Es ahí cuando nos enfrentamos al vacío, nos reencontramos con la visión de la cuesta y empezamos a derrapar controlando nuestro camino hacia abajo. Una sensación que cualquier amante del 4x4 disfrutará. Quizás no los acompañantes, que mueren del susto.
Importante no bloquear las ruedas frenando, ni cambiar la trayectoria de bajada para no volcar, que en la zona no hay cobertura telefónica, y un rescate puede ser difícil y caro.
Una primer bajada exitosa, como es cualquiera con la que se llegue con las cuatro ruedas tocando el suelo.
Aprovechamos la olla natural que nos protegía de los fuertes vientos de la zona, y nos dispusimos a comer unos sandwiches, masticando bastante poca arena, lo cual es una buena noticia.
Mas tarde, luego de medir el comportamiento de las gomas en la arena mas blanda del mediodía, me puse a jugar un rato en este enorme patio que tenía para mi solo. Feliz como niño con juguete nuevo.
 Quería bajar nuevamente el Médano Blanco, y dejarme deslizar también por sus dunas menores, que celosas ya miraban de reojo.
Aquí intentando la primera vez subir por el costado del médano mas famoso de estas latitudes.
 Aunque no había podido tomar mayor velocidad parecía que lo iba a lograr. Ya veía la cresta de la duna y me aprontaba a frenar la camioneta, cuando comienzo a hundirme en la arena. Buh…No lo conseguí. Había llegado el momento de dejarme caer hacia atrás. Mismo principio, otro tipo de adrenalina. Merodee nuevamente la base del Médano Blanco, y me apronte a dejarme caer nuevamente antes de encarar nuevamente hacia Necochea.
El camino, tanto de ida, como de vuelta es muy lindo. Toda la zona de Necochea tiene paisajes que rompen con la monotonía de los lugares vacacionales preferidos de los argentinos sobre la costa atlántica, tal como Pinamar o Mar del Plata, pero claro, Necochea esta bastante mas lejos de Buenos Aires, y en sus gordas playas siempre sopla el viento, que lo hace incómodo.
Una salida al Médano Blanco me parece la mejor opción que tiene la provincia de Buenos Aires para despuntar el vicio del manejo en arena. El recorrido ofrece vistas diversas a lo largo de todo el trayecto, que tiene un mínimo de 70 kilómetros.
En los márgenes de algunas playas vimos grutas costeras que se forman por la erosión del viento. Si además tienen suerte, y ha llovido recientemente, se forman cascadas con el agua que traen de los campos, los arroyos, y que termina en el mar.

Una salida que repetiré varias veces mas. La infraestructura de la ciudad es correcta, y ahora hay además, en el camino a Médano Blanco, un complejo termal, que hasta donde se, es lo mejor alternativa que tiene los alrededores de Necochea  en cuanto a alojamientos.
El entorno es maravilloso. Playas desiertas que llegan a los 400 metros de ancho y tienen mas de 70 kilómetros de largo, bosques de pinos, grutas, médanos.

lunes, 19 de mayo de 2014

El Valle de las Mil Colinas

La panorámica escenografía de el Valley of Thousand Hills se encuentra en la provincia de KwaZulu Natal, a poco mas de media hora de viaje de la ciudad de Durban.

Había conocido la noche anterior a un viejo muy culto y de humor ácido. El tipo era botánico jubilado y se jactaba de tener la mejor marihuana del país.
Ya había pasado algunos días en Durban y sus alrededores, y el viejo me pareció un buen compañero de viaje, así que lo invite a pasar un día entero entre las montañas del Drakensberg. Acepto encantado, y a la mañana siguiente, cuando lo busque por su casa, me estaba esperando afuera con un pack de cervezas y una bolsa de marihuana, la cual guardaba con ajo.

El camino una vez que llegamos al àrea es muy lindo, con curvas y subidas continuas. No importa donde uno vaya, siempre obtiene vistas de pequeños valles escarpados, y tal como reza su nombre, compuesto por "mil" colinas que se pierden en el fondo de nuestro horizonte visual.

Esta zona es facilmente accesible desde la ciudad, pero hay mucho para ver y hacer, por lo que quizás lo mejor sea salir sabiendo a donde uno se dirige. Por toda la comarca hay una gran variedad de actividades para realizar entre el destacado entorno natural. La oferta gastronómica, vitivinícola y hotelera no se queda atrás y ofrece un abanico de posibilidades con una buena calidad promedio de servicio. De hecho, la zona viene recibiendo gente desde 1830, cuando los primeros colonos ingleses se aventuraban tierra adentro en esta geografía por entonces desconocida, y paraban a dormir en su primera noche en las afueras de Durban, que comento en mayor profundidad en mi post de Uhmlanga, mi base en KwaZulú Natal 
Mi nuevo amigo, además de guiarme, me enseñaba mucho acerca de la rica flora de la zona. Un apasionado en la materia que mientras caminábamos, se agachaba para dar vuelta una hoja y contaarme cosas de lo mas interesantes. Dominaba el idioma Zulú, y señalando cada tanto en cuando me contaba las historias de cuando estas tierras eran el reino de Shaka, un envidiable guerrero. Un gran estratega. El último gran emperador de estos lados.

