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miércoles, 30 de agosto de 2023

El Parque Rodó, tradición en Montevideo

 El Parque Rodó es uno de los parques más antiguos de Montevideo y uno de los espacios de esparcimiento preferidos de los habitantes de la capital uruguaya. Se encuentra no muy lejos de la rambla en el barrio homónimo de la urbe oriental.

Diseñado por Carlos Thays y Carlos Racine, los dos paisajistas más famosos en ambas orillas del Río de la Plata, responsables de los parques más importantes en Buenos Aires y en Montevideo, pero también en Córdoba, Rosario, Paraná, Mendoza, Mar del Plata, o Salta.
Formalmente conocido como Parque José Enrique Rodó, es uno de los paseos más tradicionales de la ciudad. Es elegido por los uruguayos desde que en 1889 trajeron una Montaña Rusa, el primero de los juegos emocionantes con los que contaría el parque con el correr de los años, ya que luego llegarían las calesitas, el temerario "Tren fantasma" o los divertidos "Autitos chocadores".
El Parque Rodó tiene 42 hectáreas y cuenta con un importante lago de más de 17.000 metros, los cuales se pueden recorrer a bordo de pequeños barquitos de alquiler. El parque está dividido en tres sectores. El primero es un espacio exclusivo para niños, otra fracción con juegos mecánicos, ya que el parque de diversiones sigue funcionando, y el resto del lugar es el parque propiamente dicho con sus árboles autóctonos, sus restaurantes con terrazas, el castillo, los carritos de comida y sus senderos internos.
A partir del 1900 y durante los siguientes 15 años continuaron las obras que dotarían de importancia y esplendor al Parque Rodó, como los diversos pabellones, el gran lago artificial, los bellos puentes, o el Teatro de verano.

miércoles, 16 de diciembre de 2015

San Carlos, cuna de la gesta heróica

Con 250 años de historia en sus espaldas, San Carlos es una de las ciudades mas viejas de la República Oriental del Uruguay. San Carlos es una ciudad fundada en 1763 por el Gobernador y colonizador Pedro Cevallos, y aunque originalmente se la conocía como "Maldonado Chico" (por estar distante a menos de 15 kilómetros de la capital departamental), no tardó en adoptar otro nombre, y fue bautizada como la conocemos hoy en honor al Rey Carlos III de Borbón.
Quizás habían pasado veinte años desde mi última y única visita a la pequeña ciudad de San Carlos.
Como para hacer aunque sea una escapada después de unos días en la siempre apacible ciudad portuaria de Punta del Este, me dirigí a ritmo oriental hacia esos pagos. Recientemente había sucedido el gris episodio que comenté en El Operativo Mangosta , y los cacos involucrados eran residentes de San Carlos (- "Como casi siempre", dirían los de la Policía Departamental de Maldonado).
Actualmente es la urbe de mayor población del municipio homónimo y la segunda mas grande del Departamento Maldonado. San Carlos es con sólo 28.000 habitantes una de las 20 ciudades mas pobladas del pequeño país, y quizás la cuna de su gesta mas heróica.
La mayoría de sus pobladores son inmigrantes muy laboriosos que llegaron desde Portugal (zona Aveiro) y las Islas Azores.  San Carlos fue durante muchos años un importante centro agrícola desde donde se abastecía de alimentos a gran parte del país.
Muy cerca de donde actualmente se encuentra la plaza principal de la ciudad de San Carlos sucedieron los enfrentamientos de las Invasiones Inglesas (1806) en los cuales los hombres que estaban bajo el mando del afamado Almirante Home Riggs Popham, el mismo que había participado en las Guerras Napoleónicas, las Guerras Revolucionarias Francesas, y la Guerra de la Independencia Norteamericana, entre varias otras expediciones financiadas por la Corona Británica alrededor del globo, fue derrotado por jóvenes y valientes soldados a cargo del General Abreu en lo que es conocido en los anales de la historia como el "Combate de San Carlos". El experimentado marino mercenario de origen Irlandés no pudo tomar la pequeña ciudad, que en esos momentos apenas contaba con algunos centenares de pobladores.
Sobrados de aire victorioso y envalentonados por el triunfo, las púberes tropas del General Abreu tuvieron el Toupè de ir de ir hasta la ciudad de Maldonado en donde le hicieron las cosas difíciles a las tropas inglesas, hasta que estas pudieron reagruparse y finalmente tomar control sobre la urbe, que era menester conquistar por el agua potable que tanto necesitaban sus hombres.

