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miércoles, 12 de junio de 2019

Bratislava, prometedora capital del este de Europa

Bratislava es una antigua ciudad situada a los pies del río Danubio. Es la capital de Eslovaquia y su ciudad más importante. Con "sólo" medio millón de habitantes resulta ser la urbe mas densamente poblada de Europa Central.
La ciudad tiene una larga historia, y creo que hoy vive uno de sus mejores momentos. A sólo 60 kilómetros de Viena, la ciudad recibe en estos tiempos más de 5 millones de visitantes anuales.
Esta era mi segunda visita a Bratislava, y con décadas de diferencia entre una y otra. La primera vez era verano y Eslovaquia acababa de entrar en la Unión Europea. La segunda fue durante un día gentil de invierno, y a simple vista ya podía ver que muchas cosas habían cambiado, y para bien en Bratislava, la única capital del mundo que tiene frontera con dos países (Austria y Hungría).
Como el clima acompañaba dejamos el auto estacionado a unas 10 cuadras y salimos a dar un largo paseo por el centro antiguo (Staré Mesto). Esta zona está cargada de edificios históricos y tiene mucho más color que el que puede encontrar en el resto de la ciudad. Los comunistas han destruido barrios enteros y Bratislava puede ser muy gris, y no sólo me refiero al clima, que dicho sea de paso, por aquí comentan que los inviernos ya no son tan duros cómo solían ser. Apenas nieva y casi nadie pasa frío. Ya les dije: Todo mejora en Bratislava.
El Teatro Nacional Eslovaco (opera) es el más antiguo del país. De estilo Neo renacentista se encuentra en uno de los márgenes de la Plaza Hviezdoslav, una plaza muy famosa de Bratislava que ya existía hace 1.000 años. Cerca están las embajadas de Alemania y de U.S.A. y una de las veredas está bien surtida con restaurantes a la moda.
Este sitio es un buen y lógico punto para dar comienzo a un recorrido por el bonito y compacto casco histórico de la capital de Eslovaquia.
El Puente de la Insurrección Nacional Eslovaca (Most Slovenského národného povstania), mejor conocido como Most SNP, es un puente de 430,8 metros de longitud que cruza el río Danubio. Con este largo es el puente atirantado de un sólo pilón más largo del mundo. Punto para Bratislava.
Popularmente se lo conoce como Puente UFO o Puente OVNI. Sobre un pilón de 86 metros de altura funciona un restaurant y una plataforma de observación desde dónde se obtienen regias vistas de la ciudad. Subir tiene un costo para aquellos que no se queden a comer en el lugar.
Desde muchas callejuelas se observa a lo alto el complejo del Castillo de Bratislava, símbolo de la ciudad y el monumento más importante de Eslovaquia. Se trata de una gran estructura rectangular con 4 torres de defensa en sus esquinas, y parcialmente amurallado. Al menos una de sus torres es del siglo XIII, aunque sus partes más antiguas datarían del siglo X. El castillo propiamente hablando se encuentra en lo más alto de la ciudad, es del siglo XV, y fue mandado a construir por Segismundo de Hungría (también conocido como Segismundo de Luxemburgo, o "Siggy the piggy". para los amigos).
En 1811 el Castillo de Bratislava sufrió un gran incendio. Sólo dos años antes, las tropas al mando de Napoleón habían demolido el Castillo de Devin. Un golpe a la identidad de los Eslavos.

