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martes, 2 de junio de 2015

Super Angkor Wat

Lo primero que hice tras llegar a Siem Reap fue acercarme a los templos de Angkor Wat. Ya estaba empezando a anochecer y sabía que volvería mas de una vez en los días siguientes, pero tenía gran curiosidad y había esperado mucho tiempo por este momento. No me pude aguantar.

Claro que había multitud de personas, pues el amanecer y el atardecer son los mejores momentos para visitar y fotografiar los templos. No solo por la buena luz, si no por que las temperaturas a partir de la media mañana se tornan difíciles de soportar en el sitio de turismo mas importante de Camboya.
Amanecer en Angkor Wat
Angkor Wat es el mas famoso y mejor conservado de los muchos conjuntos de templos que hay en Camboya. No en vano siempre estuvo en las banderas que tuvo como insignia el país Jemer, a excepción del período comprendido entre 1942 y 1945, años que estuvo bajo dominio japonés.
Desde 1992 el conjunto de templos es Patrimonio de la Humanidad declarado por la UNESCO.
Bandera de Camboya
Los templos de Camboya tienen la particularidad de haber estado abandonados durante medio milenio, y eso es lo que les da su impronta tan personal.

Algunos misioneros portugueses dieron fe de la existencia de estos templos y de monjes budistas habitando en ellos, pero los créditos se los llevó Henri Mouhout, un naturista francés en 1861 cuando "re descubrió" de pura casualidad este complejo una tarde cualquiera mientras cazaba mariposas en el bosque. En aquellos días los templos ya habían sido deglutidos por la gran fertilidad de la selva circundante. (Ver Ta Prohm, los templos de la jungla ).

Pocos años mas tarde empezaron las lentas tareas de reconstrucción, que por la turbulenta historia del país, especialmente durante la época del Khmer Rouge, no pudo ser continuada durante varias décadas.
Angkor Wat resulta ser la estructura religiosa mas grande del mundo. Por su grandiosidad es conocido por muchos como "La Madre de todos los templos". Verdad que todo aquí es espectacular y esplendoroso, no importa si se lo mira de lejos, por dentro o desde cerca. El nivel de detalle en las fachadas de algunos templos es exquisito, y en los buenos viejos tiempos ha de haber sido impresionante.
En mi próxima visita quisiera verlo también desde el aire, sobre volando el área en helicóptero.
El complejo de Angkor Wat fue construido en una época en donde el Imperio Khmer era enorme y extendía sus dominios mas allá de Camboya, tomando parte de los que hoy son los países vecinos de Birmania, Laos, Tailandia, Vietnam, e incluso partes de Malasia.
Todo el conjunto edilicio, que comenzó a erigirse tan temprano como el siglo VI, reviste una suerte de mapa del universo, en donde las 5 torres del templo sugieren ser el centro mismo del universo representando también al  Monte Meru, una montaña mítica y sagrada para varias culturas Budistas del sub continente asiático.

En Angkor Wat queda explícita la influencia de India en cada trazo de su arquitectura, (que ve pasar la transición hacia el Budismo Theravada) y la manera en que manifestaban su religiosidad, especialmente en los mas de 1.500 frisos magistralmente tallados in situ en una piedra de arenisca fácil de labrar.

Los reyes eran también considerados dioses, y hasta el siglo XIV, cada uno de ellos, mas de dos docenas, harían su propio templo para la posteridad, haciendo que hoy Angkor Wat el templo religioso mas grande del mundo.

Esta influencia se debía a que los comerciantes indios debían esperar a veces hasta seis meses antes de volver a su país, producto de las grandes lluvias anuales.
No se sabe a ciencia cierta que fue lo que puso en decadencia al imperio de los Jemeres. Posiblemente algo relacionado con el manejo del agua (inundaciones y/o sequías) y las posteriores hambrunas. Lo cierto es que la estocada final la dieron los Siameses, una tribu que venía huyendo desde China, que con el correr de los años hizo que la familia real tenga que mudarse a Phnom Penh.
La ciudad llego a tener medio millón de habitantes en un territorio de unos 3.000 kms cuadrados. Angkor Wat fue durante muchos años capital del imperio y sede real hasta que esta fue mudada a los vecinos Templos de Bayon.  Un ataque de los Cham, que llegaban desde la vecina Vietnam, obligó a tomar esta decisión por la seguridad de la corte.

