martes, 30 de abril de 2013

Colmar, la joya del Alto Rin

La ciudad de Colmar, en Francia, puede considerarse como una de esas joyitas del Alto Rin. Una de esas poblaciones que parecen salidas como de un cuento de hadas.

Colmar, tantas veces disputada por Francia y Alemania, fue cambiando varias veces de mano entre los dos países a lo largo de su historia, pero nunca perdió su identidad.

En el centro de Kolmar, como la llamaban los Alemanes, existe una gran cantidad de de edificios bien conservados, todos correspondientes a los períodos Gótico y Renacentista Alemán. Por suerte han sobrevivido a numerosos conflictos bélicos de la talla de la "Guerra de los 30 Años" e incluso a la "Segunda Guerra Mundial".

A diferencia de otros territorios de Alsacia, la ciudad de Colmar siempre mantuvo una vocación y apego por Francia durante los años en que fue ocupado y dominado por su poderoso vecino Teutón.
Colmar es una de las ciudades mas importante de la región de Alsacia. No solo por su población que supera con comodidad las 80.000 personas, si no por que, con el paso de los años, supo guardar un poco de cultura autóctona en cada uno de sus rincones, pese a estar situada muy cerca de las fronteras de Suiza y de Alemania. Así sobresale su idioma, su comida y la particular forma de ser de los habitantes.
Aquí en Colmar nació y vivió el escultor Fréderic Bartholdi, quien esculpíó uno de los monumentos más renombrados de todos los tiempos: La Estatua de la Libertad que se encuentra en New York, y cuya figura es reproducida en muchas otras ciudades del mundo.
El principal monumento Gótico de Colmar, y como no podía ser de otra manera, es su querida y bien venerada Catedral San Martín (Cathedrale Saint-Martin). La misma fue construida entre los años 1234 y 1365,  reemplazando a la anterior que databa del año 1.000. Se venera desde entonces como Santo Patrono de la ciudad a San Martín de Tours.
Las proporciones de la catedral son respetables, con 78 metros de largo y mas de 20 de altura en las partes mas bajas del edificio.

El Koifhus, en la zona medieval de la ciudad,  es el edificio que Alemania usaba como aduana en la época en que Kolmar estaba bajo su dominio.
El uso de esas tejas es muy popular en toda la región, aunque por lo general , en el resto de los pueblos no están tan bellas y bien trabajadas como en el caso de esta ciudad. Cuestión de presupuesto.
Uno de los barrios que no podemos dejar de visitar cuando en Colmar, es el que se conoce como "Pequeña Venecia". Tal como en el resto de las "otras Venecias", nos decepcionaremos un poco.
En realidad, en Colmar, es uno solo el canal que pasa por parte de la ciudad.  Sigue siendo, de todos modos un buen lugar para apreciar desde el agua las construcciones medievales pintadas en diversos tonos pastel y dejarse llevar por el momento o la imaginación.
Un Boat Tour por el canal es lo mas  recomendado como complemento a las caminatas.

Toda la ciudad es activa, tanto en verano como en invierno, en  donde Colmar vive su mejor momento, ya que es mundialmente famosa por su Mercado Navideño. Todo huele a vino y especias.

Colmar es un gran lugar para comer y tomarse algunos Gluwein, (o vino caliente con Canela y jengibre, Vin chaud lo llaman ellos) desde alguna de sus muchas terrazas o puentes.
Por suerte las galletitas navideñas se consiguen todo el año. Yo feliz.

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