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viernes, 13 de noviembre de 2020

Gandzasar, la montaña del tesoro

El Monasterio de Gandzasar es el sitio religioso más importante de la República de Artsaj, y da muestras y pruebas de cuan antigua es la presencia de los armenios y del Cristianismo en esta región de Eurasia disputada entre la República de Azerbaiyán, a la que pertenece de iure, y la separatista República de Artsaj, a la que sigue perteneciendo de facto, luego de las guerras que ambas naciones sostuvieron en tres oportunidades durante los últimos 100 años. 

El recinto que comprende al Monasterio de Gandzasar es uno de los sitios más importantes en lo que refiere a la Arquitectura Medieval Armenia y tiene alto valor histórico y cultural por todos los sucesos aquí acontecidos.

Al momento que escribo hay un alto al fuego luego de seis semanas de guerra entre los ejércitos de Azerbaiyán (con apoyo aéreo de Turquía y mercenarios Sirios) y de Arsaj, con apoyo de Armenia y más tarde de Rusia, quien abogó por la tregua. Este monasterio sigue en pie de milagro.
El complejo religioso se encuentra en la provincia de Martakert, en el peculiar pueblo de Vank (monasterio en armenio), un poblado de 1.500 personas que viven a los pies de las montañas de Gandzasar (que en armenio significa "Montaña del tesoro").
Este pueblo ecléctico vive su mejor momento gracias a los millonarios aportes que hizo en su momento el empresario y filántropo Levon Hairapetyan, antes de morir en una prisión de Moscú acusado de recibir una dádiva de USD 50 millones en la venta de Bashneft, una compañía petrolera. Entre las  curiosidades de Vank, el pueblo donde nació el empresario, podemos encontrar una réplica del Arca de Noé en dónde funciona un restaurante, y una cabeza de un león que además, cada tanto, ruge. También hay una linda colección de autos antiguos suspendidos sobre columnas.
Se dice que en el Monasterio de Gandzasar, más precisamente bajo el altar de la iglesia principal, se encuentra enterrada la cabeza de San Juan Bautista. Por ello es que aquí los visitantes piden por milagros que les son concedidos. También allí hay reliquias de su padre Zacarías, que figura tanto en la Biblia como en el Corán.

La historia también nos cuenta que Grigor Lusavorich , mejor conocido como San Gregorio "El Iluminador" (Patrono de Armenia), visitó está región en 301 luego de pasar 14 años encerrado en un pozo en la llanura de Ararat (Hoy Monasterio de Khor Virap). En ese viaje de libertad evangelizó a Urnair, un jefe tribal. Desde entonces Artsaj es Cristiano y fue por aquellos tiempos, dicen, cuando se construyó la primer iglesia precaria de madera en dónde actualmente funciona el monasterio. 
La historia del Monasterio de Gandzasar, propiamente dicha, comienza cuando el príncipe Asan-Jalal Daula trae de Palestina la cabeza de San Juan Bautista. En honor a ese episodio y dado el valor de la reliquia capturada comienzan las obras que se llevaron a cabo entre 1216 y 1238 gracias al financiamiento del Principado de Khachen. De forma inmediata los fieles empezaron a erigir la catedral central en honor a Hovhannes Mkrtich (San Juan Bautista), la iglesia más grande e importante del complejo monástico, y también de la región. 

El 22 de julio de 1240 la Catedral de San Juan Bautista fue consagrada y santificada ante 700 curas, un número exorbitante para la época, e incluso grande para nuestros tiempos. Cientos de textos  escribieron los monjes de Gandzasar durante los siglos siguientes, haciendo de este monasterio uno de alta jerarquía dentro de la Iglesia Apostólica Armenia.
Durante algunas décadas el monasterio experimentó los primeros saqueos a manos de hordas mongoles. En el siglo XIV la región comenzó a estar bajo dominio del Imperio Safávida, el más grande imperio iraní desde la conquista musulmana de Persia. Esta situación duró unas décadas, hasta que la zona pasa a formar parte del Imperio Otomano.

Hacia finales del siglo XV, y pese a el dominio musulmán en los alrededores, el Monasterio de Gandzasar se había consolidado en la zona como un reducto no sólo espiritual, sino de índole cultural y política. El Patriarca tenía autoridad sobre 330 iglesias y unos 900 asentamientos en la región. 

