domingo, 26 de noviembre de 2017

Etosha National Park, el gran lugar blanco

El Etosha National Park es el "plato fuerte" de Namibia y uno de los parques nacionales mas grandes del mundo. Etosha está dividido en dos grandes áreas, una privada y la otra que es donde se encuentra el parque nacional propiamente dicho. Por su gran extensión y una alta concentración de animales hay que dedicarle unos días. En nuestro caso hicimos noche en los tres campamentos (Okaukuejo, Halali y Namutoni) a medida que íbamos avanzando hacia el noreste del país.

Etosha National Park es uno de los mas famosos del mundo, no sólo por su notable extensión (visible desde la luna), si no por la sensación de salvaje que uno vive aquí viajando por libre y moviéndose a piacere por un escenario que se presenta único y siempre cambiante. Aquí es posible divisar numerosos grupos de los mamímeros mas grandes del planeta.

Difícil no crear expectativas antes de visitar Etosha, ya que por la alta demanda de espacio en los pocos alojamientos, hay que reservar con varios meses de anticipación. En nuestro caso, estas fueron las primeras reservas que hicimos en nuestro viaje. Las mas urgentes. Nada de pensar que se soluciona en dos minutos. Resulta que la gente de Namibia Wildlife Resorts (NWR), responsables de los alojamientos dentro de los parques nacionales de Namibia se toman su tiempo en responder. Así pasan las semanas y nada, hasta que de pronto confirman que uno es beneficiario de un imprescindible lugar donde dormir dentro de Etosha, ya que en los alrededores no hay posibilidad.

Día 8:

Cuando llegamos a Okaukuejo, a unos 500 kilómetros de Windhoek, faltaban apenas dos horas para que cerrase la Anderson Gate, una de las puertas de acceso al Parque Nacional Etosha. En lugar de registrarnos ante las autoridades decidimos ir en un recorrido contra reloj por el interior de un sector del parque nacional que no volveríamos a repetir. Esto fue una desición sumamente acertada pues los trámites de registro en Etosha demandan mas de una hora dado la gran afluencia de turistas que registra este parque nacional.
Mi corazón se aceleraba ante la presencia de un fantástico ejemplar de Rinoceronte Blanco. En la búsqueda de los "Big Five" en mis últimos safaris por Kenia y Tanzania no había podido divisar al rhino (salvo uno lejano y con prismáticos), así que arrancar viendo uno en el Parque Nacional Etosha ya daba una sensación como de triunfo. Habíamos arrancado con el pie derecho.
Este formidable animal es uno de los mamiferos mas grandes del planeta. El Rinoceronte Blanco es uno de los dos tipos de rinocerontes que habitan en la Sabana Africana, y que se encuentran en peligro de extinción por culpa de la caza furtiva. Pese a todos los esfuerzos internacionales de las últimas décadas, la caza furtiva del rinoceronte no se detiene. Existe una gran demanda desde el Sudeste Asiático, especialmente desde Vietnam, donde se le atribuyen propiedades afrodisíacas y vaso dilatadores, como las del Viagra. Otro gran consumidor es China, ya que el cuerno del rinoceronte forma parte de la medicina tradicional desde hace mas de 2.000 años con el fin de tratar la Gota, Reuma, Gripe y otras enfermedades.
El rinoceronte Blanco se divide en dos especies. La primera y casi desaparecida es la Ceratotherium simum cottoni (o del norte) que habitaba hasta hace poco tiempo en la República Democrática del Congo y de la cuales sólo quedan 5 ejemplares vivos (1 sólo macho fuertemente custodiado).
En el caso de la segunda especie, la Ceratotherium simum simum (o del sur), se trabajó durante años para protegerlos y reubicarlos, logrando incrementar una población original que también se encontraba en peligro de extinción. Hoy, la mayor parte de esta especie habita en Sudáfrica.

