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sábado, 29 de abril de 2023

Conociendo Paraná

 Paraná era la única capital provincial de Argentina que me quedaba por conocer. Quizás por ser una "figurita fácil", y estar tan cerca de casa, "a solo 500 kilómetros", es que la dejé para último momento. Dediqué tres días para conocer esta bella ciudad y sus interesantes alrededores con colonias formadas por unos 2.500.000 Alemanes del Volga, sobre los cuales escribí en más de una oportunidad.

Paraná es la capital de la provincia de Entre Ríos y cuenta con una población de 260.000 habitantes, o más de un millón si contemplamos que forma parte del mismo área urbana de la ciudad de Santa Fe, justo al otro lado del río y unido por el túnel subfluvial.
Pese a que no nació como capital provincial, y que su crecimiento haya sido lento y paulatino, Paraná destaca por sobre las otras ciudades de Entre Ríos.

Un buen sitio para empezar el recorrido de una nueva ciudad siempre es su plaza principal, en el caso de Paraná se trata de la Plaza Primero de Mayo. La misma está delimitada por la Peatonal San Martín, Urquiza, Su Santidad Francisco y 25 de Mayo. Como suele ocurrir, alrededor de la misma se encuentran algunos de los edificios mas importantes de la ciudad como la Catedral de Paraná, el Banco de Entre Ríos, el edificio del correo, la Casa de Gobierno, y otros. En esta plaza que tuvo varios cambios de nombre a lo largo de su existencia también se encuentra una estatua del General José de San Martín.

Desde aquí observamos el Museo de Sitio, Don Santos Dominguez y Bengurria que contiene mucho sobre la historia y crecimiento de la ciudad de Paraná. Aparentemente se mantiene en buen estado de conservación, y entre lo más interesante que ofrece es la posibilidad de conocer un puñado de túneles, que por motivos de seguridad comunicaban este lugar con otros edificios como la Casa de Gobierno, un edificio del ejército o una salida al Parque Urquiza.
No es de extrañar que aquí se emplace el templo religioso más importante de la ciudad. Con un frente Neo renacentista, dos torres, cúpulas de estilo Bizantino y 92 columnas de estilo Corintio, sobresale la Catedral Nuestra Señora del Rosario o simplemente Catedral de Paraná.
El interior es de nave cruzada por otra menor y forman una cruz latina, muy propio del estilo italiano.
Originalmente hubo aquí dos templos anteriores, el primero de ellos de 1732. El actual recibió su Piedra Fundacional el 11 de noviembre de 1807 y la obra fue concluida por Juan Bautista Arnaldi es de 1882.
Al frente hay una estatua de San Pedro cuyo destino original era el atrio de la catedral. Cuenta la historia que en su traslado desde Europa tuvo que ser arrojada al mar por los tripulantes pues su peso ponía en riesgo a la embarcación.
En el centro de la ciudad a uno de los lados de la Plaza Primero de Mayo luce formidable el edificio de la Casa de Gobierno de Paraná, conocido popularmente como Casa Gris. Este sitio es sede de dos de los tres poderes provinciales, el Poder Ejecutivo, y el Poder Legislativo con su Cámara de Diputados, y su Cámara de Senadores.
Tiene 1.700 metros y es Monumento Histórico Provincial y orgullo de la población local.

Disfruté mucho mis días en Paraná, Diamante, y cuanta colonia alejada pude conocer. Me llevé una muy buena impresión de la vida en esta capital ribereña, sus barrios, sus costas y su gente, y desde entonces siempre lo considero un destino para volver a disfrutar de su hotelería, gastronomía y ritmo de vida.