Aunque es mucho lo que sigue en pie, la mayor parte aún por restaurar, la verdad es que la mayoría de sus construcciones y coloridos palacios de madera se perdieron en el implacable paso del tiempo.
Angkor Wat está orientado hacia el oeste, el lado relacionado con la muerte, pues es después de todo un templo funerario construido en honor al rey Suryavarman (1113-1150), quien reconstruyó Angkor por primera vez y comenzó con esta costumbre edilicia que difiere del resto de los monumentos religiosos en el mundo. Los templos nunca se construyeron con la idea de recibir fieles para los servicios, sino como morada final para los reyes del imperio.

Conviene familiarizarse con el plano del lugar, o contratar un guía antes de recorrerlo. Los hay en muchos idiomas. Son 208 hectáreas de romanticismo.

En sus galerías hay miles de figuras talladas con maestría en bajo relieve. Estas galerías están divididas en ocho secciones. No siempre es fácil de entender el mensaje, que debe leerse desde la izquierda. Estos grabados narran batallas épicas, muestran como se imaginaban los 32 cielos y 37 infiernos y cuentan las guerras de sus reyes contra los mil y un demonios.
El lago que existe en los alrededores de los templos de Angkor Wat cumplía, además de una misión defensiva, un trabajo estructural que ayudaba a solventar los movimientos de suelo y estructuras provocado por los monsones en la época de grandes lluvias. El posterior control de esas aguas era de vital importancia para la economía del reino.
Mas allá de los templos principales, si uno se interna un poco en los bosques que rodean al lugar, encuentra mucha sombra y construcciones menores pero muy interesantes, algunas de las cuales están hechas con otro tipo de piedras.

Los bosques son seguros ya que el soldado Aki Ra  se encargó de quitar todas las minas anti personales que rodeaban el lugar hasta fechas tan cercanas como el 2007.
Toda la ciudad sagrada de Angkor Wat está construida sobre una base piramidal de por lo menos tres niveles, lo que a la distancia le da mayor importancia al conjunto.
Los templos de Angkor Wat son un absoluto must en una visita a Camboya o al Sudeste Asiático, pero no todo es color de rosas. Las grandes aglomeraciones de gente y los molestos vendedores ambulantes le quitan un poco de atractivo al lugar. De las temperaturas ni hablar. Que a nadie le agarre un mediodía en Angkor Wat.
Hay 3 tipos de tickets que pueden adquirirse en la entrada. Ticket de un día USD20, Ticket de tres días consecutivos USD40 o un Ticket de siete días que es válido durante todo un mes USD60. Se puede pagar en Dólares, Euros, Baht, o Rieles Camboyanos. No aceptan tarjeta de crédito.
Los templos permanecen abiertos diariamente entre las 5 AM y las 6 PM. Algunos cierran antes.
Para llegar es posible hacerlo en taxi o en bicicleta, aunque resulta agotador pues se camina mucho dentro de los templos. La mejor opción es tomar por pocos dólares uno de los miles de Tuk-Tuk que se encuentran diseminados por las esquinas de Siem Reap.
Mi única recomendación es venir con tiempo y mas de una vez. Angkor Wat no es uno de esos lugares para visitar en dos horas. Quedará por siempre en sus memorias.
Entradas relacionadas:

Angkor Thom, La Gran Ciudad

Ta Prohm, los templos de la jungla


jueves, 16 de enero de 2014

Psar Chaa, el viejo mercado de Siem Reap

Mi hotel estaba muy bien ubicado en el área colonial de la ciudad, enfrente a un arroyo y muy cerca de Psar Chaa, el viejo Mercado de Siem Reap, por lo que paso a ser un lugar que frecuentaba a diario.

El mercado en sí no es la gran cosa, pero sigue siendo auténtico y es el lugar en donde los locales hacen sus compras, y el mas barato para que los visitantes hagan las suyas.

Por afuera tiene una bonita arquitectura francesa en el frente y alguno de sus costados.

Se vende de todo. Platería, falsificaciones, verduras, objetos de plastico, herramientas, bijou, insectos, remeras de las cervezas locales y los templos, las guías Lonely Planet a USD2, artesanías locales de dudoso gusto. También los clásicos Kromas. Unos pañuelos grandes y muy lindos que identifica a los camboyanos, y que ellos usan de mil maneras en su vida diaria.
Aunque pueda ser difícil, lo mejor es tomarse el tiempo, ya que hay productos de muy buena calidad mezclados entre tanta baratija.

El Old Market, como se lo conoce, cumple una función comercial muy importante abasteciendo al centro de la ciudad. Hoteles, restaurantes y vecinos, todos terminan en el viejo mercado.

