Estaba escribiendo mi próxima nota sobre Perú, cuando recordé un incidente escatológico que me sigue haciendo reír.
Un día estaba esperando a un guía mientras almorzaba en un hotel de Urubamba, uno de los pueblos del Valle Sagrado, en Cusco.
Como tenía 20 minutos, y no vaciaba mis tripas hace varios días me decidí a probar suerte en el baño de la planta baja, que se encontraba a mis espaldas, en el jardín del lugar.
Cuando entre al baño me sorprendí. Era nuevo y estaba impecable.
Doblo a la derecha, me meto en uno de los casilleros y me sorprendo con el agujero de la letrina. Era el mas pequeño que jamás hubiese visto.
Me acuclillé un poco, digamos a medio camino, y comencé con el proceso de evacuación.
La tarea llevo unos minutos, y para ese entonces mis piernas temblaban por el esfuerzo y la posición poco ortodoxa en la que me encontraba.
Cuando logro hacer caer la primera roca (así de duro era), justo en ese momento cuando uno ruega que no nos salpique el culo, siento que esta se estrella contra el piso. Ups!
Calibre un poco para el lado izquierdo e incluso me agache un poco mas, mientras casi veía que pasaba por debajo de la media puerta que me semi cubría.
Erré la segunda roca también. Tuve que empujar los pedazos con el zapato (si, ya sé, pero no me quedaba otra), y cuando me retiraba indignado, veo que en la puerta había un cartel, bastante grande que decía: "Baño en construcción. No usar".
Ahí entendí todo. Había cagado en el agujero en donde va apoyado un inodoro que todavía no había llegado a ser colocado.
Con razón era tan pequeño ese agujero!
Pido perdón a los obreros que cuando volvieron al trabajo se encontraron con mi sorpresa.
Un día estaba esperando a un guía mientras almorzaba en un hotel de Urubamba, uno de los pueblos del Valle Sagrado, en Cusco.
Como tenía 20 minutos, y no vaciaba mis tripas hace varios días me decidí a probar suerte en el baño de la planta baja, que se encontraba a mis espaldas, en el jardín del lugar.
Cuando entre al baño me sorprendí. Era nuevo y estaba impecable.
Doblo a la derecha, me meto en uno de los casilleros y me sorprendo con el agujero de la letrina. Era el mas pequeño que jamás hubiese visto.
Me acuclillé un poco, digamos a medio camino, y comencé con el proceso de evacuación.
La tarea llevo unos minutos, y para ese entonces mis piernas temblaban por el esfuerzo y la posición poco ortodoxa en la que me encontraba.
Cuando logro hacer caer la primera roca (así de duro era), justo en ese momento cuando uno ruega que no nos salpique el culo, siento que esta se estrella contra el piso. Ups!
Calibre un poco para el lado izquierdo e incluso me agache un poco mas, mientras casi veía que pasaba por debajo de la media puerta que me semi cubría.
Erré la segunda roca también. Tuve que empujar los pedazos con el zapato (si, ya sé, pero no me quedaba otra), y cuando me retiraba indignado, veo que en la puerta había un cartel, bastante grande que decía: "Baño en construcción. No usar".
Ahí entendí todo. Había cagado en el agujero en donde va apoyado un inodoro que todavía no había llegado a ser colocado.
Con razón era tan pequeño ese agujero!
Pido perdón a los obreros que cuando volvieron al trabajo se encontraron con mi sorpresa.
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