Itá se encuentra a sólo 35 kilómetros de Asunción, la capital del Paraguay. Itá es parte de lo que hoy se conoce como el "Camino Franciscano", un proyecto turístico iniciado por el gobierno que incluye hasta 15 pueblos, entre ellos los de Altos, Aregua, Capiatá, Yaguarón , San Bernardino , e Itá, al cual hago referencia en esta entrada.
Los Franciscanos llegaron al Paraguay a mediados de 1575 solicitados por la Corona Española, ya hartos de fracasar en su intento de doblegar la voluntad de los indígenas guaraníes.
Tanto ellos como los Jesuitas Se establecieron en diferentes puntos del país y fundaron varias docenas de pueblos, todos ellos al este del Río Paraguay.
En aquellos tiempos existía la Reducción de San Blas de Itá que había sido fundada en 1585 por Fray Alfonso Sanbuenaventura y su discípulo Fray Luis Bolaños. San Blas es hoy patrono del Paraguay.
En el pueblo de Itá no hay mucho para ver o hacer, salvo que te gusten las artesanías en cerámica, de esas tipo enanos de jardín , sirenas, perros, super héroes o pajarracos coloridos. Para ello está la calle o el Centro Artesanal San Blas en donde además venden cestos y hamacas paraguayas. Sin embargo tiene el privilegio de tener una iglesia interesante que lleva el mismo nombre que el Patrono del Paraguay.
La Iglesia de San Blas fue construida con muchos de los materiales de el ex templo franciscano que existía en este mismo lugar. Salvo las paredes que son del siglo XX, el resto del edificio es el original.
Por un escrito en el techo de la iglesia podemos saber con seguridad el año en que fue concluida. El texto dice: "Ec Est Domvs Domini Firmiter Edificata anno 1698".
La iglesia, por sus buenos años y lo particular de su historia es considerada por el gobierno paraguayo como un Bien Patrimonial Nacional e Internacional. Es muy bonita pero no le llega ni a los talones a la de Yaguarón, reducción también fundada en 1585 por Sanbuenaventura y su compañero Bolaños.
En la explanada de la plaza frente a la iglesia hay un monumento a los caídos en la Guerra del Chaco una herida que no cicatriza en la historia de los paraguayos. Está dedicado al "Soldado Desconocido".
En los alrededores los centenarios árboles embellecen el marco y regalan una sombra necesaria.
Los Franciscanos continuaron sus servicios en el Paraguay hasta que comenzaron las batallas por la independencia en el país. Permanecieron hasta que en 1848, el presidente Carlos Antonio Lopez, expropió sus tierras al mismo tiempo que le daba a los indígenas la ciudadanía paraguaya.
Los Franciscanos llegaron al Paraguay a mediados de 1575 solicitados por la Corona Española, ya hartos de fracasar en su intento de doblegar la voluntad de los indígenas guaraníes.
Tanto ellos como los Jesuitas Se establecieron en diferentes puntos del país y fundaron varias docenas de pueblos, todos ellos al este del Río Paraguay.
San Blas de Itá |
En el pueblo de Itá no hay mucho para ver o hacer, salvo que te gusten las artesanías en cerámica, de esas tipo enanos de jardín , sirenas, perros, super héroes o pajarracos coloridos. Para ello está la calle o el Centro Artesanal San Blas en donde además venden cestos y hamacas paraguayas. Sin embargo tiene el privilegio de tener una iglesia interesante que lleva el mismo nombre que el Patrono del Paraguay.
La Iglesia de San Blas fue construida con muchos de los materiales de el ex templo franciscano que existía en este mismo lugar. Salvo las paredes que son del siglo XX, el resto del edificio es el original.
Por un escrito en el techo de la iglesia podemos saber con seguridad el año en que fue concluida. El texto dice: "Ec Est Domvs Domini Firmiter Edificata anno 1698".
Relieves tallados en madera en las ventanas de San Blas |
En la explanada de la plaza frente a la iglesia hay un monumento a los caídos en la Guerra del Chaco una herida que no cicatriza en la historia de los paraguayos. Está dedicado al "Soldado Desconocido".
En los alrededores los centenarios árboles embellecen el marco y regalan una sombra necesaria.
Monumento al "Soldado Desconocido" |
Los españoles les dieron a los "mas leales" Franciscanos, las tierras que habían pertenecido en antaño a los Jesuitas, antes de que fueran expulsados de América. Con el paso de los años lograron hacer un formidable núcleo comercial. Ahora había llegado el momento de irse del Paraguay.
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