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sábado, 28 de mayo de 2016

Los Palisadoes de Kingston

El límite sur de la capital de Jamaica se encuentra a orillas de un notable puerto natural de aguas profundas. De hecho el de Kingston, con 16 kilómetros de ancho y mas de tres de largo es al día de hoy  uno de los mas bellos, y el séptimo puerto natural mas grande del mundo.
Kingston Town
Desde que los europeos conocen la isla poco ha cambiado desde entonces, al menos en este sector. Lo mas notorio es el crecimiento del Palisadoes, una palabra de origen portugués que refiere a las lenguas de arena de casi 15 kilómetros de largo que envuelven y protegen al puerto de Kingston. Estos Palisadoes son formaciones naturales que fueron recibiendo sedimentos de los ríos Hope y Cane, y que las olas se encargaron de acumular en este lugar.

Hasta 1936 esta zona estaba separada de la isla, de modo que a Port Royal solo se podía llegar en barco. Desde entonces la mano del hombre hizo posible la unión entre este punto y la cercana capital.
Plumb Point Lighthouse
Cerca de la entrada al Puerto de Kingston se encuentra Plumb Point Lighthouse, un faro construido en 1853 y que alcanza los 21 metros de altura. Es uno de los siete que tiene la isla, y el segundo mas antiguo. Emite dos luces, una de las cuales dura medio segundo y puede verse a 40 kilómetros de distancia. Desde su erección sólo dejó de funcionar una vez, el día posterior al terremoto de 1907.
Stanley Manley International Airport
Sobre la parte mas ancha de los Palisadoes se encuentra el Stanley Manley International Airport (el segundo mas importante del país) en terrenos de lo que antiguamente funcionaba una gran plantación de cocos perteneciente a la United Fruit Company. En el otro extremo la infame ciudad de Port Royal, en donde funcionaba el puerto hasta que varios terremotos, posteriores huracanes y media docena de incendios como "broche de oro" sentenciaron el final de esta ciudad que en 1690 contaba con mas de 10.000 piratas y prostitutas, y que era conocida como "La Sodoma del Nuevo Mundo".
Pelícanos Pardos
Este era mi último día en Jamaica. Cuando escribí acerca de la capital pirata comenté que lo había reservado para conocer Port Royal, alguna vez y a base de robos la ciudad mas rica del Nuevo Mundo.

En el mismo camino por el que "había transitado" James Bond en 1962 me detuve siempre que tuve la oportunidad, ya sea para ver algunos de los muchos pájaros volando y comiendo (hay mas de 300 especies) sobre el Mar Cribe y con las Blue Mountains de fondo...
Vendedor ambulante
… o mirar desde lejos los pequeños gomones o ruedas de camiones que se acercaban a vender a los barcos cargueros o a pedir algo desde su pequeña posición, no lo sé.

Este lugar de escuetas playas con rocas es popular entre los locales. Se nota que son muchos los habitantes de Kingston que eligen los Palisadoes para sus actividades recreativas y amatorias. Lamentablemente en el sitio queda mucha basura como testimonio de ello.
Port Royal and Palisadoes Protected National Heritage Site
En mi camino a Port Royal me tomó por sorpresa la existencia de un conjunto de ruinas a la izquierda del camino. Paré mi Toyota Corolla a la vera y de la ruta, tomé mi máquina de fotos, mi paquete de cigarrillos y cuando estaba pronto a ver de que se trataba este sitio pasa un auto de la policía que se detiene a mi lado, primero con aparentes intenciones altruistas para luego pedirme plata para supuestamente comprar agua. Casualmente llevaba unas botellitas :P así que terminé el problema rapidamente.
Fort Rocky o Rocky Point Battery
Si bien había un cartel, solo informaba que me encontraba en un lugar protegido de 7523 hectáreas, pero nada referido acerca de estas construcciones de claro aspecto militar.
Los restos me confundían. Los mas viejos podrían llegar a parecer del siglo XVII, pero la mayoría de las construcciones que los circundaban eran claramente posteriores.
Fort Rocky
Sabía que en el área y en esta península habían existido otros fuertes como Fort Carlisle y Fort James (entre los dos sumaban 40 cañones), Fort  Rupert de 22 cañones, una batería apostada de 26 cañones llamada erróneamente Fort Morgan y un último, Fort Walker, construido apenas unos meses antes del terremoto y que contaba con otros 18. Todos estos fuertes estaban destinados a desaparecer bajo las arenas del Mar Caribe tras el terremoto de 1692.
Torre de vigilancia en Fort Rocky
El que si se mantuvo parcialmente en pie, incluso sobreviviendo al nuevo terremoto de 1907, y  puede visitarse unos kilómetros mas adelante en Port Royal es el atractivo Fort Charles (originalmente llamado Fort Cromwell), el primero que habían mandado a construir los ingleses cuando se hicieron con el control de Jamaica, y que contaba con mas de un centenar de cañones y capacidad para mantener una guarnición de hasta 500 hombres durante casi medio año. Desde allí partió una expedición al mando de un joven Almirante Horatio Nelson (en el buque Hinchinbroke) que pretendía remontar las aguas del río San Juan de Nicaragua para tomar primero el Fuerte Santa Cruz y mas tarde la ciudad de Granada. De esta manera los ingleses partirían en dos mitades a la América española y se asegurarían una salida al Océano Pacífico. La misión fue un fracaso.
Probable casa de oficiales en Fort Rocky
Mientras recorría los sendos restos edilicios de esta sección peninsular de Kingston me preguntaba:
¿Que había pasado en este lugar que yace sobre los Palisadoes entre Kingston y Port Royal? ¿Quienes y cuantos vivieron aquí? ¿Cuando y con que propósito fue construido? ¿Por qué fue abandonado?
Restos de Fort Rocky
Para saciar mi curiosidad tuve que buscar información del lugar a mi regreso a Buenos Aires pues no la pude encontrar in situ. Se trata de Fort Rocky (o Rocky Point Battery) una suerte de fuerte que a diferencia de todos los anteriormente citados no se hundió en el mar tras el fatídico terremoto de 1692, por que simplemente no existía. Tan claro como eso.
Patio central de Fort Rocky
Lo que lo diferencia de todos los otros es que Fort Rocky fue construido mas tarde. La idea original de los ingleses era reemplazar la Victoria Battery que esta vez había sido destruida por un nuevo terremoto, esta vez en 1907. Mientras se construían las instalaciones estalló inesperadamente la Primera Guerra Mundial, por lo que Fort Rocky fue dotada con los últimos cañones de largo alcance de la época, capaces de defender la isla de los alemanes, o al menos tratar de contra restar cualquier ataque que pudiera perpetrarse por su parte, si es que se aventuraban hasta aquí.
Stairways to Heaven
Todo el personal, los materiales, insumos y las armas necesarias para constituir y defender este fuerte llegaron en un ferrocarril construido años antes en 1886 capaz de soportar cargas mas pesadas que las habituales. Este ferrocarril ha desaparecido pero cerca de Fort Rocky se aprecian algunos restos de vías.
"More money"
Como Fort Rocky estaba sólo a 7 metros de altura (casi al ras del mar) no podía verse desde altamar. Como detalle vale resaltar que esos poderosos cañones que alguna vez estuvieron apostados aquí nunca encontraron la oportunidad de ser disparados.
Hay en el lugar algunos búnkers y depósitos de armas subterráneos, pero (lamentablemente) sólo me enteré de ellos tras mi visita.