Uno de los sitios por los que caminé varias veces durante esta visita es el fantástico Parque Urquiza, un cuidado pulmón  de la ciudad con 40 hectáreas arboladas y tres niveles de barrancas frente a las costas del río Paraná. Aquí el anfiteatro de este parque, sin duda uno de los mas bellos de Argentina.


miércoles, 30 de marzo de 2022

En Diamante

 Diamante es la tercer ciudad más pequeña de la provincia de Entre Ríos, en la Mesopotamia argentina. Se encuentra muy bien posicionada, en lo más alto de una zona de barrancas, y a sólo 50 kilómetros de Paraná, la capital provincial. Diamante cuenta con una población menor a 20.000 habitantes, y su vida está ligada a su puerto de aguas profundas a la vera del río Paraná, y también a la actividad ganadera y al turismo, en menor medida.

La ciudad estaba especialmente tranquila ese mediodía. No sólo por que se acercaba la hora del ritual impostergable de la siesta, sino por que era la primer semana de libre tránsito post pandemia, y la gente, por miedo al virus o a la imposibilidad de regresar a sus casas, todavía no se había volcado al turismo.

La plaza principal del pueblo siempre es un buen lugar para comenzar un recorrido, ya que a su alrededor se suelen congregar muchos de los edificios más importantes de un pueblo. En el caso de Diamante se trata de la Plaza San Martín, existente ya en la época en la que Diamante fue fundada. Allí se encuentra uno de los más notables edificios diamantinos que posa con sus líneas italianas, su patio central y las pilastras semicirculares del frente. Este espacio hoy es utilizado por los miembros de  la Jefatura Departamental de la Policía. Al fondo se aprecia la torre con reloj del Palacio Municipal.
La Parroquia San Cipriano y San Francisco Javier de cierto estilo neogótico se erige espléndida desde 1850 frente a la Plaza San Martín, la principal de Diamante. Desde aquellos días está dedicada a San Cipriano, su patrono y también a la Virgen de la Merced, a partir de una petición de Urquiza; lo curioso es que años más tarde se descubrió que por un error de archivos, se había omitido el detalle que el templo estaba originalmente dedicado a San Francisco Javier.
Las torres albergan campanas hechas con el hierro fundido de algunos cañones utilizados durante la Batalla de Caseros.
Siguiendo con el recorrido alrededor de la Plaza San Martín podemos divisar al Banco Nación en una de sus esquinas. Sin duda otro de los edificios más importantes de esta mediana ciudad mesopotámica.
También significativo el edificio que hoy ocupa la Secretaría de Turismo y Cultura, en otra de las esquinas céntricas de la ciudad de Diamante.
Desde aquí es posible conseguir información para una posterior visita al Parque Nacional Pre Delta.
Hay algunos miradores en las cercanías de Diamante, que permiten estirar las vistas por sobre la inmensidad del río Paraná, y las verdes barrancas de esta zona de Entre Ríos.
Otro edificio que encontré entre los más destacados de la ciudad de Diamante es el perteneciente al Colegio Santa María (privado), atinente a la Congregación del Verbo Divino, quienes ya en 1896 habían pedido a las autoridades de Diamante, los terrenos necesarios para edificar un colegio con capacidad para cincuenta internos en lo inmediato, y 200 con el correr de los tres primeros años.

Los restos de la chimenea del ex Molino Harinero San Antonio se pueden apreciar en la manzana 12 del Barrio diamantino de Palermo, un tanto alejado del centro del poblado.



lunes, 27 de septiembre de 2021

Aldeas alemanas de Entre Ríos

 En Argentina hay 2.500.000 de descendientes de Alemanes del Volga. La mayor parte de este nutrido grupo se encuentra en la provincia de Entre Ríos dentro de una suerte de triángulo compuesto por las ciudades de Diamante, Crespo y Paraná.

Los Alemanes del Volga llegaron a Argentina en 1878 alentados por un decreto firmado por el presidente Nicolás Avellaneda, quien ofrecía una serie de ventajas para este pueblo trabajador y de buena moral, tan deseoso de progreso. Un primer grupo se trasladó hacia la zona de Coronel Suárez, en la provincia de Buenos Aires, y otro lo hizo hacia la zona de Diamante, a la vera del río Paraná.

