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domingo, 25 de febrero de 2018

Victoria Falls, una de las 7 Maravillas Naturales del Mundo

Las Cataratas Victoria también conocidas como Mosi -oa- Tonya (el humo que truena) son uno de los sitios turísticos mas famosos de África, y una de las 7 Maravillas Naturales del Mundo. Se encuentran sobre el río Zambezi, frontera natural entre las naciones de Zambia y de Zimbabwe y uno de los mas largos del continente.

Visitar Victoria Falls era un sueño que tenía hace mucho tiempo y un día se hizo realidad. Nuestro hotel estaba a walking distance del Zambezi National Park, así que tras un almuerzo tardío nos dispusimos a recorrer expectantes el sitio turístico mas importante de Zambia y de Zimbabwe. El parque nacional que rodea a las Cataratas Victoria es de gran belleza. Es muy limpio y prolijo y está bien mantenido como todo aquel que goza de ser un sitio patrocinado por la UNESCO. Los saltos son Patrimonio de la Humanidad desde 1989.
Las mejores vistas se obtienen desde Zimbabwe, pero por la inestabilidad política de los últimos 20 años y la corrupción reinante, el 90% de los turistas visitan Cataratas Victoria lo hacen desde el vecino país de Zambia, o si llegan a Zimbabwe, lo hacen pagando visa y cruzando el puente peatonal y sólo permanecen en el país durante algunas horas.
Como punto a favor el lugar está muy bien  organizado, pero las autoridades son responsables de que el país quede cada vez mas aislado, hundiéndose en su propia miseria y no supiendo aprovechar los réditos que da tener un lugar así para lucrar con el turismo. Clara muestra de ello es la cada vez mas abandonada ciudad de Victoria Falls, una ciudad casi fantasama.
Las vistas de esta maravilla natural compartida entre Zambia y Zimbabwe son muy lindas en todo momento, pero a medida que vamos caminando avanzando por el circuito, el paisaje y las cataratas se hacen cada vez mas vistosas. Gracias al spray de las cataratas los alrededoers son sumamente tropicales dando lugar a especies de flora única en la zona, lo que le añade un plus a la visita.

Las comparaciones pueden ser odiosas pero resultan inevitables. Por tamaño pueden compararse con las Cataratas de Iguazú. Las de Argentina también están consideradas como una de las 7 Maravillas Naturales del Mundo y son Patrimonio de la Humanidad desde 1984. Aunque la caída de agua sea de similar altura, las de Iguazú se componen de 275 saltos y el caudal de agua puede ser 100 veces mayor. Si han estado en Iguazú, puede que las Victoria Falls no deslumbren tanto. 
Las Cataratas Victoria son las mas largas del mundo. Tienen con que pelearle al resto de las cataratas. Al menos en cuanto a belleza supone. El paseo por el Parque Nacional Zambezi nos permitió gozar de grandes vistas de los cañadones que forman este accidente natural. Paredones que entre noviembre y abril (épocas de lluvia) están completamente tapados por el agua.
La historia dice que David Livingstone, el gran explorador y misionero inglés, fue el primer europeo en conocer estas cataratas el 16 de noviembre de 1855. Las nombró Victoria Falls en honor a Queen Victoria, la reina del Reino Unido en aquellos tiempos.
Para los indígenas ya eran conocidas hace por lo menos tres millones de años, acorde a descubrimientos de restos de Homo habilis en el área.
En el Parque Nacional Zambezi, en el Parque Nacional de las Cataratas Victoria y en el vecino Mosi -oa- Tunya hay muchas actividades para hacer además del clásico circuito de trekking. Se puede bajar en kayak o canoa por las aguas del río mientras se observa poblaciones de elefantes, hipopótamos o de leones. También se puede hacer rafting y tirolesa. Cruceros nocturnos por el Zambezi o paseos en helicóptero. Hay varios mercados de artesanías y un destacado serpentario (Victoria Falls Snake Park).
El lugar es ciertamente privilegiado, y si no fuera por que en Zambia hacen las cosas como hay que hacerlas, las Victoria Falls ya hubieran quedado en el olvido, o serían mucho menos visitadas.
Al final del recorrido se puede ver el famoso puente que cruza el río Zambezi uniendo a Zambia y a Zimbabwe. Importado desde Inglaterra, el gran arco de acero llegó al puerto de Beira en Mozambique para ser inaugurado en 1905 por el hijo de Charles Darwin. El proyecto era parte de un viejo anhelo de Cecil Rhodes de unir Ciudad del Cabo y El Cairo por vía férrea. Con el puente comienza el turismo en Victoria Falls. Actualmente hay una oficina de migraciones a cada extremo del puente para que los turistas (previo pago de visados) puedan conocer ambos lados de las cataratas. Desde el puenet se puede hacer Bungee Jumping con una caída de 111 metros.
Ojo al cruzar caminando que ha habido centenares de denuncias por robo.
Al día suguiente volaríamos en helicóptero por encima de las Cataratas Victoria como para tener un panorama mas completo de este gran accidente natural que dió lugar a estas cascadas sin igual.

