viernes, 26 de junio de 2020

El Jardín Japonés de Buenos Aires

El Jardín Japonés es uno de los espacios más lindos, refinados, distinguidos y cuidados que tiene, en cuanto a espacios verdes refiere, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Se encuentra en el Parque 3 de Febrero, la parte más arbolada del barrio porteño de Palermo, y está cargado además de espiritualidad y armonía.
Este Jardín Japonés se conoce como un Jardín de Paseo, es decir que está diseñado para su contemplación, con paisajes a diestra y siniestra que representan un número de simbolismos en un mundo plasmado en miniatura. Generalmente los jardines de paseos se ejecutan alrededor de estanques de agua que simbolizan los mares del planeta. Ningún elemento en un jardín de este tipo está puesto al azar. 
También existen otros tipos de jardines japoneses como el Jardín Zen, quizás los más famosos con sus piedritas rastrilladas y formas circulares. También se los conoce como jardines secos. El Jardín de Té dónde se celebra la ceremonia a la bebida más popular del país y del continente asiático es otro de los jardines japoneses más representativos.
El Jardín Japonés de Buenos Aires fue donado por la colectividad japonesa de Argentina y la Embajada de Japón en el año 1967 con motivos del festejo cuando la República Argentina tuvo el honor de recibir al Príncipe Akihito acompañado por la Princesa Michiko, hoy Emperador y Emperatriz del Japón. A esa visita le siguieron varias de príncipes y princesas con el fin de fortalecer el vínculo entre las dos naciones, distantes como pocas en la tierra.
Desde hace más de 30 años que la Embajada de Japón mantiene este lugar en perfectas condiciones.
Cruzar el Puente de las desilusiones es uno de los pasos para recorrer este paseo que invita a recorrerse con tiempo para la contemplación, y de seguro que así sucederá ya que baja los decibeles de cualquiera, en especial tras algunas copas de vino blanco en el excelente restaurante que supo mantener calidad y original con el correr de los años, hoy décadas.
Los jardines japoneses están siempre cargados de simbolismo. Las rocas, por ejemplo, representan en este mundo en miniatura, a las montañas, o en algunos casos, como este en particular (la Isla de los Remedios Milagrosos), representan a las islas (Shims) bañadas por el agua de los estanques representando a los siempre poderosos mares.
El puente curvo, o Taiko Bashi es uno de los puntos más característicos de los jardines japoneses de este tipo. Cada metro recorrido propone una postal diferente.
En el edificio principal del recinto, además del recomendable restaurante, se organizan todo tipo de actividades relacionadas con la cultura japonesa como el Origami, la técnica del Bonsai, el arte del Kimono o la finura de la vajilla artesanal japonesa.
También hay un buen vivero en dónde además de conseguir flora que también crece en el Japón está surtido de una muy buena variedad de especies, y tiene lugar para estacionar.
La entrada al Jardín Japonés es paga. Tienen excepción todas aquellas personas que sean clientes del restaurante o hagan actividades en el centro cultural. También están exceptuados los jubilados y pensionados, y los estudiantes.
Vale la pena conocerlo.

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