sábado, 29 de junio de 2024

Ruinas de Herculano

La ciudad de Herculano (o Ercolano) empezó a ser conocida por haber quedado sepultada bajo 25 metros de ceniza tras la erupción del volcán Vesubio el 24 de octubre del año 79.
A diferencia de la cercana ciudad de Pompeya que fue saqueada y rapiñada con el correr de los siglos, Herculano estuvo desaparecida durante más de un milenio hasta que empezó a ser descubierta poco a poco sin saber sin que se sepa la maravilla con la que eventualmente se iban a encontrar.

Las primeras certezas de que allí había algo interesante llegaron en 1709 de la mano del Príncipe de Lorena, Emmanuel Mauricio, quien al oír el rumor de un obrero que había encontrado una columna, decidió comprar su granja y comenzar a desenterrar mármoles y estatuas de todo tipo para utilizar en su residencia en construcción en la cercana Portici, o regalar patrimonio a sus amigos o monarcas familiares regados por media Europa.

El Rey Carlos de Borbón encarga al ingeniero militar Roque Joaquín de Alcubierre Morales una misión con el fin de recuperar objetos de valor sepultados en las ciudades existentes tras la erupción del volcán Vesubio. Claro que la ubicación de Herculano, Pompeya y Estabia aún eran desconocidas.
En 1738, Alcubierre descubre los restos de un teatro romano, razón por la cuál vuelve al Rey para convencerle de financiar una excavación a gran escala que resultó todo un éxito pues durante los próximos 30 años no cesaron los hallazgos y descubrimientos en estas tres ciudades de la Región de Campania.

Murales, vasijas, envases de perfumes, candelabros, restos de cerámica, estatuas de bronce y objetos de uso cotidiano fueron apareciendo por doquier en lo que en aquellos días ya era un suburbio de la ciudad de Nápoles. Con los primeros hallazgos ya se podía dar cuenta que en la ciudad de Herculano vivía una población más ilustrada, rica y sofisticada de mercaderes y comerciantes. 
A diferencia de la ciudad de Pompeya dónde sus habitantes fueron sorprendidos durante la erupción del Vesubio y han quedado inmortalizados en aquellos minutos, aquí en Erculano los habitantes murieron por lo que se conoce como flujo piroclástico, una masa de gases calientes y materiales sólidos que ruedan por la superficie, resultante de algunas erupciones volcánicas.
Por estar más cerca del volcán Vesubio que la ciudad de Pompeya, ese flujo piroclástico pasó por Herculano a unos 400 0 500 grados prácticamente pulverizando o reduciendo a cenizas a casi todos sus habitantes.

Los más atentos y veloces pudieron huir corriendo de sus casas y embarcarse a la mar, pero los oleajes eran tan fuertes que fueron devueltos con violencia contra la playa en dónde perecieron junto a los rezagados dentro de los Fornicis, una suerte de almacenes portuarios con forma de bóveda.
Muchos de los 300 cuerpos que aquí se encontraron de las familias herculanas tenían a su lado bolsas con monedas (los ahorros de la vida, los dotes, las herencias) y objetos de valor. Los gases acabaron en este caso con toda ilusión para este grupo de personas.
Cabe aclarar que en aquellos tiempos el mar se encontraba unos 400 metros más cerca de la posición actual de las ruinas de Herculano.

Bien que hice en acercarme hasta aquí tras cuatro días recorriendo las más famosas y conocidas ruinas de Pompeya, pues aunque diferentes y menos grandes y espectaculares, el sitio de Herculano, no tiene nada que envidiarle y resulta una maravilla por sí sola, no por nada esteconjunto de ruinas son Patrimonio UNESCO de la Humanidad desde 1987.
Era un día de semana y estaba nublado con alguna ocasional llovizna y éramos apenas un puñado de visitantes aquella tarde en Herculano. Lujo puro para caminar y perderse por las distintas salas termales (frigidarium, tepidarium y caldarium) masculinas y femeninas, el gimnasio de Augusto, o el teatro con capacidad para 2.500 espectadores más los asientos reales.
Recorrer las calles de herculano nos remiten (salvando las distancias) a las de cualquier otra ciudad actual. Pese a que tiene más de 2,000 años de antiguedad, era muy similar el modo de vida de aquellos habitantes con los de nuestros tiempos.
Continuará....











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