No fue hasta 1957 cuando comenzaron los trabajos de reconstrucción del castillo de la capital. Adentro funciona el Museo Nacional Eslovaco y tiene lugar la residencia presidencial del país.
La Catedral de San Martín es la más grande de Eslovaquia y una de las más antiguas. Once reyes y reinas fueron coronados en la Catedral de San Martín entre 1536 y 1830, años en los que la ciudad estaba gobernada por los Habsburgo (Austria). Su espiga de 85 metros de alto se luce en una zona donde muchos de sus edificios son del siglo XIV.
Dentro del casco antiguo de Bratislava hay muchas iglesias que fueron quedando con el correr de los siglos. Una de las más representativas es la Catedral de San Juan de Mata y San Félix de Valois, también conocida como la Trinitaria o Katedrála sv. Jána a sv. Felixa z Valois en eslovaco. Esta iglesia de la Orden de la Santísima Trinidad y de los Cautivos fue construida entre 1717 y 1725 en el mismo lugar que alguna vez ocupó la Iglesia de San Miguel, demolida junto a todo el barrio homónimo en el afán de defender la ciudad del ataque de los Turcos.
Puede que esta iglesia sea el mejor ejemplo de la arquitectura barroca en Bratislava.
En Hlavné námestie, la plaza principal, o al menos de las más famosas de Bratislava podemos encontrar al ayuntamiento (Stará radnica), una de las construcciones de piedra más antiguas de Bratislava. Data de 1370 y es en realidad la unión de tres edificios modificados con los años. Hoy en día funciona allí desde 1868 el Museo de la Ciudad, pero en otros tiempos sirvió como cárcel. Está pegada a la Iglesia Jesuita, muy cerca de una  Embajada de Japón pintada de verde y de la representativa Fuente de Rolando, la más famosa del país, mandada a construir en 1572 por Maximiliano II, Rey de Hungría, Rey de Bohemia, Embajador del Sacro Imperio Romano Germánico, y el primero en ser coronado en Bratislava.
Resulta atractivo visitar Bratislava y Eslovaquia en general. Es menester sumarla a un recorrido por el Triángulo de Oro, las  siempre visitadas capitales, Praga, Viena y Budapest.
Entre lo más representativo encontramos el Palacio Primacial que sirve de asiento al alcalde o jefe de gobierno de la ciudad de Bratislava. Es un destacado edificio de estilo neoclásico construido entre 1778 y 1781. Está abierto al público y si bien nunca entré, es famoso su Salón de los Espejos.
La historia del Palacio Primacial es aburridísima, pero para destacar cabe mencionar que fue el sitio en dónde se firmó en 1805 la Paz de Presburgo entre Napoleon y Francisco I de Austria.
En lo más alto de su fachada puede verse un sombrero de 150 kilos que recuerda a los cardenales que vivieron aquí alguna vez.
La Puerta de San Miguel (Michalska Brana) es una de las edificaciones más antiguas de la ciudad y el único remanente de la frontera original que protegía a Bratislava. Durante siglos existieron cuatro puertas, siendo ésta la puerta más chica y menos importante. Por aquí entraban a la ciudad los pescadores, ya que era la que más cerca estaba de las costas del Danubio.
La Puerta de San Miguel hoy luce un aspecto barroco producto de una remodelación en 1758. De alguna manera sigue siendo el límite entre la ciudad nueva y la vieja.

Al un costado de la puerta se encuentra la casa más estrecha de Eslovaquia. Tiene 130 cms de ancho.
Escribí alguna vez sobre curiosas estatuas de Bratislava. En una de las plazas de hay una estatua tamaño natural de un soldado de Napoléon. Cuenta la leyenda que este tipo, un tal Hubert, se enamoró de una enfermera de Bratislava y nunca pudo abandonar la ciudad. Huber no es el único que ha sufrido el flechazo de esta emergente capital del este de Europa.

sábado, 10 de junio de 2017

Curiosas estatuas de Bratislava

La capital de Eslovaquia no tiene una cantidad significatica o remarcable de estatuas, sin embargo quienes hayan conocido esta ciudad, la recordarán por ellas, ya que son de lo mas curioso.

Como la ciudad siempre fue poco visitada y guardaba la mas grises de las impresiones, el gobierno decidió colocar algunas en el casco histórico de Bratislava tras años de dominio Comunista, con el fin de dotar de personalidad propia a la urbe.
Pese a que no son tan antiguas, hablan de la idiosincrasia del lugar. Con el paso de los años estas estatuas se fueron convirtiendo en uno de los atractivos indiscutibles de la ciudad, y por esa razón su ubicación figura en los mapas turísticos, y se alienta a encontrarlas.
La mas famosa de esas estatuas es la de Cumil. Se trata de un obrero que sale a la superficie por una alcantarilla para tomar un descanso en sus horas de trabajo. Desde entonces se lo acusa de Voyeurista por mirar a las chicas desde su posición de privilegio al ras del piso.
Esta foto corresponde a la espalda de Cumil, y desde este ángulo no se puede ver un cartel que dice "Men at work" (hombres trabajando), colocado allí tiempo mas tarde para llamar la atención de los peatones que continuamente tropezaban con el bronce de Cumil. Incluso perdió la cabeza en dos ocasiones.
La peculiar estatua se encuentra en la intersección de las calles Panská y Rybárska brána desde 1997, y es obra de Victor Hulík, un artista todoterreno nacido en esta ciudad, que destaca en varios ámbitos con sus trabajos, generalmente geométricos.
La historia cuenta que este soldado francés se enamoró de una enfermera eslovaca en una de las incursiones que hicieron las tropas de Napoléon a la ciudad. Se llama Hubert y podemos encontrarlo apoyado en un banco oyendo las conversaciones ajenas en el centro de la plaza principal del casco histórico de Bratislava frente a la embajada de Francia. Al día siguiente de la navidad de 1805 se había firmado justo al frente de este lugar el Tratado de Paz de Pressburg (antiguo nombre de Bratislava) entre Austria y Francia.
Esta estatua de bronce de tamaño natural es la mas fotografiada por los turistas.
La estatua del Schoner Naci (o el "bello Ignacio" en alemán) es otra que nadie quiere dejar de fotografiar. Se encuentra junto al Café Mayer de la plaza céntrica y da muestras de aquellas épocas en donde era común que los hombres vistan elegantes.
Se dice que el Bello Ignacio nunca pudo recuperarse de un amor no correspondido. Eso lo llevo a ser un mendigo que vivía de las limosnas de los pasantes, siempre llevó un frac con una alta galera, zapatos lustrados e impecables guantes blancos. Conocía a todos en la ciudad y se quitaba el sombrero para besar las manos de las damas. Esta escultura recuerda su alegría.