Los Alemanes del Volga eran un grupo de ciudadanos teutones que cansados de las guerras entre ducados en su país buscaron horizontes dónde vivir en paz. Así recibieron una tentadora oferta por de parte de Catalina "La Grande", o Catalina II de Rusia para emigrar hacia la zona del río Volga. Allí podrían desarrollar sus colonias en total libertad, manteniendo sus costumbres, sus tradiciones, su idioma y el manejo de la escolaridad y la administración de las colonias. Así fue como en 1764 fundaron Dobrinka, la primera de las 100 colonias de esa primer migración, dónde sumaban más de 30.000 habitantes. Para finales de 1880 la cifra de colonias a ambos lados del Volga ascendía a 583.
Poco más de 100 años más tarde, los Alemanes del Volga perdieron sus derechos y privilegios y comenzó entonces una importante migración hacia Canadá, Estados Unidos, Brasil, Uruguay, y por supuesto, la República Argentina.

Era el primer fin de semana en el que se podía salir de Buenos Aires, tras una cuarentena larga y ridícula como en pocos lugares del mundo. Las reglas no eran claras, no se sabía muy bien que estaba permitido y que no, así que partí no muy lejos, hasta la vecina provincia de Entre Ríos con el objetivo de seguir conociendo las colonias de Alemanes del Volga en Argentina

Cuando los grupos originales llegaron a Argentina querían seguir viviendo agrupados tal como lo hacían en Rusia. Allí estaban separados entre católicos y protestantes. Unos vivían en la Bergseite (lado derecho y montañoso), y los otros lo hacían en la wiesenseite (lado derecho y de llanura del río Volga). 
Este inconveniente mantuvo enfrentado a los colonos durante varias semanas, pero una vez llegado a un acuerdo se trabajó en conjunto para el bien común y la prosperidad de los pueblos.
Apenas había un puñado de personas alojadas en el hotel más importante de la capital provincial. Desde allí seguí 30 kilómetros por la ruta hacia Aldea Protestante, la primera de las aldeas (o colonias) de este recorrido, si se viene desde la ciudad de Diamante, la cual se encuentra distante a unos 10 kilómetros. 

Fundada en 1878, Aldea Protestante (Protestandörfche-Bauer-Dörfche) tiene unos 1.000 habitantes. Este lugar lleva este nombre ya que la mayoría de sus fundadores eran protestantes evangélicos.
En Aldea Protestante, o simplemente "La Aldea", hay construcciones que sobresalen en manufactura y diseño con respecto a las de las otras colonias, pero el punto en común siempre, es la prolijidad de las mismas, sus veredas limpias, las flores en sus ventanas.

Marienthal, hoy conocida como Aldea Valle María, fue la sede administrativa en la etapa fundacional de las colonias. Los habitantes provenían de una colonia en Rusia que llevaba el mismo nombre. Se encuentra a 35 kilómetros de la ciudad de Paraná y se desarrolla a ambos lados de la Ruta 11. 

Unos kilómetros alejado de la ruta aparece monumental la Casa de Retiros Stella Maris. Este enorme edificio de dos plantas fue inaugurado en 1952 con la idea original de albergar el preseminario de la Congregación del Verbo Divino. Luego funcionó como escuela primaria hasta 1981. Desde entonces recibe gente (especialmente escuelas) como sitio de retiro espiritual. 
La Iglesia Inmaculada Concepción  es una de las joyas de las aldeas sino de Entre Ríos todo. Cuenta la historia que antiguamente funcionaba una de madera con techo de cuero de yeguarizos que funcionó hacia 1880 con misas impartidas por el padre polaco Adalberto Bukowski. Entre 1883 y 1892 los servicios pastorales estuvieron a cargo de la Compañía de Jesús (Jesuitas), y en algún momento entre esos años se decidió la construcción de un templo de material. Para ello cada vecino debía aportar $100 y 2.000 ladrillos. Entusiasmados ante tan importante empresa, la aldea juntó rápidamente 186.000 ladrillos y toda la arena necesaria para erigir esta bonita iglesia. 
Con el correr de los años, Aldea Valle María pasó de la actividad 100% agrícola a la cría de animales de granja, en especial de conejos, lo que le valió el nombre de "Capital Nacional de la Cunicultura". Se consiguen en sus calles bonitos tejidos de angora.

