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lunes, 23 de mayo de 2016

Minas de Sal de Wieliczka

Las Minas de sal de Wieliczka, en las cercanías de Cracovia, forman parte de los primeros sitios en ser declarados Patrimonio de la Humanidad en 1978, y no es para menos, pues se trata de un lugar espectacular que cada año es visitado por mas de 800.000 personas.
Salimos desde Cracovia a media mañana y una hora mas tarde ya habíamos recorrido el pequeño poblado y estábamos estacionando nuestro auto alquilado y prontos a comenzar el recorrido por las entrañas de la "La Catedral Subterránea de la sal de Polonia", como también se conoce a las minas.
Pagamos un poco menos de €20 la entrada (+ un pequeño recargo para poder sacar fotos o filmar). No se nos ocurrió en ese momento, pero lo lógico sería juntarse con algún otro ahí adentro antes de adquirir las entradas, pues los costes bajan considerablemente para grupos de mas de 4.

Esperamos unos 15 minutos, lo que es poco para un sitio tan visitando como este, y mas que cuando se llega sin reservas.
Se ofrecen guías (obligatorios) en varios idiomas. Tomamos una excursión en inglés, que era la siguiente en salir, pero si no dominan otros idiomas tendrán que esperar el momento acorde para realizar la visita, o sacar los turnos de ante mano por internet e ir en el horario acorde a la salida en tu idioma de preferencia.
Tras pasar una angosta puerta de la Pozo Histórico de Danilowicz, bajamos por una de las 700 escaleras durante unos cuantos minutos. Si mal no recuerdo hasta los 327 metros de profundidad.
Siempre es un tanto incómodo no poder bajar unas escaleras a tu propio ritmo y mas cuando alguien te hace sentir el calor de su respiración en tu nuca por nada menos que 50 pisos.
(Hay ascensor y un sector adaptado a personas con movilidad reducida).
Finalmente llegamos a la primera de las galerías. Había leído que algunas personas habían sufrido claustrofobia en este lugar. Las paredes del pasillo están forradas en madera y son mucho mas altas que la de otras minas que tuve la oportunidad de conocer. En (casi) ningún momento se siente una sensación incómoda de encierro. Muchos de estos pasillos están pintados de blanco, de modo de reflejar mas la poca luz y ayudar también a prevenir incendios.

La temperatura se mantiene estable entre 14º y 17ºc durante todo el año, por lo que son frescas en verano y cálidas durante el invierno, momento de mi visita.
Monumento a Nicolás Copérnico
Las Minas de Wieliczka (Kopalnia soli Wieliczka) tienen 15 millones de años de antigüedad y vienen explotándose casi sin interrupción desde el siglo XIII. Son una de las minas de sal mas viejas (de hecho la mas antigua del mundo -Bochnia- se encuentra en las cercanías). Esta mina de sal tiene mas de 300 kilómetros de galerías subterráneas, historias de Nazis y leyendas de princesas.
Las Minas de Wieliczka guardan una historia que permanece muy cerca del corazón de los polacos.
Había una vez una princesa muy bonita y bien educada, hija del rey Bela IV, gran artífice de la reconstrucción de Hungría, tal como comenté alguna vez en El Alma de Buda . Su nombre era Kinga o Cunegunda (en español). A los 15 años fue obligada a casarse con Boleslao V, un Gran Duque de Polonia. La leyenda dice que la Princesa Kinga, no contenta con este hecho arroja su anillo de matrimonio a lo mas profundo de unas minas de Hungría, y este milagrosamente es encontrado por su marido tiempo mas tarde, quien le vuelve a pedir la mano, esta vez de manera privada y en las profundidades de esta misma mina.

La princesa Kinga era hermana de Santa Margarita de Hungría (canonizada por Pío XII) y sobrina de Santa Isabel de Hungría. Desde niña fue afecta a la vida religiosa, tal como era de suponer con esa cuna. Se dice que que Kinga y su marido nunca consumaron el coito. La historia confirma que Boleslao tambien era un profundo creyente, razón por la cual a él se lo conoce como Boleslao "El Casto". Apenas muere su marido, la Princesa Kinga funda un monasterio que dedica a Santa Clara en donde pasa el resto de su vida, y es el lugar de su morada final.

