Mostrando las entradas con la etiqueta islas. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta islas. Mostrar todas las entradas

miércoles, 21 de agosto de 2019

Las Ruinas de Mbweni

Unos seis kilómetros al sur de Stone Town, la capital y ciudad más poblada de la isla semi autónoma de Zanzibar me topé con unas edificaciones abandonadas que resultaron ser las Ruinas de Mbweni.
Fue de casualidad, ya que desde la calle se veían casi como una casa mas de este barrio residencial para las clases mas acomodadas de Unguja, la isla de mayor tamaño e importancia de Zanzibar. En esta oportunidad estaba haciendo tiempo para tomar una lancha a la Isla de Chumbe.
El entorno de este lugar es muy exótico, como lo es todo en este conjunto de islas de Tanzania. Crecen en el área unas 120 variedades de palmeras acompañadas por cientos de arbustos o flores. Las aguas cálidas y transparentes del Océano Índico se encuentran a tiro de piedra.
Las islas de Zanzibar fueron el lugar ideal para unir comercialmente a la India con África y el mundo árabe. Las islas estuvieron bajo control de Persas y portugueses antes de pasar a ser parte del sultanato de Omán a partir de 1698. Desde aquí se controlaba un enorme mercado de esclavos cuyo destinos eran Arabia y/o la India.
En 1861 el sultanato de Zanzibar se independizó del de Omán, y en menos de tres décadas pasó a formar parte del Imperio Británico en forma de Protectorado. Paralelamente fueron llegando a las islas las políticas abolicionistas de la esclavitud.
En 1871 un grupo de misiones humanitarias que prestaba ayuda en África central compra esta propiedad a una familia de Omán que la utilizaba como casa de retiro. Acto seguido establecen el St Mary´s School, una institución educativa para mujeres esclavas liberadas.
Se puede llegar de manera gratuita en 5 buses diarios que parten desde el Fuerte viejo de Zanzibar con destino al Hotel Protea, que se encuentra frente a las ruinas. Muy cerca hay una iglesia anglicana.

jueves, 30 de mayo de 2019

La isla de Chumbe

La Isla de Chumbe es paraíso sobre las aguas turquesas del Mar Índico en Tanzania. Una isla que durante años estuvo bajo control militar, pero que desde 1991 funciona como una reserva privada cuando descubrieron una de las áreas de corales más ricas y pristinas del este de África. Desde entonces la administración de la isla se ha tornado en un proyecto serio, responsable, premiado y sustentable que se puede visitar por algunos cientos de Dólares.
Estábamos viajando en grupo. Meses antes de salir ya teníamos reserva en Chumbe Island dónde pasaríamos 2 noches. El día había llegado y durante todos esos meses no había logrado cambiar mi preconcepto acerca de este destino.
Tras conocer unas ruinas cercanas nos acercamos hasta el bonito muelle de un hotel Protea a la espera del bote que nos llevaría a esta eco isla verde y sustentable.
La isleta es la más alejada de la de Zanzibar y se encuentra a unas ocho millas náuticas al sur de la mítica y famosa isla de las especias. El avance era lento pero muy agradable el surcar de las aguas.
En la isla fuimos recibidos por algún simpático empleado que nos explicó las reglas ecológicas, los horarios de las comidas y las peculiaridades de los siete "bungalows" para dos personas con los que cuenta Chumbe, y que eran todos nuestros por esas dos noches, razón por la cuál éramos los únicos huéspedes en la isla. Un lujo.