Al fondo podemos divisar la Fuente de Maximiliánova (o Roland fountain en inglés), desde donde la ciudad obtenía agua a partir del siglo XVI. La fuente lleva ese nombre por Maximiliano II de Hungría, quien ordenó la obra.
En la misma plaza del soldado de Napoléon y casi al frente de su banco, se encuentra desde 2006 este otro soldado en una garita, en el mismo sitio desde donde alguna vez, y durante siglos, se controlaba el ingreso a la ciudad que todavía no era conocida con el nombre de Bratislava.
Hans Christian Andersen, ciudadano ilustre de Copenhaguen, autor de famosos cuentos infantiles como "El patito feo", "El soldadito de plomo", "El traje nuevo del emperador", "Las zapatillas rojas", "La reina de las nieves", "El ruiseñor" y también de "La Sirenita",  tiene una estatua en su conmemoración en la calle Hviezdoslavovo de Bratislava desde 2006. La misma es obra del escultor eslovaco Tibor Bartfay.
El escritor danés pasó por aquí en un viaje camino a Istambul, justo en la misma época en la que se incendiaba el castillo de Devín. Tal como relata mas tarde, encuentra que este es el sector mas lindo de todo su viaje fluvial por el Danubio.
El Most SNP ("Puente de la Insurreción Eslovaca" o "Puente Ovni") se terminó de construir en 1972 tras 5 años de obras. Sus 431 metros de largo sobre el río Danubio lo convierten en el puente atirantado mas largo del mundo. Hoy en día este puente es la puerta de entrada al casco histórico de Bratislava, y lo primero que vemos tras cruzarlo es la Columna de la Peste sita aquí desde 1713. Las Columnas de la Santísima Trinidad pueden verse en otras ciudades del centro de Europa. Todas fueron hechas en agradecimiento a la Virgen por detener el avance de cada una de las epidemias de peste que asolaron a las distintas ciudades del continente.
Puede que la columna mas famosa sea la Petsäule (que podemos ver en Recorridos por el centro de Viena), pero la mas bonita es la que se encuentra en la Plaza de la Santísima Trinidad de Budapest (que podemos ver en El alma de Buda) .
La de Bratislava puede lucir menos importante pero tiene la particularidad de haber sido erigida con fondos juntados por los vecinos sobrevivientes, y no con el bolsillo de algún rey de turno, como sucede generalmente en este tipo de eventos.
La estatua de The Alchemist Shisha Bar no forma parte del patrimonio esculptórico de Bratislava, pero tampoco desentona. Sólo hay que mirar para arriba y los costados para darse cuenta que hay mucho para descubrir.

miércoles, 10 de febrero de 2016

El Castillo de Devín, símbolo de Eslovaquia

El Castillo de Devín es todo un símbolo para Eslovaquia y los Eslavos en general. La primera de las fortalezas construidas en este lugar data de la Edad de Bronce, y desde entonces solo fueron mejorando su estructura defensiva dotando a este castillo cercano a Bratislava, la capital del país, de una historia rica que en pocos renglones paso a contar.
Días atrás habíamos circulado por algunas regiones del país, y si bien ahora llegábamos en auto desde Viena (Austria), habíamos aprendido mi chica y yo, que hrad era castillo en eslovaco, así que cuando cruzamos el puente "del ovni" y vimos el cartel de Hrad Devin decidimos empezar nuestra visita a Bratislava desde este punto. Si van manejandoes muy fácil. Sólo hay que doblar a la izquierda y seguir paralelo al río Danubio durante unos 15 kilómetros plagados de carteles de límite de velocidad.