Guarnición militar en Fort Rocky
Como una atracción en si misma Fort Rocky deja mucho que desear, principalmente por la falta de información acerca de este sitio, pero si uno sigue el camino hasta Port Royal puede resultar un complemento ideal.
Restos de uno de los 6 cañones costeros que tenía Fort Rocky durante la Segunda Guerra Mundial
El lugar permanece desconocido para propios y extraños. No está para nada cuidado considerando que se trata de un área supuestamente protegida. Es una lástima, pues estos palisadoes guardan la historia y el patrimonio de una larga tradición militar en Jamaica que comenzó alrededor de 1655 cuando los ingleses le arrebataron estas tierras a España, y que continúa actualmente como sede de la Armada o Jamaica Defence Force (JDF) Coast Guard.
Vista exterior de Fort Rocky
Buscando me enteré que hubo excavaciones posteriores a mi visita en Fort Rocky, a cargo de algunos arqueólogos locales, por lo que no llamaría mi atención que mucho de lo encontrado (botones, pipas, botellas, etc) pueda pronto estar expuesto en algún museo de Kingston.
Torre de control
Cuando uno está en la vibrante pero peligrosa y calurosa capital de Jamaica siempre te dicen y repiten "que el mejor lugar en Kingston es afuera de Kingston". En este lugar siempre sopla una fresca brisa, está cerca y bien comunicado con la ciudad y el imperdible Port Royal. Todo a su favor.

lunes, 27 de julio de 2015

Volcán de lodo El Totumo

Todas las agencias de turismo en Cartagena de Indias venden excursiones a este volcán de lodo. El programa no me resultaba para nada atractivo, pero antes de iniciar mi periplo por el caribe colombiano noté que me quedaba de pasada, así que fui a ver de que se trata.

El Volcán El Totumo no es en realidad un volcán, si no un simple montículo de tierra con un hoyo lleno de barro en su interior. Empecemos por ahí. Si lo que se pretende es ver un volcán, este no es el sitio adecuado.
La leyenda cuenta que en algún momento era un verdadero volcán que escupía fuego. Ante los peligros que supone tener un cono activo cerca de poblaciones, el padre de la iglesia tuvo una ingeniosa idea. Llenaría de agua su boca amenazante hasta extinguir el fuego, y de paso regalaría a la gente un lodo milagroso en donde curar sus enfermedades.
Aparentemente provocado por los choques de dos falllas geológicas, el pesado lodo emerge a la superficie desde mas de 2.000 metros bajo tierra.
De no haber estado en camino a la ciudad de Santa Marta me hubiera sentido muy decepcionado con la visita a este lugar, una de las mayores "atracciones turísticas" que Cartagena de Indias tiene para ofrecer a sus visitantes. Creo que si no son amantes de revolcarse en el barro, les va a pasar lo mismo. El lugar es la típica trampa para turistas, y visitarlo resulta una verdadera pérdida de tiempo.

Llegué en un auto alquilado, pero la mayoría lo hace en buses operados por las diferentes agencias. El camino desde la ciudad de Cartagena de Indias insume unas dos horas de viaje, lo que le resta aún mas puntos al programa, que de esta manera lleva casi todo un día.

Ya desde lejos se nota lo precario del lugar, y esto se va confirmando a cada paso mientras vamos llegando a sus instalaciones.
Tras abonar una entrada se sube por unas rústicas escaleras hasta la boca misma del "volcán". Varios metros mas abajo habrá flotando en el lodo entre 15 y 40 personas, y otras tantas esperando su turno de bajar por las inseguras escaleras agarradas a la cara interna del Totumo. Por ello lo ideal es llegar temprano, antes que las grandes masas.

Adentro sorprende la densidad del lodo y cuan fácil resulta flotar, casi en cualquier posición. Lástima que casi no se puede estirar las extremidades sin tocar a algún desconocido. 7 o 10 hombres ofrecen un tipo de masaje que consiste en repartir barro por todo el cuerpo. Las chicas a mi lado se quejaban del acoso sexual de estos muchachos, que por supuesto cobran por estos "servicios".

Gustos son gustos, y a mí me pareció un asco el programa. Lejos de sentir sus cualidades curativas (que las tiene), me daba la sensación de que me exponía a contagiarme alguna peste en este charco de barro inmundo visitado por miles y miles de personas.
Otros salen muy contentos con la peculiar experiencia de creer haber estado en el interior de un volcán.

