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sábado, 9 de enero de 2016

Anclando una hora en la capital de Isla Grande

Mientras disfrutábamos de la caída del sol con una copa de Bellini (*) en la mano, luego de pasar el día buceando y tomando sol, nuestro velero alquilado cortába las aguas del Océano Atlántico.
En la segunda ronda los convencí de ir a Vila do Abraão.
La verdad es que me trajeron aquí por mi afán de conocer nuevos lugares. Mi familia ya conocía este pueblo, y me advirtieron que no era la gran cosa, pero yo quería venir de todos modos.

A Ilha Grande sólo se puede llegar en barco. Ya sea en el ferry que diariamente une a la isla con la ciudad de Angra dos Reis, en el estado de Río de Janeiro, o en una embarcación propia.
Con casi 3000 habitantes, la Vila do Abraão, convenientemente situada en una de las ensenadas, el pueblo se fue convirtiendo en la "capital" de Ilha Grande. Alguna vez funcionaron aquí un leprosario en el cual ponían a los enfermos que llegaban en los navíos antes de que se les permita ingresar en el continente, y una cárcel desactivada en 1993, marcando un punto de inicio para el turismo convencional.

Quienes tengan la suerte de pasar uno o más días en la maravillosa Ilha Grande, probablemente terminen recalando en Vila do Abraão que es puerto principal de llegada, y el lugar con mejor infraestructura en la isla. Es aquí en donde se concentra la gran mayoría de las posadas, los comercios y restaurantes, o la posibilidad de reponer combustible u otros menesteres. Como el pueblo cuenta con una serie de buenas playas, y excelente atención por parte de los locales, muchos de los visitantes no ven razón alguna para abandonar su rústica comodidad.
¿Que se puede ver en poco mas de una hora en la Vila do Abraão ?

Probablemente poco, pero a veces "poco es mejor que nada". Claro está que no es una de esas ciudades de grandes museos o intensa vida nocturna. Ni siquiera posee los mayores atractivos de Ilha Grande.

En mi breve parada me acerqué, como la lógica me indicaba, hasta su plaza principal y la recorrí. Está bien mantenida con unos pisos de adoquines que parecen tener pocos años. Allí, como tantas veces ocurre, se encuentra uno de los mayores atractivos turísticos y culturales del lugar. En este caso de Ilha Grande. Se trata de la Iglesia São Sebastião. El nombre elegido para este templo Católico no es casual, ya que el Santo es Patrono de los Enfermos. La iglesia fue construida en ocasión de la visita que el Rey Pedro II de Portugal, alias "El Pacífico" efectuase en 1863. Fue completamente remodelada hace pocos años.

Evité cualquier tipo de comercio y mas tarde caminé hasta el final del muelle, donde me dolió ver, en un lugar que se precia de ser un "paraíso natural", tanta basura acumulada en el agua y en sus playas, que con un mínimo de voluntad podría levantarse, sentando el ejemplo a seguir.
El lugar que ocupa la parte céntrica y mas turística de la Vila do Abraão es muy chico. No iba a ser difícil que los otros me encuentren. En eso pensaba cuando vi que habían llegado con provisiones varias desde el mercado. Me pasaron algunas bolsas para que lleve. De seguro las más pesadas, a modo de castigo por no haber sido útil en la breve estadía. Como en los días anteriores y los siguientes, nos volvimos al velero para comer y dormir.

Al fin y al cabo, después de una semana recorriendo este paraíso que es Ilha Grande, puedo decirles que cualquier otro sector de la isla es mucho mas lindo para quedarse, aunque entiendo que sea menos conveniente para los que "están a pata". De todos modos es sabido que cualquiera que pase mas de un día en este isla, tarde o temprano tendrá que caminar considerables distancias (bah, para los mas vagos) si pretenden visitar algunos de sus muchos atractivos.

La playa mas famosa de Ilha Grande, y con toda la justicia del mundo, es Lopes Mendes (si, las dos veces con Ese). La verdad que es una de las playas mas lindas que he visto en mi vida.


