En el barrio de El Cabrero, a pocos metros del lado oeste de la Ciudad Amurallada de Cartagena se encuentra la casa de Rafael Wenceslao Nuñez Moledo "El Regenerador", quien fuera cuatro veces presidente de la República de Colombia, y creador de su himno nacional.
Rafael Nuñez tuvo una importantísima participación en la historia de Colombia. Una brillante carrera política. Fue Ministro de Hacienda, Ministro de Guerra, y vice gobernador de Panamá. También poeta. Mas tarde ocupó otros ministerios y fue varias veces senador antes de ocupar el sillón presidencial.
Sus gestiones ayudaron a lograr una desconocida estabilidad en Colombia. Fueron años en los que llegaron nuevos capitales para mejorar las comunicaciones y expandir las vías férreas del país. Fundó el Banco Nacional (hoy Banco de la República) e introdujo el papel moneda, entre otros logros.
Durante sus mandatos separo a la iglesia del estado, firmando un concordato con la Santa Sede que se mantiene hasta el presente. Rafael Nuñez, quien había nacido en la ciudad de Cartagena de Indias, donde no mucho tiempo antes habían echado a los Inquisidores (ver El Palacio de la Inquisición) lo sentía como un tema urgente a resolver en su Colombia.
Rafael Nuñez se había enamorado perdidamente de Soledad Román, la mayor de 17 hermanos de una familia de la alta sociedad de Cartagena de Indias. Al principio fue un amor no correspondido, pero una vez vuelto de Panamá, don Nuñez pudo enamorarla y se casaron por fuera de la iglesia en Paris, algo que causó revuelo en la alta sociedad local. Luego se mudarían a esta misma casa en El Cabrero. La misma casa en donde se firmó la Constitución de 1886 (vigente hasta 1991) y en donde tiempo mas tarde moriría el cuatro veces presidente de Colombia.
La entrada es gratuita y hay servicio de guías para quien desee saber mas de la vida de Rafael Nuñez o de la historia de la casa, de típico estilo Caribeño rural (arquitectura Antillana) y enteramente construida en madera y techos tejados.
Entre lo mas destacado del recorrido encontramos un comedor circular atípico, ya que se encuentra como flotando en un ambiente. Todos los laterales están formados por persianas corredizas de madera que rodean al ambiente acentuando esa sensación. La idea es garantizar una óptima ventilación y jugar con las corrientes de aire en donde una brisa es siempre bien recibida.
Desde el balcón que acompaña toda la planta superior de la vivienda, se ve la iglesia en el Parque Apolo. Allí permanecen enterrados los restos de su segunda y última mujer amada, doña Soledad Román, la dueña de la casa y de los terrenos adyacentes en esta zona que alguna vez supo ser de pescadores.
Rafael Nuñez había mandado a construir la Ermita Nuestra Señora de las Mercedes para tener un lugar privado en donde pasar tiempo con su difunta, dejando de manifiesto en su testamento que allí debían reposar también sus huesos. Así fue. Hoy los restos del cuatro veces presidente de Colombia descansan junto a los de su mujer en este lugar. En ese mismo testamento deja por escrito su perdón a todos los enemigos políticos que tuvo.
La casa sorprende por lo bien adaptada al medio que está, pese a la austeridad de sus ambientes y su mobiliario sin pretensiones, pero de calidad, como ese escritorio desde donde tantas veces se quejaba de su amada Colombia, o escribía sus cartas de amor.
La segunda planta de la casa es la mas interesante. Fue mandada a construir tiempo mas tarde por Rafael Nuñez, dándole una mayor importancia al conjunto y adaptándola a las necesidades de la época.
La casa hoy se ha convertido en un verdadero museo en donde se expone una buena cantidad de objetos pertenecientes al poeta y ex presidente. La casa ha sido completamente restaurada por la Secretaría de Turismo de Colombia, para honrar el pasado de don Rafael Nuñez.
A la casa, que desde 1950 es Monumento Histórico Nacional, se puede llegar caminando desde casi cualquier lugar de la ciudad amurallada de Cartagena. No dejan de ser unas cuantas cuadras, pero al menos en este sector sopla algo de viento.
Escribió alguna vez para el himno de su Colombia:
Su funeral duró 2 días.
