Mostrando las entradas con la etiqueta Salta. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Salta. Mostrar todas las entradas

jueves, 30 de enero de 2025

Tolar Grande

Siempre es lindo pegarse una vuelta por el escenario marciano de Tolar Grande, tan típico de la Puna de Atacama y a la vez tan singular, tan único y espectacular, especialmente en los alrededores de la localidad homónima, como el Desierto del Diablo.

La localidad de Tolar Grande tiene unos 200 habitantes que han ido conformando una pequeña comunidad andina en el Departamento los Andes, el menos poblado de Salta. Para llegar hay que recorrer en unas 9 horas los 380 kilómetros que lo separan de la capital provincial.
Si bien se han doblado los habitantes en esta última década gracias a acertadas políticas gubernamentales que facilitaron el acceso de turismo a la zona, aún está muy lejos de las 5.000 personas que supieron vivir aquí en el auge de la localidad, cuando funcionaba Mina la Casualidad y Tolar Grande la cabecera del tren proyectado que uniría Salta con la ciudad de Antofagasta en Chile.

El camino consolidado que se conoce como ruta provincial 27 apenas pasa por algún que otro caserío perdido o estación abandonada, pero regala tras cada curva paisajes que quedarán grabados por siempre en nuestras retinas. 
A unos pocos kilómetros del poblado, en el camino que generalmente se utiliza para salir o abandonar la localidad se encuentran tres fantásticos "Ojos de Mar", y allí, dentro de estos ojos de agua viven unos pequeños organismos llamados Estromatolitos. Estos arrecifes microbianos existen en muy pocos lugares del mundo (Laguna de Bacalar en México, el Parque Nacional Yellowstone), pero estos son las únicos que existen viviendo por sobre los 4.000 metros sobre nivel del mar. Revierte curiosidad pues aparentemente así eran las condiciones de vida en el planeta tierra hace unos 3.500 millones de años.
En Tolar Grande las temperaturas suelen tener una gran amplitud térmica. Algunos días pueden ser muy calurosos. Si bien puede resultar tentador meterse en estos ojos de agua, se suplica no hacerlo ya que los estromatolitos son micro organismos son muy sensibles.
En uno de los extremos del pueblo se encuentra la Estación Tolar Grande. Esta estación pertenece al Ramal C 14 del Ferrocarril General Belgrano, un ferrocarril de trocha métrica de 554 kilómetros que une la Estación Cerrillos con el paso fronterizo de Socompa desde dónde se unía con su par chileno para alcanzar la ciudad de Antofagasta. Hoy en día llega de Cerrillos a la Estación San Antonio de los Cobres, desde dónde parte el turístico Tren de las Nubes, circulando a más de 4.200 metros sobre los mares.
Tolar Grande siempre me pareció especial, no sólo por los paisajes y experiencias que regalan sus cerros y lagos, sino por lo variopinto de la gente que se aventura hasta este remoto destino de los Andes.
La localidad de Tolar Grande se encuentra a un extremo del Salar de Arizaro, el tercer salar más grande del mundo y antigua ruta elegida por los arrieros para llevar el ganado desde el Valle de Lerma hacia Chile durante los siglos XVII y XVIII
Dentro del Salar de Arizaro, tras algunas horas circulando por un piso tipo serrucho se llega a una de las postales más conocidas de la provincia de Salta, se trata de el Cono de Arita, que con sus pocos más de 200 metros se eleva hasta los 3689m.s.n.m. conformando para muchos el cono más perfecto del planeta.


viernes, 29 de abril de 2022

Boludeando en el patio trasero de los Valles Calchaquíes

En esta oportunidad teníamos el ambicioso proyecto de unir los Valles Calchaquíes de Salta con la región de la Puna de Catamarca, mas precisamente con mi querida Antofagasta de la Sierra, por dónde nadie lo había hecho antes. Al menos en un vehículo motor. 
La noticia me sentaba de maravillas pues había deslizado al grupo esa misma idea unos meses antes. Comenzamos con el intercambio de e-mails, armamos un grupo de Whatsup, y en el pico de la historia parecía que iban a ser de la partida como 20 camionetas, pero como sucede siempre, a la postre la gente se empezó a ir bajando por diferentes compromisos, y terminamos yendo en 7 vehículos, lo que también es un número bastante elevado.
Salí con un poco de retraso un viernes a las 15.30 horas desde Buenos Aires. El mecánico llamó para avisar que mi malacate (o winche) roto en la última travesía (Mina El Quirquincho y una serie de lagunas en Tinogasta ) estaba pronto para ser retirado. Toda la semana estuve a la espera de tan útil herramienta que a las apuradas sólo pude cargar en mi camioneta a la espera de un rato para ser colocado.

