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sábado, 23 de abril de 2016

Las Termas de Puritama

Las Termas de Puritama, distantes a unos 30 kilómetros del pueblo de San Pedro de Atacama, en el norte de Chile, son de las mas bonitas que haya conocido. Lo que las hace únicas es el entorno de privilegio en donde están emplazados estos pozos naturales de agua termal, usados desde hace miles de años por los nativos.
Las Termas de Puritama se encuentran a 3.475 metros de altura en pleno Desierto de Atacama (el mas árido del mundo). Se trata de ocho piletas por donde pasan las "aguas calientes" que trae el río Puritama. De hecho eso significa "Puritama" en kunza, el idioma Atacameño hoy desaparecido que se hablaba en toda la región del altiplano comprendida entre Argentina, Chile y Bolivia.
Nos pareció una excelente idea terminar la agotadora jornada en las Termas de Puritama luego de recontra madrugar para visitar los Geiseres del Tatio y sus alrededores, ya que el camino de entrada a estos Baños se encuentran sobre esa misma ruta.

Desde lo lejos se ven las poco intrusivas instalaciones que el Hotel Explora mando a construir alrededor de los piletones para la comodidad y uso exclusivo de sus huéspedes durante las mañanas, y de quienes lleguen aquí de manera independiente o en tours durante las tardes.
El predio en donde están las Termas o Baños de Puritama tiene 60.000 hectáreas y pertenece a la firma Explora S.A.
La idea original del proyecto era la de conservar el sitio y fomentar el turismo. Durante la tarde las termas están abiertas al público que mediante un pago equivalente a USD20 accede a este sitio. Puede parecer un tanto caro pero vale hasta el último de los centavos. Como para mantener la armonía con los pueblos originarios todo lo recaudado está destinado al Consejo de los Pueblos Atacameños.
Antes de llegar se advierte el vapor que emana el agua caliente del río Puritama, uno de los pocos ríos de agua dulce que uno puede encontrar en el Desierto de Atacama. De inmediato uno sabe que se encuentra en un sitio singular e irrepetible.
Esta serie de piletas naturales de las Termas de Puritama, ocho en total, varían su temperatura que va descendiendo de los 33 a los 25 grados Celsius a medida que vamos avanzando por el deck de madera 
En la ocasión de nuestra visita parece que tuvimos mucha suerte pues no había nadie mas en todo el lugar, pero parece que el sitio a veces se llena mucho por la tarde y resulta incómodo y menos especial compartir los piletones con decenas de extraños.

Mientras relajábamos nuestros músculos en las calientes aguas, me sentía afortunado de estar en este cañadón de mas de un kilómetro de largo rodeado de flora típica de la zona, que crece a la vera del río como si se tratase de un Oasis y al fondo la Cordillera de los Andes. Una sensación espectacular.
Uno va pasando de pileta a pileta caminando sobre un gran muelle colorado que hace de nexo con las instalaciones. Pensaba que el color era de pura coquetería, pero resulta que es el mas propicio para combatir el daño de los rayos Ultra Violetas del sol, el mayor y "único" enemigo que pueden encontrar las maderas por aquí, ya que a esta altura no existen bichos que se las coman ni hongo alguno.
Dos de las ocho piletas tienen unas pequeñas cascadas por donde el agua baja con la suficiente presión como para darnos la oportunidad de sentarnos en un escalón para recibir un masaje bastante relajante .

Los mas exigentes no conseguirán una cerveza o lata de Coca-Cola pero podrán contratar los servicios de los masajistas profesionales que por USD 25 pondrán sus manos a trabajar buscando una relajación que por la tarifa no incluye un "Final Feliz".
Si uno pudiera tele transportarse, las Termas de Puritama sería uno de esos lugares a los que uno vendría a relajar un rato, para hacer un asado, "echarse un polvo" o meditar un rato entre la angostura del cañadón, pero mientras tanto sólo es posible para quienes visiten San Pedro de Atacama.

domingo, 30 de agosto de 2015

El Fuerte de Niebla, uno de los "Castillos del fin del mundo"

La ciudad de Valdivia fue fundada tan temprano como 1552 por el militar y conquistador español Pedro de Valdivia, el mismo que 11 años antes había fundado la ciudad de Santiago, hoy capital de Chile. Durante varios años permaneció habitada hasta que en 1598 los sublevados indios Mapuches le dieron una paliza inolvidable a los españoles en la Batalla de Curalaba. A partir de este momento España abandonaría varios fuertes en el sur de las Américas. Era el final de la Conquista de Chile.