Cuando llegamos en los primeros días de este mismo febrero no había mucha gente, pero se nota que el lugar está preparado para recibir grandes contingentes de visitantes. Hay un parking de buen tamaño, y por lo menos un hotel. Al frente algunos restaurantes circundados por un entorno agradable.
Mientras uno camina hacia el castillo propiamente dicho, se ven a diestra y siniestra los restos de viejos emplazamientos construidos por los celtas y también por los romanos, y que hacen de este lugar uno de los sitios arqueológicos mas importante de todo Eslovaquia, en una región con presencia humana comprobable por lo menos desde el período Neolítico.
Entre lo que queda en pie, y parcialmente reconstruidos, son los restos del primer castillo fundado en el siglo VIII por los Moravos (pueden considerarse como el primer pueblo eslavo), y que les sirviera en antaño para defender el territorio de los constantes ataques de los Francos al mando de Carlomagno.
Moravia se une con Bohemia y mas tarde pasan a ser parte del Reino de Hungría.
Con la invasión por parte de las fuerzas mongoles de Batú Kan (el nieto de Genghis Kan) obligaron a Béla IV, por entonces Rey de Hungría y de Croacia, a construir mas de 100 castillos que le permitieran defender su territorio. El de Devín es uno de los tres mas antiguos del país.
La parte mas importante aún en pie corresponde al castillo medieval construido en el siglo XIII para proteger el oeste del Reino de Hungría. Algo me provocan estos castillos que resultan ser muchas veces mis preferidos. En mi primer y breve visita a Bratislava muchos años atrás no lo había podido conocer por falta de tiempo, y hoy fantaseaba con la oportunidad de pasar una noche aquí.
En los anales de la historia, se puede decir con seguridad que el "Castelanus de Devin" figura en fechas tan tempranas como 1320, dejando asentado que se trataba de un castillo que ya contaba con varios siglos de historia sobre sus espaldas aprovechando la colina natural sobre la cual estaba emplazado el primero de los castillos.
Con el paso de los años el castillo sigue recibiendo mejoras y es fortificado acorde a las necesidades defensivas de la época.
Desde aquí podían controlar esta importantísima ruta comercial que unía (y sigue uniendo) diversas ciudades europeas a la vera del río Danubio.
El Castillo de Devín vuelve a ser usado durante todos los años de las Guerras Otomanas, en que el Reino de los Habsburgo (Cristiandad) y el Imperio Otomano (Islam). Algunos siglos mas tarde Austria y Turquía dejarían de ser enemigos para aliarse con Alemania durante la Segunda Guerra Mundial.
Una de las mejores vistas que se obtienen desde lo alto del castillo es el choque de colores de la confluencia del río Morava con el Danubio. También se ve la Torre de la Virgen, bautizada así por una leyenda que dice que desde allí se arrojó al río una joven al enterarse que su familia había matado a su prometido.
La del Castillo de Devín es una linda visita que nadie debiera perderse cuando esté por Bratislava, o por que no en la cercana Viena o bien conectada Budapest.
La historia protagónica de Devín  continúa hasta 1809 cuando el castillo queda destruido tras ser dinamitado por una orden de Napoleón Bonaparte tras invadir el país.
El castillo está bien conectado con Bratislava. Se puede llegar en bus o en barco desde el Teatro Nacional, salvo durante los meses de invierno.

lunes, 26 de agosto de 2013

Por el día en Bratislava

Una vez estaba pasando unos días en Viena y se me ocurrió hacerme una escapada hasta Bratislava, la cercana capital de Eslovaquia como para buscar un poco de contraste entre tanta prolijidad e imperialidad, por decirlo de algún modo. Los países del este de Europa se estaban abriendo al mundo hacía poco y nada e invitaban a recorrerlos.
Eslovaquia acababa de convertirse en miembro de la Unión Europea y Bratislava (me) sugería una ciudad gris, soviética, llena de espías con sobretodos grises, arquitectura de bloques horribles (en esto no me equivoque) y gente de rostros taciturnos. Bratislava. Vaya que suena bien!

Hasta aquí habían llegado los mongoles, y fue durante mucho tiempo capital del reino de Hungría.
Tras la caída del comunismo en 1989 comenzaron las gestiones, y pocos años mas tarde, en 1993, Checoslovaquia se partía en dos nuevamente, y de común acuerdo entre las partes.

La gente me recomendaba ir en tren, pero no podía no aprovechar la oportunidad de llegar por agua, tardando apenas unos minutos mas. Al fin y al cabo, la distancia entre las dos capitales es poca.

Me acerque hasta los muelles de Viena y tome un barco  que me acercaría en poco mas de una hora hasta Bratislava en un recorrido por las aguas del río Danubio.
Estaba chocho. Siempre en Europa, si tengo la oportunidad, trato de subirme a algún tipo de embarcación para hacer estos mini cruceros fluviales.