Si era "difícil" bajar por la rudimentaria escalera resbaladiza, peor es a la hora de salir, cuando además se te cae el traje de baño por el peso del barro. No quiero imaginar que pasaría si una pobre señora se rompiera un tobillo o algo así.
El lodo se seca muy rápido sobre las pieles y comienza a resquebrajarse ante el siempre fuerte sol de la región. El lodo del Totumo tiene propiedades medicinales ya que contiene ricos minerales como aluminioy magnecio, lo que resulta bueno para la artritis, el reuma, el acné, hongos, etc.
Luego de enchastrarse en el sospechoso lodo de El Totumo, llega el momento de un merecido baño en las aguas del lago. Una serie de mujeres nativas esperan para sacarte el barro de tus partes mas ocultas, como las bolas (si, si) o los oídos, en donde el barro se queda pegado con mucho mas facilidad de la que uno supone. Literalmente te sacan las ropas, jaja y se aprovechan de uno. Por supuesto que ellas también querrán una propina que le podrás dar cuando te juntes nuevamente con quien esté cuidándote tus objetos personales a cambio de otra propina a voluntad.
Hay algunos puestos a los costados en donde es posible pegarse una ducha o hacerse unos masajes a cambio de algunos cuantos miles de Pesos Colombianos más. Incluso comer algún pescado frito o tomarse una cerveza helada.

Si todavía estás con ganas de venir a El Totumo, es importante que recuerdes llevar todos los elementos que nos puedan ser útiles como toallas, trajes de baño, protector solar, ojotas, etc. No lleven buena ropa pues es posible que las mismas queden manchadas de gris. Quizás el mejor recuerdo de El Totumo.

lunes, 13 de abril de 2015

Buscando la playa perfecta (del Caribe Colombiano)

Buscar las mejores playas del Caribe de Colombia se convierte en todo un desafío. Ese mar idílico, de color turquesa con aguas calientes y arenas blancas existe, y en buen número, pero nos demandará un esfuerzo encontrarlas.
Igualmente famoso por sus montañas y por sus playas, el país tiene miles de kilómetros de costas, tanto en el Mar Pacífico como en el Mar Caribe, a la cual refiero en esta entrada.

Para buscar la playa perfecta del Caribe Colombiano tenía varios planes. El más fácil era conseguir hotel con frente de playa. Conseguido, pero casi siempre estaban sobre aguas agresivas y peligrosas, y una gran bandera colorada flameaba desde la playa.
Como no estaba encontrando "la" playa, pasaba los días en mi vehículo alquilado tomando cuanto camino se acerque al mar. Esta variable funcionó mejor.
La tercera y última estrategia fue caminar y pagar cuando necesario. Tuve que caminar, y mucho, pero el premio fue grande y cada uno de esos pasos valió la pena.

 Las primeras playas que me agradaron las encontré cerca de la ciudad de Santa Marta, pero no era lo que estaba buscando. En Taganga, un pueblo medio hippie sobre la Carretera Troncal del Caribe, también fui feliz. Se notaba de inmediato una menor erosión en la arena, dejándome saber que las aguas del mar no golpean nunca con fuerza sobre esta porción de la costa.
Resulta que el mar rompe muy fuerte en ciertos lugares, que son muchos, por lo que está prohibido o desaconsejado meterse en sus aguas. Las playas pueden ser muy bonitas, pero siempre flamea la bandera roja que indica "Peligro", y hasta en algunos casos carteles indicando cuantos turistas murieron el año pasado por no hacer caso a las recomendaciones.
Sin embargo, en sus mas de 1600 kilómetros de costa marina, encontramos algunas playas que combinan todo lo bueno que puede ofrecer a los amantes de este tipo de geografía, y que para muchos se encuentran entre las playas mas bonitas del mundo, como por ejemplo las que hay en PN Tayrona.
El Parque Natural Tayrona cuenta con 3.000 hectáreas de litoral, y dentro de ese espacio protegido hay un montón de playas, muchas de las cuales son inaccesibles.
Sin embargo hay al menos tres playas a las cuales se llega con cierta facilidad tras recorrer un sendero a través de la selva. En dos horas de caminata se puede unir Playa Arrecifes con el oeste del parque hasta una playa conocida como La Piscina, una playa muy bella de aguas calmas en donde no está prohibido bañarse.
La que todos quieren conocer es Playa Cristal, una bahía protegida por lo que las aguas son calmas. El marco es espectacular desde la playa, con vistas a la bahía misma que es acompañada por una sierra. Detrás nuestro, la selva espesa. Esta playa angosta es bastante concurrida, y por lo cristalino de sus aguas resulta ideal para hacer snorkel. Hay que llegar primero hasta la playa de Neguanje, y desde ahí tomar un viaje en lancha de unos pocos minutos. Puede que esta sea la playa mas linda de Colombia.
El programa demanda al menos un día, y cuando empezamos a sumar el precio de la entrada, de alguna comida y de cualquiera de las actividades que nos son ofrecidas, resulta un tanto caro.

Nadie en su sano juicio puede negar la belleza por la que está dotada Tayrona, sin embargo encontré mucho mas bonitas algunas que son vecinas al área turística del parque natural. Estas son playas solitarias de arena color manteca en donde la brisa acaricia y al igual que en Tayrona, la Sierra de Santa Marta se hunde en el mar completando el marco con su frondoso y verde paisaje a nuestras espaldas.

En esta zona hay que ir probando. Las playas no están anunciadas, pero si uno se mete en los caminos que llevan a los bananales va a tener a la postre el mismo éxito que yo tuve.
Quería una playa desierta. Aquí no hay nadie en kilómetros a la redonda. Paralelo al mar hay una laguna. La laguna recibe agua de deshielo desde lo alto de las sierras y es mucho mas fría que la del mar, que aquí si es bastante caliente y suficientemente calmo como para nadar con seguridad y despojados de nuestras ropas.
A diferencia de las playas de Tayrona, aquí se puede caminar por playas kilométricas y mucho mas anchas que la del parque natural, solo acompañados por el paisaje y miles de aves marinas.
Otro sector de aguas calmas, calientes y muy amenas resultaron ser las de Ciénaga
Ni siquiera tenía pensado hacer playa ese día, pero fue un completo acierto el internarme en sus aguas.
Aquí nade un  buen rato, hice la plancha, y vi como trabajaban los muchos pescadores que tiene este lugar, conocido desde hace siglos como Ciénaga Grande de Santa Marta.
Las arenas están ennegrecidas por el paso cercano de un tren carbonero. Tienen esa particularidad, pero con la vegetación acercándose hasta las aguas del Mar Caribe, hacen de estas playas un paisaje muy placentero que se repite a ambos márgenes de la Ciudad del realismo Mágico.
Siguiendo la carretera, y acercándonos cada vez más al límite con Venezuela y a la península de La Guajira se multiplican las playas de gloriosa belleza, aunque esta zona está apenas desarrollada, y hay que tomar el recaudo de llevar combustible extra, agua y alimentos, pues las distancias entre los pueblos empiezan a ser cada vez mas grandes.
En muchas de estas playas sobre la Carretera Troncal del Caribe hay paradores turísticos en donde es posible comer una buena gama de pescados. Siempre frescos, siempre ricos, siempre generosos, pero aunque los comamos en una mesa plástica con perros merodeando, cuestan tanto como un buen restaurante de las grandes ciudades, en donde el servicio de mesa es siempre ejemplar.
¿Puede llamarse Caribe a las playas que Colombia tiene para ofrecer?
No soy nadie para decir lo contrario. Sólo que cuando uno piensa en Caribe, a veces piensa en otra cosa, sobre todo a lo que respecta al color y tranquilidad de sus aguas, y el tipo de gente que se acerca hasta estos destinos.