La  ciudad quedo abandonada durante algunas décadas, y sólo cuando el número de colonos holandeses se iba acrecentando, España decidió poner las manos sobre el asunto.
Iglesia San Antonio
Estacioné mi camioneta en el parking de la entrada del museo tras un recorrido de media hora desde la apacible ciudad de Valdivia,  y me dispuse a recorrer el Fuerte Niebla que formaba parte de un sistema defensivo conocido como los Fuertes de Valdivia, uno de los sistemas defensivos mas grandes de todos cuantos construyeran los españoles para proteger sus nuevos dominios en América, y que junto con el Fuerte San Diego que visitase cuando estuve en con el Acapulco, y la Fortaleza del Real Felipe del Callao, en el Perú, constituían el eje defensivo de los españoles en el Oceano Pacífico.
Este Monumento Nacional de Chile, de 15.000 cuadrados, se encuentra en muy buen estado y las refacciones parecen estar a la orden del día, o al menos durante el momento de mi visita.  El fuerte permaneció cerrado durante casi 2 años. Allí recibió una correcta puesta en valor como parte de un plan integral nacional. Por un sistema de pasarelas aéreas y de muy buena calidad (y apta para ser recorridas por gente en sillas de ruedas o movilidad reducida) se va recorriendo los vestigios de este lugar, el mas visitado de los Fuertes de Valdivia.
También conocido como "Castillo de la Pura y Limpia Concepción de Manforte de Lemus", el Fuerte de Niebla fue originalmente edificado en madera y piedra en 1671 por orden del Virrey Alvarez de Toledo y Leiva. Pocos años mas tarde, en 1737, el fuerte fue destruido completamente por uno de los terremotos que suelen asolar a los chilenos. No sería la última vez. Con el Terremoto de Valdivia de 1960, de 9.5 en la Escala de Richter, volvería a sufrir importantes daños.
En cada una de las obras de refacción, ya sea por el daño de los terremotos, o por las mejoras propuestas desde el estado, se han encontrado objetos de 400 años de antigüedad que todavía hoy no están expuestas en las vitrinas de este museo.

Me hice de un mapa del sitio en el edificio de la administración pegado a la entrada. A los pocos pasos de haberme subido a la nueva pasarela área me sume a la visita guiada.  El guía era una maravilla. Contaba todo de un modo interesante y divertido. Hizo de esta visita, una muy amena.
El Faro Morro Niebla, o Faro del Fuerte Niebla es de 1900, y presta servicio a los navegantes desde 1925. Cada 10 segundos emite un destello que puede verse a 7 millas marinas de distancia.
Baterías del Castillo de Niebla
En el Fuerte Niebla se fundía hierro así que había balas de sobra para que los 18 cañones que tenía la fortificación. Los mismos podían entrecruzar sus cañones con los de la Isla Mancera, que se encuentra frente a la localidad de Niebla, al otro lado de la Bahía de Coral. Allí se encuentra el Castillo San Pedro de Alcántara, otro de los Fuertes de Valdivia.

Casa del Castellano
Fiel a la original, la Casa del Castellano fue reconstruida en 1992 con fondos de Chile y de España para conmemorar los 500 años del "Descubrimiento" de América. En su interior funciona el museo, dividido en 5 salas, que según la época cuentan la historia de este gran sistema de fuertes defensivos cercanos a la ciudad de Valdivia.
Réplica Soldado Español
El museo es muy didáctico. De sus paredes cuelgan fotos y mapas. En las salas hay muchas réplicas a escala real de los habitantes de la guarnición y de los Mapuches durante la época colonial, todos haciendo sus tareas pertinentes que permiten imaginar con mayor realismo como era la vida en esos tiempos en los que se estaba bajo continua amenaza.
Exhiben una maqueta de la Bahía de Corral en donde muestran la ubicación de los distintos fuertes y baterías en las dos orillas, como así también los tipos de municiones utilizadas por los cañones.
Pocos lugares como este para sentir la historia de Chile. Son pocas las huellas que permanecen de pie, de lo que alguna vez fueron "Los Castillos del Fin del Mundo".
El recorrido desde la ciudad de Valdivia es muy bonito y pasa por varios lugares de interés que sirven para complementar la visita al Museo Sitio Castillo de Niebla. Aquí están muchas de las playas mas apreciadas de la zona. En verano pueden ser una buena opción.

miércoles, 13 de mayo de 2015

Paso Carirriñe el sector menos conocido del Parque Nacional Lanín

Cuando me enteré que el Paso Carirriñe es "solo" para hacer en vehículos 4x4, supe que mi próximo destino terminaba del otro lado de la Cordillera de los Andes, en Chile.