Dos de las camionetas, la Nissan Patrol de Tobhias y la Jeep Cherokee de Eduardo habían salido desde Buenos Aires dos horas antes, y si bien fui con pie pesado, no fue posible alcanzarlos si no hasta la entrada a Córdoba Capital, a unos 800 kilómetros de distancia.
Como la Cherokee tenía algunos problemas de alternador decidimos continuar camino unos kilómetros más hasta Colonia Caroya en donde logramos hacernos de las últimas camas de un modesto hotel y comer unas pizzas antes de dormir.

Pasadas las 9 arranqué en solitario hacia Cafayate (Salta) con la idea de llegar cerca de las 16 horas en donde tenía turno en un taller mecánico (gracias Gastón) para colocarle a la camioneta un nuevo radiador, que también había arruinado en otra salida anterior en la provincia de San Luis, dónde una rama de árbol lo había atravesado cual flecha, y el malacate recientemente arreglado.
Las corridas típicas de fin de año no me habían dado tiempo de solucionar estos dos detalles no menores.

Todo el día en la ruta lo pasé circulando bajo una constante lluvia que incluso tomo forma de agua nieve cuando superaba el "Abra del Infiernillo" en la provincia de Tucumán. Del otro lado, en Amaicha del Valle también llovía, lo cual es una rareza en esta ciudad que se jacta de tener mas días de sol por año que cualquier otra en la Argentina.

A pocos kilómetros de Cafayate, el agua de los ríos bajaba con fuerza desde las montañas, ocasionando varios cortes viales de esos que obligan a esperar a una retro escavadora para quitar el barro y las ramas sobre la ruta.

El mecánico (conocido como "El Buda") de muy buena onda, tuvo la gentileza de colocar el nuevo radiador mientras nos poníamos al día con todos los miembros de la travesía que habían llegado desde diferentes puntos del país, cerveza y chivos de por medio.
Al final de la partida los integrantes que formamos parte de este logro de unir los Valles Calchaquíes con la localidad de Antofagasta de la Sierra, en la Puna de Catamarca, fuimos los siguientes:

Eduardo Cinicola sin copiloto en una de sus Jeep Cherokee 4.0
Tobhias y su novia Anabela en una Nissan Patrol , conocida como "El Potro"
Elsa en solitario con su Toyota Hilux blanca
Denis y su mujer Maricel en una Toyota Land Cruiser HDJ80
Ignacio y su copi Walter en una Toyota SW4 (Fortuner en otros mercados)
Pablo y su copi Maxi en una Land Rover Defender 110
y quien escribe en otra Toyota SW4 (o Fortuner) con Gastón Baldi de copiloto.
En fin.
Este primer día era muy corto, ya que dormiríamos a muy pocos kilómetros del punto de inicio de la travesía, más precisamente en el pueblo de Angastaco, un pueblo de 800 habitantes en los Valles Calchaquíes de la provincia de Salta. 