Poco después de llegar al hotel tuvimos un corte de luz de casi dos horas, Apenas volvió quisieron cobrarme el cuarto otra vez. La comida del hotel era excepcional y muy variada. Pude probar el gusano de Mopane (muy carnoso y sabroso) mientras disfrutábamos de música y bailes tribales.
Con Charles, el maitre de The Kingdom Hotel, organizamos nuestro día siguiente. Su hermano nos haría de chofer y guía en una rápida incursión a Zambia.

martes, 30 de enero de 2018

Paseo en barco por el río Chobe de Botswana

El Parque Nacional Chobe es la tercer reserva en tamaño de Botswana, y una de las mas especiales de África. Se encuentra dentro de los límites del Desierto del Kalahari, en el norte del país.
Gracias a la gran vegetación y al agua siempre presente en el área, Chobe National Park resulta ser un verdadero santuario para los cientos de miles de animales que aquí habitan.
La mejor manera de recorrer el lugar es contratando un paseo lacustre, y casi llegamos tarde a nuestra reserva tras un considerable retraso en la frontera.
Día 14:
Aunque podíamos dormir un poco mas, nuestro reloj biológico nos despertó a las seis de la mañana como venía sucediendo la mayor parte de los días. Estabamos en Katima Mulillo (Franja de Caprivi- Namibia) en un hotel sobre las costas del río Zambezi mirando las costas de la vecina Zambia. Sólo quedaba esperar a la gente de ASCO, la compañía a la cual le habíamos alquilado las camionetas. La mía tenía la homocinética rota, y no podía continuar. A las 9 en punto estaba firmando los nuevos papeles, y poco mas tarde llenando los tanques de combustible de las dos camionetas antes de alcanzar a mis amigos en la ruta. Nos separaban 120 kilómetros de la frontera con Botswana.
El grupo había dormido en varios hoteles, pero pronto y sin problemas llegamos al puesto fronterizo de Wenela/Sesheke. La salida de Namibia fue rápida, y la de Botswana demandaría un poco mas de tiempo por el tema del pago de los visados, sin embargo pasaron casi dos horas hasta que descubrimos que uno de nuestros nombres figuraba en la lista de personas buscadas por INTERPOL.
El problema es que uno de nuestros amigos, que no se llama Juan Pérez, pero casi, tenía un tocayo que por suerte era de otro lugar y con diferentes rasgos. Lo que hizo lento el trámite fue que el puesto de Sesheke tenía que triangular la información con Gabarone (la capital de Botswana), para desde ahí chequearla con las oficinas de Buenos Aires, donde se había expedido el pasaporte.
Una vez aclarado el problema proseguimos camino por una buena ruta. Con un mensaje de texto pudimos ganar algo de tiempo pidiendo por adelantado el almuerzo en el Chobe Safari Lodge, desde donde saldría nuestro barco. Aún quedaba algo en las bandejas.