En 1690 Kinga fue beatificada por el Papa Alejandro VIII y canonizada como Santa Kinga por el Papa Juan Pablo II en 1999.
Desde hace siglos es venerada tanto en Polonia como en Hungría.
Durante los 3.5 kilómetros (mínimo) por lo que se extiende el recorrido, la guía va haciendo paradas en varias oportunidades para explicarnos detalles de las Minas de Wieliczka.
En la foto superior se apagan las luces de la cámara subterránea para ver la recreación de como los obreros mineros hacían explosiones controladas para ir ganando profundidad en la explotación.
Mientras vamos cruzando alguna de las 19 galerías con que cuenta este sector de la mina vemos a nuestros lados varios dioramas (maquetas de muñecos o esculturas) que recrean las condiciones laborales de los primeros tiempos en las minas. Incluso se ve por ahí algún enano que inmediatamente me recordaba a La capital de los duendes , y que según cuentan por aquí, estaban para alertar a los trabajadores ante situaciones de peligro.
La explotación de la sal era un derecho solo para monarcas, privilegio del cual gozaron todos los reyes de una Polonia que recién estaba naciendo y que pretendía estar mas cerca de la Europa Occidental. Fue gracias a la sal que Polonia pudo consolidarse como una nación cristiana.
En la cámara Casimiro "El Grande", el querido rey y responsable de regular el deseado mercado de la sal, trabajaban los caballos. Si descendían hasta las entrañas de la mina, sería para no volver a salir.
La fuerza de los caballos era utilizada para mover las pesadas roldanas que subían o bajaban a los trabajadores, las herramientas y otros caballos. Sólo en 2002 dejaron de bajar pingos.
Se sabe que al aire que rodea a la sal suele ser sano por lo que tanto los caballos como los trabajadores de la mina vivieron mas tiempo que sus coterráneos del exterior.
La forma en la que tienen organizado el recorrido por las Minas de Wieliczka y la presentación de los diferentes sitios en donde se van haciendo paradas es "para sacarse el sombrero". En ningún momento se hace denso o aburrido, y eso que el recorrido lleva varias horas.
Este es el que llaman "La Ruta Turística", la que ya fue visitada por mas de 40 millones de personas desde que abriera sus puertas. Sin lugar a dudas es uno de los sitios mas relevantes de Polonia y uno de los imprescindibles que nadie debiera perderse si es que llegó hasta Cracovia.

Para quienes quieran involucrarse mas con las tareas mineras también se ofrece otra ruta en la que vestidos como mineros y con linterna a la cabeza se trabaja algunas horas bajo tierra bajo la estricta supervisión de los expertos.
El interior de las Minas de Wieliczka sirvió desde tempranos tiempos como un lugar en donde los trabajadores pudieron expresar su religiosidad. Hay varios recintos donde cada mañana se hacían misas antes de comenzar la jornada laboral, como la Capilla San Antonio (la mas antigua), la Capilla de San Juan (con su interior de madera), la Capilla de Santa Cruz, o la Capilla de Juan Pablo II, quien vino a las minas en varias oportunidades.
Capilla de Santa Kinga
Sin embargo la que sorprende y fascina es la Capilla de Santa Kinga, Patrona de los Mineros y orgullo de quienes participaron de su construcción con el correr de los años. Es la joya de Wieliczka, y por supuesto la capilla de mayor tamaño (40 x 15 metros) capaz de albergar a casi 500 personas para una misa o 400 para una obra de teatro con una de las mejores acústicas de Europa.
Esta obra maestra escarbada en las rocas, a 101 metros de profundidad hacen de Santa Kinga la iglesia subterránea mas grande del mundo.
Altar con la escultura de Santa Kinga
Además del altar, el púlpito y varias estatuas (todo hecho de sal, claro) hay varios bajo relieves del Nuevo Testamento que han sido agregados a lo largo de las paredes del templo por los hermanos Tomasz y Jósef Markowski, unos escultores locales.
Con una altura de 12 metros, y con todo a nuestro alrededor hecho de sal (incluso los fantásticos candelabros), la Capilla de Santa Kinga deslumbra por su belleza. Es uno de esos lugares en donde uno quisiera pasar un rato a solas, pero después llegaron hordas de turistas que me devolvieron a la realidad.
"La Última Cena"
Solo queda pegar las narices a las paredes para apreciar los detalles esculpidos en la roca a partir del siglo XIX. Años mas tarde fue Antoni Wyrodek , un escultor minero auto didacta, quien continuó con la obra de los hermanos Markowski. Hay varios bajo relieve ejecutados con maestría sobre la roca, entre los que destaca "La Última Cena" de Leonardo Da Vinci (ver la profundidad).