No se habla mucho de esto, pero sin duda y a la postre resulta una de las victorias mas importantes de la no tan larga historia de la República Oriental del Uruguay.
Entre los edificios de la ciudad destaca la Iglesia San Carlos Borromeo, que como muchas veces ocurre se encuentra frente a la plaza principal. El edificio religioso ocupa el mismo lugar que aquella misma iglesia original de barro y paja mandada a construir el mismísimo día de 1763 en que se puso la piedra fundacional de la ciudad. La de San Carlos Borromeo es la iglesia colonial mas antigua de Uruguay, al menos de las que siguen estando emplazadas en su sitio original. Por ello el gobierno "Charrúa" considera a este sitio como Patrimonio Histórico Nacional.

Como he visto en algunas pequeñas iglesias de Europa, esta también tiene un pequeño cementerio ubicado en su solar trasero.
En el pueblo de "Los Carolinos" (tal es el gentilicio de los habitantes de San Carlos) nunca falta una esquina con 2 o 3 mesas en donde tomar una cerveza bien fría. La calidad siempre es buena, y cualquiera de las cervezas del Uruguay será de su agrado, sin embargo mi ranking es este:

1- Cerveza Patricia. Para mi la más rica y la única que verdaderamente extraño. A veces suspiro de ganas de tomarme  una Patricia. En serio. Pertenece al Grupo Salus y es elaborada con su agua mineral, que es también mi predilecta entre las embotelladas. La que no falta en ningún lado es la clásica tipo Lager (Rubia), pero tienen  variedades de cerveza roja como la Dunkel o negra como la Porter, y también una variedad de Waißbier (cerveza blanca o de trigo).
2- Cerveza Davok. Una que todavía es artesanal y muy bien lograda. Actualmente elaboran siete variedades de las apreciadas por los paladares mas exigentes, de trigo, de malta y lúpulo, y hasta de avena.
4- La Cerveza Zillertal es otra de las que se beben con regularidad, en especial durante la última década. Se destaca por estar elaborada con lúpulo y ser un poco mas amarga que la competencia.
4- Cerveza Pilsen. Otra de las masivas que se consiguen en cualquier lado y que todavía no ha perdido su sabor auténtico tipo Pilsener. Un clásico de las noches uruguayas y que pisa fuerte en el país. Tienen otras variedades que sólo se encuentran en lugares especializados.
5- Cerveza Mastra en cualquiera de sus variedades.
Era época de campaña electoral cuando visité la ciudad de San Carlos. Faltaba apenas dos semanas para las elecciones presidenciales. En ese aspecto, Uruguay es un país con una gran participación política. Todos parecen formar parte de la fiesta democrática. Son pocos, por ejemplo, los autos que no tienen una bandera o calcomanía del partido político al que acompañan o representan, y todo esto sucede en un marco de absoluto respeto y tolerancia hacia los ideales del prójimo.
A mi me encanta Uruguay y me resulta difícil ser imparcial. Quizás la ciudad de San Carlos no entre en el "Top Ten" de los lugares mas visitados en el breve país oriental, pero como en tantas otras urbes de esta nación, el visitante será bien recibido y no tardará en encontrar las idiosincrasias locales.
Para cualquiera que venga con un poco de tiempo, Punta del Este es un Must de la región, y desde ahí no es difícil llegar hasta las ciudades de Maldonado o San Carlos, para tratar de descubrir aquellos lugares que ya existían dos siglos y medio atrás.

jueves, 27 de agosto de 2015

Relax y vino uruguayo en Carmelo

Llevaba varios años sin venir a Carmelo. Venía manejando desde Montevideo y había hecho un alto en las afueras de la ciudad para ver cuanto había cambiado la Calera de los Huérfanas, uno de los patrimonios históricos mas importantes del Uruguay, desde mi última visita, cuando era niño.