Tras unas fotocopias a nuestros pasaoportes pudimos dar comienzo a esta nueva aventura en el Chobe National Park, una de las joyas mas bonitas de la corona de Botswana.
El Chobe National Park tiene casi 11.000 kilómetros cuadrados. Es el parque nacional mas antiguo de Botswana y también el de mayor biodiversidad. La mejor manera de recorrer el área es a bordo de alguna de las embarcaciones (hay barcos, cruceros, lanchas) que van acercándote a los diferentes brazos del río Chobe, un curso de agua que viene bajando desde Angola hasta encontrar aquí sus aguas mas tranquilas. La presencia de agua durante todo el año hace que se de una muy buena concentración de animales, entre las que (dicen) no faltan los Big 5.
Desde el minuto uno veíamos animales a diestra y siniestra. Los capitanes de los barcos van adentrando los diferentes brazos del río Chobe y se acercan a ellos  para que la contemplación sea mayor. Inolvidable momento viendo a los elefantes nadar, copular y jugar en las aguas del río.
Un espectáculo fantástico de la naturaleza que hipopótamos y cocodrilos también parecían disfrutar. El Chobe National Park está considerado como uno de los mejores safaris del mundo por la altísima concentración de elefantes, unos 120.000 si es que se visita durante el invierno, o época seca (mayo a octubre), como lo hicimos nosotros. En este período no hay agua por doquier, si no en ciertos sectores del parque, y es ahí a donde van con toda lógica los animales.
En el recorrido lacustre por los diferentes brazos del río Chobe se dan una serie de paisajes y ninguno defrauda. Los animales están siempre cerca y acostumbrados al asombro de los pasajeros. Existen embarcaciones de todo tamaño para hacerlo a gusto.
El de Chobe en barco es sin duda un tipo de safari diferente en donde hay tiempo para el relax (¿quizás un Gin & Tonic o dos?) y la fotografía mientras se avanza en forma silenciosa por las aguas del río. También ofrecen paseos nocturnos.
En lo particular me encanta ver manadas de elefantes en su hábitat, que son el grupo mas numeroso de mamíferos dentro de Chobe. También hay muchos Búfalos del Cabo, jirafas, antílopes de varios tipos, hienas, chacales, cebras, hipopótamos, monos, roedores, leones y rinocerontes, aunque a estos dos últimos no los pudimos ver.
En un momento del recorrido pasamos por el Canal de Savuti, donde hay cientos de árboles muertos por el irregular crecimiento de las aguas de río Chobe. Este sector suele ser un preferido para los amantes de los leones. Yo soy uno y me hubiera encantado poder ver al rey de la selva, pero el mas bello de los animales no se mostraba aún.

En Chobe NP hay registradas 450 especies de aves, lo que hace de este lugar un paraíso para Birdwatchers. Los aves tienen un reino en Botswana, pero de este capítulo me encargaré mas tarde.
El paseo terminaba con un gran atardecer y con rostros de satisfacción entre todos los presentes. Lo habíamos pasado fenomenal. El Parque Nacional Chobe es único y se entiende por que es uno de los mas famosos de África.

Teníamos posibilidad de hacer otro paseo nocturno en bote, pero preferimos ir a buscar un poco de tiempo en solitario, pero lamentablemente el Hotel Big 5 no estaba a la altura de las expectativas, lo que nos lleva a concluir que a veces una buena ubicación no lo es todo. Empezamos nuestra experiencia con un recargo en el precio pactado. Mas tarde comimos Impala. Estaba rico.
Los ruidos de cientos de camiones se oían constantemente por las ventanas sin vidrio del baño, que además es un asco, en una noche de 10 grados.
Busquen otro lugar, que hay decenas, por que Chobe lo vale.

viernes, 15 de diciembre de 2017

Khaudum National Park

El Parque Nacional Khaudum es un sitio que vale la pena conocer si se anda por estos pagos. Por su remota ubicación es uno de los menos visitados de Namibia, pero es el único que comprende (y protege) un sector del Desierto del Kalahari. En sus 384.000 hectáreas presenta una serie de escenarios siempre cambiantes.
Día 12 segunda parte:
Amanecimos en las afueras de Tsumkwe y tras una breve pasada por los Baobabs mas famosos de Namibia logramos llegar a tiempo para el almuerzo bajo un grupo de árboles cerca de la puerta de entrada a este remoto parque nacional, en un sector que se conoce como Sikeretti Camp. Por segunda vez en menos de dos semanas compré por error un pack de algunos de esos brebajes que venden aquí en botellas idénticas a las de cerveza, que son dulces y que saben para la mierda. Cuando terminamos nos dividimos en dos grupos y dimos comienzo a nuestro recorrido por Khaudum N.P.
Creado en 1989, unos años antes de la independencia de Namibia, Khaudum logró el status de parque nacional recién en 2007. Sin embargo el espacio protegido estuvo cerrado al público durante varios años. Recientemente han vuelto a abrir sus puertas, y es posible visitar este retirado lugar que hace sentir a uno la no tan falsa sensación de estar "en el medio de África", aislado de toda civilización. Para destacar el hecho que Khaudum National Park no está cerrado en ningún lado para que los animales puedan seguir el curso natural de las migraciones entre Botswana, Namibia y Angola.
A lo poco de andar pudimos ver una manada de elefantes disfrutando de una de las charcas del parque nacional. Aquí hay mas de 3.000. Veníamos de ver muchos y gigantes elefantes en Etosha, y no imaginábamos que a medida que nos íbamos internando en Khaudum, el avistaje de fauna iba a ser cada vez más difícil.