A unos 7 kilómetros de la plaza principal y yendo por caminos de tierra que cruzan paisajes de cuchillas y fértiles lomadas se llega al Balneario Municipal a orillas del río Paraná. Este sitio está rodeado de vegetación y de algunas de las barrancas más altas que ofrece el río Paraná. Es un muy lindo lugar para pasar el día. Hay bajada para lanchas, vestuarios, parrillas y puestos de comida.
Más pequeña, Aldea Grapschental no tiene plaza, tampoco cementerio, y no cuenta con una calle principal. Entre sus pocas construcciones destaca el centro de salud, una moderna iglesia alejada, la escuela 35 y un modesta casa que funciona como Junta de Gobierno.
De menor relevancia y ya más alejadas de la vera del río Paraná , pero también en zona, podemos visitar Aldea San Rafael, Santa Rosa y San Miguel.
La Aldea Salto también fue fundada el 21 de julio de 1878, tal como las vecinas. Anteriormente llevaba el nombre de Aldea Santa Cruz, pero con el correr de los años la gente la conocía como Aldea Salto por la cercanía de un salto de agua. Idéntica suerte corrió la parroquia que antes se llamaba "Santa Cruz" y hoy lleva el nombre de San Miguel Arcángel.
Cuenta la aldea con una población de unas 250 personas. Un crecimiento demográfico muy lento considerando que el grupo original era de 154 personas repartidas en 28 casas de adobe.
Aldea Spatzenkutter  significa "Jolgorio de gorriones" . Esta apacible aldea de unas 3.300 hectáreas se encuentra a mitad de camino entre Diamante y Paraná. Está dividida en 74 chacras. 
Dos calles paralelas bajan perpendiculares a la Ruta 11 durante 1 kilómetro. Las mismas son cruzadas por la Avenida Alemanes del Volga que es dónde se concentran casi todos los comercios de este pequeño poblado de unas 500 personas.

En  Spatzenkutter (antes conocido como Campo María o Marienfeld) funcionó el primer Juzgado de Paz de las aldeas, y también el primer cementerio, que se diferencia de los demás por sus singulares cruces de hierro.
La Iglesia Asunción de María estuvo lista en 1923 tras dos años de intensas obras. Esta construcción vino a reemplazar una precaria parroquia de madera 
 Aquí podemos encontrar el Museo Alemanes del Volga o "Nuestras raíces alemanas". Este espacio ha sido recientemente renovado con nuevas vitrinas e iluminación de última generación.
La Aldea Brasileira es la más joven de la zona. Sus fundadores habían pasado unos años en el Brasil, pero la vida allí era dura. Había que ganarle espacio a la selva y las tierras no eran las mejores para las prácticas agrícolas. Tentados por las bondades de Argentina, el grupo de colonos alquiló en 1878 carretas para cruzar la República Oriental del Uruguay. Una vez llegados a la frontera con Argentina, los esperaban las diligencias enviadas por el gobierno nacional que los depositó en los suaves y ondulados paisajes de la provincia de Entre Ríos.
La Plaza San Martín es la principal del pueblo. Cuidada y bonita, la plaza destaca por sus altos y siempre verdes pinos, y por la Iglesia San José, de regio estilo gótico alemán. La iglesia se separa hasta 36 metros del suelo, y es muy bella la aguja prisma octogonal que encierra al campanario.
La piedra basal se puso en 1895 cuando llegó la hora de construir un templo más grande para los fieles. La Congregación del Verbo Divino, recientemente llegada al país, contrató a los hermanos Emilio y Carlos Fogel, arquitectos ambos llegados de Alemania, quienes erigieron esta bonita iglesia en un estilo que no les era para nada ajeno. Originalmente la iglesia iba a ser de mayor tamaño, con naves a cada lado, pero el proyecto quedó en el olvido a principio de los 70´.
Además de las misas de cada fin de semana, y del rol religioso que cumple para los más de 1.000 habitantes de Aldea Brasileira, la iglesia hace sonar sus campanas cada vez que alguien muere en la zona, acercando a sus puertas a los curiosos.
A un lado de la iglesia, y también sobre la Plaza San Martín está la Gruta de la Virgen. Frente a la gruta dos grupos de tres bancos.
Me gustó mucho conocer este grupo de aldeas alemanas en Entre Ríos. Cada una tiene alguna cualidad que la hace singular. Se respira historia y ganas constantes de progreso. El paisaje acompaña con sus verdes lomadas, y claro, el imponente río Paraná, el segundo más largo de Sudamérica.
Recorrer sus caminos en dos días partiendo desde la ciudad de Paraná, resulta un gran programa.