Durban, al igual que Ciudad del Cabo, tiene su propia "Table Mountain", un pico de 960 metros de altura al que los locales llaman EmKhambathini. Hacia allá nos dirigimos mientras me contaban las historias de los primeras familias de granjeros ingleses, muchas de las cuales seguían poseyendo las tierras de sus antepasados.

Nos acercamos a almorzar a Phezulu Safari Park , un complejo turístico en donde hay un parque de cocodrilos y un serpentario que cuenta con los ejemplares mas infames del continente, como la Black Mamba de Pulp Fiction, una variedad de Cobras, la Green Mamba, pitones, y otras que te ocasionarían una terrible y veloz muerte.
Allí comimos un plato típico zulú de salchichas de cordero con mucho coriandro, y acompañado de porotos y generosas raciones de chili. Una muestra de la fusión culinaria de estas tierras en la que alguna vez he comentado en el post de Comiendo en Sudáfrica.
Caminamos a un mirador a probar su cosecha personal. Se veía una gran actividad en los valles, con tierras cultivadas (plantaciones de caña de azúcar), algunas vacas pastando, hoteles que daban sobre otros miradores similares al nuestro, y muchas nuevas casas de gran porte y envergadura.


Una guía simpática y experimentada nos llevo a recorrer el lugar. Aprendimos algunas cosas de los cocodrilos, como así también de las serpientes.
Tras terminar nos unimos a un numeroso grupo de escolares para disfrutar una performance de los siempre pintorescos bailes zulúes, y como no, volver a disfrutar de unas carnes locales antes de regresar a la ciudad.
Con la guía coincidíamos en el color de calzado

Al final del día me fui con la sensación de que hay mucho para ver y hacer en esta zona, y he de volver en alguna oportunidad a esta tierra Zulú, de parsimonia, gastronomía y cultura. Se entiende por que es el destino vacacional preferido de los habitantes de Durban,  ciudad portuaria también bañada por las aguas del océano índico, de bellas y largas playas, fusión de culturas y humedad.


lunes, 12 de mayo de 2014

El templo de los 100.000 tesoros

Luang Prabang es "La Ciudad de los Mil Templos" y la riqueza de su arquitectura tradicional elaborada,  y los vestigios que dejaron los franceses de la época de Indochina, hicieron que la UNESCO declarara a todo Luang Prabang como Patrimonio Mundial de la Humanidad.

El espíritu de la ciudad es mucho mas relajado que el de cualquier otra urbe del Sudeste Asiático. Es silenciosa y apenas hay tráfico. La gente es muy calma, reflexiva, espiritual, religiosa y familiera.

En poco tiempo uno se convierte, como el resto, en un gran madrugador.

Cerca del río Nam Khong y del río Mekong, donde se concentran muchos de los edificios mas relevantes y emblemáticos de toda la bucólica ciudad de Luang Prabang, se encuentra este templo, que ha sido de los que mas me han gustado.
Vat Sensou kharam, también conocido como "El templo de los 100.000 tesoros" fue construido en el año 1714 con 100.000 piedras traídas del río Mekong. Esto sucedió durante el reinado de Kithasarat.

Este templo sobresale del resto por la rica ornamentación en oro de sus paredes, además fue el que mas me ha llegado. El que mas profundo calo en mi alma.

Fue completamente remodelado en 1957 con motivo de los festejos del 2.500 aniversario del nacimiento de Buda.

Los techos de los templos en esta parte de Asia están generalmente solapados en diferentes niveles (3, 5, 7 o 9) según la doctrina budista a la cual representan. El remate de los mismos en cada esquina imitan la forma de una llama de fuego (Chaw Faa), y es una influencia directa de la arquitectura Thai.
Este es el edificio mas importante de el complejo de Vat Sensoukharam (que también es conocido como Wat Sen).
Dentro del complejo hay una serie de edificios menores que cumplen diferentes funciones sociales y administrativas. Acompañan a los costados pequeñas filas de cuartos mínimos, en donde apenas entra una cama, que funcionan como viviendas para los muchos monjes que aquí habitan, y vienen a aprender sin mas que un taparrabos naranja y quizás algún libro con las enseñanzas del profeta.
Dentro de estos muchos templos, los pequeños futuros monjes budistas, reciben la educación pertinente acorde a la rama acorde a su religión. Los Vat o Wat funcionan como un centro de unión religiosa en donde suceden muchas cosas. La gente llega hasta Luang Prabang, una ciudad sumamente espiritual, para sanarse y dejar del otro lado del muro que rodea a estas construcciones, las costumbres del mundo ordinario. Vienen a profundizar sus creencias y aplicarlas en la vida diaria.


