domingo, 22 de julio de 2018

Gobustán, una de las galerías a cielo abierto mejor preservadas

El Parque Nacional Gobustán (Patrimonio de la Humanidad - Unesco) fue establecido en 1966 con el objeto de proteger las más de 6000 pinturas rupestres que tiene esta región de Azerbaiyán poblada hace más de 40.000 años.

El sitio arqueológico se encuentra a 64 kilómetros del centro de Baku, y por lo general es un programa o excursión, que combinado con los curiosos  y numerosos volcanes de lodo que hay en el camino, demanda unas 3 o 4 horas sin contar el transporte. Nuestro chofer de turno manejaba muy contemplativo y a baja velocidad. Nos llevó casi tres horas llegar, previas compras en el camino, pues íbamos a dormir en carpa en algún lugar del parque nacional y bajo un manto de estrellas.
En nuestro último día en Bakú tomamos rumbo suroeste en 4x4 para recorrer el Gobustan National Park, o propiamente dicho el Gobustan Rock Art Cultural Landscape. Ya no volveríamos a la capital de Azerbaiyán, por esa razón teníamos contratado un guía que aunque hablaba poco, sabía inglés y tenía una 4x4 para poder cruzar el Desierto del Qobustán, lo cual resultó moco de pavo.
A las 30 cuadras del centro uno ya descubre un Azerbaiyán completamente diferente al de la capital.
Nuestra primer parada en el parque nacional fue un museo que tiene funcionando unos pocos años. Dotado de una moderna estructura y de un personal capacitado, el museo es el mejor lugar para empezar el recorrido antes de salir a ver las pinturas rupestres.
El museo tiene al entrar un vestíbulo temático y con las placas de ocasión, como las de Unesco, en donde alguna guía de ocasión te recibe con una sonrisa de 3/4 para llevarte en un recorrido a través de los milenios. El museo está dividido en varias salas. La primera de esas explica el paso de más de 40.000 años en lo que hoy es el área del Qobustan. En la sala siguiente podemos encontrar todo lo relacionado al descubrimiento del sitio arqueológico, trabajos que no se han detenido desde 1940.
Hay otra sala (casi todas tienen forma circular) que muestra con imágenes en pantallas el comportamiento del hombre prehistórico y la relación que guardaba con su entorno.
La guía repite acostumbrada, los mismos textos en inglés que podemos ver en las paredes. Todo es muy claro y salvo en temas puntuales no hay mucho que preguntar.
El museo cerrado (y digo cerrado por que el verdadero "museo" se encuentra a pasos y a cielo abierto) se completa con dos o tres salas con petroglifos y sus debidas explicaciones, la relación del hombre cazador con los animales de su entorno y una sala de cine con capacidad para 32 personas, en donde proyectan un cortometraje (o varios, no lo sé) sobre la riqueza cultural del Qobustan.
Tras terminar la visita en el museo cerrrado  y agradecer a la guía de turno, otra persona nos recibe en el vestíbulo, esta vez para recorrer el exterior del sitio y explicarnos todo acerca de algunas de las más de 6.000 figuras (petroglifos) que se encuentran talladas en las rocas del Parque Nacional Gobustán, una de las galerías a cielo abierto mejor preservadas del mundo.
Estamos en las montañas de Jinghirdag a finales de la primavera, y el calor empieza a sentirse en un sitio que tiene apenas sombra.

