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viernes, 24 de octubre de 2014

Paseo fluvial por los canales de Helsinki

Desde el puerto de Helsinki hay por lo menos dos empresas que hacen recorridos por algunas de las mas de 300 islas cercanas al centro de la capital finesa. Salen en horarios cercanos al mediodía, y lo ideal es almorzar a bordo, alguna de las especialidades de la cocina escandinava.
Los platos llegan muy rápido a las mesas, y esos 90 minutos alcanzan para subir a cubierta a escuchar los comentarios, que en 4 idiomas salen de los parlantes del bote explicando lo que vemos a nuestros costados.
El Boat Tour hace un recorrido circular, de modo que las vistas son siempre diferentes. Con el barco lleno, de seguro te perderás de ver mucho. La embarcación va pasando por las pequeñas islas que los residentes ricos de Helsinki usan como destino vacacional en los agradables meses de verano. El viaje vale unos €20 y otros tantos el almuerzo a la carta. En especial pescados como el salmón ahumado, varias variedades de arenque, bacalao, pero también algunas carnes, generalmente acompañadas con papas y salsas.

Muchos de estos barcos acercan a la gente a varios restaurantes-islas que hay diseminados por el archipiélago, y a donde los locales llegan muchas veces en sus propias embarcaciones. un ejemplo es el restaurante Saaristo, en la isla Klappen. Es una casa de 1897 que ya lleva mas de 100 años funcionando como restaurante y lugar de eventos, y a la que solo 200 metros lo separan del centro de Helsinki.

El recorrido nos va llevando por la isla Korkeasaari, en donde funciona el Zoológico de Helsinki, y también por una flota de rompehielos, y el muy pintoresco y angosto Canal Degero. Pasa por uno de los costados de la Fortaleza de Suommelina, pero no hace parada, por lo cual recomiendo tomar un barco a parte para conocer este histórico sitio UNESCO de Finlandia.
No es la gran cosa, a decir verdad. Ni muy escénico, ni tan cultural. Tampoco fotográfico, por que si el barco va lleno siempre te vas a perder lo que pasa en el lado contrario al cual estás sentado, pero a la postre resulta un paseo muy agradable.
Una buena oportunidad de recorrer lugares y zonas a las que no se podría llegar de otra manera.

Los finlandeses, influenciados por sus vecinos, los rusos, son muy afectos a la vida en las Dachas.
Esta costumbre de la pequeña "casa de verano" se inició a finales del siglo XVIII entre la clase media de la Rusia Zarista, y se explayó por todos los países que alguna vez estuvieron bajo la órbita de Rusia.mas tarde los dirigentes del Partido Comunista.
En gran parte del recorrido se ven densos bosques y algunas formaciones rocosas curiosas.
¿2 días en Helsinki durante el verano? Ideal para tomarse unas horas y hacer este paseo fluvial.

miércoles, 1 de mayo de 2013

Kiasma, el Museo de Arte Contemporáneo de Helsinki

El Kiasma, como se conoce al Museo de Arte Contemporaneo de Helsinki, no te dejará indiferente. Eso de seguro. El arte siempre es subjetivo, lo sé, pero hay quienes puedan odiar a este lugar pues algunas de las obras que aquí exponen resultan una franca tomada de pelo.
La obra del edificio es del premiado arquitecto Estadounidense Steven Hall quien la construyó entre 1993 y 1998. Hoy es aceptada por casi todos los ciudadanos de Helsinki como un ícono de la denominada "nueva arquitectura" en la región. Otros siguen sin aceptarla queriendo mudar este museo, y devolverle a la ciudad su cara mas característica.
Aparentemente esta estatua ecuestre del condecorado y respetado mariscal, y sexto presidente de Finlandia, Carl Gustaf Emil Mannerheim,  estaba acá, y su vista ahora resulta perjudicada desde un ángulo por la construcción del Museo de Kiasma. Eso tampoco gusta.
El museo está en pleno corazón de la ciudad sobre la avenida Mannerheimintie. El edificio ya causo desde el principio un revuelo entre los habitantes, no solo por su ubicación, si no por lo osado de su arquitectura que poco y nada tiene que ver con los edificios que lo rodean.
De todos modos, dentro de sus 12.000 metros logran atmósferas diferentes en todos sus ambientes, lo que no es poco. El juego que provocan las luces en sus distintas galerías es notable y muy original en cuanto a lo que se suele ver en otros museos del mundo. Es que esa es la especialidad del arquitecto.
Muchas de las galerías del Kiasma son oscuras, por lo que hacen que la obra expuesta sobresalga mucho mas.
Aquellos que disfuten del Arte Contemporáneo se encontrarán a gusto, y para todos los demás, considero que vale la pena la experiencia que regala esta visita.
En algunas instalaciones estamos invitados a participar en forma activa, o sea a formar parte de la obra. Los cinco sentidos son necesarios a veces para entenderlas.
El Kiasma es un museo "vivo" que nunca deja de acompañarnos en todo nuestro recorrido por sus frías muertas entrañas de hormigón.
La cafetería está muy buena. El diseño Finés siempre a la vanguardia y en cada rincón.
Desde las paredes al techo, todo esta genialmente intervenido. Además se come rico. Puede ser una buena idea almorzar aquí tras la visita, que nos demandará unas dos horas.
También hay una librería con buenos ejemplares de calidad y una tienda de souvenirs.
Se dictan clases y seminarios, y gran parte de la obra está en constante cambio.

sábado, 23 de marzo de 2013

En Helsinki

En el puerto de Helsinki hay que temerle a las gaviotas. No vaya a ser que uno se distraiga y le roben la comida. Me pasó un verano sentado  en los escalones que están frente a los ferrys que van a la Fortaleza de Soumelinna, y ya era tarde cuando me percaté que varios carteles alertaban sobre la conducta delictiva de estas aves.