Los pequeños pabellones están siempre sobre dos escalones que representan el Monte Meru, una montaña mítica que es el centro del universo según las tradiciones budistas, que aunque difieren entre ellas, siempre veneran al lugar en donde reside el Dios Shivá.
Los Budistas Therevada (doctrina de los antiguos) son una de las 19 escuelas que surgieron tras la muerte de Buda. Son de los budistas mas ortodoxos, y piensan que no hay nada mas importante que la introspección para llegar al profundo auto conocimiento y al esperado estado de Nirvana, en donde logran reducir la materia y la energía para llegar a un estado de liberación total. Es un tanto complejo.

Los budistas Therevada celebran la luna llena del tercer mes del calendario lunar, dando tres vueltas a los templos con velas en sus manos que mas tarde dejarán en las pagodas creando una bonita iluminación festiva en un marco de silencio y respeto absoluto.
No es de los mas conocidos y recomendados de los muchos templos que hay para ver en Luang Prabang, pero sobre gustos, ya saben.

lunes, 5 de mayo de 2014

Los Swazi, uno de los últimos reinos de África.

Los Swazi son otra de muchas tribus de origen Bantu, y como el resto fueron migrando desde el centro del continente africano hacia el sur. Llegado el siglo XV estaban viviendo en la zona de lo que actualmente comprenden las repúblicas de Mozambique y Sudáfrica.

Shaka, el rey de los Zulus, controlaba muy bien al resto de las tribus en lo que el consideraba su territorio. La falta de tierras y los eternos conflictos con las tribus vecinas hicieron que los Swazi tengan que aliarse con algunas tribus, y enfrentarse a otras, para finalmente retirarse al área montañosa en donde hoy tiene sede su reino, uno de los últimos reinos de África.

Desde 1903 y hasta 1967, Swazilandia fue un protectorado inglés, y gozo de los beneficios de estar bajo el ala de la protección imperial.
El 6 de septiembre de 1968, cuando las aguas estaban mas calmas, proclamo su independencia.
Hoy Swazilandia sigue siendo un reino, y aunque el país es muy pequeño, y no ostenta demasiada belleza, guarda un sinfín de tradiciones y una cultura muy rica con mucho para contar.
Plantado entre las montañas regala vistas inolvidables y la posibilidad de visitar parques nacionales en un ambiente solitario y relajado, y en donde moverse es fácil y barato. Mkhaya Game Reserve es uno de los mejores parques nacionales de África para ver al casi extinto rinoceronte negro.

Este reino es uno muy pobre. Basa su economía en la agricultura de subsistencia y en las artesanías que hace su gente en madera, probablemente una de las mejores del continente. La mayoría de la población esta desocupada, o vive por debajo de la linea de la pobreza. Según Wikipedia el 70% vive con menos de 1USD por día.
La mayor preocupación de este pueblo feliz no es la economía,  sino el flagelo del S.I.D.A.
Swazilandia tiene una de las tasas de H.I.V. mas grandes del mundo. La mitad de la población esta enferma, y eso llevo al rey a tomar la decisión de volver a instaurar antiguas tradiciones para evitar la propagación de esta pandemia. En 1991 volvió al calendario el Festival de Umhlanga, que todos los años congrega a miles de niñas vírgenes, y que durante 8 días se pasean en poco mas que tetas, pulseras y en minúsculas polleras hechas por ellas mismas para agraciar al rey, quien se quedará con una nueva virgen al final de la fiesta.
La excusa es prestar respeto a la Reina Madre, y es por eso que todas las princesas acompañan a las vírgenes en esta ceremonia. Para destacarse del resto, las hijas del rey usan, además de su belleza natural, una corona con vistosas plumas rojas.
Este festival es la principal razón por las que muchos conocen a este pequeño país.

Su actual rey es muy cuestionado. No solo por desarmar el parlamento y volver a regir el país con leyes tribales (que no siempre son democráticas) si no por gastar la mayoría de los ingresos que tiene el país en gustos personales, como remodelar las mansiones de algunas de las muchas ex mujeres que tiene. Sus viajes al exterior siempre son a "Cuerpo de Rey" con grandes e innecesarias comitivas y superfluos gastos. Nunca dejo tampoco de agrandar su garage o comprar millonario equipamiento para su mansión privada de Londres.

Swazilandia es un buen destino para encontrar una atmósfera relajada rodeado de ríos y montañas y disfrutar de la calidez humana del pueblo Swazi. Lo mejor del país.