Sentía que podría quedarme allí un buen rato mirando al espléndido rinoceronte, pero había que continuar camino ya que estábamos de "ilegales" y muy justos de tiempo.
Aunque también ha disminuido su población por la búsqueda de su cuero y carne, la Cebra es muy común en el Parque Nacional Etosha, donde habitan mas de 20.000 ejemplares. Cada una de ellas tiene un patrón de rayas único e irrepetible tal como sucede con nuestras huellas dactilares. Se conocen 6 especies, una de las cuales ha desaparecido.
Las cebras son seres sociales y viven en armonía con el entorno y sólo temen a los depredadores. Generalmente se mueven en grupos compuestos por un macho adulto acompañado por una o dos hembras y sus respectivas crías, las cuales tardan poco mas de un año en parir.
Pocos minutos antes de la caída del sol divisamos una nutrida manada de elefantes comandada por su matriarca. Recorriendo grandes distancias, ésta llevará a los elefantes jóvenes a todos los lugares que conoce a donde abunda el alimento y existen las charcas de agua.
Aún quedaba mucho por ver en Etosha en nuestros días posteriores.
Tras los trámites de registro ante las autoridades del parque nacional, nos dispusimos a armar campamento en la zona permitida. Dentro de los campamentos de Etosha, Okaukuejo es el que mejores instalaciones tiene. Aquí hay varias posibilidades de alojamiento para todos los gustos y bolsillos. Ofrecen Waterholes Chalets donde todas las noches se acercan animales (entre ellos el rinocerontenegro) a beber agua. Están los Bush Chalets y el Campsite.
La temperatura por la noche desciende varios grados. Mientras tanto armábamos las carpas y nos preparábamos para una noche bastante larga alrededor del fuego, en donde casi morimos de la risa en mas de una oportunidad. Gran noche para el recuerdo.
Okuakuejo, que en idioma nativo significa "el lugar de las mujeres", se encuentra a 17 kilómetros de la Anderson Gate, una de las puertas de acceso al Parque Nacional Etosha. Existe desde 1901, cuando era un puesto militar. Desde 1957 recibe turistas.

Al día siguiente recorreríamos la distancia hasta Halali (nuestro próximo campamento) bordeando buena parte de la depresión de Etosha. 






viernes, 10 de noviembre de 2017

Visita a una aldea Himba

Este día visitaríamos una aldea Himba, para saber quienes son y como es que viven los miembros de una de las tribus mas famosas y características del África Meridional, y que a diferencia de otras tribus del país y del continente, siguen viviendo del mismo modo en que lo hacían siglos atrás.

Día 7:
Esperando los huevos revueltos durante el desayuno en el iGowati Lodge de Khorixas nos enteramos de que habían robado una mochila con documentos de una de las camionetas.  Hacer la denuncia policial y los llamados a los bancos para bloquear las tarjetas de crédito, y tapar la ventana rota de la camioneta con una bolsa de Nylon retrasó dos horas la partida.
Una vez resuelto el problema del robo salimos en prolija caravana hacia una aldea Himba de la Región de Kunene, una de las regiones mas vírgenes del sur del continente y la menos desarrollada de Namibia, por caminos polvorientos alguna vez abiertos por la South African Defence Forces (SAFDF) para proteger al país de la amenaza comunista que presentaba la vecina Angola.
La visita a este tipo de aldeas es lo que en Namibia denominan Living Museums.  El concepto es poder acercarse a los diferentes grupos étnicos que conforman al país para aprender sobre sus costumbres y modos de vida. Por supuesto que la experiencia no es igual a la que se puede obtener en el Valle de Omo en Etiopía o en algunas regiones muy aisladas del Amazonas, pero esto nos daba la oportunidad de otro tipo de visita, donde a la postre uno aprende mucho en poco tiempo.