Rafael Nuñez tuvo una importantísima participación en la historia de Colombia. Una brillante carrera política. Fue Ministro de Hacienda, Ministro de Guerra, y vice gobernador de Panamá. También poeta. Mas tarde ocupó otros ministerios y fue varias veces senador antes de ocupar el sillón presidencial.
Sus gestiones ayudaron a lograr una desconocida estabilidad en Colombia. Fueron años en los que llegaron nuevos capitales para mejorar las comunicaciones y expandir las vías férreas del país. Fundó el Banco Nacional (hoy Banco de la República) e introdujo el papel moneda, entre otros logros.
Durante sus mandatos separo a la iglesia del estado, firmando un concordato con la Santa Sede que se mantiene hasta el presente. Rafael Nuñez, quien había nacido en la ciudad de Cartagena de Indias, donde no mucho tiempo antes habían echado a los Inquisidores (ver El Palacio de la Inquisición) lo sentía como un tema urgente a resolver en su Colombia.
Rafael Nuñez se había enamorado perdidamente de Soledad Román, la mayor de 17 hermanos de una familia de la alta sociedad de Cartagena de Indias. Al principio fue un amor no correspondido, pero una vez vuelto de Panamá, don Nuñez pudo enamorarla y se casaron por fuera de la iglesia en Paris, algo que causó revuelo en la alta sociedad local. Luego se mudarían a esta misma casa en El Cabrero. La misma casa en donde se firmó la Constitución de 1886 (vigente hasta 1991) y en donde tiempo mas tarde moriría el cuatro veces presidente de Colombia.
La entrada es gratuita y hay servicio de guías para quien desee saber mas de la vida de Rafael Nuñez o de la historia de la casa, de típico estilo Caribeño rural (arquitectura Antillana) y enteramente construida en madera y techos tejados.
Entre lo mas destacado del recorrido encontramos un comedor circular atípico, ya que se encuentra como flotando en un ambiente. Todos los laterales están formados por persianas corredizas de madera que rodean al ambiente acentuando esa sensación. La idea es garantizar una óptima ventilación y jugar con las corrientes de aire en donde una brisa es siempre bien recibida.
Desde el balcón que acompaña toda la planta superior de la vivienda, se ve la iglesia en el Parque Apolo. Allí permanecen enterrados los restos de su segunda y última mujer amada, doña Soledad Román, la dueña de la casa y de los terrenos adyacentes en esta zona que alguna vez supo ser de pescadores.
Rafael Nuñez había mandado a construir la Ermita Nuestra Señora de las Mercedes para tener un lugar privado en donde pasar tiempo con su difunta, dejando de manifiesto en su testamento que allí debían reposar también sus huesos. Así fue. Hoy los restos del cuatro veces presidente de Colombia descansan junto a los de su mujer en este lugar. En ese mismo testamento deja por escrito su perdón a todos los enemigos políticos que tuvo.
La casa sorprende por lo bien adaptada al medio que está, pese a la austeridad de sus ambientes y su mobiliario sin pretensiones, pero de calidad, como ese escritorio desde donde tantas veces se quejaba de su amada Colombia, o escribía sus cartas de amor.
La segunda planta de la casa es la mas interesante. Fue mandada a construir tiempo mas tarde por Rafael Nuñez, dándole una mayor importancia al conjunto y adaptándola a las necesidades de la época.
La casa hoy se ha convertido en un verdadero museo en donde se expone una buena cantidad de objetos pertenecientes al poeta y ex presidente. La casa ha sido completamente restaurada por la Secretaría de Turismo de Colombia, para honrar el pasado de don Rafael Nuñez.
A la casa, que desde 1950 es Monumento Histórico Nacional, se puede llegar caminando desde casi cualquier lugar de la ciudad amurallada de Cartagena. No dejan de ser unas cuantas cuadras, pero al menos en este sector sopla algo de viento.
Escribió alguna vez para el himno de su Colombia:
"Mas no es completa gloria vencer en la batalla,
que al brazo que batalla lo anima la verdad.
La independencia sola al gran clamor no acalla;
si el sol alumbra a todos, justicia es libertad"
El 18 de septiembre de 1894, y a sólo 10 días de un nuevo cumpleaños, Rafael Nuñez muere de un derrame cerebral en esta misma casa en El Cabrero.Su funeral duró 2 días.
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