Difícil también mantenerse atento en las sendas de arena siempre pesada, lo que hace divertida la visita a este lugar. Quizás no para una camioneta con tres alemanes a bordo que llevaban varias horas encajados en la arena y bajo el implacable sol del norte del país (en verano con frecuencia la temperatura supera los 45º). Los ayudamos a salir de su incómoda situación, y los escoltamos unos kilómetros hasta superar unos médanos, en donde descubrimos que formaban parte de un grupo de 4 camionetas con otros alemanes que muy originalmente estaban tomando cerveza. No se como funcionaba la dinámica del grupo, pero supongo que no se han querido arriesgar a encajar otro vehículo. Quizás no estaban al tanto de lo que pasaba con sus coterraneos, pero al vernos llegar nos vivaron y agradecieron con un pack de cerveza.
Creímos que ya estaban bien y proseguimos nuestro derrotero. Aún quedaban varios kilómetros hasta el lugar en donde existe una zona de campamento sin ningún tipo de facilidades, y en donde las autoridades del lugar alertan de tomar recaudos ante la presencia de leones, hienas y chacales.
La superficie del Parque Nacional Khaudum es interrumpida cada tanto por la presencia de lechos secos de ríos que desaparecieron hace 15.000 años y ocasionalmente se llenan de agua durante un lapso corto de tiempo. Son lo que los Herero llamaban "Omurumba", que significa "lechos de ríos antiguos".
En esta parte de África parece que el sol cae en picada cada día. Antes que ocurra hicimos una juntada de leña seca y caída y continuamos camino hasta el sector habilitado para dormir ya de noche a las 19.30 horas.
Armamos las carpas, preparamos un fuego grande para el disfrute, y mantener alejadas a las bestias.  Comimos bifes de Kudu con ensalada, bebimos vinos de Sudáfrica y reímos durante horas y horas.
Siempre estuvimos atentos a los alemanes, pero estos nunca llegaron.
Con nadie a la redonda nos permitimos un rato con música africana mientras bebíamos jocosos licor de amarula para cerrar una muy buena noche entre amigos.
Día 13:
Nos levantamos a las seis de la mañana, desayunamos bajo el todavía tibio sol, nos aseguramos de no dejar basura atrás y desarmamos campamento antes de salir y enfrentar un día con varios problemas entre la arena pesada y los extensos bosques de teca y acacias del Khaudum.
Una zapatilla perdida y alguna urgencia intestinal de último momento retrasaron un poco nuestra partida. El enlace de este día era de unos 360 kilómetros hasta nuestra próxima parada. En unas pocas horas deberíamos estar llegando a nuestro próximo destino. Un "moco de pavo", como nos gusta decir a los Rioplatenses cuando nos referimos a algo fácil.
Este sector en donde está permitido acampar se encuentra en lo mas alto de uno de los médanos del Khaudum. Cómo habíamos llegado de noche no notamos las vistas que regala esta ubicación.
Tampoco habíamos notado el cartel que alertaba sobre la presencia de elefantes, leones y hienas, aunque estábamos al tanto y nunca le dimos mayor cabida.
A lo poco de salir nos deleitamos con muchas jirafas y menos tímidas que las que habitan Etosha. Por la hora del día vimos decenas de algunos de los 320 pájaros registrados en el Khaudum.
En la parte mas amena del recorrido tuvimos la suerte de ver un grupo de Antílopes Ruanos (Hippotragus equinus), uno de los animales mas difíciles de divisar en Namibia, principalmente activo durante las primeras horas de la mañana. Este animal comparte el mismo ADN que el extinto Bluebuck (Hippotragus leucophaeus).
Si bien pueden alcanzar velocidades considerables escapando de sus verdugos, al Antílope Ruano le gusta enfrentar a sus rivales. Es territorial y de buen tamaño. No importa cuales puedan ser sus enemigos, nunca estará muy lejos de las charcas de agua.
El avistamiento de fauna en el Parque Nacional Khaudum puede ser escaso, muchas veces por los altos pastos del área mas húmeda de Namibia, y otras simplemente por que las sendas autorizadas quedan por debajo del nivel del terreno.
Nuestra atención venía centrada en los leones, esquivo animal en estas latitudes. 
Habíamos atravesado Khaudum de punta a punta. Ya buscando la salida nos encontramos con arena aún mas suelta que la del día anterior. Alguna que otra pinchadura de neumático nos hizo trabajar un rato bajo el sol mañanero.
Los alemanes habían pasado la noche en el medio del parque nacional, pues se habían vuelto a encajar. Ahora estaban nuevamente detenidos, y seguramente muy contentos de vernos.
Si se mueve un centímetro es que no está encajado. Para ayudarlos, esta vez iban a hacer falta unos tragos de "elíxir mágico". Los alemanes no la podían creer.
Terminamos saliendo a la ruta a las 12 horas después de haber hecho sólo 60 kilómetros. En el momento exacto en el que piso el pavimento siento un ruido horrible en la parrilla de suspensión. El constante clack clack clack no era alentador. Habíamos salido cerca de Katere (región de Kavango), un pequeño pueblo de dos calles.  Allí pudimos comprobar que la homocinética estaba rota. También tenía un chapón suelto.