Desde el altar de la Catedral de San Juan Bautista se escribió en 1701 la carta que los 5 príncipes armenios mandaron a Pedro el Grande de Rusia pidiendo que sumen esta zona a su imperio a modo de protegerse de los musulmanes, y preservar la fe cristiana. El movimiento de resistencia comenzaba a tomar forma, ya que Rusia tardó muchos años en intervenir en el asunto.
En 1914 la Diócesis de Karabaj aún contaba con 222 iglesias. Luego de la Revolución Rusa, Nagorno Karabaj se convirtió en el único territorio de la URSS en dónde no funcionó una sola iglesia, pese a que el 90% de la población era cristiana y practicante. 
Ese caldo de cultivo y la búsqueda de identidad en el rompecabezas soviético por parte de los actores involucrados, provocó la Primer Guerra entre Armenia y de Azerbaiyán (1918-1920), y eso que ambas repúblicas democráticas llevaban apenas unos días de existencia.

Desde el Monasterio de Gandzasar se comandaban las acciones en el Alto Karabaj, y fue allí cuando resurgió el espíritu separatista de los habitantes de esta región, pero no lo lograron aquella vez por no asegurar un corredor de comunicación con Armenia.

En un juego de ajedrez en el que se buscaba un acercamiento a Turquía, la URSS entrega en 1923 los territorios de Nagorno Karabaj a la recientemente formada República Democrática de Azerbaiyán. Una decisión sin sentido que acarrearía problemas en el futuro, y así fue. 
En febrero de 1988, años antes la caída de la URSS, estalló la Guerra de Nagorno Karabaj, el más grave de todos los conflictos librados entre pueblos tras el colapso de la Unión Soviética.

A mitad de la contienda, entre 1991 y 1992, las tropas azeríes comenzaron a atacar con bombas, helicópteros y  artillería los alrededores de Vank y especialmente al Monasterio de Gandzasar, ya que querían desmoralizar a los locales. Los más fanáticos cuentan que los misiles se desviaban antes de lograr el objetivo. Sólo uno de esos misiles logró impactar el muro del monasterio, pero no explotó, y aún se encuentra en el mismo lugar. Fue lo primero que vine a ver en ocasión de mi visita.
En esa segunda guerra entre Armenia y Azerbaiyán, las tropas azeríes contaban , entre otros grupos, con el apoyo de 1500 muyahidines llegados de Afganistán,y un nutrido y experimentado contingente de mercenarios chechenos que tuvieron una irregular campaña con poco éxito entre 1992 y 1993, y que estaban comandados por el temible Shamil Basáyev (nombre de guerra Emir Abdallah Shamil Abu-Idris), un peligroso fundamentalista que gustaba de degollar a sus enemigos y beber su sangre, y que también fuera Primer Ministro de Chechenia antes de ser asesinado.
En esos días sucedió lo que más tarde sería conocida como la Batalla de Gandzasar, en dónde sólo 40 hombres, entre los que participaba el cura y jefe del monasterio, se enfrentaron valientemente a las tropas azeríes que, en esa ocasión contaban con al menos 400 guerreros entre sus filas. Este acontecimiento sólo hizo agrandar el sentimiento y la mística de que el Monasterio de Gandzasar es, cada vez más fehacientemente, un sitio milagroso y protegido, y que con el correr de los años, si es que hay paz en la región, puede acercar a miles de fervientes peregrinos, que sin duda serán bien atendidos y recibidos por los Kharabakhtsi.
En 2020, el Monasterio de Gandzasar, y por suerte para todos, volvió a salir ileso en esta última guerra librada entre Azerbaiyán y "su" territorio rebelde, la República de Arstsaj, que no quiere jamás formar parte de él. 