Como para no desaprovechar la jornada, y salirnos del camino lo mas pronto posible, nos fuimos a buscar unas "XX" (*) que Tobhias veía como posibles en las fotos satelitales. No costaba nada relevar también esa zona. Como éramos varios nos dividimos en dos grupos. Con Eduardo y los Tucumanos salimos a la caza de esas "XX" por el lecho del río Tonga.
Lo que teníamos a favor es que aún estábamos a baja altura, a unos 2.000 metros sobre el nivel del mar, pero pronto comenzamos a encontrar grietas en el terreno que había que superar con cuidado, si es que podíamos sortearlas. Con atención y las indicaciones de alguien debajo del vehículo fuimos superando uno a uno los obstáculos que nos presentaba el patio trasero de los Valles Calchaquíes.
No pasaban suficientes minutos en paz antes de vernos obligados a bajar a trabajar un rato con los picos y las palas para bajar "responsablemente" los escalones que nos iba presentando este terreno típico y parecido al del resto de los Valles Calchaquíes.
Cuando ya no pudimos avanzar más por nuestro sector de exploración, bajamos nuevamente hasta la Ruta 40 para tomar la posición satelital de nuestros amigos, y poder unirnos con ellos, que era el otro grupo formado por Tobhias, Elsa, Denis y Nacho en sus respectivas camionetas.
Del otro lado de los cerros el terreno parecía una suerte de "autopista". Ya los sospechábamos pues, mientras nosotros nos la pasábamos renegando para sortear escalones y esquivar a los cactus, a ellos por momentos los dejábamos de escuchar por la radio, señal de que no tenían problema alguno, y avanzaban a paso raudo por un terreno mucho más gentil.
Estuvimos un rato más de ese lado del valle viendo que tenía para ofrecer este bonito entorno, pero la alegría de juntarnos nuevamente entre amigos hizo que apuremos los pasos hacia la civilización, aquel lugar dónde uno consigue una ronda de cervezas frías para terminar el día en algún lugar reparado del polvo que carga el viento en algunas horas.
A poco de andar y aprovechando la facilidad de avance que permite un camino enripiado llegamos a la típica postal de la Quebrada de las Flechas, un accidente geográfico que se extiende durante unos 20 kilómetros y que se encuentra entre Cafayate y Cachi , y siempre sobre la Ruta Nacional 40, esa ruta querida y famosa que es como una columna vertebral para la República Argentina.
Una vez llegados a Angastaco nos juntamos en la plaza principal, y posiblemente la única, para refrescarnos con unas birras. La noche se nos vino encima. Comimos en algún lado, reímos a carcajadas como cada vez, y repartidos entre los hoteles y cabañas del pueblo pasamos esa segunda noche.

sábado, 3 de diciembre de 2016

El Fuerte de Cobos

Sobre el antiguo Camino Real que unía Buenos Aires con el Alto Perú, y a 50 kilómetros de la ciudad de Salta se encuentra el Fuerte de Cobos. No es la gran cosa, está descuidado y semi abandonado. Ha estado en peor estado, y eso que se trata de uno de los sitios mas importantes y relevantes en la historia de la provincia, Monumento Histórico Nacional desde 1941 y que supo albergar a algunas de las máximas figuras históricas del país.

El Fuerte de Cobos (antiguamente conocido como "Nuestra Señora de Santa Ana") fue un puesto de avanzada desde donde los españoles buscaban proteger a la joven Salta de los ataques de las belicosas parcialidades indígenas llegadas desde el Gran Chaco.
La ciudad de Salta fue fundada en 1582, pero en el "Valle de Sianca" (actual Cobos) ya existían unos pocos asentamientos con españoles. Incluso hay algunos historiadores que afirman que la zona del actual Fuerte de Cobos pudo haber sido el lugar original de la primera fundación de la ciudad de Salta.

Apostado sobre lo mas alto de una loma, el Fuerte de Cobos cumplió en sus primeros años una función como puesto de avanzada con una guarnición permanente de hombres a partir de 1690.
La casa que sobrevive de aquel original Fuerte de Cobos es una construcción que data de 1733, fecha en la que pudo ser reconstruida por primera vez tras el ataque de un malón.

En 1760 se funda en los alrededores el primer ingenio azucarero del país con cultivos de caña de azúcar importados desde Locumba, Perú por Fernández Cornejo, coronel de las tropas realistas.

Durante varios años el Fuerte de Cobos funcionó como una posta de correos hacia el Alto Perú, dejando un poco de lado su carácter militar, pero en 1775 volvería a ser destruido por el mas brutal de los ataques de las parcialidades indígenas de Tobas, Mocovíes, Wichis y Pilagás.
Manuel Belgrano, quien fuera militar, Jefe del Ejército del Norte, periodista, político, abogado y además creador de la bandera, toma el Fuerte de Cobos por la fuerza y se instala con sus hombres. Desde allí organiza a su ejército para la estratégica retirada de los pobladores de Jujuy (Éxodo Jujeño) hacia Córdoba y Tucumán, para protegerlas del avance de las tropas realistas que bajaban a gran velocidad desde el Perú.

Aunque las tropas realistas tomaron nuevamente el Fuerte de Cobos durante un tiempo, éste es nuevamente conquistado por Manuel Belgrano el 13 de febrero de 1813, cuando entra triunfante a la ciudad de Salta luego de una concisa pelea contra las tropas realistas, contando con la valiosa ayuda del Regimiento de "Pardos y Morenos" al mando de José Superí, y la valiente caballería de Eustoquio Díaz Vélez (el abuelo de Eugenio, el dueño de el Castillo de Egaña).