Otro sitio impresionante de las Minas de Wieliczka es la cámara Michalowice de 35 metros de altura y capacidad para mas de 100 personas. Este depósito de sal enorme que se encuentra a 109 metros de profundidad fue explotado durante mas de 100 años seguidos entre los siglos XVII y XVIII.

Durante el siglo XX hubo peligro de derrumbe por lo que se empleó esta funcional estructura de madera en la que no se emplearon máquinas. Cada tronco fue puesto de a uno en su respectivo lugar.
La Mina de Wieliczka recibió a través de los años la visita de varios personajes ilustres de nuestra historia, como Johann Goethe, Copérnico, Humboldt, Frederic Chopin, varios reyes y presidentes. Muchas de las figuras de estos visitantes están plasmadas en esculturas hechas de sal, muchas de ellas labradas por manos expertas y afamadas.
Terminando el recorrido se pasa por una serie de lagos internos de las Minas de Wieliczka. Hasta la Primera Guerra Mundial funcionaba un recorrido en bote que permitía llegar hasta la boca de entrada a la Gruta de Josef Pilsudski, pero permanece cerrada desde que varios soldados se ahogaron intentando salir de las aguas salinas. Una pequeña estatua de San Juan Nepomuceno recuerda no sólo ese momento, si no también cuando las minas sufrieron una inundación durante el siglo XIX.  San Juan Nepomuceno que es el Patrono de las Inundaciones murió ahogado en el río Moldava cuando fue arrojado a las aguas desde el Puente de Carlos en Praga.
Las Minas de Wieliczka es un lugar espectacular que recomiendo fervientemente. No veo a quien no pudiera gustarle un sitio tan maravilloso. Millones de personas no pueden estar equivocadas.

viernes, 4 de marzo de 2016

Cracovia, el corazón de Polonia

Cracovia (o Kraków) es el lugar mas importante de la historia y la cultura de Polonia. Es el verdadero corazón del país y su ciudad mas visitada. Su centro historico integra desde 1978 la primera lista UNESCO de sitios Patrimonio de la Humanidad.
Cracovia fue capital de Polonia durante la mayor parte de su historia y actualmente es con 800.000 habitantes la segunda ciudad mas poblada del país (3.000.000 con su área metropolitana).
Hay pruebas arqueológicas que indican que la zona estaba poblada ya desde la Edad de Piedra.
El dragón de Cracovia (Pomnik Smoka Wawelskiego)
La leyenda sobre los orígenes de Cracovia cuenta que en la Colina de Wawel vivía un dragón muy temido por los habitantes del poblado. Cada tanto salía a saciar su hambre comiéndose chicas vírgenes y ovejas y alguien salía con los pantalones quemados.
Un buen día un joven y valiente príncipe que se llamaba Krakus engañó al dragón dándole una oveja llena de azufre en su interior. Cuando el dragón fue hasta la orilla del río Vístula, explotó en pedazos.