lunes, 4 de diciembre de 2017

Parque Nacional Etosha. Namutoni, el disparador

En estos días transitamos por dos sectores con ecosistemas bien diferenciados dentro de los límites del Parque Nacional Etosha. Los primeros días en las depresiones que alguna vez fueron lagunas, y razón por la cual se conoce a Etosha como "el gran lugar blanco". Ahora es el turno de las zonas mas húmedas y de los montes bajos tipo matorral, cuyos árboles van ganando tamaño a medida que nos acercamos al límite este de Namibia.

Día 10:
Nuestro tercer y último día en Etosha lo dedicamos al área de Namutoni, el sector mas oriental del gigante parque nacional, y el que mas lindo es para recorrer, en mi opinión.
Los primeros europeos en dar a conocer la majestuosidad animal de Etosha fueron los exploradores Charles John Anderson y Francis Galton, luego de pasar unos días por lo que actualmente es el sector de Namutoni, en mayo de 1851.
La idea de crear un lugar protegido la tuvo Friedrich Von Lindequist, antiguo gobernador alemán en 1907. En aquellos tiempos, el área protegida a la que llamó Game Reserve 2 tenía mucho mas fauna de la que podemos encontrar hoy en día, pero es verdad contaba con un espacio protegido de mayor tamaño al que tiene el Parque Nacional Etosha.
Salimos muy a gusto y dimos comienzo a un nuevo Safari por Etosha. A lo poco de andar por los caminos de ripio, todos muy bien mantenidos, nos cruzamos con un grupo de elegantes ejemplares de Búbalos (Alcelaphus buselaphus caama) Estos animales existían en todo el continente africano e incluso habían sido domesticados en Egipto, sin embargo su territorio ha disminuido drásticamente en los últimos siglos a causa de la cacería ilegal. Hoy está presente en sólo 3 países.
Los Búbalos pueden pasar mucho tiempo sin tomar agua, razón por la cual es habitual encontrarlos en los lugares mas secos, alejados de las charcas de agua.
Los elefantes caminan siempre por la misma senda, aplastando el terreno y comiendo todo a su paso. Uno se puede dar cuenta por las montañas de estiercol, visibles a la distancia. El estiercol de elefante funciona como abono y transportador de semillas, ya que es un animal que come mas de lo que necesita y no digiere correctamente. Cumple un papel importante como alimento para muchas especies.
Muchas veces en los parques nacionales se ve a lo lejos el paso direccional de algunos mamíferos. Detenerse para dar paso a las manadas de animales es siempre amigable.
En muchas planicies del sur de África, siempre en donde haya pasto corto, podemos encontrar ejemplares de Ñus. Están activos durante las horas en las que el sol no pega fuerte. Curiosamente pertenecen a la misma familia que las cabras, las ovejas, los antílopes, las vacas y los asnos. Cuando tuve la oportunidad de experimentar la Gran Migración Animal que se produce cada año entre Kenia y Tanzania, los Ñu, con mas de 1.500.000 ejemplares, eran mayoría. En Malawi los ñus desaparecieron. En Namibia fueron reintroducidos con éxito luego de que quedaran extintos. Por suerte hoy hay miles, incluyendo los Ñu Azul (Connochetae taurinus), como los de la fotografía superior,  una variedad casi idéntica a la que existía un millón de años atrás.
Al momento de morir, la cresta negra de los Ñu Azul se tiñe de blanco durante algunos segundos.
El Parque Nacional Etosha tiene una gran afluencia de birdwatchers u observadores de aves. No es mi caso todavía, pero mirando a los árboles, afinando el ojo y con un poco de suerte, pude fotografiar un ejemplar de Carraca Lila (Coracias caudatus), el ave nacional de Kenia y de Botswana.
Si bien es posible encontrarlo en todo el continente africano y parte de la Península Arábiga, este colorido pájaro se encuentra de a montones en los alrededores del Desierto del Kalahari. 
La Carraca Lila anida en huecos naturales de los árboles. Ambos padres incubarán entre dos y cuatros huevos durante menos de un mes.
Las carracas se alimentan de cualquier cosa que camine, siempre y cuando la pueda dominar físicamente. Su dieta incluye roedores, lagartijas, pequeños pájaros, insectos, caracoles y gusanos.
En una de las 18 charcas de Namutoni vimos varios ejemplares de Kudu (Tragalaphus strepsiceros), uno de los antílopes de mayor tamaño en el mundo. Con frecuencia superan los dos metros de largo y los 300 kilogramos de peso.
Las hembras (como las de la fotografía superior) andan con sus crías o grupos familiares, y los machos, que son reconocibles por portar cuernos, lo hacen en soledad.
A los Kudu le gustan las zonas de altos pastos y arbustos, a los cuales gusta ramonear.