La isla tiene unas playas color manteca que son increíbles, con sus palmeras y el mar de fondo, pero los genios de Chumbe han puesto los cuartos lo suficientemente lejos para que sientas el mar pero no lo veas. Los cuartos son muy rudimentarios. Las paredes son de ramas que no detienen las inclemencias del tiempo.Tampoco detienen el sonido. Podía oír perfectamente a mis vecinos, algo que amantes y criticones deben tener en cuenta.
Los baños tienen un balde con un compost preparado para el número 2, las duchas son bastantes malas y funcionan con agua recolectada de las lluvias y calentada por paneles solares.
Por el costo de la estadía los cuartos dejan mucho que desear, por más excusa eco friendly tengan en Chumbe Island.
La isla es un paraíso. El visitante se siente muy bien atendido por algunos de los 45 empleados que trabajan en el proyecto. En Chumbe hay un puñado de actividades. En primer lugar recorrimos un bosque de manglares con algunos restos de coral que recuerdan que chumbe fue alguna vez una pequeña barrera de coral.
En el bosque hay puentes, caracoles, hongos, cangrejos, árboles de mango y gigantes baobabs.
También existe un faro centenario que aún funciona y que, cientos de escalones mediante, se puede subir hasta lo más alto, en dónde se logra tener la mejor perspectiva y vistas de la isla.
Con el paso de las horas se me fue pasando un poco el enojo con la isla, y es que el aire de mar, el entorno y las caminatas muestran la mejor cara de la isla.
La comida que ofrecen en la isla es la típica de Zanzibar, tan africana como hindú o árabe, sabrosa, especial, única, y en este caso excelente. En este tipo de programas de pensión completa la gastronomía resulta de vital importancia, y en Chumbe no defrauda. Punto para la eco island.
Una de las peculiaridades de la Isla de Chumbe es que aquí vive el Cangrejo de los Cocoteros, un tipo de cangrejo de hábitos nocturnos y que resulta ser el cangrejo terrestre más grande del mundo, con poderosas pinzas que pueden alcanzar los 45 cms de largo.
En el mismo bosque podemos divisar (y de hecho vimos cientos) al Zorro Volador, una especie de murciélago gigante que de noche vuela hacia Stone Town, la capital de Zanzibar, para alimentarse.

Claro que también hicimos snorkeling por sobre un coral que si mal no recuerdo se encontraba a unos 20 minutos de navegación de la isla. Aquí se encuentran el 90% de las especies de coral de África y 450 especies de peces, aunque en mi caso no logré ver más de 5 o 7. Un fracaso.

sábado, 28 de mayo de 2016

Los Palisadoes de Kingston

El límite sur de la capital de Jamaica se encuentra a orillas de un notable puerto natural de aguas profundas. De hecho el de Kingston, con 16 kilómetros de ancho y mas de tres de largo es al día de hoy  uno de los mas bellos, y el séptimo puerto natural mas grande del mundo.
Kingston Town
Desde que los europeos conocen la isla poco ha cambiado desde entonces, al menos en este sector. Lo mas notorio es el crecimiento del Palisadoes, una palabra de origen portugués que refiere a las lenguas de arena de casi 15 kilómetros de largo que envuelven y protegen al puerto de Kingston. Estos Palisadoes son formaciones naturales que fueron recibiendo sedimentos de los ríos Hope y Cane, y que las olas se encargaron de acumular en este lugar.

Hasta 1936 esta zona estaba separada de la isla, de modo que a Port Royal solo se podía llegar en barco. Desde entonces la mano del hombre hizo posible la unión entre este punto y la cercana capital.
Plumb Point Lighthouse
Cerca de la entrada al Puerto de Kingston se encuentra Plumb Point Lighthouse, un faro construido en 1853 y que alcanza los 21 metros de altura. Es uno de los siete que tiene la isla, y el segundo mas antiguo. Emite dos luces, una de las cuales dura medio segundo y puede verse a 40 kilómetros de distancia. Desde su erección sólo dejó de funcionar una vez, el día posterior al terremoto de 1907.
Stanley Manley International Airport
Sobre la parte mas ancha de los Palisadoes se encuentra el Stanley Manley International Airport (el segundo mas importante del país) en terrenos de lo que antiguamente funcionaba una gran plantación de cocos perteneciente a la United Fruit Company. En el otro extremo la infame ciudad de Port Royal, en donde funcionaba el puerto hasta que varios terremotos, posteriores huracanes y media docena de incendios como "broche de oro" sentenciaron el final de esta ciudad que en 1690 contaba con mas de 10.000 piratas y prostitutas, y que era conocida como "La Sodoma del Nuevo Mundo".
Pelícanos Pardos
Este era mi último día en Jamaica. Cuando escribí acerca de la capital pirata comenté que lo había reservado para conocer Port Royal, alguna vez y a base de robos la ciudad mas rica del Nuevo Mundo.

