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domingo, 14 de julio de 2013

Museo del Hermitage

Apenas pusimos un pié en San Petersburgo nos encontramos con nuestra guía Ludmila y tras una brevísima presentación nos subimos a un mini bus que nos tenía preparado y nos fuimos al Hermitage, ese conjunto de edificaciones en donde vivieron los zares de Rusia.

El día estaba gris y bastante fresco pese a que era pleno verano. En las calles un denso tráfico. Todos parecían estar llegando tarde.

Con mi familia nos fuimos preparando ya a distancia con Ludmila quien era historiadora. No era simpática pero sabía mucho acerca de la historia de su país.
Ella sabía lo que queríamos ver y planificó un recorrido acorde que nos demandaría dos días. 
Saber que es lo que uno quiere ver aquí es clave, tal como sucede en el Louvre de Paris, el British Museum o el Museo del Prado, en Madrid.

El museo Hermitage en sí ya es motivo mas que suficiente para visitar la ciudad de San Petersburgo. Es tan grande la colección de obras de arte que alberga en su interior, que es imposible recorrerlo entero. Uno necesitaría venir todos los días durante años.

Recomiendo visitar con un guía para no perdese en los enormes edificios y poder sacarle el jugo a la visita. Ademas te hacen pasar sin hacer la cola, que la mayoría de las veces es larga. Una vez dentro en la enormidad de los edificios la gente parece desaparecer.
Hoy no les voy a hablar de las obras que aquí se encuentran de gigantes como Miguel Angel, Da Vinci,  Rubens, Velazquez, Van Gogh, Goya, Monet, Kandinsky solo por nombrar algunos. Solo quiero mostrar la opulencia de los edificios que fueron residencia de los zares de Rusia  hasta la revolución bolchevique de 1917 y contar algo de su historia.

Luego del golpe de estado que realizó, Catalina se muda al recién inaugurado Palacio de Invierno (Зимний дворец), lo que hoy es el edificio principal del museo. El palacio se construyo entre 1754 y 1762 y es obra del italiano Francesco Bartolomeo Rastrelli, el mismo arquitecto de su anterior residencia.
La historia del Museo del Hermitage esta muy relacionada con este momento.

Catalina quería que Europa la viera como una monarca culta y refinada, lo cual era verdad.

Un comerciante de Berlin le pago una deuda con mas de 200 cuadros. Fue en ese momento cuando comenzó entonces su propia colección de obras de arte, y no hubo nadie en Rusia que hiciera lo mismo a nivel cultural por el país, ni antes ni después. Todo lo que se subastaba en Europa iba a parar a las manos de Catalina en Rusia.
El palacio se lleno rápidamente de objetos y obras de arte.

Esta vez Catalina recurre a un arquitecto francés para construir otro edificio pegado al Palacio de Invierno. Lo llamó el Pequeño Hermitage ( ). Sería su palacio privado. Allí guardaba todo lo que atesoraba, y hasta le puso jardines colgantes.
Hoy este edificio, además de contener salas, funciona como nexo entre el Palacio de invierno y el resto de los edificios que componen este gran museo.

El volumen de los ambientes asombra, como así también el trabajo en los pisos, las molduras de las paredes y todo lo que se mire. Además la gran mayoría de los espacios están bien mantenidos.
Este nuevo palacio no tardo en llenarse de obras de arte. Catalina expandía su colección del mismo modo que lo hacía con su país. Por un lado compraba colecciones enteras a otras coronas o políticos millonarios, y por el otro expandía las fronteras de su país conquistando las costas del Mar Negro y lugares tan lejanos como Alaska.
En 1771 Catalina manda a construir un nuevo edificio, que aunque es posterior a los demás llama el Viejo Hermitage (Старый Эрмитаж). Su colección no paraba de crecer y ya era una de las mas importantes del mundo.

Hoy, el Viejo Hermitage alberga la gran colección de obras del renacimiento italiano que tiene el museo.

Por donde se camine uno se encontrará con las mas notables colecciones de arte del mundo entero. Aquí hay para todos los gustos en serio.