Estaba pasando unos días en San Martín de los Andes, un lugar al que fui cada invierno durante mitad de mi vida, e incluso he vivido allí por unos meses.
En diferentes ocasiones había salido a Chile por el Paso de Hua-Hum, el Paso Mamuil-Malal y también por el Paso Tromen. por nombrar sólo algunos de los pasos cordilleranos que nos unen a Chile desde la provincia de Neuquén, pero desconocía la existencia de este. Puede que por tratarse de un paso estival,
o quizás por no haber tenido el tipo de vehículo apropiado es que no le había prestado atención.
La ruta para llegar es la misma que nos lleva a Junín de los Andes, pero antes de llegar a la ciudad se dobla por un camino que va hacia el Lago Lolog. Se atraviesa un sector del Parque Nacional Lanín que me era desconocido en mas de la mitad del recorrido.
El camino siempre es muy lindo (como son todos dentro del parque nacional) y lo mejor que tiene es la diversidad de paisajes cada vez mas verdes que nos va ofreciendo con el correr de los kilómetros.
Cruzando el Río Curruhué
El Área Curruhué está plagado de araucarias varias veces centenarias. Este es un árbol característico de esta zona y es emblemático para los Mapuches, los antiguos pobladores que comían el piñon, el fruto que otorga este árbol, tal como sucede hoy en los restaurantes gourmets de la Patagonia.
Vamos a ir cruzando lagos a diestra y siniestra. El primero de ellos es el Curruhué Chico, distante a unos 40 kilómetros de San Martín de los Andes.
El accionar reciente de los volcanes cercanos dio origen a esta serie de lagos encadenados formadas por los sedimentos acumulados en los últimos miles de años.
Luego pasaremos por el Lago Verde, y el cercano Mallín Grande, buen punto fotográfico del trip.
En el camino, tanto del lado argentino como del chileno hay varios paradores desde donde se puede acceder a una playa. Los mismos cobran una entrada moderada y ofrecen servicios de baños, mesas, parrillas, venta de comida y carnada, o bajada para embarcaciones en los lagos en donde esta permitido. 
Tras abandonar la playa del Lago Curruhué Grande, de origen glaciario, continuamos camino hacia el control migratorio de Chile.
A 80 kilómetros de haber entrado en el camino nos encontramos con un campo de lava producto de la erupción del volcán Achén Ñiyeu hace aproximadamente 400 años, la mas reciente muestra de actividad volcánica en la región. El lugar es conocido como "El Escorial". Aquí hay dos posibilidades. La indicada es seguir un sendero que nos demandará unos 50 minutos. La segunda es escalar, hacia el otro lado del camino, las grandes piedras de lava que dejó el volcán en lo que supo ser un río que partía del Lago Epulafquen. Son mas de 7 kilómetros de lava solidificada.
Tras gozar de milenarios paisajes durante otros 75 kilómetros, un cartel nos da la Bienvenida a Chile.
A medida que nos vamos acercando a la Cordillera de los Andes, y al Océano Pacífico se hace evidente el aumento del regimen pluvial. El verde que aqui nunca fue tímido se va multiplicando con la aparición de nuevas especies de una flora ahora exuberante.  Una vez en el lado chileno se hace evidente la presencia de la Selva Valdiviana  pues la vegetación es mucho mas tupida y abundante. Como sucede en otras regiones de la frontera entre Argentina y Chile, llueve mucho mas en el lado del país transandino.