lunes, 28 de junio de 2021

Victoria, la ciudad de las siete colinas

 La ciudad de Victoria es muy bonita. Se encuentra en la provincia de Entre Ríos, a la vera de dónde comienza el enorme Delta del Paraná. Está asentada sobre una colina, desde donde emerge verde y apacible haciéndose notar. De hecho a Victoria se la conoce como "la ciudad de las siete colinas".

Victoria está ubicada a unos 100 kilómetros de Paraná, la capital provincial, y a tan sólo 60 de Rosario, la tercera ciudad más poblada e importante del país. Suena como una estratégica ubicación, y lo es, pero no siempre fue así. Victoria por su condición mesopotámica estaba prácticamente aislada del país. Tedioso era llegar aquí haciendo uso de barcazas. Tras una monumental obra de ingeniería, la ciudad quedó finalmente conectada con el otro lado del río Paraná en el año 2003.

Imagino a decenas de inmigrantes que en el 1900 soñaban con una Victoria pujante y de rápido crecimiento. Del otro lado del Paraná, la ciudad de Rosario estaba experimentando un crecimiento impresionante. Sólo era cuestión de apostar y esperar. Ya pronto llegarían las mieles del progreso.

El 22 de mayo de 2003 finalmente se inauguro el "Puente Nuestra Señora de Rosario", una monumental obra que se hizo esperar y qué hoy une a las ciudades de Rosario (Santa Fé) y Victoria (Entre Ríos). Este conjunto de puentes (uno atirantado de 608 metros de longitud seguido por otros doce puentes que totalizan 59,4 kilómetros de largo, de los cuáles la mayoría construidos sobre terraplenes. Una gran obra a la que también se conoce como "Puente del Mercosur" por su condición de corredor bioceánico, uniendo los puertos de Valparaíso (cercano a Santiago de Chile), con el de Santos en Brasil (cercano a Sao Paulo).
Hasta 1829 Victoria era conocida como Matanza, o La Matanza, nombre que llevaba tras una expedición del por entonces gobernador de la provincia de Santa Fe, don Francisco Antonio de Vera y Mujica, en dónde aniquiló a una gran cantidad de indígenas. Hoy sólo queda un cerro con ese nombre.

Victoria también es conocida como "la ciudad de las rejas", mote que le sienta tan bien como el de las colinas. Desconozco cual es el origen de esta costumbre local, pero rejas y balcones de las casas todos parecen competir por cuál tiene un trabajo más exquisito.