En el mismo camino por el que "había transitado" James Bond en 1962 me detuve siempre que tuve la oportunidad, ya sea para ver algunos de los muchos pájaros volando y comiendo (hay mas de 300 especies) sobre el Mar Cribe y con las Blue Mountains de fondo...
Vendedor ambulante
… o mirar desde lejos los pequeños gomones o ruedas de camiones que se acercaban a vender a los barcos cargueros o a pedir algo desde su pequeña posición, no lo sé.

Este lugar de escuetas playas con rocas es popular entre los locales. Se nota que son muchos los habitantes de Kingston que eligen los Palisadoes para sus actividades recreativas y amatorias. Lamentablemente en el sitio queda mucha basura como testimonio de ello.
Port Royal and Palisadoes Protected National Heritage Site
En mi camino a Port Royal me tomó por sorpresa la existencia de un conjunto de ruinas a la izquierda del camino. Paré mi Toyota Corolla a la vera y de la ruta, tomé mi máquina de fotos, mi paquete de cigarrillos y cuando estaba pronto a ver de que se trataba este sitio pasa un auto de la policía que se detiene a mi lado, primero con aparentes intenciones altruistas para luego pedirme plata para supuestamente comprar agua. Casualmente llevaba unas botellitas :P así que terminé el problema rapidamente.
Fort Rocky o Rocky Point Battery
Si bien había un cartel, solo informaba que me encontraba en un lugar protegido de 7523 hectáreas, pero nada referido acerca de estas construcciones de claro aspecto militar.
Los restos me confundían. Los mas viejos podrían llegar a parecer del siglo XVII, pero la mayoría de las construcciones que los circundaban eran claramente posteriores.
Fort Rocky
Sabía que en el área y en esta península habían existido otros fuertes como Fort Carlisle y Fort James (entre los dos sumaban 40 cañones), Fort  Rupert de 22 cañones, una batería apostada de 26 cañones llamada erróneamente Fort Morgan y un último, Fort Walker, construido apenas unos meses antes del terremoto y que contaba con otros 18. Todos estos fuertes estaban destinados a desaparecer bajo las arenas del Mar Caribe tras el terremoto de 1692.
Torre de vigilancia en Fort Rocky
El que si se mantuvo parcialmente en pie, incluso sobreviviendo al nuevo terremoto de 1907, y  puede visitarse unos kilómetros mas adelante en Port Royal es el atractivo Fort Charles (originalmente llamado Fort Cromwell), el primero que habían mandado a construir los ingleses cuando se hicieron con el control de Jamaica, y que contaba con mas de un centenar de cañones y capacidad para mantener una guarnición de hasta 500 hombres durante casi medio año. Desde allí partió una expedición al mando de un joven Almirante Horatio Nelson (en el buque Hinchinbroke) que pretendía remontar las aguas del río San Juan de Nicaragua para tomar primero el Fuerte Santa Cruz y mas tarde la ciudad de Granada. De esta manera los ingleses partirían en dos mitades a la América española y se asegurarían una salida al Océano Pacífico. La misión fue un fracaso.
Probable casa de oficiales en Fort Rocky
Mientras recorría los sendos restos edilicios de esta sección peninsular de Kingston me preguntaba:
¿Que había pasado en este lugar que yace sobre los Palisadoes entre Kingston y Port Royal? ¿Quienes y cuantos vivieron aquí? ¿Cuando y con que propósito fue construido? ¿Por qué fue abandonado?
Restos de Fort Rocky
Para saciar mi curiosidad tuve que buscar información del lugar a mi regreso a Buenos Aires pues no la pude encontrar in situ. Se trata de Fort Rocky (o Rocky Point Battery) una suerte de fuerte que a diferencia de todos los anteriormente citados no se hundió en el mar tras el fatídico terremoto de 1692, por que simplemente no existía. Tan claro como eso.
Patio central de Fort Rocky
Lo que lo diferencia de todos los otros es que Fort Rocky fue construido mas tarde. La idea original de los ingleses era reemplazar la Victoria Battery que esta vez había sido destruida por un nuevo terremoto, esta vez en 1907. Mientras se construían las instalaciones estalló inesperadamente la Primera Guerra Mundial, por lo que Fort Rocky fue dotada con los últimos cañones de largo alcance de la época, capaces de defender la isla de los alemanes, o al menos tratar de contra restar cualquier ataque que pudiera perpetrarse por su parte, si es que se aventuraban hasta aquí.
Stairways to Heaven
Todo el personal, los materiales, insumos y las armas necesarias para constituir y defender este fuerte llegaron en un ferrocarril construido años antes en 1886 capaz de soportar cargas mas pesadas que las habituales. Este ferrocarril ha desaparecido pero cerca de Fort Rocky se aprecian algunos restos de vías.
"More money"
Como Fort Rocky estaba sólo a 7 metros de altura (casi al ras del mar) no podía verse desde altamar. Como detalle vale resaltar que esos poderosos cañones que alguna vez estuvieron apostados aquí nunca encontraron la oportunidad de ser disparados.
Hay en el lugar algunos búnkers y depósitos de armas subterráneos, pero (lamentablemente) sólo me enteré de ellos tras mi visita.