El camino podría transitarse en un auto, pero hay una subida de 200 o 300 metros con tierra muy floja que impediría terminar con éxito el cruce al país vecino.
En el control de migraciones del lado chileno nos dieron vuelta la camioneta. Dos o tres carabineros que hablaban perfecto alemán no dejaron rincón del vehículo sin revisar. Yo había hecho un alto en el camino para tomar distancia de algunos vehículos que alcancé en el camino, y cuando llegué una hora mas tarde recién estaban por terminar los trámites de la camioneta que me predecía, o sea que a cada bólido le sucedía lo mismo. Aparentemente Carirriñe era un antiguo punto de contrabando entre ambos países.
Para festejar un nuevo ingreso a Chile, hice una pequeña bajada hasta la playa de un lago. Siempre me queda la duda cuando en el país, pues por lo general, y en base a mi experiencia, muchas veces está prohibido circular por fuera del camino.
En esta parte del recorrido hay mucho mas tráfico, ya que las tierras son privadas y hay centenares de pequeñas fincas y emprendimientos turísticos.
Allí encontré un lugar reparado del viento en donde pasar un agradable rato comiendo los berries que regalaban los árboles, que como estirándose querían alcanzar las arenas en donde me encontraba.
El resto fue pavimento. Un recorrido que hasta la ciudad de Valdivia es en gran parte una ruta escénica que pasa por media docena de lagos y de pueblos. Los campos están sembrados y los árboles nos acompañan en gran parte del camino.

¿Y en Valdivia que?
Sigue acá 

Entrada relacionada:

Parque Nacional Lanín por el camino típico

miércoles, 1 de abril de 2015

Dos días en Temuco

Me acerqué hacia Temuco con tres claros objetivos. El primero conocer esta ciudad por la que había pasado cerca en mas de una ocasión. El segundo volver a ver el Océano Pacífico tras algunos años, y el tercero buscar rumbo norte para ir acercándome lentamente a Buenos Aires, en donde tenía que estar algunos días mas tarde.

Dos idénticas vueltas tuve que hacer por la autopista cuando salí de Valdivia por seguir las instrucciones desactualizadas de mi GPS, pero a la tercera no me deje engañar.

Temuco es capital de la provincia de Cautín y la Región de la Araucaria. Se encuentra a casi 700 kilómetros de Santiago, la capital de Chile. Actualmente cuenta con unos 300.000 habitantes.

 Durante mi visita alquilé un pequeño departamento. Tras dejar algunas de mis cosas hice unas compras para la noche, y desde ahí me acerqué a la costa a conocer algunos de sus simpáticos pueblos satélites.
En uno de los extremos de la ciudad, propiamente dicha, muy cerca de la Plaza de Armas, se encuentra el lugar mas visitado de Temuco, me refiero al Monumento Natural Cerro Ñielol. Este parque contiene la misma flora y fauna que había visto días antes en el Parque Oncol en la Selva Valdiviana.
Como vi que no tenía gran tamaño dejé estacionada la camioneta y me dispuse a ascender el único camino hacia lo elevado del cerro que con 335 metros es la parte mas alta de la ciudad de Temuco.
El entorno es de lo mas bonito. No me llama la atención que sea uno de los lugares preferidos de esparcimiento para los habitantes de Temuco, que además le guardan un cariño especial por el significado histórico y cultural que tienen las laderas del cerro.
Hasta 1987 fue un Parque Nacional, pero la Asociación de Amigos del Árbol compro parte de las tierras para evitar que fuera reforestadas. Actualmente manejan menos de 100 hectáreas que mantienen con el dinero que cobran a casi todos por entrar. Hay también un restaurante, pero como en 10 minutos no fui atendido, me retiré sin poder saber que tal estaba.
En el Cerro Ñielol hay 4 senderos cortos que se pueden realizar sin mayor dificultad ni demanda de tiempo. Por ello vale la pena hacerlos todos. De todos modos por los pocos servicios que ofrecen, y la falta de algún sendero de mayor longitud, podría ser un  lugar de entrada gratuita.