Como ya estaba oscuro y no había nada mas que hacer de camino, me dispuse a buscar alojamiento en la ciudad de Carmelo, en donde pasaría los próximos dos días.
Puente Giratorio de Carmelo
Al final de la ruta ya veía el Puente Giratorio, que es un ícono de Carmelo. Es el único puente a tracción humana que se sigue usando en el Uruguay, y fue el primero de su tipo en Sudamérica. Este puente Alemán funciona desde 1912 uniendo las dos orillas del Arroyo de las Vacas.
A sus lados, la Rambla de los Constituyentes constituye un bonito paseo muy aprovechado por los turistas y locales tanto de día como de noche.
Playa en Carmelo
Carmelo es la segunda ciudad mas grande del Departamento de Colonia y hoy cuenta con casi 20.000 habitantes. Las costas de Carmelo siempre fueron una opción cercana al Delta argentino y a Buenos Aires para hacer playa. En este lugar las aguas del Río de la Plata ya no tienen el color marrón característico de la Ciudad del Plata, y son mucho mas calmas. Playa Sere es la mas popular de ellas.
Estaba lo suficientemente fresco para que desista en mi idea de tumbarme en la arena para leer bajo el sol, y además tenía otros planes en mente para mi reencuentro con esta ciudad uruguaya.
Plaza Artigas
En los años de la Conquista, mas precisamente en 1527, el navegante Italiano Sebastián Gaboto había mandado a construir el Fuerte San Lázaro (hoy desaparecido), el primer fuerte Hispánico sobre las costas del Río de la Plata.
Durante los tres siglos siguientes aparecieron los primeros ranchos y barracas a la vera del río en donde, a la orden de Artigas los esclavos llegados desde Guinea sanaban y reponían fuerzas antes de ser vendidos al mejor postor o encomendados a duros trabajos.

Vine entonces a la Plaza Artigas en donde hay una placa de la fundación de la Carmelo y la infaltable estatua del prócer. En este caso está parado. La hicieron para conmemorar el centenario de esta ciudad fundada por Artigas en persona el 12 de febrero de 1816.
Templo Histórico del Carmen
Sobre una de las calles laterales de la Plaza Artigas se encuentra el Templo Histórico del Carmen, dedicado a la Virgen del Carmen, Patrona de la ciudad y de la cual Carmelo toma su nombre.
Los vecinos lo terminaron en 1848 tras doce años de obras con materiales extraídos de la vieja capilla de la La Calera de las Huérfanas.

Carmelo tiene una iglesia mas moderna (1960) y de mayor tamaño frente a la Plaza Independencia, la principal de la ciudad.
Carmelo es una ciudad muy tranquila, especialmente si se la visita durante los días de semana.

Aunque no hay nada para ver, y/o hacer mas que caminar y tomarse una rica cerveza sobre una silla plástica, el pequeño puerto sobre el Arroyo de las Víboras es muy atractivo. Mientras bebía, los capitanes limpiaban sus barcas pesqueras.
Desde aquí volví a subirme a la camioneta para ir a recorrer los suburbios de Carmelo y sus grandes viñedos que es en donde mas se nota el crecimiento de esta ciudad.
Mientras me iba alejando de la ciudad, pasando por el Barrio Nicolás Mihanovich, divisé esta chimenea de ladrillo, pero no pude averiguar que era. 
Poco tiempo mas tarde estaba manejando entre los prolijos y centenarios viñedos de la Campiña de Sa Roque, por bodegas cuyos Tannat y Semillon empiezan a tener mas presencia en los mercados internacionales. Parte del crecimiento económico de la última década en el Departamento de Colonia, y especialmente en la ciudad de Carmelo, se debe a la incipiente industria vitivinícola del lugar.