(*) El Bellini es un trago creado en 1948 por Giuseppe Cipriani en el famoso Harry´s Bar de Venecia.
El original es con 2/3 de Prosecco y la tercera parte de jugo de durazno (melocotón). El nuestro era con la bien aceptada variedad francesa, el Champagne.

sábado, 8 de noviembre de 2014

Ese Cristo famoso

El Cristo Redentor se ha convertido en una de las "Siete Maravillas del Mundo Moderno" Era nuestra tercer visita a la ciudad de Rio de Janeiro, y a la que mas tiempo le dedicaríamos. No podíamos dejar de ir a conocer ese sitio tan famoso al que no habíamos prestado atención en las anteriores visitas.
Nos acercámos entonces, con mi hermana, al Parque Nacional da Tijuca, una zona protegida de 3.300 hectáreas de bosques en medio de Río de Janeiro, y que desde 1991 goza de protección por ser Reserva de la Biosfera declarado por la gente de UNESCO.

Dentro del parque nacional se encuentra el venerado y popular Cerro del Corcovado, de 713 verdes metros de altura. Son millones los que se acercan hasta aquí cada año para contemplar la "gran" estatua de granito del "Cristo Redentor", que es visible desde gran parte de la ciudad.
Las nubes estaban muy bajas, y el gris de la estatua se hacía invisible entre el cielo. Éramos centenares de personas frustradas ante la imposibilidad de ver al Cristo de las postales, y la regia vista que regala este lugar en los días despejados.

Como un milagro el cielo se abrió, y toda la multitud al unísono exclamó con onomatopeyas vaias del tipo de  "Ohhh, Aahhh, Waw!" y comenzaron a disparar sus modernas cámaras fotográficas al Cristo ahora visible, y es que algo provoca en la gente que hasta aquí se acerca.
La estatua del Cristo Redentor fue colocada en el Cerro del Corcovado como motivo de la conmemoración del primer centenario de la independencia de Brasil. La hizo un francés llamado Paul Landowski, quien construyó una buena cantidad de famosos monumentos, como la Estatua de Santa Genoveva, El Pantéon de Paris, el Monumento Internacional a la Reforma, en Ginebra, o el Palacio Piratini, en la ciudad brasileira de Porto Alegre.
La escultura del "Cristo Redentor" tiene 30 metros de alto, y está apoyada en una base que le suma otros 8. La imagen es la de Jesús con los brazos abiertos bendiciendo a Rio de Janeiro.

La estatua integra desde 2007 la lista de Nuevas Siete Maravillas del Mundo Moderno, que con un sistema mundial de votaciones, colocó a este Cristo de puro estilo Art Decó, entre obras mucho mas importantes y relevantes, como son La gran Muralla China, el Taj Mahal en India, las Pirámides de Cichen Itzá, en México, el Coliseo de Roma, Machu Picchu o Petra, en Jordania.

Me resulta increíble que esta estatua pueda superar (según la encuesta, claro) a sitios tanto mas destacados como son la Alhambra (España), la ciudad histórica de Sanaa (Yemen), los Templos de Angkor Wat (Camboya), la Iglesia de Santa Sofia (Turquía), la Catedral de Colonia (Alemania), Teotihuacán (México), el Puente de Carlos (Rep. Checa), el monumento megalítico de Stonehenge, los soldados de terracota o la Basílica de San Pedro, y varios otros.

Quizás hay algo que no entienda acerca de la magnitud esta estatua del "Cristo Redentor", pero en Brasil, el país con mas católicos del mundo, es mucho mas que un símbolo de Río de Janeiro.
Pero el "milagro" ocurrió durante nuestra visita, en ese minuto y medio en el que el cielo se abrió frente a todos nosotros, y el Cristo se hizo presente, como saludando. Hasta parece que en un momento guiñó un ojo, algunos lo vimos.