Quizás sea difícil encontrar la playa perfecta, pero el Caribe de Colombia es verdadero y se disfruta mas por otros motivos. La gente es de primera. Guarda una historia rica y mucho mas larga que otros países e islas del Caribe. Siempre suena música (pésima), y sus modos de vida son auténticos.
Tiene lo suyo el Caribe de Colombia. A mi me gusta.

martes, 7 de abril de 2015

La última morada de Simón Bolivar

La Quinta de San Pedro Alejandrino, fundada en 1609, es hoy uno de los atractivos culturales mas importantes de Santa Marta, y uno de los lugares mas trascendentes en la historia de Colombia.
Quinta de San Pedro Alejandrino
La Quinta de San Pedro Alejandrino fue uno de los ingenios mas importantes de Santa Marta durante la época colonial. Años mas tarde, esta hacienda cobra fama por ser el lugar en donde murió el Libertador Simón Bolivar, el 17 de diciembre de 1830, sumando los 47 años de edad.
Esta fue la última morada de Bolivar, razón por la cual es uno de los sitios mas venerados y visitados del país.

Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolivar y Ponte Palacios y Blanco es una figura destacada de la historia universal que le dio el mote de "Hombre de América", por haber liberado a seis países de América de las garras tiránicas de España.

Tras pagar algunos miles se accede a este espacio de 22 hectáreas arboladas dividido en varios sectores y un jardín botánico. La casa principal da a un patio el cual está rodeado de una serie de cuartos.
Patio Quinta San Pedro Alejandrino
En una suerte de "recinto sagrado" se conserva la cama (un catre de campaña) en donde a la una y tres minutos de la tarde termina muriendo el Libertador. La cama está cubierta con la bandera de Colombia. También está a su lado el sillón de terciopelo desde donde Simón Bolivar, en sus últimos raptos de lucidez, dictó sus últimas proclamas y deseos una semana antes de que le llegue su día final.
La cama en donde murió simon Bolivar
En algunos de los otros cuartos, todos de color ocre tal como el exterior, guardan una bañadera de mármol y otros muebles que pertenecieron a la hacienda en esos últimos días de Simón Bolivar.
Además hay una sala de cocina, otra de repostería, un comedor, la sala de fumar, varios cuartos de invitados, caballerizas, un trapiche, el oratorio en donde se encuentran los restos del último médico de Simón Bolivar, una destilería y una biblioteca que perteneciera a don Joaquín de Mier, quien fuera el dueño de la hacienda en aquellos días, y varias salas en donde se explica la gesta libertadora de Simón Bolivar, se exponen cuadros y esculturas de su figura o se exhiben objetos que le pertenecieron.
Sala del Centenario
En el exterior hay una serie de monumentos donados por las Repúblicas Bolivarianas, siendo el de Colombia el mas importante de ellos, y el último en construirse en el centenario de la muerte del Libertador. Adentro del altar de piso de mármol hay una gran y compleja escultura en donde se repite la figura de Simón Bolivar a lo largo de su vida, y en donde, entre otras cosas, se dejan ver sus tres proclamas mas importantes: "Última Proclama", "La Carta de Jamaica" y su testamento.
Altar de la Patria
Desde 1980 flamean todas las banderas del continente americano. Es un tributo a Simón Bolivar con motivo de la conmemoración de los 150 años de su muerte. Aquí se practican actos de estado.
Plaza de Banderas
En otro sector del recinto se encuentra el Museo Bolivariano de Arte Contemporáneo , una serie de salas con una colección permanente de pintura, esculturas y fotografía procedentes de los seis países Bolivarianos (Ecuador, Colombia, Venezuela, Panamá, Perú y Bolivia). Todas muy interesantes.
Museo Bolivariano de Arte Contemporaneo
Al final me pase una buena cantidad de horas recorriendo la Quinta de San Pedro Alejandrino. La sombra que regalan sus centenarios árboles, lo didáctico de sus muestras y la belleza de su parque hacen de este recorrido uno muy agradable y que sin duda volvería a hacer.

lunes, 21 de julio de 2014

El funeral de un proxeneta

Había conocido a Mikel cuatro cervezas atrás, en la barra de un bar de otro lugar. Yo estaba solo, bebiendo, y entramos en conversaciones. Preguntó en donde paraba, y resultó que su novia trabajaba en el hotel en donde yo me quedaba. Al cabo de un rato me dijo:"Yo donhav to pay for beeer here in Jamaicaman" (tu no tienes que pagar por cerveza aquí en Jamaica). Redoblando la apuesta, e inflando su pecho me dijo: "Let me show yo´".
Aceptando la invitación y por curiosidad fue que termine aquí. El tipo me caía bien.


Cuando vi su foto, un enorme retrato iluminado de un metro de altura, que simulaba un altar, supe que me habían traído a un funeral.

Estábamos en Montego Bay en un descampado que funciona de día como estacionamiento a la vuelta de una calle que se conoce como "The Strip". Un amplio lote. Allí había unos cuantos autos caros. Música alegre salía de un buen par de parlantes que sonaban mal.
Cerca de la reja de entrada había una casita de 15 m con la ventana cobradora en uno de sus costados. La casita estaba sobre un deck elevado en donde también había una mesa de pool con una animada hinchada propia en cada juego, y algunas chicas golosas manoseándose con sus parejas de turno.
Abajo, en el lote vacío, muchos barriles generosos con bebidas varias de marcas locales.
El ambiente que se respiraba era enrarecido entre festivo y depresivo.
Constantemente entraba gente a dar sus respetos y se iban. Unos cientos pasaron. El elenco estable en el lugar era de 50 personas, casi todos hombres.