Una estatua de bronce del dragón (Pomnik Smoka Wawelskiego) marca desde 1972 el lugar donde habrían sucedido los hechos. Es obra del escultor polaco Branislaw Chromy, mide seis metros de alto y cada tanto escupe fuego.
Muerto el dragón se originan los planes para la construcción de una iglesia (actual Catedral de Wawel) y de un castillo en la colina, los dos edificios mas representativos del poder.

La leyenda cuenta que el primero de los castillos era de madera y fue mandado a construir por el Príncipe Krakus tras su hazaña, pero lo que si se sabe a ciencia cierta es que la parte mas antigua del castillo actual fue mandada a edificar por el Rey Casimiro III en algún momento entre 1331 y 1352, tiempos en los que Cracovia (tal es su nombre oficial) pudo desarrollarse económica y culturalmente tras el acuerdo de paz firmado en 1343 con los Caballeros Teutónicos.
Castillo de Wawel 
El Castillo de Wawel fue durante siglos fue la residencia oficial de los reyes de Polonia. 35 de esos monarcas (casi todos) fueron coronados en la Real Capital de Cracovia.

El Castillo de Wawel fue usado como hospital militar en los tiempos en que Cracovia estaba bajo dominio de los Habsburgo de Austria, y mas tarde, durante la Ocupación Nazi fue el lugar en donde vivía el General Hans Frank.
Iglesia de San Pedro y San Pablo, Cracovia
Desde el castillo sale la calle Grodzka, una de las mas antiguas que conducen a la vieja plaza. A pocas cuadras vimos la Iglesia de San Pedro y San Pablo, de estilo Barroco y la que mas cantidad de personas puede albergar en su interior. El templo fue parte de un desaparecido monasterio Jesuita que en 1595 dio inicio a la construcción que hoy sobrevive.
Al frente se encuentran desde 1722 estatuas con las figuras de los 12 Apóstoles, hoy reemplazadas.
Plaza del Mercado (Rynek Glówny w Krakowie)
Cuando uno llega por primera vez a la Plaza del Mercado (Rynek Glówny w Krakowie) sabe que se encuentra en el centro mismo de la ciudad y en la plaza mas importante de Cracovia y de Polonia.

Siempre cumplió un importante rol comercial, incluso después de la Invasión de los Mongoles que en 1241 destruyeron todo cuanto había en la plaza y sus alrededores.

En 1257 se mando a construir lo que hoy conocemos como Rynek Glówny, que con 40.000 metros cuadrados siempre sería la plaza medieval mas grande de Europa y el lugar donde siempre sucederían los acontecimientos sociales mas importantes. Eran cientos los puestos que se iban acomodando a un costado del Camino Real, por donde pasaban los ciudadanos nobles o ilustres en su camino al Castillo de Wawel.