Guarnición militar en Fort Rocky
Como una atracción en si misma Fort Rocky deja mucho que desear, principalmente por la falta de información acerca de este sitio, pero si uno sigue el camino hasta Port Royal puede resultar un complemento ideal.
Restos de uno de los 6 cañones costeros que tenía Fort Rocky durante la Segunda Guerra Mundial
El lugar permanece desconocido para propios y extraños. No está para nada cuidado considerando que se trata de un área supuestamente protegida. Es una lástima, pues estos palisadoes guardan la historia y el patrimonio de una larga tradición militar en Jamaica que comenzó alrededor de 1655 cuando los ingleses le arrebataron estas tierras a España, y que continúa actualmente como sede de la Armada o Jamaica Defence Force (JDF) Coast Guard.
Vista exterior de Fort Rocky
Buscando me enteré que hubo excavaciones posteriores a mi visita en Fort Rocky, a cargo de algunos arqueólogos locales, por lo que no llamaría mi atención que mucho de lo encontrado (botones, pipas, botellas, etc) pueda pronto estar expuesto en algún museo de Kingston.
Torre de control
Cuando uno está en la vibrante pero peligrosa y calurosa capital de Jamaica siempre te dicen y repiten "que el mejor lugar en Kingston es afuera de Kingston". En este lugar siempre sopla una fresca brisa, está cerca y bien comunicado con la ciudad y el imperdible Port Royal. Todo a su favor.

sábado, 9 de enero de 2016

Anclando una hora en la capital de Isla Grande

Mientras disfrutábamos de la caída del sol con una copa de Bellini (*) en la mano, luego de pasar el día buceando y tomando sol, nuestro velero alquilado cortába las aguas del Océano Atlántico.
En la segunda ronda los convencí de ir a Vila do Abraão.
La verdad es que me trajeron aquí por mi afán de conocer nuevos lugares. Mi familia ya conocía este pueblo, y me advirtieron que no era la gran cosa, pero yo quería venir de todos modos.

A Ilha Grande sólo se puede llegar en barco. Ya sea en el ferry que diariamente une a la isla con la ciudad de Angra dos Reis, en el estado de Río de Janeiro, o en una embarcación propia.
Con casi 3000 habitantes, la Vila do Abraão, convenientemente situada en una de las ensenadas, el pueblo se fue convirtiendo en la "capital" de Ilha Grande. Alguna vez funcionaron aquí un leprosario en el cual ponían a los enfermos que llegaban en los navíos antes de que se les permita ingresar en el continente, y una cárcel desactivada en 1993, marcando un punto de inicio para el turismo convencional.

Quienes tengan la suerte de pasar uno o más días en la maravillosa Ilha Grande, probablemente terminen recalando en Vila do Abraão que es puerto principal de llegada, y el lugar con mejor infraestructura en la isla. Es aquí en donde se concentra la gran mayoría de las posadas, los comercios y restaurantes, o la posibilidad de reponer combustible u otros menesteres. Como el pueblo cuenta con una serie de buenas playas, y excelente atención por parte de los locales, muchos de los visitantes no ven razón alguna para abandonar su rústica comodidad.
¿Que se puede ver en poco mas de una hora en la Vila do Abraão ?