Como sucede en la mayoría de los pueblos de nuestro país, alrededor de la plaza principal se concentran algunos de los edificios más importantes de la ciudad, y Victoria no es la excepción a esa regla. Una de esas construcciones es la Parroquia Nuestra Señora de Aranzazú que tiene un origen ligado a la mariología española, ya que fue mandada a construir por el comerciante vasco Salvador Joaquín de Ezpeleta, quien era oriundo de Guipúzcoa, y devoto él de la Virgen de Aranzazú, quien, según la tradición vasca, había hecho su aparición en 1468 ante el pastor Rodrigo de Balzategui.
La parroquia mandada a edificar en 1875 cuenta con dos torres macizas y dos campanarios que le dan al conjunto una imagen externa tipo medieval o románica, pero puertas adentro es barroca.  Tiene una cruz latina sobre el altar y las paredes bellamente ornamentadas.
Cada 8 de septiembre se celebra a la Virgen de Aranzazú, patrona de la ciudad.

De variados estilos arquitectónicos y con un puñado de edificios notables, como el Palacio Municipal o la Jefatura de Policía, el Centro Cívico de Victoria fue declarado Bien de Interés Histórico Nacional. A unas cuadras de aquí se encuentra la primera plaza de la ciudad, que forma parte de este conjunto de interés cultural.
Por estas mismas calles galoparon las fuerzas unitarias de Juan Lavalle antes de asediar y saquear la ciudad en abril de 1840, tras un intento de levantamiento en su contra. Poco más de 10 años más tarde, y pese a este revés, Victoria es declarada ciudad en 1851.
Con la construcción del Sol Victoria Hotel & Casino, el más grande y elegante del país, Victoria cierra una notable oferta de alojamiento para su cada vez más grande número de visitantes, y es que son muchos los atractivos que tiene esta ciudad, tanto sobre la costanera como en los alrededores. No es de extrañar que la mayor parte de los visitantes lleguen desde la cercana ciudad de Rosario, lo que le garantiza un buen porvenir y mucho margen de crecimiento a la ciudad de las rejas más lindas.
Siempre había dejado a Victoria para algún viaje corto, ya que está a poco más de 500 kilómetros de mi hogar. La posibilidad de tomarme unos días me llevaron a organizar un pequeño viaje por la Mesopotamia, siendo Victoria mi primer parada. Como casi todos entré desde Rosario, ya que tampoco conocía el "nuevo" puente. Son estos días de Covid 19 y en Argentina se han presentado pocas ventanas para viajar. No había que perder la oportunidad, pero por esta razón, la ciudad se presentaba prácticamente cerrada a las actividades que la hacen una opción para tantos.
Sentí la calidez de la gente y recorrí sus calles de ida y de vuelta y cuanta barranca había. Descubrimos varias joyas de esta ciudad que invita a volver. Gran idea es hacer un combinado haciendo eje con las ciudades de Crespo y Paraná, en dónde existe un buen número de colonias de Alemanes del Volga, de las que oportunamente comentaré.
A unos tres kilómetros del centro de Victoria y apostada a unos metros de la Ruta 11 se encuentra desde 1899 La Abadía del Niño Dios, que fue creada por Monjes Benedictinos que habían llegado desde la localidad francesa de Belloc, haciendo de esta abadía la primera en su tipo en todo Hispanoamérica.
Aquí hay misas con cantos gregorianos y famosos son sus licores y cervezas. También producen miel.

Victoria y estas ciudades de la Mesopotamia también se presentan como buenas opciones para paliar un poco las temperaturas invernales que tenemos hacia el oeste y sur del país. Tiene la urbe una buena oferta culinaria y todo tipo de alojamiento, como he comentado con anterioridad. La oferta cultural es aceptable y muy rica la natural.
Victoria es una ciudad que invita a volver y seguramente así será. Quien sabe quizás, finalmente, le llegó la hora a este lugar, y aquellos inmigrantes del 1900 que soñaban con una Victoria pujante, guiñan desde el cielo un ojo. Nadie más que ellos sabían del dulce porvenir de estas orillas.


miércoles, 5 de julio de 2017

Concepción "La Histórica"