La hotelería es cada vez mejor, como así también las propuestas gastronómicas que ya sin timidez ofrece Carmelo. Un programa ideal para los amantes del vino y la vida relajada.

Frente a la capilla y el almacén se encuentra la Posada Campotinto con sus suites regiamente atendidas y su carpa de lujo entre los viñedos. Una de las mejores opciones en Carmelo, y que bien puede servir de base para recorrer las viñas de Bodegas Zubizarreta, y probar sus varietales, o visitar Bodegas Los Cerros de San Juan, la mas antigua en funcionamiento del país, cuya antigua casona es Monumento Histórico del Uruguay.
Son cada vez mas las opciones. Pequeñas como Bodegas El Legado, o unas de la de mayor tamaño como en el caso de Bodegas Irurtia.

Los costos para visitar las bodegas y sus degustaciones varían entre USD 10 y USD50. A la mayoría sólo se llega con reservas. Quise encontrar alguna abierta y no fue tarea fácil.
Cuando una de las epidemias de Fiebre Amarilla hacía estragos en Carmelo, un grupo de vecinos decidió mudarse a las afueras del poblado. Pudieron sobrevivir, y como agradecimiento erigieron en 1870, en lo mas alto de esta zona, una capilla con mucho encanto en honor a San Roque , el Santo de las pestes y las epidemias.
Capilla San Roque, en Carmelo



El segundo día en Carmelo lo había reservado para conocer la histórica Estancia Narbona, fundada por Juan de Narbona en 1732 y a sólo 20 kilómetros de la ciudad.
Tras recorrer las entrañas del casco con una guía de lujo, decidí continuar camino.

Iba a volver por tierra pero a último momento me dio pereza, por lo que recorrí los 75 kilómetros que me separaban de Colonia del Sacramento llegando 20 minutos antes de la salida del próximo servicio de Buquebus, con una bodega para mi camioneta.


martes, 21 de julio de 2015

Estancia Narbona, la casa mas vieja del Uruguay

La Estancia Narbona resulta ser uno de los mas viejos establecimientos productivos de la República Oriental del Uruguay, y la edificación en pie mas antigua de todo el territorio. Por ello está protegida por el estado (aunque no se nota), ya que es Monumento Histórico Nacional.
Para mi última visita a la apacible ciudad uruguaya de Carmelo tenía tres pequeños objetivos.  El primero era identificar cual es mi Tannat (tipo de vino) preferido del país. El segundo volver 25 años mas tarde a La Calera de las Huérfanas, lugar que se encontraba visiblemente diferente a aquellos tiempos, y como tercero y último de los objetivos, conocer la Estancia Narbona, fundada en 1732 por el español de Aragón, Juan de Narbona, un contrabandista de cueros y traficante de esclavos que había llegado sin nada y ahora ponía los ojos en la Banda Oriental luego de haber donado los fondos para la construcción de la Iglesia del Pilar, en el elegante e histórico barrio de La Recoleta, en Buenos Aires.

En aquellos días este gran establecimiento estaba delimitado por el Arroyo Polanco, el Río Uruguay, el Arroyo de las Víboras y el Arroyo Sauce. Hoy son las hectáreas que circundan al casco.
El camino que va a la vieja Estancia Narbona es muy lindo. Primero va por asfalto en donde pasa por su famoso Puente Castells (1858) con sus cinco arcos, y que fuera el primer peaje del país, y por sobre las aguas del Arroyo Las Víboras, en donde estaba el puerto que llevaba la producción de la calera de la estancia hacia Buenos Aires o Montevideo.
Son solo 20 kilómetros o menos lo que separan la estancia de la ciudad de Carmelo, y la mitad desde el puerto de Nueva Palmira.
Desde antes de edificar el casco de la estancia, y de que Uruguay sea un país, funcionaba en este lugar una serie de caleras y un aserradero desde donde salieron los primeros materiales para construir muchos edificios, tanto en la ciudad de Buenos Aires como en Montevideo y Colonia del Sacramento.
También una serie de montes que fueron talados para la venta de madera y alimentación de los hornos.
Nadie había notado mi presencia cuando llegué, y fue recién cuando estaba sacando fotografías que una señora jubilada, residente de toda la vida de la estancia, se apersonó para oficiarme de guía.