No tardamos mucho en separarnos. El interés que generan algunas obras es tan grande que uno va a paso ligero para verlas a todas.
Como dije antes, la belleza del edificio ya es motivo suficiente para visitarlo, y aunque no estuviera tan maravilloso arte la visita seguiría valiendo la pena.



Arañas gigantes. Estas son modestas en comparación a otras que he visto en Rusia. Estos no se andaban con chiquititas.
Detalles de un piso de mosaicos en la foto de arriba, y una de las tantas puertas en la foto de abajo.
Mas pasillos. Todos diferentes. Todos lindos.



Mi hermana bailando abajo de "La Danza" del Francés Henri Matisse. Me quería llevar este cuadro a casa.
 No pasará mucho tiempo hasta que vuelva al Hermitage.

miércoles, 5 de junio de 2013

Los pisotones en Rusia

En las grandes ciudades de Rusia suelen armarse tumultos de gente en todas las esquinas, en las estaciones de los subterráneos y trenes, y también en los mercados. Es mejor no ponerse allí zapatos de gamuza.

Si uno pisa a alguien sin querer con su pié , este sin duda le devolverá el pisotón aunque tenga que perseguirte un rato. No te asustes. No te persigue un loco.
No se trata de una venganza si no que , según cuenta la tradición, es una forma de asegurarse que no va a haber conflictos futuros entre los pisados.

jueves, 16 de mayo de 2013

El palacio de Catalina (Ekaterininsky)

Catalina la Grande es conocida en todo el mundo por su gran apetito sexual. Se comenta que llegó a tener mas de 80 amantes simultáneos y que necesitaba revolcarse con ellos al menos seis veces por día.
Su verdadero nombre era Sophie Fredericke Auguste Von Anhalt-Zerbst y era Alemana.

A los 16 años se casa con Pedro III de Rusia, también Alemán, quien era hijo de Carlos Federico de Holstein, aspirante a la Corona de Suecia. Prusia y Rusia, en esos días, querían agrandar su amistad.

Pedro III sufría de fimosis y de cierta locura. No pudo o quiso realizar el coito con su mujer por mas de 8 años, período en el que ella permaneció virgen.
Hubo que buscar candidatos en la corte para embarazar a la futura reina, y estos aparecieron.
Finalmente Pedro III fue operado y tras varios abortos logró darle un hijo a Catalina.


El palacio


El Palacio de Catalina (Екатерининский дворец) es en realidad un conjunto de palacios que los zares usaron durante generaciones como residencia de verano en la antigua ciudad de Tsárskoye Seló, hoy llamada Pushkin en honor al gran poeta, quien es originario de esta ciudad.


El palacio original fue demolido en 1752 y reemplazado por uno más grande y vistoso de estilo Rococó mas al gusto de Catalina que enseguida lo lleno de estatuas doradas de índole pornográfica donde no faltaban motivos de zoofilia u orgías pedófilas. Catalina quería fiesta y le había llegado la hora de desatar su instinto salvaje, o su ninfomanía. Quería muchos cuartos para practicar el vouyerismo y hacía probar a sus amantes con sus criadas como buscando aprobación.
El arquitecto de este delirio fue Bartolomeo Rastrelli (palacio de invierno y otros)  muestra un lujo obsceno ya desde su exterior , en donde se usaron más de 100 kilos de oro para decorar sus cargadas fachadas de grandes ventanales y estatuas que también querían mirar.
El conjunto edificado sorprende por su gran tamaño. Algunas construcciones superan los 300 metros de largo, y el cuidado parque tiene casi 600 hectáreas de extensión.

Tal como en otras construcciones del Barroco Ruso, se optó por el azul y el blanco cargados con la mayor cantidad posible de dorado. Muestra las mejores artesanías del SXVII en Rusia.
El interior no se queda atrás y aquí sí que se ha abusado del uso del dorado a la hoja. Entre la luz y la cantidad de espejos usados es difícil no sentirse opacado por tanto brillo.
Aquí, como en el resto de los palacios Rusos, el trabajo hecho en los pisos es admirable.

