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domingo, 5 de noviembre de 2017

Los petroglifos de Twyfelfontain

Twyfelfontain es uno de los sitios arqueológicos mas importantes de África Meridional, famoso por la alta concentración de petroglifos realizados durante miles de años por los antiguos.
 
Día 6:
Luego de desviarnos unos 20 kilómetros de la C39, en donde había un inusual tráfico en comparación del que suelen haber en los caminos de la región norte del país, llegamos al sitio arqueológico de Twyfelfontain (o IUI-IIais en Damara). El mismo se encuentra dentro del árido valle de Huab, en la región de Kunene, en Namibia.
Algunos de mis amigos tuvieron que quedarse a arreglar el soporte tipo tranquera de la rueda de auxilio de la Toyota Land Cruiser comandada por Andy. Un peligro como flameaba. Había que asegurarla antes de volver a los caminos. El resto nos fuimos caminando bajo el sol abrazador del mediodía hacia los petroglifos. En lo particular estaba contento de conocer este lugar cargado de historia, y que, desde 2007 es Patrimonio de la Humanidad (UNESCO).
En el camino pasamos por los pocos restos visibles de una granja de colonos Afrikaaners de apellido Levin, que vivieron allí. Buscando agua para sus animales, en 1942 descubrieron un manantial, y se mudaron cerca de los petroglifos. Es por ellos es que se conoce a este lugar con el nombre de Twyfelfontain, que en Afrikaans significa "Agua dudosa".  
Los primeros habitantes del valle eran unos cazadores - recolectores que ocuparon la zona del valle hacia finales de la Edad de Piedra. Ellos fueron quieren realizaron los primeros petroglifos, los mas antiguos, que pueden tener unos 5.000 o 6.000 años. La gran mayoría son de los animales con quienes compartían el hábitat.

Unos 2.000 años atrás llegaron los Khoikhoi desde la actual Botswana. Los Khoikhoi son un grupo pastoril y ganadero de origen Khoisan, como lo son los Nama y los San (o Bosquimanos). En Twyfelfontain encontraron los petroglifos antiguos y continuaron con la obra durante siglos. A partir de su llegada  es que aparecen las primeras figuras geométricas en el lugar. También las de flora propia de la zona.
Todavía es desconocido el número exacto de petroglifos en Twyfelfontain. Con seguridad hay entre 2.500 y 3.000, pero algunos dicen que podrían ser muchos mas. Se encuentran divididos en 15 zonas arqueológicas, todas cercanas las unas con las otras.
Los petroglifos se han mantenido en excelente estado de conservación gracias a la extrema sequedad del ambiente y la poca cantidad de lluvias que tiene cada año la zona.
La caminata hacia los petroglifos y las pinturas rupestres demanda cierto esfuerzo físico, ya que hay que ir trepando piedras. Muchas personas abandonaban a medio camino.
Pese a la importancia arqueológica del sitio, y que ya era Monumento Nacional desde 1952, tardaron décadas en protegerlo. Hoy se encuentra en gran estado de conservación y es posible alquilar servicios guiados en varios idiomas. Por lo general ofrecen tres recorridos de distinta duración.
Todos los petroglifos de Twyfelfontain tienen una patina que acentúa el color mas claro del interior de la piedra (en este caso se trata de Cuarcita). También existen un montón de pinturas rupestres, y esta combinación no suele ser común en otros sitios arqueológicos de importancia en el mundo.
Este conjunto de formaciones rocosas fue utilizada por los San para sus ceremonias y prácticas chamanicas. Muchas de las piedras emiten un sonido particular si son golpeadas como tambores. La presencia de huesos de animales chicos dan prueba de que aquí pasaban largas jornadas.
Entre los miles de animales representados en Twyfelfontain podemos encontrar las figuras de elefantes del desierto, kudu, jirafas, avestruces, vacas, rinocerontes y cebras. También existen de flamingos, pinguinos y focas, lo que dan muestra de que los artistas conocían también algunos territorios mas alejados.
Algunos de los petroglifos están a simple vista y otros bajo el resguardo de algunos aleros de piedra, y hay que saber a donde buscarlos en este enorme galería de arte al aire libre. Si no se contrata un servicio guiado, quizás lo mejor es ver donde es que están ellos enseñando los petroglifos.
Entre muchas destaca la figura de una criatura con cuerpo de león con cola muy larga y pies humanos. Es quizás la figura mas famosa de Twyfelfontain. Los expertos dicen que trata de un chamán convertido en león en alguna de las ceremonias en donde los San hacían rituales de chamanismo para tener una mejor temporada de caza.