Bajo una pérgola de Tannat no apta para personas altas se accede por la que en antaño fuera la puerta principal al casco. La señora obsesiva no me dejaba pasar por el costado así que seguí su paso rengo mientras iba agachado hasta el fin de la pérgola, oyendo las primeras historias del establecimiento.

El edificio tiene forma de "L". A nuestra derecha, la capilla que capto mi inmediata atención. Hubiera querido empezar por ahí, pero la visitaremos al final del recorrido.
Una vez en el interior de lo que fuera el casco de la Estancia Narbona se siguen apreciando los colores originales que tenían los ambientes de la casa en la misma época en la que el afamado naturista inglés Charles Darwin durmiera aquí tras buscar restos paleontológicos en la zona.
María Julia Casanova, la señora que me guía por las entrañase e Narbona me cuenta que muchos de esos colores con los que pintaron las paredes están hechos con sangre de vaca o con pigmentos naturales. Esto es típico también en las viejas estancias al otro lado del Río de la Plata.
Por dentro se ve el grosor de las paredes del casco que variaban entre los 80 y los 100 centímetros de ancho.
En alguno de los muchos períodos productivos que supo tener Estancia Narbona, hubo, entre otras explotaciones, una fábrica de azulejos para pisos. El diseño es el mismo que tienen los pisos de la casa.
Otras versiones aseguran que fue el mismos estado quienes levantó estos azulejos buscando tesoros.
Desde el tercer piso de la torre se obtenían vistas de los alrededores. Este lugar de construcción del casco había sido elegido con propósitos defensivos. Hoy no se puede subir a la torre. Vale aclarar que la Estancia Narbona está asentada sobre el cerro mas alto de la zona.
La Capilla de la Estancia Narbona guarda en su altar una imagen de la Virgen de Candelaria, a la cual era devoto Juan de Narbona. Bajo sus pisos descansan entre otros, los restos de los dueños originales de la estancia.
A la derecha está la entrada de uno de los túneles que existen en la Estancia Narbona, y que continúan hasta el Arroyo de las Víboras, el Río de la Plata o Nueva Palmira. Además de servir como vía de escape ante el ataque de algún malón de los indios, también servían para esconder a los esclavos con los que Juan de Narbona traficaba en la época.
Estos túneles hoy están cerrados a los visitantes por temor a que se derrumben. Sería una buena idea que el gobierno de Uruguay habilite aunque sea un tramo de ellos, ya que se trata de uno de sus patrimonios históricos mas importantes y bien le vendría a la industria turística de las ciudades de Carmelo, Nueva Palmira y Colonia del Sacramento.
Vale la pena pasar unos días en la cada vez mas preparada ciudad de Carmelo. Durante ese tiempo es una buena idea visitar Estancia Narbona y sus antiguos alrededores.



martes, 23 de junio de 2015

La Fortaleza de Santa Teresa, patrimonio del viejo Uruguay

El Fuerte de Santa Teresa es el mas importante y mejor conservado de una linea de castillos que protegían antiguamente a la República Oriental del Uruguay antes de que esta sea siquiera planeada.
La fortaleza de 1762 se encuentra en el Departamento Rocha, camino a la ciudad del Chuy, y muy cerca de la frontera con Brasil. Esta en lo alto de una loma en una zona estratégica conocida como "Desfiladero de la Angostura", con grandes campos de dunas y extensos humedales, tanto al norte como al oeste, que custodiaban el único paso terrestre posible de aquellos días.
Capilla del Fuerte Santa Teresa
Eran tiempos en los que España y Portugal peleaban por los dominios de América del Sur. Los vecinos países tenían muchos asuntos pendientes luego de algunos años en los que compartieron un mismo rey. Varios en realidad. Al margen de esto, estas fortalezas de América del Sur fueron cambiando de mano en mano entre los de la Península Ibérica hasta 1828, donde quedan definitivamente bajo control del flamante estado uruguayo.