Mientras cambiabamos de salones escuchando a nuestra guía nos imaginábamos la vida y los banquetes en aquellos buenos viejos tiempos.

Las noches eran largas y no había electricidad. Los asistentes a las frecuentes fiestas y orgías iban cambiando de salón en salón mientras la servidumbre iba limpiando el lío que dejaban atrás.
Monumental cantidad de velas, dicen unas 10.000,  se usaban cada una de las noches de verano.
Todo el conjunto de patios, iglesias y monumentales jardines muestran la Europisación que tenía Rusia en esos tiempos.
Vale la pena dedicar un día entero para caminar por estos ricos lugares cargados de historia.
El trabajo de mampostería en los techos es impresionante. Si no son enormes pinturas, es el trabajo de las molduras lo que nos quita el aliento.
El cuarto mas famoso del palacio es el conocido como "Cuarto de ámbar", y aunque está prohibidísimo sacar fotos, me las arreglé para tomar esta única. El lugar es magnifico y está considerado como una de las grandes maravillas.
Este cuarto es en realidad una réplica regalada en 2003 por el gobierno Alemán como pago a reparación de guerra en motivo al tricentenario de la ciudad.
Los Alemanes robaron todo el interior del palacio durante la segunda guerra mundial y es hasta el día de hoy una incógnita el verdadero destino de las piedras de ámbar.

El cuarto había sido un regalo de Federico Guillermo de Prusia (Friedrich Wilhelm von Hohenzollern) a Pedro I de Rusia.



sábado, 4 de mayo de 2013

Iglesia de la Sangre Derramada

La Iglesia del Salvador sobre la Sangre derramada (Храм Спаса на Крови)   es uno de los mas lindos, originales y significativo edificios de Estilo Ruso que tiene la ciudad de San Petersburgo. Una ciudad que si de arquitectura se trata, sabe deslumbrar a cada paso.

La iglesia está ubicada sobre un canal y muy cerca de la Nevski Prospekt, una de las avenidas mas famosas de Rusia y del mundo.
Catedral del Salvador de la Sangre derramada
En 1881 mataron a el Zar Alejandro II  en este mismo lugar tras varios intentos de asesinatos fallidos. Su hijo, siguiendo la tradición Rusa, mando a construir aquí este templo en su memoria, aunque sus restos descansarían en la Catedral de Pedro y Pablo junto a otros miembros de la dinastía.
Mas de 20 años fueron necesarios para erigir la catedral que como era de uso privado para la familia del zar nunca fue abierta al público. Fue construida en conjunto por dos arquitectos, pero ninguno parecía conseguir los fondos necesarios para terminarla.
La Iglesia del Salvador Sobre la Sangre Derramada es del mas puro Estilo Ruso del S.XVII. Simboliza el dolor y la pena de un pueblo que a perdido a su lider.

Recorrimos primero el exterior y nos acercamos a la puerta. Pagámos la entrada y una audio guía que no funcionaba y nos sorprendimos con una historia que ya conocíamos.
Durante los años de la revolución la iglesia, como tantas otras, permaneció cerrada y a la espera de ser destruida. Mientras tanto su interior era utilizado como depósito de papas y otras verduras (dentro de la iglesia hay fotos),razón por la que los Rusos la llaman irónicamente `La Iglesia de las Patatas Derramadas´.
Los daños eran graves. La mayoría de las iglesias sufrieron destrucción o abandono por parte del régimen comunista y contra  religioso.

En 1968 comenzaron los trabajos de refacción que se extendieron por los próximos 30 años. En plena obra, un  grupo de obreros encontró una bomba Nazi sin explotar sobre uno de sus techos. Había reposado ahí por 19 años. Había llegado la hora de devolverle su antiguo esplendor y abrirla al gran público.
 
La iglesia esta protegida ante crecidas de las aguas del Canal de Catalina por un perímetro subterráneo hecho de arcilla. Su ubicación es peculiar justo en el borde mismo del canal.
La cúpula principal es piramidal y esta acompañado por cuatro cúpulas de menor tamaño con la típica forma de cebolla. Están enchapadas en cobre macizo,bronce, zinc, esmaltes y granito de Serdobol.