Se supone que las tribus locales bailaban en homenaje a sus dioses antes de salir de cacería. Una de las primeras figuras que vimos, y de las más importantes del lugar fue la de un grupo de personas bailando, que son las mismas que figuran en un extremo del billete de 5 Manat, la moneda local. El mismo billete que uno necesita para pagar la entrada de ingreso al parque nacional, aunque en la mayor parte de los casos ya viene incluída en la excursión contratada en Baku.
En el pasado, y estoy hablando de miles de años atrás, la flora y la fauna presente en el Qobustan era mucho mas amplia y diversa que la que se encuentra hoy en día. Había en esos momentos un clima subtropical con muchas lluvias. Las aguas del Mar Caspio tenían un nivel más alto y sus orillas acariciaban por poco las piedras que hoy contienen los petroglifos. Tan alto era el nivel de las aguas que un estrecho las comunicaba con las del Mar Negro. En la foto superior podemos ver un tipo de barco utilizado en aquellos tiempos.
Sólo recorrimos el área cercana al museo y al estacionamiento, un lugar que lleva el nombre de "Boyukdash" muy cerca a las costas del Mar Caspio. Un sitio que no fue elegido al azar, ya que hay alrededor petroglifos de gran calidad en las varias suertes de cuevas.

Cómo las piedras del lugar son bastantes blandas, los grabados en las piedras se encuentran a mayor profundidad que otos sitios similares que pude conocer en mi derrotero. En 2007 la Unesco incorporó este sitio a la lista de Patrimonio de la Humanidad, el mismo año que Tyfelfontain cuyos petroglifos tuve la suerte de visitar más o menos un año atrás.
Hacia la Edad de Bronce las figuras de animales fueron perdiendo su importancia. Los nativos rara vez le pedían suerte a los dioses en sus cacerías pues ya domesticaban animales y cultivaban el suelo. Hay unas pocas que se presume fueron hechas por los pastores del momento.
Entre muchas huellas del paso del tiempo por aquí están las de Alejandro Magno (también conocido como Alejandro "El Grande" o Alejandro III de Macedonia), y siglos más tarde por los Romanos. Entre medio hay una teoría de tribus llegadas desde Escandonavia por mucha gente en el área con raíces indoeuropeas u no túrquicas. Cómo ven un sitio con mucha historia que vale la pena visitar.

viernes, 20 de julio de 2018

Heydar Aliyev Center, "El mejor edificio del mundo"

Desde su independencia de la Unión Soviética en 1991, Azerbaiyán ha invertido billones de sus Petrodólares buscando darle identidad a Baku, su capital sobre la costa del Mar Caspio. Para ello han dotado a la ciudad de edificios deslumbrantes y de arquitectura muy atrevida. Un ejemplo de este ambicioso proyecto es el Heydar Aliyev Center.
El edificio del Centro Cultural Heydar Aliyev es una obra fantástica de la arquitectura moderna. En 2014 obtuvo el Premio Design of the year como "Mejor edificio del mundo".
Una gran estructura de hormigón combinado que evita el uso de columnas en su interior y forma un armazón tridimensional de volúmen orgánico y sin una línea recta.
El material que cubre el techo es el mismo que hace de piso para la gran plaza que lo rodea, y que según la fuerza del sol va variando la intensidad de su color.
El edificio de 57.000 metros cuadrados está asentado sobre una gran plaza a la cual se integra magistralmente. De esta manera suman casi 100.000 . En su interior funciona un centro de congresos, un auditorio para mil personas, algunas oficinas y un museo.
El Heydar Aliyev Center es obra de la afamada arquitecta Zaha Hadid, recientemente fallecida a los 65 años. Nacida en Bagdad pero residente en Londres, donde pasó la mayor parte de su vida, fue la primer mujer en ganar un Premio Pritzker, el más prestigioso de la arquitectura. Entre sus obras destacan la Opera House de Guangzhou, el London Aquatics (para las Olimpíadas 2012), el Museo nazionale delle arti del XXI secolo en Roma o el edificio de BMW en Leipzig, por nombrar algunas.
Gran parte del trabajo de Zaha Hadid fue conceptual, por eso cuando ganó el concurso para la construcción del Heydar Aliyev Center pudo plasmar a la realidad sus novedosos proyectos. El lugar elegido no podía ser mejor. Un edificio que puede verse a la distancia desde cualquier ángulo, y que queda sobre el Boulevard Heydar Aliyev, el mismo que comunica el centro de la ciudad con el Aeropuerto Internacional Heydar Aliyev, por lo que resulta difícil no verlo para aquellos que van llegando a la capital azerí.
La idea original de este lugar era que cumpla un rol importante en las actividades intelectuales y culturales de Baku, lo cual de alguna manera viene sucediendo, pero quizás no de la manera esperada. La mayoría de los que llegan hasta aquí lo hacen para gozar de esta increíble obra de arquitectura, y no por la calidad de sus exposiciones.
Al momento de mi visita se llevaba a cabo en una de sus salas una exposición bastante interesante llamada "Tesoros culturales de Azerbaiyán" que daban una muestra de usos y costumbres de los azeríes. Había vestimentas típicas, instrumentos musicales poco conocidos, alfombras , etc.
Esta zona del mundo fue habitada al menos desde la Edad de Piedra. Hay un sector del museo en donde exponen muchos utensillos antiguos y herramientas encontradas en los alrededores del Gobustan National Park (Patrimonio de la Humanidad).
El Heydar Aliyev Center aún está muy verde si lo comparamos con otros museos de diversas capitales del mundo. Que logra sorpreder con lo osado de su arquitectura, de eso no hay duda, pero mucho de lo expuesto (cómo la colección de muñecas, que además no permiten fotografiar), no debiera estar en un museo. Prueba de ello es una insólita colección de maquetas de todos los edificios importantes de Baku, y algunos otros que están en procesos de construcción.
Si me gustaron mucho las obras de la exposición "Earth and sky" del artista ruso Aleksey Beqov, y una muestra de viejos carteles utilizados en el Paris del 1900.