La fortaleza de Santa Teresa estaba construida con un famoso método francés. Tiene forma de pentágono y paredes que se burlaban del ataque de la artillería. El fuerte volvería a usarse como guarnición en la "Guerra Grande", y nuevamente como presidio antes de caer en el abandono durante muchas décadas.
Las cuadras era el lugar en donde dormían los soldados
Ese mismo día, temprano en la mañana había ido a conocer el mas antiguo Fuerte San Miguel, desde donde provenían las maderas originales del primer y precario fuerte construido por los portugueses, y conquistado un año mas tarde por los españoles, quienes lo volvieron a hacer en dos oportunidades usando piedras (granito) del lugar.

Dos veces había pasado por la puerta del Parque Nacional Santa Teresa, en donde se encuentra el fuerte homónimo, pero solo en la tercera visita iba a entrar. No venía aquí desde 1998.
Mis amigos dormían en Punta del Diablo, y en horas cercanas al mediodía ya deberían de estar despiertos. Fuimos juntos a recorrer el fuerte y cuanto camino discurre entre los mas de 2.000.000 de árboles que hay en las 3.000 hectáreas del primer parque nacional del Uruguay.
Polvorín del Fuerte Santa Teresa
Murallas adentro de los 15.000 metros cuadrados del Fuerte Santa Teresa existen una serie de construcciones en el que unos 300 (o 700 según la ocasión) hombres dormían y realizaban las mas diversas actividades. Los conjuntos edilicios fueron hechos por orden del portugués Conde de Bobadela, quien por aquel entonces era gobernador de Río de Janeiro.
Para garantizar la defensa del lugar había un total de 5 baluartes (San Juan, San Carlos, San Luis, San Martín y San Clemente) que podían cruzar el fuego entre sí y protegían con el poder de sus cañones al Fuerte Santa Teresa. Todos tenían sus garitas en esquinas, que sorprenden por su prolija manufactura.
Baluarte San Juan
Desde aquí se repelieron, por ejemplo, los ataques del buque "Leda" de bandera británica, y es que desde la introducción del ganado bovino, las tierras de la Banda Oriental, que hasta ese entonces se creían poco provechosas, pasaron a despertar el interés de otros jugadores imperiales.  Además Inglaterra le había declarado la guerra a España.
Al frente de esta resistente muralla (en la foto superior se aprecia el grosor) se encuentra el camposanto o cementerio en donde descansan tanto soldados españoles como portugueses. También caciques indígenas, esclavos y vecinos de la zona, ya que se siguió usando durante mucho tiempo.
Adentro de uno de los edificios funciona hoy un pequeño museo con dos salas. En la primera de ellas exponen maquetas de todas las fortificaciones del Uruguay. Una buena oportunidad para quienes no conocen Colonia del Sacramento, Montevideo o el Fuerte San Miguel.
En la segunda sala guardan cañones, balas y rifles utilizados en las defensas de los fuertes. Las armas se encuentran en gran estado de conservación. También exponen los restos de una antigua herrería.
También están expuestas todas las banderas que utilizaron los regimientos españoles que actuaron en la Banda del Uruguay durante el siglo XVIII, mapas, objetos y cosas que se me pasan por alto.
El Parque Nacional Santa Teresa es el más antiguo y ciertamente es una de las mejores atracciones turísticas que tiene para ofrecer Uruguay. Todo dentro del parque está en un entorno muy cuidado y cuentan con todo tipo de instalaciones y comodidades para sus visitantes. También tienen un rosedal con mas de 330 especies.
Luego de visitar el fuerte fuimos a la zona de camping para hacernos de unas ricas "Patricia" (mi cerveza preferida en el Uruguay). El resto del día lo disfrutaríamos en las playas de aquí, en mi opinión, unas de las mas lindas del país.


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