El puerto de Helsinki es, a mi entender, el corazón de la ciudad y la puerta de entrada, siendo lo primero que ven quienes acceden a ella por mar desde Suecia o Estonia que son muchos. Hay enormes ferrys y cruceros mucho más grandes y endebles botes pequeños que tan frágiles se ven mas abajo. Siempre resulta un espectáculo ver maniobrar a estas enormes bestias.
Para mí lo más lindo del puerto es el Mercado Cubierto (Wanha Kauppahalli) . El mejor lugar de la ciudad para saborear comidas típicas o llevárselas en latas.
Enmarcados por maderas talladas se suceden los puestos exquisitamente presentados. Aquí hay cierto bullicio pero no encontramos el desorden que tienen otros mercados del mundo.
Pieles de grandes animales son expuestas, gorros, guantes, cuchillos o regalos típicos del norte de Europa también se pueden comprar aquí.
Es realmente uno de los más bellos mercados cubiertos que conocí.
Se puede comer in situ carne de reno, de oso, fiambres o sopas muy calóricas de pescados imposible de conseguir en otras latitudes, además de una amplia variedad de comida para los menos valientes o de bolsillos más chicos, pues valen una fortuna estas carnes.
En los alrededores del puerto, alejándonos de la bahía, caminamos por sus calles y encontramos  muchas de las atracciones turísticas de la ciudad, mientras íbamos aprendiendo todo sobre su pasado.

Helsinki fue fundada en 1550 por el rey Gustavo 1 de Suecia para rivalizar con Reval la actual capital de Estonia que era uno de los puertos mercantiles mas importantes de todos los que dan contra el mar Báltico. Llamaban los Suecos Helsinforgs a la ciudad que les pertenecía.
Cuando llegaron los Rusos no simpatizaron con la influencia que Suecia tenía sobre la región y mudaron varias dependencias allí  desde Turku, la antigua capital, dandole más importancia al lugar, construyendo muchos de los edificios que hoy componen la actual ciudad. La fortaleza ya estaba construida por los Suecos. Sería fácil defender el territorio ante una invasión.

La plaza principal (Senaatintori) está enmarcada por muchos de los edificios más importantes, como la sede principal de la universidad (ese día egresaba alguna camada e iban todos muy elegantes) y el palacio del consejo de estado hechos por el arquitecto Alemán Carl Ludvig Engel maestro del estilo Neoclásico, máximo responsable de la transformación que sufrió la plaza y su entorno.

Alta domina la Catedral Luterana de Helsinki blanca impoluta. Símbolo de Helsinki. Desde aquí se obtienen las mejores vistas de la ciudad, para aquellos que quieran subir, no sin esfuerzo. Esta catedral de estilo neoclásico fue construida a partir de 1830 con una serie de edificios que componen los alrededores de la plaza del senado.
La blanca iglesia es también muy luminosa por dentro gracias a sus muchas ventanas. Su cúpula principal alcanza los 62 metros de altura, y está acompañada por 4 torres de menor altura con sus respectivas cúpulas, todas en Estilo Ruso.

Muy cerca y construida en ladrillos está imponente la Catedral Ortodoxa de Uspenski que es una de las más grandes de Europa. El edificio bizantino y eslavo también está emplazado en una pequeña colina y como la Luterana puede verse desde varios lugares de la ciudad.
La catedral impresiona por dentro. Tiene un inmenso altar, lámparas enormes que cuelgan y está llena de iconos por donde se mire. El edificio es un notable rastro de la influencia Rusa en el país.
No se parece en nada a la sobriedad de la Luterana.
Todo este área de Helsinki reboza de tiendas de antiguedades y afamado diseño que nos distraen camino a Esplanadi la mas famosa y elegante calle comercial de Helsinki.
Bajo un boulevard frondoso respiramos su aire Báltico y miramos sus gentes pasar desde sus 
cafeterías con sus sillas orientadas a la calle como en Paris.
La avenida está dividida por una franja verde muy cuidada que acompaña nuestra caminata. Todo lo que se vende es lindo y de calidad.  Allí esta la chocolatería Karl Fazer, casi un museo del chocolate que tiene sus puertas abiertas desde 1891.

No recuerdo que teníamos que hacer en la estación de trenes, pero que suerte haber caído en este fantástico edificio custodiado por estos gigantes que sostienen con sus manos las luces de la puerta. Adentro mucho menos movimiento que otras estaciones centrales.
Probablemente íbamos a conocer el museo de arte contemporaneo (Kiasma). El edificio que es un museo en sí, pone todos nuestros sentidos en juego mediante obras e instalaciones de la más variada índole.Vale la pena perderse unas horas. Es un museo diferente, y si quieres saber mas, pincha el enlace 

Por calles impecables pero que estaban rehaciendo "al divino botón" como todos los años,  pues los ciudadanos ya habían pagado sus impuestos,  llegamos también a la singular iglesia enterrada (Temppeliaukio Kirkko). De afuera se ve la cúpula y no me la imaginaba por dentro. Es única con la roca gigante que oficia de pared y el exquisito sonido de su gran órgano y sus músicos.
Helsinki me sorprendió. No se que esperaba de ella, quizás nunca me lo había preguntado. Sus fachadas, la sobriedad de la gente, lo raro de su idioma.
 
 
Quizás fue la frescura de sus comidas o el diseño presente en cada objeto, o esos bancos locos que por esos días decoraban la ciudad. En ninguno podías sentarte. Eran o muy altos, o las maderas estaban dobladas, o muy separadas o insólitamente bajos. Una pequeña cuota de humor Suomi.