Probablemente poco, pero a veces "poco es mejor que nada". Claro está que no es una de esas ciudades de grandes museos o intensa vida nocturna. Ni siquiera posee los mayores atractivos de Ilha Grande.

En mi breve parada me acerqué, como la lógica me indicaba, hasta su plaza principal y la recorrí. Está bien mantenida con unos pisos de adoquines que parecen tener pocos años. Allí, como tantas veces ocurre, se encuentra uno de los mayores atractivos turísticos y culturales del lugar. En este caso de Ilha Grande. Se trata de la Iglesia São Sebastião. El nombre elegido para este templo Católico no es casual, ya que el Santo es Patrono de los Enfermos. La iglesia fue construida en ocasión de la visita que el Rey Pedro II de Portugal, alias "El Pacífico" efectuase en 1863. Fue completamente remodelada hace pocos años.

Evité cualquier tipo de comercio y mas tarde caminé hasta el final del muelle, donde me dolió ver, en un lugar que se precia de ser un "paraíso natural", tanta basura acumulada en el agua y en sus playas, que con un mínimo de voluntad podría levantarse, sentando el ejemplo a seguir.
El lugar que ocupa la parte céntrica y mas turística de la Vila do Abraão es muy chico. No iba a ser difícil que los otros me encuentren. En eso pensaba cuando vi que habían llegado con provisiones varias desde el mercado. Me pasaron algunas bolsas para que lleve. De seguro las más pesadas, a modo de castigo por no haber sido útil en la breve estadía. Como en los días anteriores y los siguientes, nos volvimos al velero para comer y dormir.

Al fin y al cabo, después de una semana recorriendo este paraíso que es Ilha Grande, puedo decirles que cualquier otro sector de la isla es mucho mas lindo para quedarse, aunque entiendo que sea menos conveniente para los que "están a pata". De todos modos es sabido que cualquiera que pase mas de un día en este isla, tarde o temprano tendrá que caminar considerables distancias (bah, para los mas vagos) si pretenden visitar algunos de sus muchos atractivos.

La playa mas famosa de Ilha Grande, y con toda la justicia del mundo, es Lopes Mendes (si, las dos veces con Ese). La verdad que es una de las playas mas lindas que he visto en mi vida.


(*) El Bellini es un trago creado en 1948 por Giuseppe Cipriani en el famoso Harry´s Bar de Venecia.
El original es con 2/3 de Prosecco y la tercera parte de jugo de durazno (melocotón). El nuestro era con la bien aceptada variedad francesa, el Champagne.

domingo, 26 de abril de 2015

Excursión a Islas del Rosario

Un día, con muy pocas horas de sueño a cuesta, tomamos una excursión hacia las Islas del Rosario, una de las atracciones mas famosas que tienen para ofrecer las agencias de turismo en la ciudad de Cartegana de Indias, en Colombia.
Éramos en esta ocasión 24 amigos que habíamos asistido previamente al casamiento de dos de los nuestros en Bogotá, y días mas tarde coincidimos en Cartagena "La Heroica" para unos días de juerga.

