lunes, 2 de julio de 2018

La Mezquita Azul

Sultan Ahmet camii, más conocida por los hispanohablantes como "la Mezquita Azul" es uno de los sitios mas relevantes y visitados por el turismo en Estambul. También es una de las más grandes y bellas mezquitas que hay en la ciudad y uno de los lugares más sagrados para el Islam en el mundo.
 
La Mezquita Azul fue mandada a construir por el Sultán Ahmet como un obsequio para Alá a ver si cambiaba un poco la suerte del Imperio Otomano tras los resultados negativos en las guerras contra el Imperio Iraní (los Safávida). Ninguna mezquita se había construido en los últimos 40 años así que en agosto de 1609 comenzaron las obras de una mezquita que se atrevía a rivalizar con Santa Sofía (Hagya Sofia), la espectacular basílica, luego mezquita y posteriormente museo, que se encuentra no casualmente al frente. Tampoco es casual que el lugar elegido por el Sultán Ahmet haya sidio el sitio donde entre 330 y 1081 existiera el Palacio de Constantinopla (Sacrum Palatium). También está a pasos el hipódromo de Constantinopla, de alto simbolismo para la historia de la ciudad mas gloriosa.
Un día de mucha lluvia durante el mes de mayo de 2018 fuimos con unos amigos a conocer la Mezquita Azul, la única de la ciudad con 6 minaretes (o alminares) y una de las dos mezquitas en todo Turquía (la otra está en Adana). En su momento fue un tema que causó revuelo ya que la única mezquita en el mundo con 6 minaretes era la mismísima Meca. El Sultán Ahmet, quien había sido el primer sultán del Imperio Otomano en llegar al trono siendo menor de edad (tenía 14 años), a modo de apaciguar los ánimos financió las obras para la construcción de un séptimo minarete en La Meca.

La arquitectura de la Mezquita Azul sorprende con 5 domos sumados a otros ocho domos secundarios (o menores) que van acercándose hasta rematar en una gran cúpula central que, desde el interior, se encuentra 43 metros elevada del piso.
Aquella vez la Mezquita Azul se encontraba cerrada al público por obras de refacción (va a estar en obra al menos hasta 2020), así que sólo pudimos hacer un recorrido por el patio interno, que es de igual tamaño al interior de esta joya de la arquitectura clásica islámica del mejor momento del llamado "Período Clásico Otomano", aunque toma también muchos elementos de la arquitectura bizantina, al igual que su vecina Santa Sofía, miles de años mas antigua.
 
Cuando uno mira la Mezquita Azul desde el exterior da la sensación de que ésta tiene un tamaño similar a Santa Sofía (basílica y posteriormente mezquita), pero la verdad es que la mezquita tiene casi la mitad de superficie construida. De todos modos la Mezquita Azul quita el aliento, más aún por el lugar en la ciudad donde está emplazada.

Suerte la nuestra, ya que varias semanas mas tarde una vez vueltos a Estambul íbamos a tener la oportunidad de conocer el interior de la Mezquita Azul, el templo religioso más importante de Estambul y uno de los mas bonitos, y que a diferencia de Hagya Sofia, sigue funcionando como mezquita pese a las hordas de turistas que recibe cada día cuando sus puertas están abiertas
 
En esa primera visita a Estambul no paró de llover un sólo día, pero esta vez había un sol radiante en la ciudad. Tan radiante que hacía un calor espantoso y apenas salí de la Mezquita Azul me agarró un golpe de calor, y eso que andaba de bermudas y remera, razón por la cual para ingresar a la Mezquita Azul tuve que ponerme uno de esos pantalones que le prestan a uno en la entrada para no faltar el respeto con el código de vestimenta impuesto para entrar a las mezquitas de la ciudad, como sucede también en muchas iglesias del mundo. Cuestión que ésta vez pudimos divisar el interior del sitio.
 
Cuando el Sultán Ahmet mandó a construir la mezquita tuvo que sacar dinero de las arcas del estado, lo que causó cierto descontento entre las otras autoridades. Tantas piedras y mármoles fueron utilizados, que otras muchas obras de la ciudad tuvieron que esperar por falta de disponibilidad de materiales. En el interior de la Mezquita Azul todo es grande. El espacio general, sus mas que robustas columnas, la cantidad de azulejos (más de 200.000) que se usaron para decorar el lugar con el correr de los años, razón por la cual algunos han perdido un poco de color, y otros hayan llegado desde el Palacio de Topkapi (donde hay azulejos maravillosos) tras el incendio de una de sus salas.
 
El llamado a la oración es en árabe, idioma que la mayor parte de los turcos no entiende. Durante ese momento los hombres bajan la cabeza y rezan al frente. Las mujeres tienen un lugar reservado en la parte trasera de la mezquita, como sucede habitualmente. Todo el templo (al cual se accede sin calzado, como es costumbre) se encuentra cubierto por alfombras. Muchas de las antiguas tenían valor comercial y fueron robadas por lo que las actuales fueron donadas por los fieles.
La entrada a la Mezquita Azul es gratuita y bien vale la pena cuando en Estambul, pese al tiempo que puede demandar la cola. Es uno de esos sitios que saben deslumbrar por su majestuosidad, aunque a mi entender no logra rivalizar con su vecina de Santa Sofía, aunque esa fuere la intención o idea original de su constucción. En algunas cosas estoy de acuerdo con Benedicto XVI. El fue el segundo Papa en la historia en visitar una mezquita (noviembre 2006), y ambos encontramos paz en su interior

No hay comentarios.:

Publicar un comentario