En el medio de la plaza destaca el Sukiennice, un edificio que funciona como mercado techado desde 1257, aunque fue notablemente mejorado por Casimiro III El Grande en 1344, que es la estructura actual de 108 x 10 metros que conocemos hoy, aunque haya sufrido decenas de cambios desde entonces.
Rynek Glówny
Lo importante es que sigue funcionando como mercado, aunque las cosas que hoy venden ya no parecen tener ni el atractivo ni la importancia que tenían en antaño.
Escudo de Cracovia
El Sukiennice se prendió fuego en 1555 y con la reconstrucción el edificio comenzó a ganar un poco de altura e importancia.
Como mercado fue el lugar elegido por los comerciantes de varios siglos para vender telas (de ahí su nombre), cueros, especias llegadas del Lejano Oriente, el famoso ámbar del Báltico, etc.
Abajo de la plaza hay varios sótanos que se pueden visitar, y arriba del mercado, un museo.
"Cabeza Hueca"
En un sector del Rynek yace en el piso una curiosa cabeza hueca, de seguro una de las atracciones mas fotografiadas de la ciudad. Se trata de una escultura de bronce obra de Igor Mitoraj, un escultor local.
Tras formar parte de una exposición al exterior, el artista decide regalar Eros Bound a la ciudad, pero tuvo que patalear un poco para ganarse el lugar en donde se encuentra desde 2007.
Iglesia de San Adalberto
La Iglesia de San Adalberto se encuentra en el lado sur del Rynek Glówny desde casi un siglo antes de que esta fuera planeada, y es por eso que su ubicación resulta un tanto rara.
Para acceder a la planta hay que descender por debajo de la plaza, lo cual indica que la altura que hoy tiene la plaza es varios metros mayor a la de la época en la que fue creada.
Los estudios arqueológicos dan fe que la primer construcción de San Adalberto fue un edificio de madera del siglo X. El actual data del siglo XI aunque recibió importantes mejoras en estilo Barroco a principios del siglo XVII.
Cracovia gusta. No es difícil entender por que fue y es el "Corazón de Polonia" y la ciudad elegida por millones de turistas cada año.
Durante los años de ocupación, los Austríacos tiraron abajo las viejas murallas de Kraków, rellenaron con tierra los fosos defensivos y crearon una serie de parques. Entre ellos el Planty, una suerte de "pulmón verde" de la ciudad que rodea el centro histórico. Tiene 8 kilómetros de largo y aún se pueden ver varias partes de la vieja muralla medieval.
Nos despedimos de lejos de un lugar con mas de 1.000 años de historia, la Catedral de Wawel, cuyo nombre oficial es Catedral de San Wenceslao y San Estanislao (królewska basylika archikatedraina ss. Stanislawa i Waclawa na Wawelu).
Construida entre 1320 y 1364, es un curioso edificio de estilo Gótico de tres naves y 18 capillas anexadas a sus laterales, testigo de los acontecimientos mas importantes de Polonia.
Es tiempo de ir hacia el sur, mas precisamente a Kazimierz, el barrio Judío de Cracovia y uno de los sitios mas relevantes para visitar en la ciudad, y que junto al centro histórico y el Castillo de Wawel integra aquella primera lista de sitios Patrimonio de la Humanidad protegidos por la UNESCO.

Fundada por Casimiro El Grande en 1335, la ciudad que lleva su nombre antiguamente estaba en una isla separada del casco urbano de Cracovia por un brazo del río Vístula que ya no existe.
En 1495, una gran cantidad de Judíos fueron expulsados de Cracovia y obligados a vivir en la (por aquel entonces) vecina ciudad de Kazimierz.
Hoy Kazimierz es importante por ser un lugar ocupado por Judíos durante los últimos 500 años. Es como un barrio de moda en el que nuevos bares, galerías y restaurantes parecen abrir cada día. Es el punto de reunión de la actual bohemia de la ciudad, pero su pasado tuvo algunos buenos momentos y muchos para el olvido.

Durante los siglos XVI y XVII se fue consolidando como centro espiritual y religioso de los Judíos de Polonia. Se erigieron sinagogas, se llenaron con libros los estantes de las bibliotecas y se impartían clases en Ídish (o Yddish), la lengua hablada por los Judíos de Europa central.
Restaurante en Kazimierz
Durante los años de Ocupación Austríaca el barrio de Kazimierz vivió quizás su mejor momento en siglos. Todas las manzanas fueron iluminadas, llegó el tren y floreció mucho su vida cultural.
Durante los años de la Segunda Guerra Mundial el barrio de Kazimierz fue destruido por los Nazis (curiosamente Cracovia no sufrió la misma suerte ya que a Hitler le gustaba la ciudad), y tras finalizar la contienda bélica pasó al olvido en todos los años de la Ocupación Comunista de Rusia.
En las calles de Kazimierz está la fábrica en donde Oskar Schindler salvó la vida a mas de un millar de Judíos condenados a la cámara de gas. La historia de este suceso quedó plasmada en la película
"La Lista de Schindler" dirigida por Steven Spielberg y ganadora de 7 premios Oscar de la academia, la cual fue filmada en Kazimierz.