miércoles, 18 de julio de 2018

El Castillo de Ankara

El Castillo de Ankara (Ankara Kalesi) domina desde hace siglos las vistas de la capital de Turquía desde lo más alto de la ciudad. Es uno de los sitios mas importantes de Ankara.El castillo tiene mucha historia para contar, tal como la tiene Ankara, una de las ciudades más antiguas del mundo, y hoy capital de la República de Turquía.
El Castillo de Ankara (o su remanente) ocupa una superficie de 350 x 150 metros, sin contar unas 42 torres de defensa que se encuentran a unos 40 metros de distancia hacia el lado externo de las paredes del castillo. No se sabe a ciencia cierta desde cuando es que existe el Castillo de Ankara, pero con seguridad corresponde a períodos comprendidos entre la Antiguedad Tardía y el principio de la Edad Media. Eso es mucho tiempo, aún considerando que la historia de Ankara se escribe al menos desde el 2.000 a.C, época en donde los Hatianos (tiempo mas tarde devenidos en Imperio Hitita).
Los Hititas utilizaron su estructura antes que los Romanos conquistaran el área, llamando Ancyra a esta ciudad que llegó a tener en esos tiempos más de 200.000 habitantes.
Tras la conquista romana de Galatia en el siglo II a. C., las paredes del Castillo de Ankara fueron construidas nuevamente acorde a las necesidades defensivas de la época, tal cómo marcan las crónicas del emperador Caracalla (circa 217 D.C). De este tiempo quedan claros ejemplos arquitectónicos romanos del muro externo del castillo.
Tiempo más tarde el castillo fue ocupado por Frigia, un imperio que ocupaba gran parte de Anatolía.
Años más tarde el Castillo de Ankara (y por supuesto el resto de la ciudad) fueron conquistados y ocupados por los Persas, antes que los Bizantinos, más tarde los Árabes y a la postre los Otomános antes del fin de la Primera Guerra Mundial y la creación de la República de Turquía.
La idea de reciclar hoy está de moda, pero en sitios como éste queda claro que de alguna manera el reciclaje viene practicándose desde hace siglos, En las piedras de los muros del Castillo de Ankara, uno puede visualizar con claridad el paso de las diferentes culturas que ocuparon este sitio.
Una cosa para remarcar acerca del Castillo de Ankara es el hecho de que éste estuvo siempre habitado en forma inentirrumpida desde su creación, lo que le da una impronta muy particular. Mucho no ha cambiado, pues al día de hoy sigue siendo morado cómo en los viajos tiempos, quizás no por príncipes, barones, duques o condes, si no por pobladores de las clases más bajas de Ankara que viven en los límites del castillo y sus alrededores.
Hay cientos de casas habitadas dentro de los límites del Castillo de Ankara, que están construidas con ladrillos de adobe (barro) y madera, como en los viejos tiempos. Sus moradores son amigables, nada tímidos, y prestan una mano a quienes visitan este lugar.
El Castillo de Ankara se encuentra a un corto taxi de distancia del Mausoleo de Ataturk, el otro sitio (increíble) que nadie debiera perderse en una visita a Ankara. Las dos visitas pueden hacerse en un día sin problemas de tiempo.