La Batalla de Salta fue uno de los grandes hitos de la Independencia Argentina, pues esta acción hizo rendirse a los 3398 soldados realistas al mando del brigadier general Pío Tristán, quienes muertos o prisioneros entregaron una buena cantidad de armas para continuar el camino de liberación para todos los pueblos del Alto Perú.
Tristán, un militar nacido en Arequipa fue el último virrey de Perú. Tristán era amigo personal de Manuel Belgrano de sus tiempos en España, en donde los dos habían compartido muchas cosas e incluso amado a la misma mujer.
El Fuerte de Cobos volvió a ocupar una página importante de la historia argentina, cuando fue usado como cuartel por Martín Miguel de Güemes y sus hombres ("Los Infernales") durante las llamadas "Guerras Gauchas", una larga serie de cortos enfrentamientos, tipo de "Guerrilla" que sucedieron entre 1814 y 1825 en la provincia de Salta, que por aquellos días también comprendía a la provincia de Jujuy y también a Tarija, esta última actualmente en Bolivia.
 El 15 de junio de 1816 el Fuerte de Cobos fue sede del encuentro que mantuvieron el (por aquel entonces) gobernador de Salta, don Martín Miguel de Güemes y Juan Martín de Pueyrredón, director supremo de las Provincias Unidas del Río de La Plata, en los días previos a la firma de la Independencia Argentina, el 9 de julio de 1816.

Pueyrredón y  Güemes se conocían ya desde la primera de las Invasiones Inglesas. En el fuerte planearon diferentes acciones militares defensivas para liberar a la patria. De esas batallas quedan valiosos testimonios en el Museo Histórico del Norte , donde hay una sala entera dedicada a este héroe de la patria.
En 1841 el Fuerte de Cobos sirve como morada de descanso para el militar Juan Galo de Lavalle, quien estaba siendo perseguido por las tropas opositoras de Juan Manuel de Rosas, quien ya lo había derrotado para ser gobernador de Buenos Aires. Pocos días mas tarde Lavalle perdería la vida.

miércoles, 23 de diciembre de 2015

El Museo Histórico del Norte en el Cabildo de Salta

El Museo Histórico del Norte es uno de los mas importantes de Argentina. Tanto por su patrimonio, como por el lugar en donde esta emplazado, ya que funciona dentro del Cabildo de Salta, uno de los edificios coloniales mejor conservados del país, y en el mismo lugar en donde se hizo el acto fundacional de la ciudad de Salta en 1582, o se colgó la bandera Argentina por primera vez luego de que las tropas al mando de Manuel Belgrano derrotaran a las Realistas durante la Batalla de Salta en la Guerra de la Independencia de la Argentina.
Tras cumplir sus funciones como cabildo, la policía local pasa a hacer uso de sus instalaciones. Años mas tarde sería sede de la Casa de Gobierno de Salta, pero las idas y vueltas de la historia hicieron que el edificio fuera subastado y rentado para uso comercial y de viviendas.

Una sabia decisión la de la ciudad. Había que re comprar el viejo edificio, que tras una restauración a cargo del arquitecto Mario Buschiazzo (quien también había participado en la reconstrucción del Cabildo de Buenos Aires y de la Casa Histórica de Tucumán) fue (como merece) declarado por ley Monumento Histórico Nacional, y desde 1949 es sede del Museo Histórico del Norte.
Una vez dentro se propone un recorrido cronológico a través de las diferentes salas o ambientes de lo que siempre fue el edificio civil mas importante de la provincia de Salta.
 La primera de esas salas lleva el nombre de "Los orígenes de nuestra historia". Allí hay cantidad de objetos perfectamente conservados de uso cotidiano de las culturas indígenas preincaicas.
Se aprecian vasijas, armas y herramientas de pueblos precolombinos que habitaron el noroeste argentino como la Cultura Condorhuasi, la Cultura de la Ciénaga, la Cultura Aguada (o de los Barreales), o la Cultura de Belén, entre otras, y los cambios que sufrieron esas primeras sociedades.
Urnas adornadas con motivos animales
Pude disfrutar mas de la cuenta este sector del Museo Histórico del Norte (y de una posterior visita al Museo de Ciencias Naturales de la ciudad de La Plata), pues semanas antes había estado con amigos Buscando la ciudad perdida del Pantano en donde habíamos tenido en nuestras manos varios restos cerámicos de las culturas mencionadas.
Un viaje en donde aprendí lo poco que sé acerca de estos antiguos moradores del territorio argentino que basaban su economía en la agricultura, y daban comienzo a un nuevo período en el que la religión pasaría a jugar un rol muy importante entre las poblaciones (conciencia de la mortalidad) que dejaron de ser nómades para conformar las primeras aldeas o asentamientos.
El arqueólogo y amigo Aldo Lombardi (Q.E.P.D.), con quien tuviera oportunidad de compartir una expedición y varios asados, me enseñó a identificar de que cultura se trataban los restos que íbamos encontrando acorde a su manufactura. Los niños, o párvulos (otra palabra que aprendí de él) eran enterrados en pequeñas vasijas o urnas, generalmente decoradas, tal como lo hicieron otras culturas a lo largo y ancho de América.
Un descanso en el Patio del Cabildo (uno de los tres) a sabiendas que por aquí caminaron muchos de los personajes mas importantes de la conformación de Argentina. Hoy próceres de la nación.
En las próximas salas hay un rejunte de objetos de la sociedad de la época colonial que parecen querer contar todo lo que pasó dentro del famoso edificio del cabildo y en los alrededores de una ciudad que desde entonces no pararía de crecer.

