domingo, 4 de octubre de 2020

La Mina de Incahuasi

Las Minas de Incahuasi están  rodeadas de varios volcanes  extintos a poco más de 4.000 m.s.n.m. en el límite septentrional de la provincia de Catamarca, en Argentina. Más precisamente se encuentran a los pies del S.O. del Salar del Hombre Muerto en un área muy remota, que hoy cobra cierta fama por estar dentro del codiciado "Triángulo del Litio" que se extiende hasta el "Salar de Uyuni" en Bolivia y el "Salar de Atacama", en dónde aparentemente se concentra el 85% del litio del planeta.

Unos días antes de la primavera de 2019 organicé un viaje junto a mi madre y una amiga por la provincia de Catamarca, una de mis tres preferidas de Argentina. Claro está que no podía quedar exento un recorrido por algunos de los paisajes más lindos de la Puna argentina. Aprovechando que salíamos de Antofagasta de la Sierra hasta Tolar Grande (paisajes espectaculares que van cambiando notablemente con el correr de los kilómetros), en la vecina provincia de Salta, encontré una nueva oportunidad para recorrer este sitio sin apuro, aunque tampoco con tanto relajo pues, días antes había caído una nevada que podría dificultar nuestros planes originales. De hecho tuvimos que recalcular algunas etapas por fuertes "Vientos Blancos". Cosas de la Puna.
Las Minas de Incahuasi ("Casa del Inca" en Quechua) fueron explotadas originalmente por los Incas, sin embargo años más tarde llegaron los españoles y tras algunas décadas lo hicieron los seguidores de la Orden de San Ignacio de Loyola. Ha de haber supuesto un enorme esfuerzo para los Jesuitas el establecerse en esta región tan aislada de la Puna en dónde el agua más cercana se encuentra a poco más de 4 kilómetros de distancia, en la "Vega de Agua Salada", en dónde existió un segundo y más pequeño núcleo poblacional de las Minas de Incahuasi.
Dentro de los restos de esta antigua explotación minera, hoy podemos encontrar los indicios de al menos 31 complejos arquitectónicos en dónde existen vestigios de una iglesia con campanario, también de algunos corrales para animales, un número de almacenes para guardar los laminados de oro y al menos 70 habitaciones, la mayor parte de ellas, para uso comunitario.
Antiguamente esta mina llevaba el nombre de "Nuestra Señora de Loreto de Incahuasi". Los únicos documentos que dan fe de este momento corresponden a 1766, un año antes de la expulsión de los Jesuitas de América, por orden de Carlos III, rey de España. Esos documentos enseñan que la explotación de las Minas de Incahuasi respondían a las órdenes del Corregimiento de Atacama, al otro lado de la Cordillera de los Andes, y en lo que actualmente es Chile. De hecho, para gran parte de la construcción de las minas se valieron de la ayuda de los Atacameños.
En el año 1775 los españoles que explotaban las Minas de Incahuasi tuvieron un conflicto con los trabajadores nativos, quienes abandonaron las instalaciones de la mina ante temores de represalia
Aunque no eran muy afectos a este tipo de trabajo duro, especialmente en estas latitudes dónde nada se hace sin un considerable esfuerzo físico, los españoles agregaron algunas construcciones de adobe a la estructura original de la mina de oro.
No había agua cerca y los alimentos, la mayor parte de las veces llegaban desde varios valles lejanos, desde la provincia de Tucumán.
Hasta 1933 la explotación de las Minas de Incahuasi continuaron de forma esporádica durante las dos décadas siguientes. En 1954 llega al lugar una nueva empresa con ánimos de exploración. Se trata de la Compañía Minera Incahuasi quien permanece explotando las minas durante algunos años antes de perder interés por este sitio apenas accesible. El precio del oro no amerita el esfuerzo.
Las Minas de Incahuasi estuvieron abandonadas varias décadas hasta despertar el interés de nuevos inversores. Esta vez no se dedicarían a la extracción de oro, como se vino haciendo aquí durante siglos, sino que algunos grupos inversores comenzarían a prestar atención a la nueva y fuerte demanda del Litio, conformándose en 2017 la Argentinia Lithium & Energy Corporation (Grosso Group de Canadá), que tiene el 100% de los derechos de explotación sobre las más de 23.000 hectáreas del Salar del Hombre Muerto, en dónde también existen cantidades considerables de Potasio.
Lo mejor de este recorrido sin duda serán los espectaculares y cambiantes paisajes que nos regala el recorrido por la Ruta Provincial 43 en su recorrido entre las localidades de Antofagasta de la Sierra en Catamarca y el poblado de Tolar Grande en la provincia de Salta.
Las Minas de Incahuasi (Monumento Histórico Nacional) siempre será una interesante parada para los buscadores de gemas ocultas de paisajes remotos.

En esta ocasión encontramos la ruta tapada por nieve, pese a la época del año. Los desvíos obligaron a tomar algunos riesgos no recomendados para aquellos que se aventuren solos en estas remotas tierras de la Puna de Catamarca. Lo mejor siempre por aquí es ir acompañado al menos por un segundo vehículo.
Con tres o cuatros desvíos a campo traviesa que alargaron dos horas nuestro recorrido, pudimos finalmente llegar a salvo a la localidad de Tolar Grande, que supo tener un ramal de tren, el C-14 del Ferrocarril General Belgrano que comunicaba esta pequeña población con en importante puerto de Antofagasta en Chile a través del Paso Socompa a 3.876 m.s.n.m.


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