Por un lado el Castillo de Ankara no se encuentra en el estado de conservación que mereceu n sitio de estas particularidades, sin embargo el hecho de que se encuentre habitado en forma ininterrumpida desde hace siglos hace de este lugar un fiel testimonio de la rica historia de Ankara.
En el interior de las murallas funciona al menos un restaurante. Habíamos caminado mucho ese día, y afuera no dejaba de llover, así que vinimos a por unas sopas y unos platos de comida caliente que por suerte no nos defraudaron e hicieron de este un momento agradable y un poco picante.

Vale la pena conocer el Castillo de Ankara si por alguna razón caen en la capital de Turquía.

miércoles, 11 de julio de 2018

Gyumri, una ciudad que no puede recuperarse

Cuando entramos a Armenia lo hicimos por tierra desde la vecina Georgia tras circular una ruta en pésimo estado que en nada se parece a las del resto de ninguno de los dos países.
En los trámites migratorios en la frontera de Armenia no faltaron las preguntas sobre el por qué de nuestra reciente visita al vecino Azerbaiyán que delataban dos sellos de tinta en nuestros pasaportes. La razón es que Armenia y Azerbaiyán sostuvieron varios violentos enfrentamientos entre 1905 y la actualidad, de los cuáles escribiré en otra oportunidad, cuando el caso lo requiera.
Nuestra primer parada en Armenia fue la ciudad de Guimri, parte del Imperio Ruso tras las guerras con el Imperio Persa. Alguna vez fue conocida como Aleksándropol (o Alexandropol), la tercer ciudad más importante de transcaucasia tras Tbilisi y Baku y también llamada Leninankán durante el período soviético. Una ciudad con gente conservadora que se encuentra en el noroeste del país, en la provincia de Shirak cerca tanto de la frontera de Georgia como de la de Turquía, y que resulta ser, por historia y locación, la segunda ciudad más grande del país y a sólo 125 kilómetros de Yerevan.

