jueves, 5 de diciembre de 2019

En teleférico al Monasterio de Tatev

Esperamos casi 24 horas a que la densa niebla desapareciera del pueblo de Syunik, en Armenia. Tambien llovía y hacía frío. Nos arriesgamos y continuamos camino por la sinuosa carretera hasta el  impresionante Monasterio de Tatev, en lo profundo de un cañadón a 1.600 metros de altura. El tema de la niebla era relevante, pues una de las formas de llegar es utilizando el teleférico más largo del mundo. El Wings of Tatev es la opción rápida para llegar a la aldea de Halidzor al otro lado del valle. Una cabina para 30 personas nos lleva por un largo cable de casi 6 kilómetros de largo, y en menos de 15 minutos nos deposita fuera de las murallas del monasterio. Es una obra de ingeniería impresionante que costó 25 millones de Dólares. Sólo el cable pesa tanto como 60 elefantes.
Dicen las leyendas que aquí había una iglesia del siglo IV. De los primeros días cuándo Armenia era la primer nación en adoptar el Cristianismo. Sea como sea, de lo que existe hoy en día se puede afirmar que el monasterio data del siglo IX, cuándo levantaron la Iglesia de Santos Pablo y Pedro en 895 y era sede del obispado de Syunik. Años más tarde agregaron la Iglesia de Santa María y la de San Gregorio el Iluminador, además de importantes y prestigiosas universidades, una biblioteca, un molino y dependencias para los miles de monjes que aquí vivieron.

Cuentan también que el nombre viene de los tiempos en que estaban construyendo la primitiva iglesia y uno de los estudiantes quizo colocar en ella una cruz de su autoría. Al ser sorprendido por su superior pierde el equilibrio y cae al vacío. Cayendo le grita a Dios "Ta tev", que en armenio significa algo así como " Dame alas".

En sus primeros 1.000 años de historia, el Monasterio de Tatev ( sՏաթևի վանք Tat'evi vank') sufrió incendios, invasiones y terremotos, pero siempre renació en forma inmediata.
En uno de los patios internos del monasterio se encuentra la Columna de Gavazan del año 904. Este pilar octagonal de piedra se mueve ante temblores del piso. Esto alertaba a los monjes de futuras invasiones o de posibles terremotos. La columna de 8 metros de alto y varias toneladas de peso puede oscilar unos 30 grados. Esto no es casual. En su base tiene un intrincado y complicado sistema de pesos y contra pesos que permiten este fenómeno.
En abril de 1921 la zona fue noticia cuándo los pobladores locales al mando del comandante Garegin Nzdeh proclamaron la independencia de la República de Syunik, también conocida como República de la Armenia Montañosa. Este grupo intentó proteger estas tierras distantes a 270 kilómetros al sur de Yerevan de las garras del Ejército Rojo haciendo base en el Monasterio de Tatev durante 2 años.
Hoy en el Monasterio de Tatev también funciona un muy interesante museo interactivo en dónde se aprecian valiosas herramientas antiguas, como estos molinos (zithan) desde los que extraían aceites de cañamo, sésamo, mostaza o lino. Encarvadas en la roca, estas cuatro construcciones del siglo XIII que albergan a los molinos estaban separadas del resto del monasterio a modo de no distraer a los estudiantes con los ruidos.
Entre dos se puede mover esta gran prensa de piedra con la que rompían los granos de plantas o cereales, e iba cayendo por canaletas de piedra directamente a jarras que se encontraban en el piso inferior del molino y la prensa. Los aceites se comercializaban en las aldeas cercanas y eran utilizados en la vida diaria del monasterio.
Por suerte para la tarde ya se había disipado la niebla y pudimos observar desde el teleférico, las maravillosas vistas escarpadas, pequeñas aldeas y el serpenteante camino que durante siglos era el único que llegaba hasta el monasterio.
Tras las restauraciones comenzadas en 2016 se puede afirmar qué el Monasterio de Tatev es un sitio del cuál los armenios se sienten orgullosos.