Todos conocían al tipo este Mikel. Venían a saludarlo y por defecto a mi. Un saludo largo y pegajozo que consistía en un apretón de manos seguido por un deslizamiento ahuecando las palmas y un golpe de puño al finalizar. Se movía como si fuera el dueño del lugar. Quizás lo era, por que cuando nos acercamos a la mesa de pool dejaron de jugar para dejárnosla, ante la atenta mirada de todos los presentes. Jugamos un mano a mano. Fueron dos y a la postre me deje ganar, pues el tipo este se lo tomaba muy en serio, y no me gustaba dejar a todos, al resto de la gente sin jugar. Además sentía sus miradas y gestos de desaprobación no explícita para conmigo.

El difunto era un proxeneta importante, y participaba en otros "negocios", me contaba Mikel. Había tenido un accidente en una motocicleta de alta cilindrada ocho días antes.

¿Por que tanto tiempo para enterrarlo? - pregunté a un consternado y cabizbajo Mikel.
"Sabes - me dijo- compramos juntos las motos. Hace ocho días que no me subo a la mía".

Volcaba al piso el primer chorro de cada botella de cerveza que abrió. Esta era una costumbre "de la calle" que también conocía de Argentina. Un trago para el que ya no está entre nosotros.

Los parlantes seguían brindando su sonido latoso y saturado. Escuchábamos canciones de Hip-Hop. Eran todos artistas nacionales, y aunque no me gustaba su música, me resultaba muy auténtica y original. Que bien Jamaica. Cuanto han influenciado al mundo con sonidos que salieron por primera vez de esta isla, como son el Ska, el Reggae, el Dub…
El humo grueso del cannabis se veía como cortinas en donde había luz, y el alcohol y la música ya habían hecho de este acontecimiento una verdadera fiesta.

Una hora mas tarde arribo un coche fúnebre al lugar. A primera hora de la mañana se llevaban al difunto a su pueblo natal, en donde se oficiaría una misa, y tras nueve días de celebraciones, tal como mandan las tradiciones, lo iban a enterrar.
Esta costumbre se hace para permitirle al difunto terminar cualquier asunto pendiente en su vida terrenal, y tras los nueve días y las nueve noches, y después de enterrar al muerto, los familiares apoyan el colchón del difunto contra la pared, alentando al espíritu a no volver jamás, y se da por concluida la ceremonia y los ritos religiosos.

Había llegado la hora de continuar la noche, nuestra noche, en otras esferas.
Jamaica es un lugar peligroso, y no se aconseja salir después de la caída del sol. La gente es resentida y muy agresiva, especialmente las mujeres. Aunque viven del turismo, detestan al extranjero, y te lo hacen saber. Solo algunas calles están pobremente iluminadas, y si no hay luna, la oscuridad es total.
No por nada la mayoría de los hoteles en Jamaica son resorts cerrados. Nadie quiere exponer a la gente a "lo que pasa allá afuera". Toda vacación se vive paredes adentro, pero yo no había venido para estar encerrado. Sabía a lo que me exponía, pero me sentía protegido por Mikel, que a esa altura ya sabía que era un tipo bravo, de pocas pulgas.

Ofrecí lugar en mi auto alquilado, y nos fuimos con tres o cuatro neandertales mas a una disco sita a 200 o 300 ridículos metros. Movimos el esqueleto por siete minutos, y en cuanto terminamos nuestros "Cuba Libre" (que ellos llaman "Little lie" o "Mentirita"), volvimos a subir al auto para ir al próximo antro. El asiento trasero estaba lleno otra vez, y nunca me fijé si eran los mismos neandertales, pues el tipo este Mikel, conocía a todos en M´obay.

Me hizo frenar en un carrito en donde preparaban Jerk Chicken (pollo a la parrilla), la especialidad de la isla, y tras comer unos pedazos, se llevó un gordo fajo de Dólares Jamaiquinos que le fue entregado. Solo entonces nos autorizó a continuar el periplo.

En el próximo lugar juntámos algunos Dólares, y nos trajeron a la pista varias fraperas con un champagne inmundo y algunas latas de Red Bull. Seis minutos mas tarde estábamos de vuelta en mi carro, con las fraperas y los vasos camino a un nuevo lugar. Este se veía mas grande, y contaba con un buena playa de estacionamiento. Dejamos el auto y las bebidas atrás, y entramos a este nuevo lugar.
Tras sortear la seguridad, subimos unas escaleras y en cuanto entramos me di cuenta que era un strip-club. Ni siquiera. Un burdel glorificado con un escenario en donde ninguna chica bailaba, una barra pobre, y mucha luz negra con la que solo se veían los dientes de los presentes, y poco mas.

En segundos viene una chica hacía mi y al mismo tiempo en que me preguntaba mi nombre, me agarró el paquete y apretó mis huevos entre sus manos.

Le dije con cortesía que solo había venido a tomar una cerveza, y en cuanto se retiró vino una segunda chica con idéntico proceder. La mano directamente a mis huevos antes de preguntarme el nombre. Estábamos parados, y en la mitad de la pista.
Trato de sacármela de encima, a lo que me dice: "Don´t you like girls?"
Si. Me encantan las chicas, pero no pago para tener sexo. Se ofendió y se retiró a hablar con alguien.

Mi Red Stripe todavía tenía tres dedos de cerveza cuando Mikel, mi "amigo" me increpó:
"What the fuck is your problem? Don´t you like girls?".
Antes que pudiera yo contestarle, dio dos saltos hacia atrás, me apuntó con su dedo índice y me dijo que no podía abandonar el lugar si no me llevaba una chica arriba. Miró a dos de los neandertales con los que habíamos llegado, y me señaló, como para que se aseguren de que contrate los servicios de alguna de esas chicas.
Cuando desapareció escaleras arriba comprendí que este lugar le pertenecía,  el también era un proxeneta y vaya uno a saber que mas.