A las pocas horas de llegar nos recibieron en una fundación alemana con un almuerzo típico de por aquí (al menos durante ocasiones especiales), pero bastante peculiar, poco común, y hasta curioso para algunos de nosotros.
Se trataba de una cabeza de vaca, muchas veces asada bajo la tierra durante 24 horas o más. Había comido cabeza de vaca en alguna oportunidad. La lengua y las mejillas suelen ser las partes mas apreciadas del animal, aunque el cerebro tenga sus fanáticos o los ojos se reserven para los invitados, en un convite justamente como éste.
Una vez terminada la cabeza de vaca y algunos otros platillos de la mesa tomamos dos o tres shot´s de Vodka y salimos a conocer el centro de la ciudad.
Alguna vez antigua capital de Armenia, Gyumri supo tener una población similar a la de Yerevan. Un tremendo terremoto de 6.8 grados en 1988 redujo a la mitad su población. Por las grandes daños y pérdidas edilicias, y la muerte de más de 50.000 personas, sumado al éxodo de docenas de miles, la ciudad de Gyumri nunca pudo recuperar la importancia que alguna vez tuvo.
Nos hicimos primero de unos Dram (AMD) en un lugar cercano a la plaza principal. El día estaba gris, había lluvias ocasionales, y cada tanto soplaba un viento muy frío. Nada que quite las ganas de caminar por una nueva ciudad, y Kumayri es el barrio mas antiguo con unas 1.000 viviendas interesantes que han sobrevivido a los terremotos de 1926 y 1988.
Antes de llegar a la plaza principal nos topamos con la Catedral de la Santa Madre de Dios (también conocida como Nuestra Señora de las Siete Heridas, o Catedral de los Santos Mártires), un edificio de forma rectangular, como sucede mucho en Armenia. Es del siglo XIX y nunca cerró sus puertas durante los años de influencia soviética.
Durante el terremoto de 1988 la catedral sufrió daños menores. Sólo sus dos domos más pequeños cayeron al suelo, y hoy es posible verlos a los pies de los nuevos.
La Plaza Vartanants es la principal de la ciudad. Fue abierta al público en 1930 en la era soviética, siguiendo los planos originales de Alexander Tamanian, el mismo que años antes había diseñado la Plaza de la República en Yerevan, la capital de Armenia.
La plaza de 280 x 140 metros tiene a su alrededor la Casa de Gobierno, un cine, la catedral, un viejo hotel de 1927 y la Iglesia del Santo Salvador, también del siglo XIX, y que resulta ser, y no por casualidad, la iglesia mas alta de Armenia. Esta iglesia permaneció cerrada durante los años de dominio soviético. En su lugar funcionó un museo y mas tarde una sala de conciertos.
En el centro de la plaza hay un monumento de 2008 que conmemora la Batalla de Avarayr en donde los armenios obtuvieron la libertad religiosa pese a haber sido derrotados por los persas. Momento crucial, ya que Armenia fue la primer nación en el mundo en adoptar el Cristianismo.
Hay dos calles peatonales que terminan en la plaza principal. Hoy parecen no tener más atractivo que ese, y hay intenciones de hacer mejoras en el futuro, sin embargo, en estas calles es donde se pueden apreciar los mejores ejemplos de la arquitectura neoclásica de la ciudad.
Si no se la mira con ojos optimistas y generosos Gyumri puede resultar una ciudad  decadente. Es gris y aún hay muchos edificios que no pudieron ser arreglados tras el terremoto de 1988. No hay mucho para hacer en Gyumri, esa es la verdad. Un puñado de museos mediocres, la plaza principal y sus alrededores, un Shuka o mercado abierto y alguna antigua citadela cercana con ruinas descuidadas. Fuimos pues hasta Villa Kars, una vieja mansión en el centro, bastante Art decó devenida en el primer hotel boutique de Gyumri. Allí conocimos a Antonio Montalto, un médico de Sicilia que vino a prestar ayuda tras el terremoto de 1988. Parece que se enamoró de Armenia y se convirtió en empresario hotelero y cónsul de Italia en Gyumri. Antonio tiene una fundación que da trabajo a los locales en un taller de cerámica que funciona dentro de el complejo del hotel.
Escribiendo en retrospectiva y tras visitar muchas poblaciones de Armenia puedo decir que Gyumri es una ciudad con mucho carácter y cierto movimiento. Tiene un manojo de lugares para conocer. Puede que su historia sea triste, como todas en Armenia, pero al menos es la ciudad con mayor influencia en la escena musical de Armenia. Desde hace mucho.

