jueves, 9 de mayo de 2013

Tallin, la ciudad más linda del Báltico

El flechazo con Tallin fue inmediato.
Apenas nos bajamos del barco mirámos hacia la parte alta en donde identificamos el pico de la iglesia de San Olav y comenzamos a caminar hacia ella felices bajo el sol.
La cosa se iba poniendo cada vez mejor a medida que nos acercábamos a la parte vieja de la ciudad.
Tallin es una ciudad medieval de cuento conservada como pocas en el mundo.

Uno de los mejores miradores que tiene la ciudad (Patkuli) desde donde se ven los techos mas caracteristicos de Tallin.

Es difícil no vivir sentimientos encontrados mientras la caminamos. Sus calles están llenas de espíritus y leyendas y un pasado poco feliz.

La ciudad de Tallin es capital de la república Báltica de Estonia y se encuentra en el siempre codiciado golfo de Finlandia, por lo que su puerto cobro importancia ya desde la edad media.

El territorio sufrió dominación en la mayor parte de su historia.
Durante el SXIII fueron los Daneses quienes mandaban en el área. Luego le vendieron el territorio a la Orden Teutónica, quienes llegaron para dejar su sello.
En 1561 Reval (Tallín) se puso voluntariamente bajo protección Sueca durante la larga Guerra de Livona que enfrentó a Dinamarca, Suecia, Rusia y Polonia por el control de Letonia y Estonia.

El país había quedado dividido por años hasta que años mas tarde Suecia recuperó el control.
Luego vino la Gran guerra del norte y Suecia perdió a manos de Rusia el control sobre Estonia (1710) aunque no mucho había cambiado, las clases altas y dominantes seguían siendo Germanas.

Durante los primeros años del 1900 surgió en Estonia un fuerte movimiento nacionalista. Con la muerte del zar Nicolás II de Rusia se llamó a una asamblea que terminó con la toma del poder por parte de los Bolcheviques Estonios (que habían obtenido pocos votos) que declararon su independencia de Rusia.

Entonces los Alemánes tomaron otra vez Tallin en 1918 y echaron al ilegítimo gobierno.

Tras la derrota de Alemania en la primera guerra mundial el pueblo se organizó nuevamente y peleó valientemente por su independencia ganandole al Ejército Rojo, pero este período de libertad duró lo que un suspiro. Otro conflicto bélico de enorme magnitud golpeaba nuevamente sus puertas: La segunda guerra mundial. Para resumir, Stalin tomo la ciudad y reemplazó al gobierno por hombres del Partido comunista, cambió su bandera y denominó al nuevo país como República Socialista Soviética de Estonia.
Luego llegaron por última vez los Alemánes quienes invadieron al país entre 1941 y 1944. Eran vistos por el pueblo como liberadores del flagelo Ruso, aunque la realidad es que anexaron el territorio a una provincia suya, pusieron el Marco Alemán como moneda. Además respondían directamente a Berlín.

Alemania perdió la guerra y el dominio sobre el territorio.
Una larga y gris etapa Soviética comenzó. Miles de Estonios fueron deportados a territorios mas hostiles mientras traían desde la madre Rusia a mas de medio millón de Rusoparlantes para influenciar al máximo a la población existente y de paso,a las generaciones venideras. El Ruso pasó a ser idioma obligatorio y una mayoría en el país.
Años tristes y oscuros, pero por fín, las tres repúblicas bálticas (Lituania, Letonia y Estonia) se unieron a favor de su independencia.
El 23 de agosto de 1989 hubo un suceso emocionante que vió más unidas que nunca a las tres repúblicas. Más de un millón y medio de personas se tomaron de las manos haciendo una cadena humana (Balti kett) de 600 kms que unía las ciudades de Tallin, Riga y Vilnius, las tres capitales Bálticas. Este hecho es histórico e increíble si se tiene en cuenta que las tres repúblicas no sumaban mas que 8 millones de habitantes y que ha sido la cadena humana mas larga de la que se tiene referencia.
En noviembre de 1989 cayó el muro de Berlin y la independencia estaba cada vez mas cerca, ya que solo 2 años más tarde las tres repúblicas serían reconocidas por la mayoría de los países.
Hoy Estonia es un país joven, lleno de vida y esperanza, de gente orgullosa que quiere rescatar lo mejor de su gris pasado.Tallin es una auténtica ciudad medieval con sus viejos almacenes, las añejas casas de los comerciantes, murallas gordas, esquinas y recovecos, y olor a nueces con especias.
El caso antiguo (Vanalinn) está compuesto por decenas de callejuelas de irregulares adoquines que confluyen en su plaza central, la plaza del ayuntamiento (Raekoja platz) en donde antiguamente había un viejo mercado y hoy están muchos de los edificios históricos y más importantes.Esta antigua ciudad Hanseática era la "Ciudad de los ciudadanos" ya que estaba separada de Toompea  en la "Colina de la Catedral " en donde se encontraba el obispado y las autoridades del gobierno, tal como sucede hoy, solo que estuvo separada de la ciudad hasta finales del SXIX.

La ciudad creció gracias al comercio de sal que en abundancia se encuentra en la región.

Tallin tiene toda la onda. La gente es joven y moderna y no van a tardar en destacarse, como ya lo hacen en tecnología y comunicaciones, con Skype y similares.

Nuevos vientos de cambios soplan con fuerza en la región que está recuperando su magia y gran personalidad.





Hubo en un momento 46 torres a lo largo de la muralla que rodeaba la parte baja de Vanalinn . Hoy queda poco más de la mitad. La altura de la muralla varía entre los 13 y los 16 metros de altura, y en sus anchas paredes se ven cañonazos de antiguos conflictos.









La calle Pikk , o calle larga, atraviesa la "ciudad de los ciudadanos" hacia el este. Tiene muchos edificios antiguos del SXV de considerable altura.
Aquí era donde estaban las antiguas casas de los prósperos comerciantes Alemanes.
En la parte alta de la colina esta Toompea. Allí se encuentra el antiguo castillo que hoy alberga al parlamento de Estonia. Aquí esta la mayoría de las embajadas, el viejo correo y casi todo lo que también se encuentra unos metros mas abajo.

Los Estonios querían tirar abajo la Catedral de Alexander Nevski (Aleksander Nevski katedraal) por considerarlo el mas importante de los monumentos Rusos de los que hay en la ciudad.
Por suerte no lo hicieron. Hubiéramos perdido otra joya.
Fue restaurada después de la independencia del país, y hoy la gente aprendió a convivir con ella.Tiene la cúpula más grande entre todas las iglesias ortodoxas de Europa.

Como te extraño querida Tallin.
Tus calles, la nostalgia eslava hecha mirada o canción, el olor a jenjibre y canela que se cuela por las puertas o el aire del mar que te abraza celoso.



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