Ya habíamos tenido unos Primeros encuentros con los Himba. Siempre existe la disyuntiva a la hora de viajar sobre como uno (el visitante) debiera reaccionar ante este tipo de casos, donde el turismo puede arruinar y acabar con viejas costumbres de las diferentes gentes del mundo. Muchas tribus han desaparecido así, prefiriendo aprovechar las ventajas del mundo moderno, pero los Himba parecen ir a contramano de ello, y se sienten muy orgullosos de su modo de vida.
Los Himba son un pueblo semi nómade que habita en ambos márgenes del río Kunene, límite natural entre Angola y Namibia, donde hay mas de 50.000. Por lo árido de su territorio y las grandes distancias que hay que hacer para llegar a los centros poblacionales, los Himba han logrado mantenerse bastante aislados del hombre blanco y otras tribus, logrando así conservar su modo de vida y antiguas costumbres. De todos modos los Himba nunca buscaron aislarse del mundo, y son seres muy sociables que interactúan con otras tribus y también con el hombre moderno.
Los Himba son una etnia de origen Bantú, al igual que los Herero (comparten idioma) de quienes se separaron hace 200 años cuando llegaron a estos territorios del sur del continente. La mayor parte de esos años no fueron fáciles para los Himba quienes sufrieron hambrunas por enfermedades de su ganado. Si la naturaleza ya no estaba en su contra, el hombre lo estaría cobrándose miles de vidas durante los años de colonialismo alemán, la Guerra Civil de Angola, y cuando fueron tomados como prisioneros por la SWAPO para combatir en sus filas durante las Guerras de la Independencia de Namibia.
Con la independencia de Namibia los Himba ganaron respeto y algunos derechos, al menos sobre sus antiguos territorios en lo que fue el Bantustán de Kaokoland en el extremo norte del país. En estos territorios "mandan" ellos, si hasta frenaron la construcción de una represa hidro eléctrica que cambiaría la fisionomía de su lugar. Ahora sus animales pastan libremente por doquier y arman sus aldeas en los lugares mas convenientes.
Las casas en las aldeas Himba son muy sencillas, ya que no son moradas permanentes de los clanes. Están construídas por los hombres con maderas de la zona. Tienen techos de paja y paredes recubiertas con bosta de vaca, que es un gran aislante y obtienen con facilidad.
En todos los casos están alrededor de un corral idealmente rodeado de maderas con espinas, donde todas las noches guardan sus animales. El sistema es idéntico a las Manyattas que había visto años atrás cuando visité a Los Masái en Kenia.