En mas de una oportunidad durante este viaje por Namibia tuvimos la oportunidad de comer carne de Kudu, ya sea a la parrilla, hervida o en Biltong, un tipo de carne seca popular en las actividades al aire libre en Sudáfrica, Namibia, Botswana y Zimbabwe. Existe de todo tipo de carne de caza, y puede sacarnos de mas de un apuro. 
Como en todo Etosha es fácil ver cientos y cientos de ejemplares de cebras, cabe destacar que en el sector de Namutoni hay una variedad de cebras que sólo es posible encontrar aquí, y que está en peligro de extinción. A diferencia de las cebras comunes nunca se mueven en manadas grandes.
El Impala (Aepyceros melampus) es un tipo de antílope mediano clave para el ecosistema animal, básicamente por que es comido por todos los depredadores que habitan el África sub ecuatorial.
Los Impala no atacan a ningún animal. Apenas se enfrentan por el territorio los machos, y no se causan heridas. Como defensa sólo les queda correr y cuando lo hacen son famosos por sus saltos de 10 metros de largo.
Viven en las sabanas y zonas de altos pastos donde se esconden tras los árboles.
Al igual que la jirafa, el Impala es un animal que apenas duerme.

Resulta que cerca del mediodía tuvimos que rajar hacia Namutoni a "reservar" o marcar el sitio a donde pondríamos las camionetas horas mas tarde, ya que el espacio para ello es muy reducido (es el campsite mas chico). Tras un rápido almuerzo hablamos con el guardia del lugar y dejamos mesas y sillas ocupando nuestro futuro sector.
En 1897, durante la Rinderpest, funcionó aquí un puesto de control, o puesto sanitario. Los alemanes buscaban evitar que esta enfermedad viral que acabó con la vida de cientos de miles de animales, avance hacia sus dominios en África del Sudoeste.