Estábamos felices de haber llegado a tiempo hasta el muelle Marina Santa Cruz en el barrio de Manga, y de estar todos juntos en un speedboat cruzando las aguas azules y turquesas del Mar Caribe, hacia una isla privada en donde nos iban a recibir a cuerpo de rey.
El anfitrión con el almuerzo
Habíamos comprado en el Sofitel Bóvedas de Santa Clara, uno de los mejores y mas lindos 5 estrellas de Cartagena de Indias, un paquete a una de las Islas, supuestamente la mas espectacular y exclusiva del famoso y popular Archipiélago Nuestra Señora del Rosario.
Muelle Marina Santa Cruz
Uno de nuestros amigos lo había organizado, y lo mas fácil y práctico era sumarse al plan. Nadie tenía un problema con eso. Aún así, no esperábamos lo que íbamos a encontrar.
Muelle La Bodeguita 
A lo poco de salir uno se dirige al Muelle de La Bodeguita, en donde el barco se reporta a las autoridades pertinentes. Minutos mas tarde, otra vez en camino hacia las Islas del Rosario, divisamos algunos barcos pertenecientes a la Armada de Colombia apostados en muelles o anclados en el mar.
Buque de la Armada de Colombia
En el camino divisamos a lo lejos algunas poblaciones isleñas, y pasamos a varios cientos de metros del Fuerte, o Batería de San José, que se encuentra en la isla Terrabomba, ahí en el canal de Bocachica.  Aunque nunca se uso por los españoles (pero si por los Granadinos en su intento de recuperar los territorios perdidos), este impedía el ingreso de buques enemigos a la Bahía de Cartagena.
Batería San José en la isla de Terrabomba
Tras unos 50 minutos de viaje en lancha llegamos a Isla Grande, la isla de mayor tamaño de este conjunto. Un lugar regenteado por la gente de el Hotel San Pedro de Majagua, que tienen este convenio con los del Hotel Sofitel.
En el paquete que habíamos comprado teníamos un abanico de posibilidades para hacer de nuestra estadía en la isla, "la mejor posible", como andar en kayac, hacer snorkel, o incluso bucear en sus cristalinas aguas. Puras patrañas. Pretendían un precio absurdo por cada uno de los programas.
Mapa Isla Grande
La decepción fue inmediata. El lugar tiene tres playas. La mas cercana al bar tenía literalmente 6 metros cuadrados de arena, y unas reposeras (tumbaderas) plásticas sobre una plataforma de cemento, la cual habían intentado cubrir de arena en alguna oportunidad, pero esta había casi desaparecido.

La segunda playa era mas grande, pero apenas llegaba a los 20 metros de largo, y no tenía mas de dos o tres metros de ancho. Patético que intenten vender esto como uno de los paraísos del Caribe. Evidentemente no saben de lo que están hablando.
Chicas lindas en la escollera
Habiendo contratado el servicio en un hotel 5 estrellas, esperábamos un lugar acorde, en especial cuando habíamos pagado tres veces mas que lo que pedían en otras agencias. Ciertamente esta no pude ser lo mejor del Parque Natural Corales Islas del Rosario (como te la venden). Eso no puede suceder cuando a metros de la playa hay un basural y se padece el constante asedio de los vendedores de piedras semipreciosas. El servicio es similar al de cualquier otro lugar.
Parque Nacional Islas del Rosario
Pero bueno. Ya estábamos en la isla, y lo mejor era empezar a beber lo más rápido posible. Eso fue lo que hicimos, durante horas y horas. A veces en el mar, otras tumbados en la arena o bajo la sombra de un árbol de mango en las reposeras plásticas del lugar. Un Gin&Tonic cuesta lo mismo que en el Waldorf Astoria de New York, pero  por supuesto que eso no nos iba a arruinar el día, pero no quiero dejar de hacer mención, pues por precio/beneficio ciertamente no los vale. Es un robo a mano armada. No quiero decir cuanto gaste pero les garantizo que para un "day program" no vale la pena.
Breakfast in Tiffany
Mal no la íbamos a pasar. Rara vez ocurre cuando uno está entre amigos. El tiempo pasó rápido entre idas al bar y algún que otro chapuzón en el mar.