Concepción del Uruguay es, con 120.000 habitantes, una de las ciudades mas importantes de la provincia de Entre Ríos, e incluso alguna vez fue su capital. Concepción del Uruguay es una de las ciudades mas antiguas de la Mesopotamia. Se sabe con certeza que ya en 1619 existía aquí una reducción Jesuita conocida con el simple nombre de "Concepción", situada en la zona sur de la actual ciudad. Llevó unos años pero finalmente fue fundada en 1783 por encargo del Virrey Vertiz, quien eligió para ella el nombre de Villa de Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción del Uruguay, colocándose la piedra fundacional en el área donde actualmente se encuentra el centro comercial de la ciudad.
La última vez que me detuve allí fue en plena época del "Conflicto de Botnia", apretura que mantuvo enfrentadas diplomáticamente a los países hermanos del Río de la Plata, a partir de la autorización por parte del gobierno Uruguayo para la construcción de dos plantas de celulosa sobre las aguas bi nacionales del río. Hubo grandes movilizaciones algunas de las cuales tuvieron repercusión internacional entre 2005 y 2010. La presión de los ambientalistas, y en especial de los vecinos de Gualeguaychú fue tal, que una de las empresas se retiró, y a la otra (Botnia, de Finlandia) le llevó un buen tiempo comenzar con la producción de pasta de celulosa.
En varias oportunidades los ambientalistas argentinos hicieron cortes de ruta y mantuvieron cerrado el puente que une las ciudades de Gualeguaychú (Arg) con Fray Bentos (Uy). En los momentos mas tensos del conflicto se llegaron a cerrar también los puentes de Concordia/Salto y de Colón/Paysandú, de modo que no se podía llegar por tierra al Uruguay. Eso sucedía en momentos de máxima afluencia turística como Navidad, o los feriados de Semana Santa.

La ciudad de Concepción del Uruguay tiene mucho que ver con la conformación de la República Argentina, quizás por ello es conocida como la "Capital Histórica de la Provincia de Entre Ríos" (según Ley 10314). Cuenta en su acervo con 7 Monumentos Históricos Nacionales.  Concepción del Uruguay también es conocida localmente como la "Cuna de la Independencia", ya que fue uno de los primeros pueblos en sumarse a la Revolución de Mayo. Para los lectores que no son argentinos, o no estén familiarizados con esta historia, les cuento rápidamente que se trató de una serie de sucesos ocurridos en la provincia de Buenos Aires durante el mes de mayo de 1810, momentos en los que se dejó de reconocer la autoridad de España sobre estos suelos. Aquellos acontecimientos fueron el puntapié inicial para la declaración de la Independencia Argentina, que se firmó seis años mas tarde, mas precisamente el 9 de julio de 1816 en la provincia de Tucumán.
Paseando por la ciudad me encuentro con un bonito edificio que cuenta con un viejo reloj que aún sabe dar la hora. Originalmente era una construcción de gruesas paredes de adobe en la que operaba desde 1820 como una de las comandancias militares de la provincia. A partir de 1835, el edificio fue refaccionado y pasó a funcionar como Jefatura Departamental de la Policía. En un principio supo compartir espacio con la cárcel pública de la ciudad, y cien años mas tarde lo haría con otras dependencias de organismos gubernamantales varios.