martes, 10 de julio de 2018

La Plaza de la República de Yerevan

Yerevan, la capital de Armenia, es una de las ciudades mas antiguas del mundo. Está habitada en forma continua desde el siglo VIII A.C. La Plaza de la República de Yerevan, como sucede con otras plazas del mundo con el mismo nombre, concentra los edificios y acontecimientos políticos y sociales más importantes del país, en este caso de Armenia. Claro que no siempre tuvo el mismo nombre, ni su forma actual dividida en dos secciones, ni las mismas proporciones, pero siempre tuvo un rol social, incluso antes de que Yerevan se convierta en la capital número 13 de Armenia.
 Durante excavaciones han descubierto restos de plazas anteriores bajo la actual, pero la historia moderna cuenta que en 1906 sufrió importantes modificaciones en una remodelación de Yerevan. Unos pocos añosmas tarde, en 1924, volvió a sufrir la misma suerte, esta vez de la mano del arquitecto Alexander Tamanian.
Se ve que en esos tiempos en Armenia andaban con otras prioridades, ya que para concluir con el proyecto de la plaza (Hanrapetutyan Hraparak en armenio) y los cinco edificios que la rodean les llevó hasta 1977. Claro que en el medio en el mundo pasaron muchas cosas que afectaron directa e indirectamente el futuro de Armenia.
Alrededor de la plaza existen, como he mencionado, cinco grandes edificios que de alguna manera la rodean. Esos 5 edificios son la Casa de Gobierno, la Galería Nacional de Armenia (el museo más grande e importante del país), el Ministerio de Asuntos Externos, Transporte y Comunicaciones, y el History Museum. En el quinto edificio funciona desde hace unos años el Marriott Hotel de Yerevan.
Todos los edificios están construidos en Toba volcánica rosa (como tantos otros en Armenia) y también en amarillo, todos en un estilo neoclásico con ciertas licencias para dejar lugar a la simbología de los armenios.
Uno de los atractivos principales de la Plaza de la República es el show de "aguas danzantes", un espectáculo diario de agua, luces y sonido de larga duración y buena calidad que la ciudad regala a las parejas, turistas y grupos de amigos que se avecinan hasta aquí cada noche.
En el centro de esta antigua plaza existió entre 1940 y los días previos al colapso de la ex Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas en 1991 una estatua de Vladimir IIich Uliánov, más conocido como Lenin, líder de la Revolución de Octubre de 1917 y máximo dirigente de la URSS en 1922. Esta estatua hoy se puede ver en el patio de la Galería Nacional de Armenia, a uan corta distancia de su emplazamiento original.
La Plaza de la República es inevitable si se visita la capital de Armenia, y si por alguna razón se encuentran lejos de ella, es menester conocerla y hacer un recorrido por las calles de alrededor, ya que concentran varios de los puntos más emblemáticos y sobresalientes de la capital. Siempre hay algo pasando alrededor de esta plaza que sigue siendo, como hace años, el punto neurálgico de Yerevan, hoy capital de Armenia.

lunes, 2 de julio de 2018

La Mezquita Azul

Sultan Ahmet camii, más conocida por los hispanohablantes como "la Mezquita Azul" es uno de los sitios mas relevantes y visitados por el turismo en Estambul. También es una de las más grandes y bellas mezquitas que hay en la ciudad y uno de los lugares más sagrados para el Islam en el mundo.
 
La Mezquita Azul fue mandada a construir por el Sultán Ahmet como un obsequio para Alá a ver si cambiaba un poco la suerte del Imperio Otomano tras los resultados negativos en las guerras contra el Imperio Iraní (los Safávida). Ninguna mezquita se había construido en los últimos 40 años así que en agosto de 1609 comenzaron las obras de una mezquita que se atrevía a rivalizar con Santa Sofía (Hagya Sofia), la espectacular basílica, luego mezquita y posteriormente museo, que se encuentra no casualmente al frente. Tampoco es casual que el lugar elegido por el Sultán Ahmet haya sidio el sitio donde entre 330 y 1081 existiera el Palacio de Constantinopla (Sacrum Palatium). También está a pasos el hipódromo de Constantinopla, de alto simbolismo para la historia de la ciudad mas gloriosa.
Un día de mucha lluvia durante el mes de mayo de 2018 fuimos con unos amigos a conocer la Mezquita Azul, la única de la ciudad con 6 minaretes (o alminares) y una de las dos mezquitas en todo Turquía (la otra está en Adana). En su momento fue un tema que causó revuelo ya que la única mezquita en el mundo con 6 minaretes era la mismísima Meca. El Sultán Ahmet, quien había sido el primer sultán del Imperio Otomano en llegar al trono siendo menor de edad (tenía 14 años), a modo de apaciguar los ánimos financió las obras para la construcción de un séptimo minarete en La Meca.