Cada clan tiene en su aldea un fuego ancestral al que nunca dejan morir, y aunque apenas esté prendido, y lo lleven a donde vayan a instalarse, según la leyenda este fuego está prendido desde épocas remotas.
Los Himba son monoteístas y creen en el dios Mukuru, el creador. También le prestan mucha reverencia a los ante pasados de los diferentes clanes, con quienes se comunican cada semana, fuego ancestral de por medio. Cada tribu cuenta con un jefe espiritual que en estos encuentros decide el sistema de justicia dentro de cada una de las aldeas. Las penalidades en el mundo Himba se pagan con cabezas de ganado.
El papel de las mujeres Himba dentro de las aldeas es mucho mas importante que el de los hombres. Mientras ellos se dedican a las labores con el ganado, la faena y el corte de los cueros, las mujeres realizan el resto de las actividades indispensables para sobrevivir. Además de criar y cuidar a los niños debe conseguir agua (extremadamente escasa en este territorio), juntar leña para cocinar y pasar la noche, ordeñar las vacas para obtener leche, y ahora también tienen la tarea de hacer artesanías para venderles a los turistas.
Los peinados de los Himba juegan un importante rol social dentro de las comunidades ya que están cargados de significados. Cuando nacen, tanto mujeres como hombres llevan sus cabezas rapadas. De niños les dejan crecer un mechón de pelo que nace en el centro de su cabeza. Este mechón será trenzado y orientado hacia la nuca en dos partes si es mujer y en una en caso contrario. Si el niño tiene un hermano mellizo se hace una excepción y se lo peina hacia adelante.
Durante los años de pubertad, la mujer Himba comenzará a adornar sus cabellos con la característica pasta de arcilla, colocando además algunos pequeños objetos que buscan realzar su belleza natural. Cuando llevan un año de casadas llevan un Erembe sobre sus cabezas. Este adorno identificatorio está hecho de piel de cordero.
Una niña Himba alcanza el grado de mujer y el respeto de sus pares sólo después de haber parido a su primer hijo.
Muchos de los matrimonios son pre arreglados por los padres de las diferentes aldeas. Aunque en Namibia es ilegal, entre los Himba es común casar a una niña de 10 años de edad.
Practican la poligamia. El hombre debe asegurar el bienestar de sus mujeres, y salvo excepciones, no debiera dejar pasar mas de dos noches sin una de sus mujeres.
Las mujeres Himba tienen prohibido bañarse con agua. De todos modos, dado lo árido del territorio en donde viven, donde la existencia de agua es casi nula, eso sería impracticable. Para mantenerse limpias, las Himbas tienen su propio ritual. Este consiste en aplicarse sobre la piel una mescla de arcilla previamente molida (Hematita) a la que le agregan un poco de ceniza y resina de Omuzumba, un tipo de  arbusto que crece en la Región de Kunene. Esta resina huele a manteca, pero además de "perfumar", evita la picadura de insectos e incluso los protege de los rayos perpendiculares del sol.
Luego de pasarse este polvo rojizo por toda la piel, las mujeres Himba pasan a la siguiente etapa del baño que consiste en quemar maderas de Mopane para ahumar sus partes privadas. Aparentemente estos métodos son anti microbianos, y parecen funcionar bien entre los Himba.
Con los mismos materiales con los que hacen la arcilla y ahuman sus partes íntimas, los Himbas hacen un tipo de unguento que usan en sus axilas y también para sanar heridas. Brillantes y pintadas quedan listas para los hombres, a quienes aparentemente, para quedar limpios solo les basta con revolcarse con sus mujeres, y quedar también teñidos por el poder de la arcilla Himba.
Entre otras costumbres propias de la tribu, los Himba arrancan sus 4 incisivos inferiores a los 12 años. No se sabe el origen de esta práctica, que puede tener como objetivo ser menos tentadores para los traficantes de esclavos que miraban a los dientes de su posible "mercadería" a modo de evaluar su estado de salud. Hay muchas teorías al respecto. Según los Himba se debe a que de esa manera pueden pronunciar mejor su idioma.
Como en muchas tribus de África, los hombres Himba se someten a la circuncisión cuando tienen alrededor de 12 años.
Los Himba son gente de lo mas amigable y están muy contentos de abrir las "puertas" de sus casas para recibirnos y enseñar todas sus viejas costumbres, mostrar su organización social y su música, contarnos acerca de sus creencias y sus problemáticas.

Tras pasar algunas horas muy agradables junto a los Himba, llegaba el momento de la despedida. Nos quedaban algunas horas de camioneta, y no podíamos llegar después de las 17 horas a Okaukuejo, nuestro primer campamento en el Parque Nacional Etosha, quizás el plato fuerte de Namibia toda.







domingo, 5 de noviembre de 2017

Los petroglifos de Twyfelfontain

Twyfelfontain es uno de los sitios arqueológicos mas importantes de África Meridional, famoso por la alta concentración de petroglifos realizados durante miles de años por los antiguos.
 
Día 6:
Luego de desviarnos unos 20 kilómetros de la C39, en donde había un inusual tráfico en comparación del que suelen haber en los caminos de la región norte del país, llegamos al sitio arqueológico de Twyfelfontain (o IUI-IIais en Damara). El mismo se encuentra dentro del árido valle de Huab, en la región de Kunene, en Namibia.
Algunos de mis amigos tuvieron que quedarse a arreglar el soporte tipo tranquera de la rueda de auxilio de la Toyota Land Cruiser comandada por Andy. Un peligro como flameaba. Había que asegurarla antes de volver a los caminos. El resto nos fuimos caminando bajo el sol abrazador del mediodía hacia los petroglifos. En lo particular estaba contento de conocer este lugar cargado de historia, y que, desde 2007 es Patrimonio de la Humanidad (UNESCO).
En el camino pasamos por los pocos restos visibles de una granja de colonos Afrikaaners de apellido Levin, que vivieron allí. Buscando agua para sus animales, en 1942 descubrieron un manantial, y se mudaron cerca de los petroglifos. Es por ellos es que se conoce a este lugar con el nombre de Twyfelfontain, que en Afrikaans significa "Agua dudosa".  
Los primeros habitantes del valle eran unos cazadores - recolectores que ocuparon la zona del valle hacia finales de la Edad de Piedra. Ellos fueron quieren realizaron los primeros petroglifos, los mas antiguos, que pueden tener unos 5.000 o 6.000 años. La gran mayoría son de los animales con quienes compartían el hábitat.