Por la cercanía a los maravillosos templos de Angkor, y gracias a su pequeño aeropuerto internacional, Siem Reap es, por lejos, la ciudad mas visitada, y mejor preparada del Reino de Camboya.


El mercado, como muchos en Asia, a cierta hora del día ya huele para la mierda. Muchos puestos tienen pescado, pollo y carnes varias colgadas de gruesos anzuelos, que esperan ser vendidas mientras las altas temperaturas de la ciudad van descomponiendo lo que queda de su existencia. 
A los costados de los puestos, los comerciantes van amontonando en el piso las sobras de comida, los frutos podridos, y cuanta basura puedan imaginar. 
El olor se mescla con el de las especias y el de la comida que se prepara a toda hora mientras el mercado permanezca abierto. Aunque uno a la larga se acostumbra, salir afuera a dar una bocanada de aire "fresco" se siente muy bien después de un rato bajo el techo de Psar Chaa.


Mientras vamos avanzando por los estrechos pasillos, todos, y cada uno de los vendedores de los puestos se van acercar al grito de "Sir, sir. Buy, buy". Ser extranjero equivale a ser rico. El acoso puede ser incómodo para muchos por que de momentos se ponen muy insistentes, y hay que ladrarles un poco para que te dejen tranquilo. Debo reconocer que en mas de una oportunidad, se salieron con la suya y "no me quedo otra" que comprarles algo con tal de apagar la desesperación que mostraban.

A la mañana, en las horas en que todos van a los templos, el lugar es mucho mas tranquilo. Cuando esta mas relajado, el camboyano es muy simpático y agradable, y siempre bien dispuesto. 

Cada mañana compraba exquisitas frutas tropicales que solo en esta región del mundo existen. 
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El mercado de Siem Reap nos brinda una oportunidad para disfrutar de la gastronomía Jemer por dos monedas. Preparan en sus apretados puestos todo tipo de sopas y platillos a base de arroz, con variadas carnes, verduras, picantes y pescados. 
En los puestos mas caros y lindos, los cangrejos y otros frutos de mar y río esperaban sobre hielo. Tenían un sabor muy agradable, y a módicos precios. 
Los caracoles que probe eran un asco, y sin contar con las herramientas propias, me resulto difícil comerlos.

El escenario ideal, con todos los ingredientes necesarios para que te agarres una buena cagadera si no prestas atención a lo que comes.

Mientras  se come o recorre es posible observar a la gente en sus tareas cotidianas. Toda la familia esta en el puesto. Los chicos estudian, el abuelo lee un diario viejo. Algunos pelan verduras, casi todos intentan vender algo, y los que arrancaron mas temprano duermen plácidos arriba de la mercadería.




miércoles, 9 de octubre de 2013

La historia del soldado Aki Ra

Aki tenía cinco años cuando fue secuestrado por las tropas del Khmer Rouge. Toda su familia había sido asesinada a hachazos ese día. Los hombres de Pol Pot mataban con el hacha para ahorrar proyectiles. Así mataron a casi el 30% de la población, pero al chico se lo quedaron para adoctrinarlo.

Aki fue criado por una mujer que preparaba niños soldados para el sangriento régimen de Pol Pot y cuando tenía solo diez años fue entregado a las milicias para combatir. Ya podía hacer una bomba en minutos, disparar armas y lanza granadas. Los siguientes 35 años los paso matando hermanos y sembrando miles de minas y terror por doquier, primero con el Khmer Rouge por diez años y mas tarde con los vietnamitas cuando invadieron y conquistaron Camboya en 1980. Cuando los vietnamitas abandonaron el país en 1989, Aki Ra volvió a las filas de los militares camboyanos, esta vez peleando contra la resistencia del Khmer Rouge.

Años mas tarde, cuando la paz llegaba por fin, Aki trabajo para Naciones Unidas desactivando muchas de las minas que el mismo había plantado en la tierra camboyana.
Así descubrió que tenía un talento especial para desactivarlas y decidió hacer de esto su forma de vida, quizás con el íntimo deseo de lavar un poco sus culpas. Hasta ese momento, Aki nunca había visto un auto. Siquiera una carretera.

Munido con un cortaplumas y un palo desactivo miles de minas y se empezó a correr la bola acerca de este hombre, que en su casa guardaba una extensa colección de ellas.
Como la gente se acercaba para avisar de la existencia de minas en sus aldeas, que cuarenta años mas tarde siguen provocando muertes, o mutilaciones.
Otros se acercaban curiosos ante la posibilidad de ver o comprar una mina, entonces comenzó a cobrar por verlas y decidió llevar su idea mas lejos.