El interior de la iglesia impresiona por la gran cantidad de piedras utilizadas (mas de 20 minerales distintos). Los mejores mármoles Italianos, piedras preciosas, pórfidos y mucho dorado.
Los trabajos fueron realizados por los mejores maestros artesanos Rusos. Los mosaicos que cubren todo su interior son de una belleza extraordinaria digna de toda admiración.

Nunca se habían hecho este tipo de trabajos tan grandes que podrían vencer las inclemencias del tiempo. En la "Iglesia de las Patatas Derramadas" son mas de 7.000 metros cuadrados de mosaicos. Mas que ninguna otra obra similar en el planeta.



La iglesia, que suele ser muy visitada, la teníamos toda para nosotros. Otra vez había tenido suerte en lugares y monumentos famosos. 

sábado, 20 de abril de 2013

Peterhof, los jardines de Pedro el Grande

Cinco perlas tiene el collar por el que se conoce a los suburbios de San Petersburgo, y la mas grande y linda de esas "perlas" es Peterhof, y es que Pedro "El Grande" lo soñó así.

Hasta la Revolución de Octubre de 1917, Peterhof fue una de las residencias de verano de los zares, con varios y espectaculares jardines capaces de eclipsar a cualquiera. Estos están divididos en el sector superior, donde se encuentra el gran palacio, varias veces agrandado y remodelado por afamados arquitectos, y el enorme sector inferior que se estira hasta donde llega la vista y cuenta con la mayor colección de fuentes de agua del mundo, alimentadas todas por un sistema que la recolecta de diferentes manantiales y que fue diseñado por el mismo Rey de todas las Rusias.

Toda la gloria y riqueza del pasado de Rusia en un solo lugar, que es reconocido por UNESCO como Patrimonio Mundial de la Humanidad.
Es verano pero hace frío en el Golfo de Finlandia cuando se está a la sombra.

Para llegar, y ya que viajábamos en grupo familiar de 19 personas, nos alquilamos un mini bus y subimos a nuestra guía personal Ludmila, que todo lo sabe acerca de Rusia y ya nos esperaba con unos ricos y grasosos Pirozhki que fuimos comiendo en el camino mientras recorriamos los treinta o cuarenta  kilómetros que nos separaban del lugar.
Hay una serie de jardines muy cuidados y de los mas variados estilos paisajísticos, con un verdor que parece increíble de lograr en esas latitudes. Para su cuidado se construyo un enorme muro de tres metros que frena un poco los vientos que vienen desde el mar Báltico.
En los alrededores del parque encontramos una iglesia, invernaderos varios y la pequeña casa que le gustaba ocupar a Pedro, muy ajena a toda la pomposidad del lugar y que construyó el mismo con los conocimientos adoptados en sus años de estudiante en Holanda.

Peterhof es una ciudad a parte, con más de 60.000 habitantes pero se la considera como parte del centro histórico de la ciudad de San Petersburgo.
Aunque la segunda guerra mundial terminó hace varias décadas, los trabajos de reconstrucción siguen a la orden del día, y es que los Alemanes, que ocuparon este lugar, robaron y rompieron y bombardearon cuanto pudieron.
Todo es majestuoso y no escatimaron en gastos a la hora de crear el palacio y entorno, tarea que continuaron durante años varios zares, cada uno agregándole su propio sello.
Como muchas de las construcciones de esta zona, hay una variedad de estilos copiados de los edificios y monumentos mas emblemáticos de la Europa con la que Pedro queria competir, y aunque son difíciles de catalogar, ostentan una belleza inigualable.

Sin duda un gran lugar para tomarse una tarde al sol, aprender o degustar en el restaurante una serie de platillos Rusos.
Quisiera para mi próxima visita a la ciudad, poder llegar en bicicleta y perderme también en los bosques que rodean el complejo. Todo el camino lo recuerdo muy lindo.