martes, 30 de noviembre de 2021

De paso por Castelli

Castelli es un compacto pueblo/ciudad ubicado en el centro este de la provincia de Buenos Aires. Es cabecera del partido que lleva su nombre. Tiene menos de 10.000 habitantes y se encuentra a unos 190 kilómetros de la Capital Federal, y a 130 de La Plata.
Históricamente esta zona está ligada a la explotación ganadera, y esa primitiva necesidad de encontrar un puerto desde dónde exportar la carne y los cueros fue el que dio origen a la creación de Castelli por un decreto del Poder Ejecutivo en 1856.

En 1874 se decide expandir el ferrocarril desde Chascomús hasta Dolores, creando dos estaciones intermedias en el partido de Castelli, esas estaciones llevaron el nombre de los dos más grandes hacendados de la zona, los señores Guerrero y Taillade. Alrededor de la segunda de estas estaciones es que se termina formando el núcleo urbano que hoy conocemos con el nombre de Castelli.
Castelli se encuentra apostado a uno de los lados de la Ruta 2, el camino que conecta las ciudades de Buenos Aires y de Mar del Plata. Generalmente la gente pasa apurada por allí, o sólo se detiene en el gran parador Minotauro, y nunca hace tiempo para investigar que esconde este poblado prolijo y orgulloso, y que además ofrece un pequeño abanico de posibilidades turísticas.
Bien vale aunque sea una pasada, quizás una corta caminata por la Plaza Juan José Castelli, espacio que lleva ese nombre en homenaje al político argentino y miembro de la Primera Junta.
La plaza se encuentra en gran estado de conservación, y está llena de esculturas de diferentes estilos que le aportan gracia y color al espacio público. Como ocurre en muchísimas ocasiones, frente a ella se encuentran algunos de los edificios más importantes del pueblo como la Parroquia Santa Rosa de Lima o la Municipalidad de Castelli.
Hasta 1904, año en el que se creó la Parroquia Santa Rosa de Lima, un párroco de la vecina ciudad de Dolores se trasladaba hasta aquí todos los domingos para oficiar la misa. Hoy Castelli cuenta con este bonito edificio en dónde se celebran misas, bautismos, comuniones y casamientos.
Una puerta del costado de las parroquia sale a este simpático jardín desde dónde se ve la torre de la parroquia y sus campanas, que son de bronce e importadas de Nápoles.
Cerca del casco urbano, a unos dos kilómetros o menos, se encuentra la Laguna La Rosita, espacio lacustre de unas 500 hectáreas de metro y medio de profundidad que resulta ser el sitio elegido por los locales para la práctica de deportes aeróbicos o para el esparcimiento, ya que el lugar cuenta con parrilladas y servicios básicos, correctamente mantenidos por el Club de Pesca y Náutica local.
La ciudad cuenta con una reducida oferta hotelera dentro del área urbana, pero quizás aquí lo mejor sea hacer "Turismo de Estancias", pudiendo visitar algunos de los cascos más famosos de la zona, como la paqueta "Estancia Bella Vista" a varios kilómetros del ejido urbano, o  "Estancia La Raquel", aquella que se ve del lado derecho apenas se cruza el río Salado en el camino hacia la costa, conocida como "la estancia de Felicitas Guerrero". 
También destaca en Castelli el "Turismo de fe". Todas las Semanas Santas en forma ininterrumpida y desde hace décadas existe una obra de representación del calvario de Jesús. Este se encuentra a uno de los lados de la Laguna La Rosita, dentro de un bosque de olivos y eucaliptos. El espectáculo teatral conocido como "Jesús...el camino", representa varios capítulos de la vida de Jesús de Nazareth. 
El pueblo cuenta también con al menos dos museos. El Museo y Archivo regional, en dónde además de exhibir los huesos de una Ballena Franca Austral, tienen elementos pertenecientes a los Indios Pampa que habitaban la zona, y también de la desaparecida reducción jesuita de Nuestra Señora de la Concepción de los Pampas.
El segundo es el Museo Crucero General Belgrano, éste de carácter privado, en dónde además de objetos pertenecientes a la vieja marina, se exhiben copias de grandes pintores argentinos
No mucho ha cambiado desde su fundación. Sigue viviendo de la explotación agrícola ganadera, aunque en los los años 40´ existió un gran proyecto que todos en Castelli recuerdan, ya que algún miembro de la familia dependió económicamente del mismo. En los años 40 existió aquí, gracias a la obra de Samuel Levi, un francés quien en 1925 comenzó a plantar frutales en estas tierras nobles y generosas haciendo el manzanar más grande del mundo. Eran más de 1.000 hectáreas y dicen , algunas manzanas pesaban más de 1 kilo.
Con la muerte de Levi, el casco de la Estancia La María y los extensos manzanares fueron adquiridos por los hermanos Jesús y Pedro Moreno, quienes montaron allí una importante fábrica de sidra con decenas de cubas y toneles capaces de guardar más de 2 millones de litros, cifra enorme para la época. Esta empresa pasó a la posteridad con el nombre de "La California Argentina".  Empleaba a 900 personas e influía notablemente en la economía regional, a tal punto que en Castelli se celebraba "La Fiesta de la Manzana", algo impensado el día de hoy.
Hubo una gran inundación, Perón quiso expropiarla para regalársela a Evita y la manzana patagónica empezó a ganar mercado. Todo eso hizo que a mediados de los 60, la California Argentina deje de existir.

Castelli es un pueblo apacible y bonito por el cuál pasear. Es más, el otro día casi voy a almorzar y recorrer algunos de sus caminos rurales.