Con ayuda de ex soldados vietnamitas y de algunas fundaciones de EE.UU. y Australia, Aki creo un grupo para ayudar a quitar las millones de minas diseminadas por Camboya. Mas minas que habitantes. Tantas minas que puede llevar mas de un siglo desactivarlas.

Aki trabajo siempre con bajo presupuesto, y logro limpiar miles de metros cuadrados de minas.

En cada visita a una aldea se llevaba a vivir junto a su mujer a algún niño mutilado por las minas, y casi sin darse cuenta tenía veintinueve nuevos hijos que criaron junto a los propios.

Una tarde en Siem reap me vine a visitar el Cambodian Landmine Museum Relief Facility, y no es que disfrute de estas visitas, pero es (lamentablemente) indispensable para entender lo que le ha ocurrido a Camboya en las últimas décadas, en especial en lo que a minas anti personales respecta.

Ya había salido golpeado del S21 en Phnom Penh, y acá estaba nuevamente poniendo el dedo en la llaga.

Como el museo (si uno puede llamarlo así) esta cerca del templo de Banteay Srey, aproveche para visitarlo en el rural camino, y de paso colaborar con Aki Ra y su proyecto.

En el museo, propiamente dicho, se ven muchas de las armas usadas en los diferentes conflictos y años. Hay minas de Vietnam, China y Rusia, varios tipos de ametralladoras, cohetes, tanques, camiones, y muchas, pero muchas fotos de mutilados por las minas, como que una simple visita al país no fuera suficiente para darse cuenta del estrago que causaron las minas en su población.

El Cambodian Landmine Museum Relief Facility hoy es mucho mas que un museo, ya que funciona como hogar y escuela para varias docenas de chicos de la calle y/o mutilados, que felices se mueven por sus instalaciones recibiendo todo el cariño y apoyo que se merecen para tener una oportunidad en este cruel mundo. Allí reciben la mejor educación posible. Aprenden computación, matemáticas, e historia. Dominan el inglés. Aquí encuentran la contención que no encontraron afuera.

Aki Ra es un experto, y lo que Naciones Unidas hace en horas a el le toma solo dos minutos, razón por la cual logro desactivar mas de 55.000 minas el solo, y muchas miles mas si sumamos a la gente que lo ayuda en su grupo.
Aki comenzó desactivando él mismo todas las que estaban alrededor de los Templos de Angkor hasta el 2007. Casi ayer. Así abrió este importante destino al turismo, y Camboya al mundo.
Salvo a mucho mas camboyanos de los que mato. Quizás por eso sea considerado un héroe en Camboya. Lo cierto es que Aki Ra hoy, es un hombre de bien.

miércoles, 3 de julio de 2013

La gran ciudad. Angkor Thom

La ciudad fortificada de Angkor Thom contiene una serie de monumentos únicos en el mundo. Allí esta por ejemplo el Templo de Bayón. Es quizás la ciudad mas ¨barroca" del Imperio Jemer. En sus paredes esta grabado a piedra el período de transición entre el Hinduísmo y el Budismo que sucedió en el Sudeste Asiático. Este fue también el lugar donde estaba el palacio real construido entre los siglos X y XI, cuyos restos, por estar construidos en madera han desaparecido.
Para variar, ese día también me pegue un madrugón de aquellos. Mi tuk tuk driver, tipo medio pillo, me esperaba en la esquina de mi hotel. Todavía era de noche y la temperatura era agradable por pocas horas mas.
Salimos nuevamente hacia los templos. Le pedí que tome mientras pueda otras calles mientras salíamos de Siem Reap hacia la ruta que conducen a los sitios UNESCO.

La última capital del Imperio Khmer, y simboliza  un microcosmos, que esta representado por los templos en el medio como dividiendo el espacio entre la tierra y cielo, y todo el agua que lo rodeaba, que en esos años era mucha, representaba el resto del universo.