En esta oportunidad andabamos de paso y nada sobrados de tiempo, pero en el lugar hay un cómodo lodge con una arquitectura bastante formidable en madera, donde se come bien y se han de ver unas puestas de sol espectaculares. Quedará para otra oportunidad.

Uno de los amortiguadores delanteros de la castigada camioneta de Andy dijo basta y se partió al medio, por lo cual adelantamos nuestra salida hacia Khorixas, una pequeña ciudad de 10.000 habitantes en donde daríamos con un mecánico.

sábado, 14 de octubre de 2017

Primeros encuentros con los Himba

Ese día íbamos a recorrer unos 300 kilómetros desde Erindi hasta Khorixas, siendo el plato fuerte de la jornada, la visita al importante sitio arqueológico de Twyfelfontain.
Hasta el momento veníamos viajando entre 3 y 4 camionetas, y a partir de ahora, en algunos momentos, la caravana contaría con hasta 16 vehículos Toyota.

Día 6 por la mañana:
Aquella mañana de agosto nos juntamos muy temprano con Gustavo "El Colo" Hartingh y su grupo de clientes en el playón del estacionamiento del Elephant Camp de Erindi. Gustavo se dedica a llevar gente alrededor del mundo hace 20 años. Es un viejo conocido en el mundo del 4x4 en Argentina, y de ahí es que lo conocemos. De hecho la posibilidad de unirnos a este viaje en particular surgió en el jardín de su casa, un día sábado del mes de febrero. De a poco nos fuimos sumando con varios de nuestros amigos hasta conformar un apreciable sub grupo dentro del grupo grande.
Gustavo es un viajero empedernido y no para un instante. Si son de Argentina pueden sumarse a alguno de sus viajes entrando a su página web Guía4x4.com.ar.

Dimos la nota cuando nuestro amigo Pitufo se quedó dormido, y todo el grupo tuvo que esperarlo. Si había gente que no lo conocía, en media hora ya estaba en boca de todos, y ocupando con sus charlas la frecuencia de la radio que todos compartíamos.
La caravana se hizo larga, lenta y aburrida. Con tantos vehículos adelante nuestro, el polvo parecía quedar para siempre suspendido en el aire. No podíamos sacar fotos, ni abrir la ventana para fumar. Un ruido sospechoso en una camioneta, una goma pinchada en otra. Todo hacía lento el avance y entre algunos de los nuestros ya empezábamos a masticar mal humor. Por suerte la caravana se volvería mas dinámica con el correr de las horas.
Tras andar algunas horas, la caravana se detuvo en unos puestos de artesanías hechas por los Himba que se encuentran a la vera del camino hacia Khorixas. La gente se abalanzaba de las camionetas por la novedad de esta tribu famosa por el color de su piel y pelo, y por andar con los pechos descubiertos. Todos sacaban fotos y hacían sus primeras compras de recuerdos.
Por supuesto que nadie en el grupo tenía mala intención (todo lo contrario), pero a mi me resultó un poco chocante ver como los niños Himba aceptaban chupetines o inflaban globos de colores y se asustaban cuando estos explotaban.
Terminamos todos bailando y cantando, y terminó siendo un momento un poco mas agradable.
Los Himbas forman parte de la vida cotidiana de Namibia, y es posible verlos por todos lados. Ellos no se mostraban ni sorprendidos ni acosados, y pudieron hacerse de unos cuantos Dólares Namibios con sus ventas de artesanías en madera. Por suerte mas adelante podríamos tener un contacto mas profundo, y aprender todo acerca de sus costumbres.
Siguiendo nuestro camino hacia Khorixas, y el sitio arqueológico de Twyfelfontain, pudimos divisar al primer grupo de mujeres Herero con su característica y colorida vestimenta (Pinchar aquí)