Marcado de cerca por los otros jóvenes supe que no iba a ser fácil salir de ahí.
Había unas cuarenta personas en el lugar. La mitad de ellas prostitutas baratas de cuerpos descuidados.
Uno de estos hombres, con quien ya me había medido con la mirada en algún momento de la noche se aproximó a mí y me pidió USD 10 Dólares de los buenos para presentarme una de sus chicas. Me negué pero me la trajo igual. No la hubiera tocado ni con un chorro de soda. Pesaba 20 kilos mas que yo, y sus brazos doblaban los míos en tamaño.
Los dos tipos y creo algunos mas, seguían de cerca mi comportamiento, por lo que decidí ganar tiempo y me puse hablar con el adefesio que me habían traído. Yo seguía parado en el medio del lugar.
Como las cervezas las cobraban a bajo precio y no como "copa de compañía", me pedí otra Red Stripe y una para la flácida señorita.
Dejé pasar algunos largos minutos mientras Ruby, el esperpento, apretaba mi miembro por sobre el pantalón, bajo mi atenta mirada, pues en cada bolsillo llevaba el equivalente a unos USD100.
Para ese entonces estábamos sentados en un sofá, y ella cruzaba por sobre mi pierna su muslo celulítico que se me hacía muy pesado.
La foto es tomada de la web a modo de ejemplo

En cuanto noté que había solo uno de los jóvenes vigilándome, le dije a Ruby al oído: "Déjame buscar un poco de Marihuana y un Viagra, y ahora vuelvo a fornicarte hasta mañana. Princesa". "Prepárate que te echo 4 polvos al hilo y uno después del cigarro".

Apenas hube traspasado la puerta del puticlub, y cuando ya me sentía acariciado por la libertad, uno de los neandertales me tomó de uno de mis hombros, preguntándome a donde mierda pensaba irme.

Pensé en boxearlo ahí mismo a sabiendas de que iba a perder, cuando la adrenalina me subió de golpe. No iba a ser la primera vez que salía a las piñas de algún lugar. Opté en cambio por decirle que estaba enamorado de Ruby, y que solo iba hasta el auto a buscar un Viagra, temiendo que si le decía que iba a buscar marihuana, el me iba a dar de la suya.
Desconfió de mí y comenzó a seguirme hacia el auto que estaba estacionado a unos 50 mts de la puerta, en lo que sería el "pulmón de manzana".
Cabe aclarar que no tenía ningún Viagra en el auto, y no pensaba volver al lugar a  complacer a Ruby.

Comencé arremangándome la manga izquierda de mi camisa hasta la altura del codo, y lo mismo hice con la del otro lado. El patán estaba atrás mío pero era uno solo, y ya estaba afuera del lugar.
Me detengo súbitamente, me tomo dos segundos antes de darme vuelta y decirle:

"No quiero pensar que me estás siguiendo", y acercándome a el y tratando de atravesarlo con mi mirada  le pregunto "Do we have a problem, my friend?" (¿tenemos algún problema, mi amigo?), y para mi suerte dijo que no y retrocedió cruzando sus manos.
"I´ll be back in ten minutes or so" (Volveré en aproximádamente 10 minutos), eso le dije, y me subí a mi auto para escapar a la seguridad de mi hotel, y aunque me descubrió en la salida, y golpeó dos veces mi techo con su mano abierta, ya estaba afuera, a salvo, y con toda mi plata en los bolsillos.

Al día siguiente me tocan la puerta del cuarto para anunciarme que tenía visitas. Que raro, pensé, y cuando bajé las escaleras lo vi a Mikel. Había olvidado que su novia trabajaba en mi hotel. Había olvidado las peripecias de la noche anterior.




martes, 11 de marzo de 2014

Dunn´s River Falls, uno de los lugares mas visitados de Jamaica

Sobre la carretera que serpentea el Mar Caribe, en Ocho Ríos, hay una serie de atracciones turísticas para todos los visitantes que llegan a este país en crucero, y permanecerán solo unas horas en la isla.
La mejor y mas famosa de esas atracciones es Dunn´s River Falls & Park, que resulta ser uno de los lugares mas visitados de Jamaica, pero por defecto.

Ya llevaba varios días en la isla, y también, como por default , llegué a estas cascadas.

Por el tamaño y las instalaciones, el lugar es parecido a muchos de los parques temáticos de Estados Unidos. Es obvio que debe recibir a miles de visitantes diarios durante la temporada alta.
Por suerte, y por encontrarme en plena temporada baja, no llegue a sufrir las multitudes.
Tras abandonar mi auto en la gigante y desierta playa de estacionamiento, me enfrenté a los primeros molestos que pretendían cobrarme por acompañarme a la puerta del lugar. Les saqué un poco los dientes y llegue a la entrada en donde pagué USD20 para poder ingresar.
Como estaba solo, y me era difícil encontrar un poco de paz en cualquier lugar que no sea mi hotel, emprendí una caminata bajo los árboles tropicales por los senderos que tiene el parque. Imposible. No importa cuan lejos de la gente me encontrase, siempre alguien me veía y se acercaba para ofrecer sus servicios de guía en un lugar que, no justifica su presencia.

Decidí entonces bajar a conocer las Dunn´s falls, propiamente dicho. En el camino había gente que recomendaba alquilar zapatos de goma para trepar las piedras de esta cascada.
No esta en mi lista ponerme zapatos usados por un millar de personas antes, y aunque vendían pares nuevos, sabía que tampoco iba a encontrar oportunidad para usarlos.
No me metí adentro de las cascadas por varias razones. Primero no me pareció la gran cosa. El lugar es bastante lindo, pero cuando me enteré que es artificial (o sea construido por el hombre) se me pincho un poco la ilusión, y sentía que ya no tenía la misma gracia.

En segundo lugar soy friolento, y aunque el clima daba para un chapuzón, no me banco media hora adentro del agua por que empiezo a temblar, junto mis codos, se endurecen y achican mis pezones, y mis labios de ponen violetas.
 Me niego además,  a que me lleve un guía en una excursión de cuatro pasos, haciendome gritar jilipolladas mientras estoy tomado de la mano aceitosa de algún turista sajón, tal como muestra mi foto.

Tras bajar a la playa, los visitantes se toman de las manos, alentados por los locales, y forman una suerte de cadena humana. Todos comienzan a subir a contracorriente, trepando los grandes escalones de piedra que van presentando los saltos.