En 1980 la provincia autorizó una serie de refacciones en el edificio. En plenos labores los obreros descubrieron algunos túneles que forman parte del entramado subterráneo mandado a construir por Urquiza, y que unen bajo tierra varios de los edificios mas importantes de la ciudad. 
Otro de los edificios de Concepción del Uruguay que supieron captar mi atención por su buen gusto y estado de conservación. Pensaba que era el del Teatro del Grand Hotel, pero no estoy en lo cierto. Busqué sin exíto de que se trata, asi que si algún habitante de CDE me dice, mas tarde agrego su información.
La Capilla "Sagrado Corazón de Jesús" pertenece a las "Hijas de la Inmaculada Concepción de Buenos Aires".  Recientemente el edificio cumplió sus primeros cien años, y si bien es la capilla del colegio que lleva el mismo nombre, allí ofrecen misas todos los sábados, y se celebran casamientos.
En su interior hay reliquias de mártires como el Cura Brochero o beatos como Ceferino Namuncurá.
El edificio de la Antigua Aduana de la Confederación data de 1848. Se encontraba muy cerca del antiguo puerto de la ciudad, y funcionó como Capitanía hasta la Batalla de Caseros, épocas en la que todavía no existía por ley la libre navegación de los ríos en Argentina.
Desde 1991 el edificio es Monumento Histórico Nacional.
Concepción del Uruguay tiene uno de los puertos mas importantes del país, e incluso cuenta con su propia zona franca, lo que resulta un buen ingreso económico para la ciudad. La intensa actividad portuaria de la zona le dió una identidad menos "acartonada" y mas libertaria a sus pobladores, en comparación a otras urbes de la provincia de Entre Ríos.
Sus habitantes siempre guardaron estrecha relación con las aguas del río Uruguay, y es por eso que hoy, la ciudad cuenta con uno de los mayores parques náuticos del país, con mas de 3.500 embarcaciones registradas, y una intensa actividad ligada a los deportes acuáticos.
En 1780, y ante la necesidad de un templo en la zona, se erige una primera capilla de barro con techo de paja. Todavía faltaban tres años para la fundación de Concepción del Uruguay, pero existían varios parajes habitados por Católicos al oeste del Río Uruguay.
El edificio actual de la actual Basílica de la Inmaculada Concepción coresponden a planos del arquitecto Pedro Fossati, aprobados en su momento por el general Urquiza en persona, cuyos restos descansan en el interior, junto al de varios de sus familiares. El edificio actual, de estilo Greco Romano Renacentista, es Monumento Histórico Nacional desde 1942.
Dos importantes torres (una de ellas con campanario) anteceden a la gran cúpula central de la basílica.
Al momento de mi visita se encontraba cerrada y en refacciones. Su interior es muy bonito.

Frente a ella se encuentra la Plaza General Ramírez, alrededor de la cual se concentran muchos de los edificios mas destacados de la ciudad. Si Concepción del Uruguay es conocida como "La Histórica", es (entre otros motivos) por que allí se produjo el famoso Pronunciamiento de Urquiza contra el Brigadier General Juan Manuel de Rosas, lo que derivó en la Batalla de Caseros, que al resultar ganador Urquiza, abrió un escenario que posibilitó la elaboración de la tan esperada Constitución Nacional Argentina.
El Colegio Justo José de Urquiza es el primer colegio laico y gratuito, y el segundo mas antiguo del país. Fue fundado como un colegio pupilo (o de internado) por Justo José de Urquiza en 1849. Ocupa una manzana entera frente a la plaza principal de la ciudad. Allí enseñaban, vestían, contenían, alimentaban y daban techo a dos centenares de alumnos. Entre tantas personalidades que pasaron por aquí podemos destacar a Julio Argentino Roca, Victorino de la Plaza y Arturo Frondizi, todos ellos futuros presidentes de la República Argentina, como así también a Benigno Fereira, quien años mas tarde alcanzaría la presidencia del Paraguay. Del colegio egresaron decenas de ministros, algunos gobernadores, médicos, periodistas, escritores, abogados, ingenieros, un puñado de gobernadores y dos vice presidentes de la nación.
Desde sus primeros días de funcionamiento, el colegio contaba con una imprenta desde la cual salían varias de las publicaciones que daban noticias de los significativos momentos que vivía el páís.

El 21 de noviembre de 1852 sesionaba el Congreso General Constituyente, aquí en la ciudad de Concepción del Uruguay. Tropas llegadas desde Buenos Aires, que por aquel entonces había quedado separada de la confederación, invaden y atacan la ciudad en busca de la protección de sus intereses económicos. Desde las ventanas del Colegio Justo José de Urquiza, 35 alumnos la defienden.