Según cuenta la BBC, que mandó varios emisarios a la reciente contienda, los habitantes de este pueblo abandonaron este área distante a unos 50 kilómetros de Stepanakert, la capital de un país que no existe
Nosotros también, como otros previos visitantes, salimos de la capital de esta autoproclamada república a explorar esta zona que cuenta con decenas de monumentos en sus alrededores. 
Por una ruta ascendente y ahora pavimentada se llega a un abra en dónde se adivina majestuoso y a la distancia, el Monasterio de Gandzasar, que sin duda es una de las grandes joyas arquitectónicas medievales existentes en Eurasia.

sábado, 31 de octubre de 2020

El Sitio de Anatori

Al este de Georgia y perdida entre las montañas del Cáucaso se encuentra Khevsureti, una región histórica y muy rica, etnográficamente hablando. Un área dónde nunca existió el sistema feudal, sino que sus habitantes se regían por un Código Civil basado en antiguas tradiciones y valores, dónde los niños de las familias nobles eran educados para introducir valores Cristianos, fraternales, valientes y generosos entre sus gentes a través de la tradición oral y el ejemplo.
Es esta una zona de paisajes dramáticos, remota y desolada a la cual se accede por un viejo paso de montaña que desde 1799 se conoce como la Carretera Militar Georgiana, y que suele estar cerrada varios meses al año por las intensas nevadas que se producen en este área. Estamos a sólo 3 kilómetros del puesto de control de la frontera entre Georgia y Chechenia. Metros abajo se escucha la confluencia de dos ríos y las montañas al frente son bien escarpadas. 
Pasamos la noche Durmiendo en una verdadera aldea medieval, una experiencia inolvidable que vivimos en Shatili, que con 22 habitantes resulta el mayor asentamiento de la zona. Al día siguiente, tras un rato por caminos de montaña nos acercamos a el Sitio de Anatori.
Anatori era el nombre de una aldea que dejó de existir tras una Epidemia de Peste Negra que asoló a la zona en el siglo XVIII. Por aquellos tiempos la población de la Región de Khevsureti superaba las 15.000 personas, y desde entonces no ha dejado de disminuir. Claro que los Comunistas de la ex URSS tuvieron algo que ver, ya que en 1951 invitaron a retirarse a todos los pobladores descontentos con sus ideas, pero eso es otra historia.
En los años de Peste Negra, o Zhami como la llaman los locales, la gente moría como moscas. Uno a uno iban cayendo enfermos, y perdían la vida. En el afán de no seguir contagiando a sus familias y vecinos, muchas personas se fueron alejando de las zonas pobladas, y en lo remoto, dónde ya no podían poner en peligro a nadie, construyeron por voluntad propia, su lecho de muerte.
Construidas con piedras amontonadas, estas tumbas son la prueba de amor, coraje y compromiso social de los habitantes de este pueblo, que tomaron la decisión de no contagiar al resto y ganarle de esta manera la batalla a la temida Peste Negra, o Peste Bubónica, la epidemia más mortífera.
Por estar en un lugar tan remoto, y por el enorme respeto que despierta esta historia, estas tumbas permanecen casi inalteradas, como si no hubiera pasado casi el tiempo desde el siglo XVIII. En las ventanas hay copas tipo Cáliz y monedas antiguas que la gente va dejando para hacer más placentera la vida en el más allá para aquellos que obsequiaron su vida a favor de los demás.
Todo es original menos las ventanas con rejas, ya que gente llegada de Chechenia robaba los huesos para utilizarlos en ceremonias paganas.
El Sitio de Anatori es emotivo e invita a reflexionar como es que hicieron estos mártires para construir estas tumbas e irse encerrando adentro sin la ayuda de un tercero.
Una de las teorías más aceptadas es que estas construcciones ya existían y los muertos se acostaban sobre la tierra, bajo estas estructuras a dejarse morir. Esta teoría cobra sentido ya que algo similar sucede en Dargavs ("La ciudad de los muertos") en la vecina Osetia del Norte distante a sólo 65 kilómetros de distancia de Anatori. La idea pudo haber sido tomada de estos pobladores al otro lado de la montaña, pero las tumbas no guardan otro parecido.
Desde allí continuamos camino a La aldea medieval de Mutso en donde nos aguardaba un recorrido interesante pero de alta exigencia física.

miércoles, 30 de septiembre de 2020

Tigranakert, la nueva joya de Artsaj

Tigranakert fue una antigua ciudad armenia fundada unos 80 años antes del inicio de nuestra era. Se encuentra en la provincia de Martakert, al norte de la auto proclamada República de Artsaj, y muy cerca de la frontera con Azerbaiyán (Rayon Agdam), país al que pertenece de iure, pues el territorio les fue arrebatado tras la última guerra de Nagorno Karabaj (1988-1994).