El barco estaba bien. El recorrido no me sorprendió. Saliendo de una ciudad como Viena y navegando por uno de los ríos mas importantes de Europa pensé ver  construcciones interesantes a la orilla del Danubio, pero me decepcioné. Solo vi aldeas pobres de pescadores.
Este río que cruza por mas de diez países de Europa, aunque tiene varias capitales en su recorrido, como Viena, Bratislava, Belgrado y Budapest, en esta parte del recorrido es el río el mayor atractivo, y el relax que siempre supone el viajar por agua.

Cuando llegue a Bratislava, la primera sensación que tuve fue la de una ciudad que recién estaba naciendo pero tenía huesos viejos. No solo por los nuevos "Aires de cambio" si no por lo que percibí como una ciudad chica, muy ajena a lo que uno a veces supone como capital de un país. Aunque medio millón de habitantes, la mayoría llegados en la época comunista, no es poco, aquí poco se notan.

Venía con un pre concepto negativo de la ciudad en cuanto a su seguridad, en cambio me encontré con una ciudad muy amigable, segura y fresca.

El muelle estaba a pocos minutos caminando de la parte vieja (Staré Mesto), la mas interesante y vívida de la ciudad. Al cabo de unas horas ya había pasado varias veces por sus principales calles en las que se respira esa arquitectura neo gótica y callejuelas típicas de las ciudades centro europeas.

Aunque la vista al castillo domina la ciudad, fui primero hacia sus calles en donde me tope con la simpática plaza central (Hlavne Namestie) en donde esta la Catedral de San Martín, la mas grande y en donde se coronaron muchos de los reyes de Hungría. Allí se emplaza el ayuntamiento compuesto por tres edificios contiguos construidos entre los siglos XIV y XV, y desde donde se obtiene una gran vista sobre la plaza y la parte vieja de la ciudad, tanto desde la torre, como en sus dos museos.

Entre otros atractivos se encuentra el teatro nacional con su fuente, la iglesia de Santa Isabel, que creo los locales llaman "La iglesia azul", pintada toda de colores pastel. Lo mas original, y lo que mas me gusto es la puerta tipo Torre de San Miguel,  con sus restaurantes y vida turística alrededor. Al lado esta la casa mas estrecha de Eslovaquia.

Otra curiosidad son las esculturas que se encuentran en gran número. Muchas parecen ser verdaderas atracciones turísticas, como la del Paparazzi contra la pared tomando una foto, o la de Cumil, un obrero que esta saliendo de una alcantarilla al que todos acusaban de quedarse ahí, mirándoles las bombachas a las chicas.
Frente a la embajada de Francia encontramos la estatua de un soldado Francés, parecido a Napoleón, reclinado contra un banco de plaza. Napoléon entro dos veces en Bratislava, y la leyenda cuenta que uno de sus soldados se enamoró de una enfermera Eslovaca y se quedó a vivir en Bratislava, en donde produjo vino espumante.
Además de estas célebres esculturas, hay muchas otras diseminadas en los mas curiosos lugares. Solo hay que saber mirar para arriba y para abajo.

Solo entonces apunté hacia el Castillo de Bratislava, la atracción mas obvia. El castillo, ha decir verdad, no me pareció la gran cosa. No nos enseña nada interesante, por lo menos en aquel entonces no me llamó la atención. Antiguamente fue una posta romana emplazada en el mismo lugar donde hoy esta el castillo. Este fue reconstruido muchas veces en su historia.  Las vistas en cambio son buenas, pero en  mi caso ya había tenido suficiente de vistas sobre el río Danubio y los techos de la parte antigua de Bratislava. La entrada no era nada cara. Adentro se encuentra el Museo Nacional de Eslovaquia

También hay un puente que resulta ser el mas viejo de todos los que cruzan el río Danubio.

Como otras ciudades, también esta dividida por el río Danubio. Un tercio de su población vive del lado contrario a la ciudad vieja. El barrio, o suburbio, se llama Petrzalka. Aquí hay una buena cantidad de monoblocks soviéticos, algunos de varios centenares de metros de largo. Todos horribles, aunque la gente que vive allí hoy sea mas feliz que en el momento en el que fueron construidos.

Los cascos históricos de muchas ciudades centro europeas difieren muchas veces con como vive la gente en realidad. De este lado se siente mas real, aunque todo lo importante suceda del otro.

Han pasado muchos años. Imagino que Bratislava esta cada vez mas linda y cuidada. Una buena excusa para quienes recorren el "Triángulo de oro" (Viena, Praga, Budapest).