Aquí vivían los monjes, el rey con su familia y los militares con todas sus dependencias. Un millón de personas en total. Una enorme población si tomamos en cuenta que esto sucedía en el reinado de Jayavarman VII que reinó entre los años 1181 y 1219 y que la población común no tenía acceso a ella.
Son miles las caras y figuras budistas de la vida mundana talladas en las piedras que parecen observarnos desde todos los ángulos posibles a cada paso que vamos dando mientras nos vamos adentrando al Bayón propiamente dicho, construido en el exacto centro de Angkor Thom, y famoso también por sus 54 torres.
El bosque que rodea al lugar parece como que nunca termina de avanzar. Hasta da la sensación por momentos de que a uno se le viene encima.El lugar es interesantísimo. Me quedaba horas viendo los bajo-relieves que tanto nos cuentan sobre su pasado. Mientras tanto una luz mágica se va colando por entre las paredes apretadas de las terrazas.
Que lindo estar acá y tratar de imaginarse como era la vida en aquellos buenos y viejos tiempos.Lo importante es venir con tiempo, quizás mas de una vez a modo de evitar las hordas de turistas que caminan por acá en ciertos horarios.
El lugar vacío es mucho mas lindo y disfrutable. Especialmente a luchando toca ir subiendo o bajando las muchas torres, o saltando de piedra en piedra. Algunas vistas desde lo alto son fenomenales.

Para esquivar a la gente lo mejor es apuntar hacia el oeste y esperar a que se vayan mientras recorremos esta parte del universo Khmer. La mayoría llega a partir de las 8 de la mañana.
 

Algunas de las enormes caras (hay mas de 200) del templo central son muy enigmáticas. Fueron agregadas a la construcción original. No se sabe su significado exacto.
Las figuras que están en los puentes parecen por momento ser de otro planeta.
Todas las ruinas aquí son muy particulares. Sin duda diferentes a la de los templos vecinos.
Que manera de caminar de aquí para allá. Hay mucho para ver y todo resulta atractivo. Escribiendo esto me invaden las ganas de estar allá de vuelta, sentado sobre alguna piedra escuchando el sonido del viento sobre las hojas de los árboles. No tardare mucho en volver.

Aprovechando que estaba cerca fui nuevamente a Angkor Wat para sacar mas fotos de esos increíbles atardeceres sobre los templos.

Volví con mi tuk-tuk hacia Siem Reap y me baje directamente en Pub Street, los bares cercanos al mercado donde me tome varias cervezas "Angkor" saboreando otro gran día en Camboya.

martes, 11 de junio de 2013

Ta Prohm, los templos de la jungla

Me había levantado otra vez muy temprano, como cada día, para disfrutar en soledad de los templos. Esta vez tocaba Ta Prohm, famoso por estar invadido de vegetación (tal como estuvieron todos los demás antes de ser rescatados de la selva), y claro, por "Tomb Raider", la película de Angelina Jolie, que fue filmada aquí, aunque en ella robaron tomas también de otros de los templos vecinos.

La luz del sol apenas aparecía en el horizonte y en el camino de entrada hacían sonar su música algunas de las muchas víctimas mutiladas por las minas, quizás con demasiado orgullo para simplemente pedir sin dar nada a cambio, regalaban agradables sonidos y me hacían recordar todo el horror que el pueblo vivió en Camboya.

Estaba practicamente solo caminando por el lugar, sintiéndome como un explorador que iba descubriendo esta maravilla a cada paso cuando un mar de gente comenzo lentamente a acercarse a las ruinas solo para arruinarme este momento que no quería compartir con los demás. Estaba en mi propia película, pisando las grandes e irregulares piedras, tocando las paredes y viendo como la luz del nuevo día se colaba por entre los grandes ficus gibossa casi con dificultad. La imagen me resultaba obviamente familiar, y feliz sabía que estaba en Ta Prohm. Traté de adelantarme caminando en contra del gentío, pero en los interiores encontré un photo shooting de modelos con todo un séquito de ayudantes, entre los que tenían paraguas, pantallas y todos los trucos que usan los fotógrafos . Buena locación para una producción pero se iban a cagar en los demás, ya que entre todos ocupaban mucho espacio.

El monasterio real de Ta Prohm era conocido en sus buenos tiempos como Rajavihara. Fue mandado a construir en los primeros tiempos del gran y fértil rey Jayavarman VII, quien mandó a construir no menos de quince templos en estilo Bayón, el último y gran período de la arquitectura Jemer.

En su mejor momento llego a alojar no menos de 13.000 personas en una suerte de universidad budista de los Mahayanas, pero necesitaban 80.000 súbditos para su manutención.

Con un mapa antiguo intenté llegar a alguna de sus torres, pero me fue imposible.
Traté de volver tras los mismos pasos que hasta allí me llevaron. Ya eran cientos los que lo estaban recorriendo fascinados el lugar.
Era casi media mañana y volví hacia mi tuk tuk driver para que me lleve a otro templo entrando esta vez por su lado sur.