En la planta superior del Museo Histórico del Norte (y con regias vistas por sobre la Plaza 9 de Julio, la principal de la ciudad) se encuentra la Sala Capitular que guarda su mobiliario original (sillas y algo más) y otra que contiene buenos remanentes de Arte Sacro. Los Jesuitas habían hecho una fantástica labor enseñando las artes a los aborígenes en su paso por América antes de ser expulsados por el Rey de España, y varias logradas piezas como otras de la Escuela Cuzqueña (Alto Perú) son expuestas aquí.
Tras bajar unas gruesas escaleras de quebracho se llega nuevamente a planta baja a otra de las salas, esta vez dedicada en forma completa al General Martin Miguel de Güemes, de destacada actuación durante la Guerra por la Independencia de la Argentina, las guerras civiles, y en lo que mas tarde se conocería como "La Guerra Gaucha", en donde repelió diversos ataques de las tropas realistas en una suerte de Guerra de Guerrillas al mando de un conjunto de valientes Gauchos ("Los Infernales") que peleaban desde Salta hasta Tarija (actual Bolivia).
Vaya que los tiempos habían cambiado. El último Gobernador de la Corona de España, el Coronel Nicolás Severo de Isasmendi, apoyaba a la Primera Junta, y alejado a la fuerza de la vida política, se retiró a su gran Hacienda en Molinos en donde murió años mas tarde. Su cuerpo embalsamado se encuentra en la iglesia original del bonito pueblo de los Valles Calchaquíes.
Bajo las arcadas de las galerías de uno de los patios exhiben en las paredes algunos de los cepos usados para controlar a los presos mas rebeldes, y otros objetos de época.
El segundo patio es para mi el mas bello. También el de mayor tamaño de todo el conjunto edilicio. Desde el centro es posible divisar algunos de los edificios mas importantes de la ciudad, y algunos viejos objetos bajo las recovas.
No me molestaría tener cualquiera de esos objetos, como este viejo balde de cuero (el "Noque") utilizado en antaño para pisar las uvas y elaborar vino, antes de ser colocados en vasijas de barro para su posterior fermentación.
Ya había contado alguna vez que la provincia de Salta tiene las vides mas antiguas del país, alguna vez traídas desde el Alto Perú por los Jesuitas (ver mas en La Ruta del Vino en Salta.)
Desde este segundo solario se accede por un arco al tercer y último patio del Cabildo de Salta. Bien podría ser la Sala de Carruajes, ya que cuenta con varios ejemplares, entre los que encontramos carrozas fúnebres, galeras, algunos de los primeros vehículos livianos que circularon por la ciudad y las diligencias donadas por personajes importantes de la historia de Salta.
Como curiosidad, hay un ejemplar del Renault mas largo jamás construido. Se trata de una limousine de 1911 con una carrocería manufacturada por Belvalette en Paris.
Porta un motor de 4 cilindros y 8.5 litros que desarrollaba 45 C.V. de potencia. Aparentemente sólo hay  otros dos en el mundo. Uno es del presidente de Bolivia, y el otro se encuentra en U.S.A.