Para el almuerzo nos habían preparado una mesa muy larga. Habían fijado un horario para ello pero trajeron los platos a destiempo. Comí un delicioso Pargo Rojo, acompañado con un magistral arroz con leche de coco y los siempre presentes Patacones. Algunos pidieron carne que ni siquiera era ofrecida. De postre tres frutas tipo mermelada (o jalea) que nadie comió.
San pedro de Majagua
En el lugar hay una serie de instalaciones para quienes se hospedan en alguno de los 17 bungalows de la isla. Los cuartos son chicos y tienen duchas de agua fría, pero cuentan con Direct Tv, pantalla plana, aire acondicionado y conexión Wi-Fi. También en las áreas comunes. Mi teléfono tenía señal completa.
Vendedores ambulantes en el Hotel San Pedro de Majagua
Con las horas uno recuerda que está sobre el Mar Caribe después de todo, aunque ciertamente este no sea uno de sus lugares mas bonitos, sigue teniendo mucho encanto.
Nuestro barco listo para el regreso
Esta isla en particular había pertenecido a Pierre Daguet, un pintor francés que se había asentado aquí fascinado por la luz que le regalaba el ambiente.
Siendo las 5 de la tarde había llegado el momento de volver a tierra firme. El tiempo se nos paso muy rápido, dejando a la mayoría sin posibilidad de hacer alguna de las actividades que con coste extra nos eran ofrecidas, tales como snorkeling, kayac, caminar por algún sendero, o ir a una playa mas decente que se encontraba no muy lejos del lugar, pero de la cual no nos habían dado aviso pues creo no pertenecía al hotel.
Todos esperamos durante algunos minutos sentados en la lancha a que lleguen los últimos pasajeros amigos que recientemente habían "descubierto" aquella playa bonita que no pudimos usar a tiempo.
Antes de salir, los miembros de la tripulación repartieron anoraks y advirtieron al pasaje que en esta oportunidad nos íbamos a mojar, por lo que recomendaban fuertemente poner nuestros bolsos a resguardo. Menos mal que lo hice.

Como el rincón de la lancha, el último asiento de atrás, o de la popa, tenía dos bordes, me pareció un lugar genial para relajarme en esa hora de regreso hasta Cartagena de Indias.
Se ve que a la vuelta hay mas corriente marina, o algo, pero al cuestión es que a los pocos minutos estaba literalmente tragando agua, completamente empapado, y obligado a sacarme los anteojos cada dos minutos para vacarlos del liquido que se había colado por dentro. Mis amigos que podían verme reían de mi, y yo también. Era absurdo. Estaba sentado en uno de los tres peores lugares de la lancha, pero el agua estaba caliente y me sentía seguro. Aunque cada tanto me venía a la mente, no fue para nada traumático como ese regreso de terror desde las Islas Phi Phi en Tailandia.

Llegamos sanos y salvos, por supuesto. Fuimos tomando los taxis que estaban en el muelle. Primero una embarazada, después las mujeres "comunes", mas tarde los recién casados, y así sucesivamente. A mi nadie me quería levantar pues caía agua de mis muslos y pantorrillas. Se me caían las bermudas por el peso empapado. Cuando logre subirme a uno, sentí culpa por mojarle el asiento de pana.

martes, 11 de marzo de 2014

Dunn´s River Falls, uno de los lugares mas visitados de Jamaica

Sobre la carretera que serpentea el Mar Caribe, en Ocho Ríos, hay una serie de atracciones turísticas para todos los visitantes que llegan a este país en crucero, y permanecerán solo unas horas en la isla.
La mejor y mas famosa de esas atracciones es Dunn´s River Falls & Park, que resulta ser uno de los lugares mas visitados de Jamaica, pero por defecto.

Ya llevaba varios días en la isla, y también, como por default , llegué a estas cascadas.

Por el tamaño y las instalaciones, el lugar es parecido a muchos de los parques temáticos de Estados Unidos. Es obvio que debe recibir a miles de visitantes diarios durante la temporada alta.
Por suerte, y por encontrarme en plena temporada baja, no llegue a sufrir las multitudes.
Tras abandonar mi auto en la gigante y desierta playa de estacionamiento, me enfrenté a los primeros molestos que pretendían cobrarme por acompañarme a la puerta del lugar. Les saqué un poco los dientes y llegue a la entrada en donde pagué USD20 para poder ingresar.
Como estaba solo, y me era difícil encontrar un poco de paz en cualquier lugar que no sea mi hotel, emprendí una caminata bajo los árboles tropicales por los senderos que tiene el parque. Imposible. No importa cuan lejos de la gente me encontrase, siempre alguien me veía y se acercaba para ofrecer sus servicios de guía en un lugar que, no justifica su presencia.