El guía grita y arenga al grupo. 
Ja man!
Todos están obligados a gritar juntos, y al unísono,  como perfectos idiotas.

En el recorrido habrá varias paradas, y un lugar, EL point, en donde todos se sacan la misma foto de las cascadas con el exuberante marco tropical que rodea a los saltos.
Si no llevas tu maquina de fotos, poco importa. De todas maneras habrá gente que la saque por ti e intentara vender la captura al final del recorrido.
El avión y las Dunn´s Falls, únicos lugares donde vi hombres blancos.
Los guías van tirándole manotazos de agua a la gente, y es que uno está en Jamaica, y todo (por obligación) tiene que ser divertido.

Difícil entender como a la gente le gusta ser tratada de idiota. Desde afuera yo también me sentía uno.
Posando con las cascadas de fondo.
No todo es negativo, y lamento pintárselos así. El lugar no está tan mal, y ciertamente es de lo mejor que tiene para ofrecer Ocho Ríos. Cuando vuelva a Jamaica, es probable que lo venga a visitar nuevamente, pero me siento en la obligación moral de contarles a los lectores de Por tierra por la tierra cual es la verdad del sitio.

Dentro de la propiedad de Dunn`s Falls & Park  hay una muy linda playa privada en donde las frías aguas de las cascadas se unen con las cálidas de el Mar Caribe.
Este es el único sitio al que vale la pena dedicarle mas que un rato. Insisto en que vine en temporada baja, pero no me resulto difícil encontrar un poco de paz en estas arenas color manteca, abrazadas por el Mar Caribe, con aguas calientes, como prefiero.

 Aquí pude descansar un poco del flagelo de los gúias y vendedores. Me metí varias veces en el generoso mar, nadando hasta donde estaba la soga, o me era permitido. Atrevidamente siendo tocado por muchos peces poco tímidos que me hacían pegar algún sustillo.

La playa no es larga, pero es linda. Creo que al lado esta la casa (una de las) de Mick Jagger.

En 1657 se dio la última batalla entre los españoles (que a partir de aquí abandonaron la isla) y la marina inglesa, ayudada por otras tropas venidas de islas cercanas como Cuba.

Como el gobernador inglés no podía controlar la isla con sus hombres, pacto con los piratas de la "Hermandad de la costa" que se establecieron en Port Royal cambiando la historia de la isla, y de este peculiar puerto del Caribe, que alguna vez fue de los mas importantes.
La paz en Jamaica no dura mucho. Para llegar al estacionamiento del lugar, en donde había dejado mi auto alquilado, hay que pasar por un mercado artesanal y soportar nuevamente el hostigamiento de los vendedores allí apostados.
Mucha artesanía de madera, no pocas con motivos fálicos, que en Jamaica son comunes. También venden remeras de Bob Marley , de palmeritas y playa, o de la selección de fútbol local.
Caí en la trampa y me lleve una camisa caribeña con botones de coco. No creo encontrar alguna vez la oportunidad de usarla. Al fín y al cabo USD12 no es tanto, y aunque no creo que sea de seda, al tacto se le parece.

jueves, 6 de febrero de 2014

La capital pirata

Alguna vez existió una ciudad muy rica que llego a ser conocida como la Sodoma del nuevo mundo. Anfitriona de los mas grandes y famosos piratas y bucaneros de la historia, una cantidad increíble de prostitutas y el mayor consumo de alcohol en el planeta. Llego a contar con una taberna cada diez habitantes. En su haber cuenta con una innumerable cantidad de sucesos desafortunados.

Mi último día en Jamaica lo había reservado para conocer Port Royal, y es que su historia es de película.
Había logrado salir de Kingston, la peligrosa capital de Jamaica, sin mayores problemas, y cuando estaba en el camino a Port Royal me detuve en una de las ruinas de un antiguo fuerte a tomar fotografías, cuando un patrullero de la policía de Jamaica se acerca hasta mis píes (estaba yo a unos 10 metros de la solitaria ruta). Me preguntan si estaba bien o necesitaba algo. Que atentos, pensé sorprendido, hasta que segundos mas tarde, como no podía ser de otra manera, me pidieron plata.

- "Officials are thirsty"- me dice uno

Me acerco a su ventana para que me repita lo que en realidad ya había entendido.

- "We want money for a drink. We want Wata" - me dice mientras frotaba su pulgar por arriba de los dedos mayor e índice en ese gesto universal que significa dinero. Baksheesh.

Yo me encontraba bien vestido pues estaba pronto a tomar un avión de regreso a Miami. Sabía exactamente cuantos Dólares Jamaiquinos llevaba en el bolsillo, y los quería todos para mi.

"¿Así que queres agua?"
De casualidad tenía dos botellas sin abrir de la marca "Wata", así que fui hasta el auto y se las Entregue. Esa no se la esperaban. De todos modos me pidieron plata, pero me hice el desentendido, les dí las gracias y me fui cruzando los dedos para que no quieran revisar mi valija o algo que me hiciera perder el tiempo que tenía reservado para Port Royal, la ciudad de pomposo nombre y pasado rufián.

Una enorme flota inglesa venía de fracasar en su intento de tomar la ciudad de Santo Domingo, y como tenían claro que era una mala idea volver con las manos vacías, se decidieron a conquistar algún territorio de la corona española.
Cuando en 1656 los ingleses llegaron a lo que mas tarde denominarían Port Royal, se encontraron con un puerto natural de aguas profundas con una bahía cerrada que protegía las aguas de los fuertes vientos. 

Mientras la flota se reagrupaba frente a las aguas del puerto, fueron vistos por los pobladores españoles quienes vaciaron la ciudad de cualquier objeto de valor, y se fueron, con todos los animales de la zona hacia el área montañosa presente en todo el centro de la isla.

Los ingleses encontraron el lugar ideal para la construcción de un fuerte, ya que desde allí era muy fácil su defensa.
Los piratas de mayor renombre como Captain Morgan (un rey sin corona), Calico Jack, John Davis o el bravísimo holandés Roche Brasiliano, todos salían desde Port Royal a saquear ciudades como Panamá, Maracaibo o Porto Bello, o para robar los bienes de las naves españolas, ya que estaban cerca de las rutas comerciales mas importantes de la época.