Algo que diferencia a Namutoni de los otros campamentos dentro del Parque Nacional Etosha es la existencia de un fuerte construido originalmente por los alemanes en 1902. Aquel fuerte fue escenario de un enfrentamiento en 1904, cuando 500 guerreros Ovambo al mando del jefe Shivute trató de expulsar a los alemanes. Al menos 300 de ellos estaban armados con rifles, el resto con armas tradicionales.
El Fuerte de Namutoni estaba defendido en ese momento por apenas 7 alemanes (de los cuales 3 eran reservistas) quienes se defendieron con uñas y dientes ocasionando 68 muertes, 40 desapariciones y 20 heridos de gravedad entre las tropas de los Ovambo. Luego lograron fugarse hacia una granja de colonos alemanes a la cual llegaron 14 horas mas tarde para pedir ayuda.
Al día siguiente, parcialidades Ovambo volvieron y prendieron fuego al antiguo fuerte.
Rápidamente los alemanes volvieron a armar un fuerte en el lugar, que es el que existe hoy en día.
En otro momento del recorrido vimos un grupo de pájaros carroñeros, señal de que había algo muerto en el terreno. Al fondo podemos ver árboles de Mopane, el que las Himbas usan para teñir su piel y limpiarse. Este árbol tiene el Gusano de Mopane que mas tarde tuve la oportunidad de probar en Zimbabwe, y me encantó.
Si bien no todos los animales nos provocan lo mismo, en cada una de las charcas de agua de Etosha pudimos ver un panorama distinto. Por un rato nos entretuvimos viendo como un zorro se dedicaba a cazar pájaros, mientras las Gacelas, los Springbok, y los minúsculos Dik-dik miraban con atención.
Ver elefantes en su hábitat natural es siempre una maravilla. En el Parque Nacional Etosha están algunos de los ejemplares más grandes de África. Ver pasar un ejemplar de cerca con su parsimonia, y sin que nos tema, hace sentir a uno en armonía con el mundo.
En el sur del parque bordean las montañas de Ondundozonanandana, que significa en idioma nativo "el lugar a donde el niño perdió a su rebaño probablemente por culpa de un leopardo".
La caída del sol en África siempre es única y especial.

viernes, 1 de diciembre de 2017

Parque Nacional Etosha - sector Halali

Halali es uno de los sectores preferidos de Etosha y también el cuerno que los alemanes hacían sonar para marcar el final de la cacería. Ellos sabían desde hace años de la majestuosidad de este lugar con una alto número de animales salvajes. Para honrar a la vida y a la fauna, se decidió llamar así a este sector del Parque Nacional Etosha, que tiene sus puertas abiertas al público desde 1967.
Día 9:
El mejor momento para vistar Etosha National Park es durante los meses de invierno, cuando el clima seco obliga a los animales a concentrarse en las cercanías de los pocos pocos pozos de agua que existen en la zona. Si bien en el parque nacional habitan decenas de miles de animales, de esta manera es mucho mas fácil divisarlos, ya que el lugar es inmenso.
La "cara negativa" durante este período son las partículas de tierra que quedan suspendidas eternamente en el aire, y aunque a mi gusto y entender le dan a Etosha una cara única, son muchos los que se quejan de la dificultad de tomar fotografías. Las lluvias del verano enverdecen todo el entorno y el ambiente es mucho mas diáfano.
Nuestro primer día en Okuakuejo nos había dejado satisfechos, y en el sector de Halali las cosas solo podían mejorar. Apenas salimos del campamento, ya desayunados y prontos a seguir recorriendo este lugar nos cruzamos con una pequeña manada de Gemsbok u Órice del Cabo. Estos antílopes sólo habitan en Namibia, Botswana, una región de Zimbabwe y buena parte de Sudáfrica. Son muy buscados como trofeo entre los cazadores por el largo de sus cuernos casi rectos.
Machos y Hembras, ambos superan los 200 kilogramos, y siempre llevan puestas sus medias blancas.
Se mueven en manadas mixtas que con frecuencia alcanzan los 40 ejemplares, e incluso mas durante las épocas de lluvias.
Un rato mas tarde nos cruzamos con uno de los 4.000 ejemplares de avestruz que se pasean por el Parque Nacional Etosha. Sus proporciones no tienen rival. Pueden medir tres metros de altura y pesar hasta 220 kilos. El avestruz (Struthio camelus) es el ave mas grande del mundo y sólo vive en zonas áridas del continente africano, siempre por debajo de la Línea del Ecuador.
El avestruz no puede volar pero a diferencia de otras aves alcanza buenas velocidades corriendo. Sus patas son muy poderosas y son utilizadas para defenderse.
Los machos cumplen un papel protagónico. Tras dedicarle unos minutos a los cortejos (un tipo de baile) se aparea con hasta 5 hembras. Cada una de ellas pondrá hasta 50 huevos que serán incubados básicamente por los machos en nidos previamente excavados en la tierra.
Hay que mirar al horizonte para ver animales pero también al suelo, si es que queremos ver ejemplares de Suricatas. La mas pequeña y simpática de las mangostas habita en los alrededores del Desierto del Kalahari, siempre en zonas áridas cerca de rocas o suelos duros. En ese ambiente, la suricata encuentra variedad de insectos (son inmunes a las picaduras de arañas y escorpiones), huevos y pequeños invertebrados para alimentarse.
Las suricatas ven muy bien a larga distancia, lo que les da la oportunidad de protegerse de sus enemigos, corriendo hacia sus madrigueras, de las cuales nunca se alejan demasiado. A corta distancia tienen una visión pésima, y si no puede correr, una suricata no dudará en atacar.
En un momento determinado encontramos la posibilidad de salirnos del camino y en un grupete de árboles pudimos sorprendernos con los nidos de Tejedor Republicano, un tipo de ave que sólo habita en los alrededores del Desierto del Kalahari. Estos nidos funcionan como verdaderas estructuras sociales multi generacionales y muy bien organizadas. Las partes externas de los nidos regala sombra durante los calurosos días, y las cámaras internas dan calor durante las noches o los meses de invierno.
El Tejedor Republicano obtiene el agua necesaria para vivir mediante la ingesta de insectos, razón por la cual puede sobrevivir en los ambientes mas secos.
Entre los bosques, sabanas y pastizales de casi todo el continente africano, habitan las jirafas. En el Parque Nacional Etosha hay de dos tipos. La Giraffa camelopardalis angolensis constituye una sub especie propia del lugar.
La jirafa es el mamífero mas alto del mundo. Al igual que otros hervíboros de África, como el elefante, se alimenta de unos 35 kilos diarios de hojas de acacia o baobabs que ramonea de las copas de los árboles con la ayuda de su muy larga lengua azul. Siempre come en zonas abiertas desde donde podrá divisar a un posible depredador (leones y hienas).
Las jirafas no crean fuertes vínculos sociales y es común que cambien de compañeros de torre (como se conoce a las manadas) varias veces por día, sin embargo siempre se mueven en grupo.
Al carecer de cuerdas vocales las jirafas parecen mudas pero se comunican entre sí por intrasonido.