Decidí entonces bajar a conocer las Dunn´s falls, propiamente dicho. En el camino había gente que recomendaba alquilar zapatos de goma para trepar las piedras de esta cascada.
No esta en mi lista ponerme zapatos usados por un millar de personas antes, y aunque vendían pares nuevos, sabía que tampoco iba a encontrar oportunidad para usarlos.
No me metí adentro de las cascadas por varias razones. Primero no me pareció la gran cosa. El lugar es bastante lindo, pero cuando me enteré que es artificial (o sea construido por el hombre) se me pincho un poco la ilusión, y sentía que ya no tenía la misma gracia.

En segundo lugar soy friolento, y aunque el clima daba para un chapuzón, no me banco media hora adentro del agua por que empiezo a temblar, junto mis codos, se endurecen y achican mis pezones, y mis labios de ponen violetas.
 Me niego además,  a que me lleve un guía en una excursión de cuatro pasos, haciendome gritar jilipolladas mientras estoy tomado de la mano aceitosa de algún turista sajón, tal como muestra mi foto.

Tras bajar a la playa, los visitantes se toman de las manos, alentados por los locales, y forman una suerte de cadena humana. Todos comienzan a subir a contracorriente, trepando los grandes escalones de piedra que van presentando los saltos.

El guía grita y arenga al grupo. 
Ja man!
Todos están obligados a gritar juntos, y al unísono,  como perfectos idiotas.

En el recorrido habrá varias paradas, y un lugar, EL point, en donde todos se sacan la misma foto de las cascadas con el exuberante marco tropical que rodea a los saltos.
Si no llevas tu maquina de fotos, poco importa. De todas maneras habrá gente que la saque por ti e intentara vender la captura al final del recorrido.
El avión y las Dunn´s Falls, únicos lugares donde vi hombres blancos.
Los guías van tirándole manotazos de agua a la gente, y es que uno está en Jamaica, y todo (por obligación) tiene que ser divertido.

Difícil entender como a la gente le gusta ser tratada de idiota. Desde afuera yo también me sentía uno.
Posando con las cascadas de fondo.
No todo es negativo, y lamento pintárselos así. El lugar no está tan mal, y ciertamente es de lo mejor que tiene para ofrecer Ocho Ríos. Cuando vuelva a Jamaica, es probable que lo venga a visitar nuevamente, pero me siento en la obligación moral de contarles a los lectores de Por tierra por la tierra cual es la verdad del sitio.

Dentro de la propiedad de Dunn`s Falls & Park  hay una muy linda playa privada en donde las frías aguas de las cascadas se unen con las cálidas de el Mar Caribe.
Este es el único sitio al que vale la pena dedicarle mas que un rato. Insisto en que vine en temporada baja, pero no me resulto difícil encontrar un poco de paz en estas arenas color manteca, abrazadas por el Mar Caribe, con aguas calientes, como prefiero.

 Aquí pude descansar un poco del flagelo de los gúias y vendedores. Me metí varias veces en el generoso mar, nadando hasta donde estaba la soga, o me era permitido. Atrevidamente siendo tocado por muchos peces poco tímidos que me hacían pegar algún sustillo.

La playa no es larga, pero es linda. Creo que al lado esta la casa (una de las) de Mick Jagger.

En 1657 se dio la última batalla entre los españoles (que a partir de aquí abandonaron la isla) y la marina inglesa, ayudada por otras tropas venidas de islas cercanas como Cuba.

Como el gobernador inglés no podía controlar la isla con sus hombres, pacto con los piratas de la "Hermandad de la costa" que se establecieron en Port Royal cambiando la historia de la isla, y de este peculiar puerto del Caribe, que alguna vez fue de los mas importantes.
La paz en Jamaica no dura mucho. Para llegar al estacionamiento del lugar, en donde había dejado mi auto alquilado, hay que pasar por un mercado artesanal y soportar nuevamente el hostigamiento de los vendedores allí apostados.
Mucha artesanía de madera, no pocas con motivos fálicos, que en Jamaica son comunes. También venden remeras de Bob Marley , de palmeritas y playa, o de la selección de fútbol local.
Caí en la trampa y me lleve una camisa caribeña con botones de coco. No creo encontrar alguna vez la oportunidad de usarla. Al fín y al cabo USD12 no es tanto, y aunque no creo que sea de seda, al tacto se le parece.