El Museo Histórico del Norte es un lugar que ningún argentino en Salta debiera dejar pasar la oportunidad de conocer, a modo de aprender mas acerca de nuestros orígenes, en un lugar que escribió muchas páginas en los anales de la historia argentina. Se encuentra frente a la Plaza 9 de Julio, a poca distancia de muchas de las atracciones turísticas mas importantes de Salta. A nadie se le escapa una foto del cabildo cuando visitan la ciudad ¿por que no entrar?

miércoles, 4 de noviembre de 2015

Molinos, un preferido de los Valles Calchaquíes en Salta

Molinos es un pequeño pueblo, parada obligada de los Valles Calchaquíes que cuenta con un gran valor patrimonial e histórico. Fue fundado como encomienda a mediados del siglo XVII, ahí donde se besan los ríos Luracatao y Humanao en la provincia de Salta.
En el trazado urbano de Molinos se ve la particularidad que lo diferencia de otros pueblos. Como no tiene origen religioso, el plano no se hizo alrededor de la iglesia. De hecho no hubo plano alguno. El Capitán español Diego Diez Gomez había recibido esta encomienda por los servicios prestados a la Corona Española, e hizo de esta una hacienda a la que bautizó San Pedro Nolasco de los Molinos.

Durante mas de 200 años Molinos fue el pueblo mas importante de este lado de los valles ya que por aquí pasaba el mas transitado de los caminos a Chile. El Camino del Inca que unía a Mendoza y Perú. Se conocía a este lugar como Calchaqui, El nombre actual viene por que había en la zona varios molinos para moler cereales. Con el paso del tiempo el pueblo fue creciendo en los alrededores de la antigua y exitosa hacienda.
El pueblo de Molinos me encanta, y cuando viajo por esta zona de los Valles Calchaquíes  siempre trato de quedarme a dormir acá, aunque reconozco que Cachi (distante a 30 kilómetros) muchas veces puede ser la opción mas cómoda.
Le sienta bien el paso del tiempo a este pueblo cuyo atractivo mayor consiste en la atmósfera auténtica que ofrece, y algunas construcciones interesantes del período colonial.
Entre esas construcciones uno encuentra la Iglesia San Pedro de Nolasco, de estilo Barroco con influencias Cuzqueñas, como delatan sus torres con campanario. Es de nave única con dos capillas laterales, y fue terminada en 1720, aunque funcionaba desde 1639 como oratorio.
Empotrados en el interior de una de sus paredes (en el lado derecho) descansan los restos momificados de Nicolás Severo de Isasmendi, quien la había mandado a construir años antes.

Las vigas del techo de la iglesia son de madera de cardón, muchas de las cuales son las originales. En el exterior se aprecia un balcón desde donde se ofician las misas cuando son multitudinarias. La Iglesia de San Pedro de Nolasco es Monumento Histórico Nacional desde 1942.
Las calles de Molinos son de suelo de adoquines irregulares y las casas del pueblo están hechas, como sucede casi siempre en la zona, de adobe y techos de paja y barro con tirantes de algarrobo o chañar.
En las esquinas hay casas sin ochavas y todas las paredes de las cuadras están blanqueadas a la cal, lo que le da una continuidad al trazado urbano.
La construcción mas destacada del pueblo es lo que era el casco de la Hacienda Molinos, que fuera la residencia del último Gobernador Real de la provincia de Salta. Desde aquí se fue desarrollando el pueblo de Molinos. La construcción de adobe y de gruesos muros. Las amplias galerías de los cuartos dan a algunos de los dos patios del conjunto.

Hoy funciona el Hotel Hacienda de Molinos que cuenta con restaurante y un pequeño museo. Se come bien y la atención es esmerada. Sin duda el lugar donde dormir en Molinos.
Otra de las construcciones destacables de Molinos es la casa en donde funcionara durante años el destacamento policial. Allí, en esa casa nació el jurista Indalecio Gómez, Ministro del Interior del presidente Roque Saenz Peña, y responsable de que en el país se impusiera la Ley Saenz Peña, que abogaba por un sufragio secreto, universal y obligatorio.
La casa había pertenecido a la iglesia, y varios años mas tarde, el padre de Indalecio Gómez encontró un "tapado" de oro en sus paredes. Con ello inició actividades mineras y exitosas empresas. Aquí, en esta misma casa, el joven Indalecio vio como asesinaban a su padre en 1862, siendo este una de las pocas víctimas de la Guerra Civil en Salta.
Adentro de la casa funciona el Centro de Interpretación Molinos, que cuenta con 6 completas salas (una de las cuales es para niños) en donde se repasa la historia del valle y el pueblo.
En alguna oportunidad pude adquirir aquí un fantástico y pesado poncho que guardo entre mis recuerdos del norte.
Molinos es una excelente alternativa para hacer base, por ejemplo para todos aquellos que estén haciendo La Ruta del Vino en Salta.