La arquitectura de la Mezquita Azul sorprende con 5 domos sumados a otros ocho domos secundarios (o menores) que van acercándose hasta rematar en una gran cúpula central que, desde el interior, se encuentra 43 metros elevada del piso.
Aquella vez la Mezquita Azul se encontraba cerrada al público por obras de refacción (va a estar en obra al menos hasta 2020), así que sólo pudimos hacer un recorrido por el patio interno, que es de igual tamaño al interior de esta joya de la arquitectura clásica islámica del mejor momento del llamado "Período Clásico Otomano", aunque toma también muchos elementos de la arquitectura bizantina, al igual que su vecina Santa Sofía, miles de años mas antigua.
 
Cuando uno mira la Mezquita Azul desde el exterior da la sensación de que ésta tiene un tamaño similar a Santa Sofía (basílica y posteriormente mezquita), pero la verdad es que la mezquita tiene casi la mitad de superficie construida. De todos modos la Mezquita Azul quita el aliento, más aún por el lugar en la ciudad donde está emplazada.

Suerte la nuestra, ya que varias semanas mas tarde una vez vueltos a Estambul íbamos a tener la oportunidad de conocer el interior de la Mezquita Azul, el templo religioso más importante de Estambul y uno de los mas bonitos, y que a diferencia de Hagya Sofia, sigue funcionando como mezquita pese a las hordas de turistas que recibe cada día cuando sus puertas están abiertas
 
En esa primera visita a Estambul no paró de llover un sólo día, pero esta vez había un sol radiante en la ciudad. Tan radiante que hacía un calor espantoso y apenas salí de la Mezquita Azul me agarró un golpe de calor, y eso que andaba de bermudas y remera, razón por la cual para ingresar a la Mezquita Azul tuve que ponerme uno de esos pantalones que le prestan a uno en la entrada para no faltar el respeto con el código de vestimenta impuesto para entrar a las mezquitas de la ciudad, como sucede también en muchas iglesias del mundo. Cuestión que ésta vez pudimos divisar el interior del sitio.
 
Cuando el Sultán Ahmet mandó a construir la mezquita tuvo que sacar dinero de las arcas del estado, lo que causó cierto descontento entre las otras autoridades. Tantas piedras y mármoles fueron utilizados, que otras muchas obras de la ciudad tuvieron que esperar por falta de disponibilidad de materiales. En el interior de la Mezquita Azul todo es grande. El espacio general, sus mas que robustas columnas, la cantidad de azulejos (más de 200.000) que se usaron para decorar el lugar con el correr de los años, razón por la cual algunos han perdido un poco de color, y otros hayan llegado desde el Palacio de Topkapi (donde hay azulejos maravillosos) tras el incendio de una de sus salas.
 
El llamado a la oración es en árabe, idioma que la mayor parte de los turcos no entiende. Durante ese momento los hombres bajan la cabeza y rezan al frente. Las mujeres tienen un lugar reservado en la parte trasera de la mezquita, como sucede habitualmente. Todo el templo (al cual se accede sin calzado, como es costumbre) se encuentra cubierto por alfombras. Muchas de las antiguas tenían valor comercial y fueron robadas por lo que las actuales fueron donadas por los fieles.
La entrada a la Mezquita Azul es gratuita y bien vale la pena cuando en Estambul, pese al tiempo que puede demandar la cola. Es uno de esos sitios que saben deslumbrar por su majestuosidad, aunque a mi entender no logra rivalizar con su vecina de Santa Sofía, aunque esa fuere la intención o idea original de su constucción. En algunas cosas estoy de acuerdo con Benedicto XVI. El fue el segundo Papa en la historia en visitar una mezquita (noviembre 2006), y ambos encontramos paz en su interior