Port Royal seguía recibiendo gente de la peor calaña, y no paraba de crecer, pese a que los piratas morían como moscas en sus expediciones, o en las frecuentes riñas en las tabernas. Además sufrían constantemente ataques tipo guerrilla de los españoles, quienes lograron matar a mas de 2.000 ingleses en esta isla que ya estaba perdida para siempre.

Menos de cuarenta años mas tarde la ciudad se había enriquecido notablemente, y era por esos días la mas importante a nivel comercial del nuevo mundo. Port Royal contaba con 6.500 habitantes. Casi todos delincuentes.

Como ya no quedaban terrenos libres, ni espacio en el pueblo, los habitantes comenzaron a construir en las zonas mas bajas, ganando terreno al agua y haciendo mas altas y pesadas las viviendas existentes, y todo sobre un suelo un tanto blando y arenoso.
En junio de 1696 un terremoto, seguido por un fuerte Tsunami casi borra a Port Royal de la faz de la tierra.
Tres cuartas partes del pueblo se hundieron para siempre en el mar. La mitad de la población murió en este acontecimiento, y algunos miles mas con las pestes que siguieron a la destrucción.

En el resto de Jamaica y otras islas del Caribe, se consideraba a este suceso como un "Acto de Dios" destinado a limpiar esta ciudad llena de escoria y pecados.
La ciudad comenzó a reconstruirse de inmediato. Estaba llena de materiales y una mano de obra esclava dispuesta a reconstruir la capital pirata, que por este tiempo oficiaba como la capital virtual de la isla.

No pasó mucho tiempo hasta que en 1705, un fuego, seguido de varios huracanes, la dejo esta vez en ruinas y cenizas.
Los Puertoroyalinos, si es que vale el gentilicio, no bajaban los brazos ya que los piratas seguían haciendo de las suyas, y el oro y cacao seguía llegando en buen número a este puerto, por lo que Port Royal, el paraíso del hampa, seguía como se dice,  vivito y coleando.
Mientras los pobladores seguían haciendo maldades fueron sorprendidos nuevamente por un gigante incendio, esta vez en 1750. Las enfermedades, el caos, la falta de esperanza y la miseria, volvieron a aparecer con fuerza, pero Port Royal , no quería dejar de ser el paraíso que era para tantos.

Los ingleses ya se habían encargado de aniquilar a la población indígena, que contaba con al menos 100.000 Arawaks, que fueron los primeros esclavos de la isla hasta que comenzaron a importarlos de África.
La mano de obra ya era mas cara como así también los materiales, ya que los pobladores se habían enamorado del ladrillo, y ya no querían las viejas casas de madera. Quizás por los incendios, no sé.
Parecía como si de verdad hubiera habido una intervención divina, ya que solo unas décadas mas tarde, en 1815, la ciudad volvió a arder, una vez mas, en un voraz incendio de gigantes proporciones.

Cada intento de reconstrucción de Port Royal en los últimos 200 años había fracasado, y miles de personas seguían pereciendo por causas evitables.

Para este entonces, la cercana ciudad de Kingston, ya había crecido considerablemente, por lo que el cada vez mas pequeño Port Royal, fue perdiendo de a poco su importancia, aunque siguió cumpliendo un importante rol comercial, mientras lentamente se iba recuperando y re inventando.
La fortuna de Port Royal volvió a verse afectada una vez mas por un nuevo terremoto, esta vez en 1907 . La tierra se tragó, famélica,  a las nuevas construcciones que desaparecieron nuevamente bajo el dominio de las aguas.

Port Royal ya nunca volvería a ser la misma hoguera de gloria pirata, próspero comercio, rienda suelta y descontrol.
Cuando uno llega a Port Royal, lo primero que se siente es que se esta ante un pueblo fantasma. Un pueblo que ya (casi) no lo es, aunque cada tanto, alguno de sus actuales 2.000 habitantes se deja ver, como el borracho pesado este de la foto al que lamentablemente me encontraba cada tres esquinas.
Escuché de planes de convertir al lugar en un puerto para grandes cruceros, dada su cercanía a Kingston, pero no se si es verdad, ya que me pareció que nada ocurría por aquí, aunque sin duda,  Port Royal, "La ciudad que se hundió" (y mas de una vez) tiene cuento y material de sobra para convertirse en una nueva atracción turística que serviría para fomentar el turismo en la menos visitada costa sur de Jamaica, y también en su capital, para aquellos que se animan a conocerla.

Sospecho además que un gran numero de los visitantes de Jamaica, la mayoría,  llegan en crucero y solo permanecen por el día en la isla, como en el caso de los que llegan a Ocho Ríos, para hacer un día de playa, y/o la excursión a las Dunn´s Falls.

Como siempre sintieron el riesgo de que los españoles vuelvan a tomar Jamaica, por lo cual los ingleses mandaron  a construir el primero de sus fuertes, ya  en 1650, cuando pudieron hacerse del control de Jamaica. 

Durante los dos siglos siguientes, los ingleses fueron agregando cañones y ladrillos, ladrillos y cañones,  a Fort Charles, que llego a tener una guarnición para 500 hombres, y solo fue el primero de los 5 fuertes con los que la ciudad antes de que estos quedaran hundidos o arruinados y abandonados.
El de Fort Charles era resistente y casi imposible de sortear, y pese a que Port Royal llegó a contar con otros cuatro fuertes, las autoridades sabían que en realidad no contaban con tantos hombres para defender de modo eficaz el pujante núcleo urbano.
Por esa razón es que la corona inglesa decidió darle tanto poder a los piratas, ya que eran ellos los que en realidad podían defender mejor estas costas, y así lo demostraron durante años y años.
Esto permitió que Port Royal se convierta en un centro de distribución de materiales apreciados tales como esclavos, azúcar, cacao, o finas maderas como la caoba, práctica que continúa hasta el día de hoy.

Los españoles, antiguos dueños de estas tierras, también se veían obligados a adquirir insumos y artículos de quienes antes, les habían robado las tierras.
Hoy el pueblo está casi muerto, pero si vistas Jamaica, sigue siendo un must de la isla. Un buen lugar para dejar correr la imaginación y caminar por las mismas calles del pirata Morgan.