Los griegos veían en las jirafas un "camello con vestido de leopardo". Como los camellos puede sobrevivir algunos días sin beber agua, y cuando lo hace, abriendo sus patas y agachando su largo cuello, es cuando mayor riesgo corre de ser atacada por un depredador.
La jirafa apenas duerme dos horas por día. Tienen piernas muy fuertes que le permiten permanecer paradas casi toda su vida. Una patada puede matar a un león.
La jirafa tiene un enorme corazón de unos 12 kilos con un complejo sistema cardiovascular dado las peculiaridades de su singular fisionomía.

Dicen que este sector del Parque Nacional Etosha, a medio camino entre Okuakuejo y Namutoni, es donde mas posibilidades hay de observar leones, pero la verdad es que ninguno de nosotros tuvo, en esta oportunidad, la suerte de ver al "rey de los animales". Ni siquiera aquellos que madrugaron para hacer uno de los safaris que ofrecen los de Namibia Wildlife Resorts (NWR) por áreas que permanecen cerradas al público general.
Etosha no decepciona. Puede que falten leones, pero a cambio podemos ver algunos de los elefantes mas grandes de África, rinocerontes blancos y negros, etc. En total habitan 114 especies de animales, siendo la gacela el mas numeroso, y seguidos por las cebras. Hay 110 especies de reptiles (pude ver uno sólo) y 340 especies de pájaros.
Si bien los tres campamentos del Parque Nacional Etosha tienen charcas nocturnas iluminadas, todos los visitantes coinciden en que la mejor de ellas es la de nombre Moringa, en Halali. No defraudó para nada aquella noche cuando apenas llegados vimos aparecer un ejemplar de Rinoceronte Blanco que se prestaba a tomar agua. Eramos decenas de personas observando en un absoluto silencio sólo interrumpido por los interminables "clicks" de las máquinas de fotos. Mas tarde se sumaron dos ejemplares de Rinocerontes Negros, animales con posibilidad de desaparecer y mucho mas difíciles de avistar.
Aquel segundo día recorriendo el Parque Nacional Etosha había sido inolvidable. Es fácil tomarle el gusto a este lugar con ese paisaje tan particular donde se hace cada vez mas habitual el avistamiento de fauna, y no hay nada mejor que la posibilidad de hacerlo por libre.
Al día siguiente conoceríamos Namutoni, el sector con mas historia de Etosha.