El recorrido es de gran belleza, y vale la pena acercarse hasta aquí si hay poco tiempo para dedicarle a la ciudad. La vista es muy buena, pero no es la mejor de Río. Hay largas colas, por lo que es mejor venir temprano. Arriba espera una pobre infraestructura, y Ese Cristo Famoso.


sábado, 24 de agosto de 2013

Un museo al que le robaron los cuadros, un tranvía que ya no pasa y el encanto de siempre

Santa Teresa es uno de mis barrios preferidos en Rio de Janeiro. El barrio nació al mismo tiempo que el convento que lleva el mismo nombre en el siglo XVIII. Originalmente fue el barrio en donde se mudaron las clases mas acomodadas de la época, que querían alejarse un poco de una ciudad, que venía creciendo a gran ritmo. Con el paso de las generaciones fue perdiendo ese status de lugar exclusivo. Hoy, Santa Teresa esta rodeado de favelas, y son los artistas, los músicos y la bohemia los que coparon sus antiguas calles, dándole color al barrio.
Hoy Santa Teresa es el referente cultural de Río. Aquí hay muchas galerías de arte, bares, buena oferta culinaria, locales comerciales, y una arquitectura colonial que tiene mucho para contar.
El barrio es grande, y es incómodo. Cansa caminar por sus calles de adoquines desparejos.
Acá esta el museo Chácara de Céu. Los tiempos cambiaron. El museo  sigue siendo bueno, pero no como antes. Supo tener obras como "El baile" de Pablo Picasso, "Los jardines de Luxemburgo" de Henri Matisse, "Los dos balcones" del genial Salvador Dalí, y "Marine" de Claude Monet.

Una noche de carnaval, cuando todo el barrio estaba distraído, y de fiesta, los guardias del museo fueron sorprendidos por cuatro hombres armados con una granada, quienes, luego de sacarles las armas y de tomar como rehenes a los turistas que aún se encontraban adentro, desarmaron el circuito de cámaras y  robaron los mencionados y famosos cuadros.

Hay una zona donde confluye la vida social del barrio. Es la parte mas conocida y visitada de Santa Teresa (Largo do Guimaraes )A mi gusto es un tanto artificial. Muy tourist oriented. 
Lo mejor del barrio esta en sus calles alejadas, por las que no camina nadie; pero ojo, son frecuentes los asaltos a los turistas por la cercanía de las favelas que rodean Santa Teresa.
El último tranvía eléctrico brasileño que funcionó   se llamaba Bondinho y prestaba su servicio uniendo el centro de la ciudad, con el morro en donde esta el barrio de Santa Teresa.
El tranvía conectaba la ciudad con el barrio de Santa Teresa desde 1872. Estaba en regular estado de conservación, y a menudo se quedaba en el camino dejando a todos los pasajeros a pata. 
Todos admitían que entorpecía el tráfico y que era obsoleto. Pero es todo un simbolo para los habitantes del barrio y de la ciudad carioca.
El tren usaba un antiguo acueducto como ruta en su camino al morro, y cruzaba por los bien famosos y visitados Arcos de Lapa.
Si se lo tomaba en la primer parada cerca de la catedral, se pagaba una moneda, pero uno podía viajar gratis si lo hacía parado y colgado del lado de afuera.
El Bondinho sufrió un descarrilamiento en agosto de 2011 que le costo la vida a 5 personas y dejo herida a otras 57. Meses antes un Francés cayó desde los Arcos de Lapa al suelo y también murió.
Por estos tristes sucesos, el Bondinho dejo de prestar servicio. 3000 personas por día viajaban en el mítico tranvía desde Santa Teresa a Río y viceversa.
Con mi hermana colgados del Bondinho. Fuimos unos de los últimos pasajeros
Desde lo alto del morro en  Santa Teresa no es difícil encontrar buenas vistas, y diferentes, de la ciudad de Río de Janeiro. Eso sí, habrá que subir caminando, o quien sabe como. Bondinho is dead.