Desde arriba (donde está el restaurante) se obtienen vistas de la ciudad de Temuco, una de las ciudades con mayor índice de contaminación ambiental de Chile.
Mi segundo día en Temuco lo dediqué a recorrer el área céntrica de la ciudad, aprovechando que tenía que resolver unos quehaceres, y no iba a quedarme sin conocerla.
Deje la camioneta en el estacionamiento que se encuentra debajo de la plaza y me dispuse a caminar.
Plaza de Armas
No muy lejos de la plaza principal se encuentra la zona comercial, aunque paradójicamente, y tarde, me enteré que no es el mejor lugar de la ciudad para hacer compras.
A pocas cuadras de la Plaza de Armas se encuentra el Mercado Municipal de Temuco, cuyo edificio neoclásico mantiene sus puertas abiertas desde 1929. 
Mercado Municipal de Temuco
El mismo está muy orientado al turista. En los bordes del mercado hay decenas de restaurantes y puestos de comida que venden sopas, carnes, pescados y mariscos. También carnicerías y rotiserías que tenían mostradores muy completos y estaban atestadas de clientes.
Supuestamente venden artesanías Mapuches, que en este lado tienen mas derechos reconocidos que sus pares en Argentina, misma región pero del otro lado de la Cordillera de los Andes. Poco y nada. Solo se ve ropa, alfombras, recuerdos, esas esculturas de madera con la etiqueta "Made in China", algo de platería y toda la parafernalia típica de este tipo de mercados.
Los precios me parecieron elevados, pero sigue siendo un lugar que merece visitarse. No solo por lo fotogénico de su edificio (gran patrimonio de Temuco) si no por lo vívido que es su interior.
Fuente en el Mercado Municipal de Temuco
La ciudad tiene una famosa iglesia con una forma atípica en este tipo de construcciones. Se trata de la Catedral de Temuco. Esta construcción que alberga en su interior a varios pisos de oficinas vino a reemplazar a la antigua catedral destruida en el gran terremoto que afecto al país en 1960.
Mas de 20 años estuvo Temuco sin su catedral, y tras juntar fondos entre los simpatizantes (entre quienes se encontraba el Papa Juan Pablo II), pudieron por fin comenzar la obra en 1981.

No hay edificios deslumbrantes ni grandes tiendas. Por sus calles no circulan coches alemanes ni rubias de anteojos negros. En los suburbios y parte de la ciudad hay una marcada indigencia, sin embargo, por su activo rol comercial, Temuco es de las ciudades mas ricas de Chile.


martes, 24 de marzo de 2015

El Parque Oncol en la Selva Valdiviana

En mi segundo día en Valdivia me vine a conocer una serie de parques nacionales que se encuentran a unos 30 kilómetros de la ciudad. El que mas me gusto de ellos fue el Parque Oncol sito en lo mas primitivo y conservado de la Selva Valdiviana.

Tras abonar un ticket y charlar un rato con la atenta y super bonita guarda parque de la entrada, me dispuse a iniciar el recorrido.

La velocidad máxima permitida es de 15 kilómetros por hora, la cual es buena mantener a todo momento por la cantidad de curvas cerradas que no dejan ver a quienes vienen en dirección contraria. Además el camino, aunque muy bien mantenido, es angosto, y apenas pasan dos autos.
 El Parque Oncol dispone de algunos miradores desde donde es posible estirar la vista.
Se puede apreciar el valle en el que está asentado la ciudad de Valdivia a lo lejos, varios volcanes y también las sierras de la Cordillera de la Costa.
Uno de los programas preferidos de quienes visitan el Parque Oncol es el Canopy.  Esta nueva actividad de origen militar, también conocida como Cable o Tirolesa,  consiste en dejarse caer por un cable de acero sujetado a una polea mediante ganchos, aprovechando la fuerza de la gravedad haciendo siempre un recorrido descendiente. Este deporte es ideal para hacerla por entre las copas de los árboles ¿ y que mejor lugar para ello que la Selva Valdiviana?
Este recorrido aquí ofrecido consta de 3 estaciones de 60, 150 y 200 metros de largo por las que el visitante se va dejando caer por el cable metálico.
La particularidad que tiene el Parque Oncol, o esta porción de la Selva Valdiviana es que no fue afectada por las glaciaciones de hace 18.000 años atrás, dejando lugar a que años mas tarde se forme un bosque muy diverso biologicamente, y que siempre es verde y húmedo.
Este tipo de bosques templados solo se repiten en Nueva Zelanda y no existen en ningún lugar del hemisferio norte.
Existen dentro del Parque Oncol una serie de senderos de diversa dificultad y longitud. El mas lindo es el que llega hasta la parte mas elevada del terreno.
Es buena idea llevar zapatos adecuados, una botella de agua y algún impermeable para proteger los equipos electrónicos de las frecuentes lluvias y de la humedad reinante.
Vale la pena venir al Parque Oncol. Son pocos los kilómetros que lo separan de la urbe, pero un mundo la diferencia. Además el camino hasta la entrada también es muy bonito.
Al final del camino vehicular esperan los baños y la confitería, en donde se puede reponer energías. Quienes quieran, pueden alquilar una de las cabañas que hay en las inmediaciones, inmersas entre la espesura del bosque. De haberlo sabido, hubiera considerado esta opción.