martes, 14 de mayo de 2013

Chinchero, la tierra del arco iris.

Cuando recorríamos el Valle Sagrado de los Incas, en el Perú, no queríamos dejar pueblo sin visitar. Así fue como llegamos a Chinchero, y que buena sorpresa nos llevamos, ya que, a diferencia de otras localidades, esta es netamente Inca. Los pobladores viven en las mismas construcciones que habitaron sus antepasados cuando esta era la hacienda real del Túpac Inca Yupanqui.
El trazo urbano Inca es fácilmente visible a diferencia de lo que vemos en el resto de Perú.
Chinchero esta a 3800 msnm, en lo alto del Valle Sagrado, en la provincia de Urubamba. Pese a la altura en la que esta emplazado el pueblo, poco tiene en común con el clima y condiciones de la Puna.

Se lo conoce como "La tierra del arco iris", ya que se supone que de ahí viene el origen de su nombre. No hay que sonreír sin taparse la boca porque pudre los dientes, ni apuntarlo con el dedo porque hace mal a los huesos. Eso dicen. Incluso las jóvenes le escapaban, pues contaba la leyenda que si el arco iris las sorprendía en el campo, las embarazaba.
Otras versiones dicen que la palabra Chinchero significa "Hombre valiente".

En la plaza central o principal, como muchas veces ocurre hay un mercado con buenas artesanías en alpaca, lanas de oveja o vicuña, instrumentos musicales, y un largo etc. Los domingos recibe mucha gente, y todavía hoy es aceptado el trueque.
Allí está su fantástica iglesia y un conjunto de mujeres que cuentan sus técnicas de hilado y como es que hacen para lograr esos colores tan maravillosos usando solo lo que la tierra les da. Esto en sí, ya resulta un espectáculo que seguimos con atención mirando a las solteras del pueblo, reconocidas por las trenzas que llevan sus pelos.
En Perú no hay pelados, y nos mostraron la raiz que usan para lavar sus cabellos y evitar que el pelo caiga o se ponga canoso.
Las ropas son las típicas usadas también por sus antepasados. Los hombres llevan chalecos, aunque vimos muy pocos. Trabajan comunitariamente para el pueblo. Los hombres con labranzas varias y las mujeres atendiendo el mercado y tejiendo.
Las vistas que se obtienen del valle son muy bonitas. Se ven las construcciones del pueblo, y las antiguas terrazas de cultivo que rodean lo alto de Chinchero, que usaban los Incas antes que los Españoles destruyan la ciudad.

Esta sigue siendo hoy, una de las zonas más fértiles de Perú. Se cultiva principalmente papa y otros tubérculos. Maiz y otros.
La zona que siempre contó con buenos recursos hídricos tiene dos lagunas cercanas que facilitan el acceso al agua.
Estas paredes que rodean las dos plazas contienen 12 nichos en donde muy probablemente enterraban de pié a sus habitantes más importantes.
Estos muros separan las dos plazas. En la parte alta esta la iglesia, y la otra probablemente era una plaza para uso cívico militar.

El sistema para drenar el agua con el que contaba la ciudad, muestra el avanzado conocimiento de quienes construyeron el palacio para el Inca Yupanqui.
Corría el año 1572 cuando el virrey Toledo fundó la doctrina de "Nuestra Señora de Monserrat de Chinchero". Mandó a construir sobre los restos del gran palacio una iglesia Católica que, utilizando los mismos materiales que alguna vez fueron parte del palacio, terminó de construirse en 1607, tal como indica la puerta de entrada.
Este palacio Inca ha de haber sido uno de los más importantes del país.
El interior de la iglesia nos sorprende nuevamente con su arte Cusqueño. La puerta de entrada esta en uno de sus laterales frente a la plaza de armas. Los frescos del interior nos cuentan su visión de la caída del imperio y posterior llegada de los Españoles.
La virgen de Monserrat tiene muchos rasgos andinos y en la pintura intentan confundirla con la montaña misma, a la que los Incas veneraban.
Los techos son de teja y el ambiente de su interior (donde no está permitido sacar fotos) es único en América. Muchas son las particularidades que hacen a esta iglesia, un lugar único.




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