Unos 2.000 años atrás llegaron los Khoikhoi desde la actual Botswana. Los Khoikhoi son un grupo pastoril y ganadero de origen Khoisan, como lo son los Nama y los San (o Bosquimanos). En Twyfelfontain encontraron los petroglifos antiguos y continuaron con la obra durante siglos. A partir de su llegada  es que aparecen las primeras figuras geométricas en el lugar. También las de flora propia de la zona.
Todavía es desconocido el número exacto de petroglifos en Twyfelfontain. Con seguridad hay entre 2.500 y 3.000, pero algunos dicen que podrían ser muchos mas. Se encuentran divididos en 15 zonas arqueológicas, todas cercanas las unas con las otras.
Los petroglifos se han mantenido en excelente estado de conservación gracias a la extrema sequedad del ambiente y la poca cantidad de lluvias que tiene cada año la zona.
La caminata hacia los petroglifos y las pinturas rupestres demanda cierto esfuerzo físico, ya que hay que ir trepando piedras. Muchas personas abandonaban a medio camino.
Pese a la importancia arqueológica del sitio, y que ya era Monumento Nacional desde 1952, tardaron décadas en protegerlo. Hoy se encuentra en gran estado de conservación y es posible alquilar servicios guiados en varios idiomas. Por lo general ofrecen tres recorridos de distinta duración.
Todos los petroglifos de Twyfelfontain tienen una patina que acentúa el color mas claro del interior de la piedra (en este caso se trata de Cuarcita). También existen un montón de pinturas rupestres, y esta combinación no suele ser común en otros sitios arqueológicos de importancia en el mundo.
Este conjunto de formaciones rocosas fue utilizada por los San para sus ceremonias y prácticas chamanicas. Muchas de las piedras emiten un sonido particular si son golpeadas como tambores. La presencia de huesos de animales chicos dan prueba de que aquí pasaban largas jornadas.
Entre los miles de animales representados en Twyfelfontain podemos encontrar las figuras de elefantes del desierto, kudu, jirafas, avestruces, vacas, rinocerontes y cebras. También existen de flamingos, pinguinos y focas, lo que dan muestra de que los artistas conocían también algunos territorios mas alejados.
Algunos de los petroglifos están a simple vista y otros bajo el resguardo de algunos aleros de piedra, y hay que saber a donde buscarlos en este enorme galería de arte al aire libre. Si no se contrata un servicio guiado, quizás lo mejor es ver donde es que están ellos enseñando los petroglifos.
Entre muchas destaca la figura de una criatura con cuerpo de león con cola muy larga y pies humanos. Es quizás la figura mas famosa de Twyfelfontain. Los expertos dicen que trata de un chamán convertido en león en alguna de las ceremonias en donde los San hacían rituales de chamanismo para tener una mejor temporada de caza.

En esta oportunidad andabamos de paso y nada sobrados de tiempo, pero en el lugar hay un cómodo lodge con una arquitectura bastante formidable en madera, donde se come bien y se han de ver unas puestas de sol espectaculares. Quedará para otra oportunidad.

Uno de los amortiguadores delanteros de la castigada camioneta de Andy dijo basta y se partió al medio, por lo cual adelantamos nuestra salida hacia Khorixas, una pequeña ciudad de 10.000 habitantes en donde daríamos con un mecánico.