Este sitio no fue descubierto sino hasta 2005, cuando tras una serie de excavaciones se dio conocimiento de esta ciudad del Período helenístico fundada por Tigranes I, padre de Tiranes "El Grande", responsable de convertir a Armenia en la mayor potencia en el este del Imperio Romano.
Tigranakert es el monumento arqueológico más importante de la República de Artsaj, ya que todo lo encontrado da muestras fehacientes de la presencia de los armenios desde tiempos muy lejanos, y les da también un argumento sólido en su vieja disputa territorial con Azerbaiyán, país con el que se encuentra en una nueva guerra al momento que escribo estas líneas. 
El sitio arqueológico de Tigranakert es  un yacimiento de unas 50 hectáreas dónde, con el correr del tiempo han desenterrado una serie de tesoros que datan de varios períodos, siendo los más antiguos del siglo I a.C. Lo más vistoso es sin dudas el Castillo de Shahbulag ("Primavera del Sha) construido en los tiempos en el que la zona estaba bajo dominio del Imperio Persa. Tiene 450 metros de largo, 120 de ancho y unas paredes que superan los 5 metros de altura. 
En 1748 la capital del Kanato de Karabaj de Azerbaiyán fue trasladada a este castillo.

El sitio es bonito y está muy bien armado y arreglado. Desde 2010 funciona un pequeño museo dividido en tres salas en dónde exponen muchos de los objetos encontrados durante las excavaciones.
A los sufridos habitantes del Alto Karabaj de etnia armenia, lo que más les interesaba era toda prueba de su larga estadía en estas montañas, y los descubrimientos llevados a cabo tras las excavaciones a cargo del Instituto de Arqueología y Etnografía de la Academia de Ciencias Sociales de Armenia, así lo confirman, especialmente a los márgenes del cercano río Khachenaguet.
La historia de la región es larga y compleja, razón por la cuál ha enfrentado a Armenia y Azerbaiyán en un conflicto en la que ambas partes tienen razón a la hora de hacer válidos sus reclamos. Para entender un poco más sobre esta peculiar república pueden leer El caso Artsaj o de Nagorno Karabaj.
Si bien las excavaciones comenzaron en 2005, diferentes urgencias económicas, políticas y sociales han detenido las investigaciones en diversos momentos (en esta provincia se libraron enfrentamientos con el ejército Azerí en 2008, en 2010 y nuevamente en 2020). No obstante los locales han sacado provecho de lo encontrado para hacer propaganda pro Armenia, y pro Artsaj, pues es una república independiente pero completamente dependiente de Armenia.
Además del mencionado castillo, en Tigranakert se han encontrado restos de la antigua citadela, varios siglos más antigua. También los cimientos de una basílica de una sola nave del siglo V o VI. 
La importancia de su tamaño y la calidad y cantidad de los hallazgos arqueológicos hacen suponer que aún resta mucho por encontrar en los alrededores.
El sitio está en pleno proceso de restauración aunque al momento de nuestra visita no vimos actividad alguna, en cuanto a refacciones refiere. 
Hay bastante para ver pero se requiere de un moderado estado físico para caminar mucho y de un poco de imaginación, claro que en un sitio como este, se agradece y aprecia el esfuerzo por todo lo hecho.
Esta ciudad que desapareció tras más de 1.300 años de presencia humana hoy, quizás, vea un poco de luz al final del túnel. La historia de Tigranakert se sigue escribiendo.

miércoles, 26 de agosto de 2020

Stepanakert, la capital de un país que no existe

Stepanakert es una bella ciudad ubicada a las orillas del río Karkar. Está rodeada de bosques y montañas y en la actualidad cuenta con unos 50.000 habitantes. Es la capital de la autoproclamada República de Artsaj, y en ella se construye un sueño solo interrumpido por eternos conflictos étnicos de su población armenia con sus vecinos de Azerbaiyán, país al que pertenece de iure según la ONU.
El status de la república es una independencia de facto tras el alto al fuego de 1994 tras la sangrienta Guerra de Nagorno Karabaj.

Llegar hasta aquí sólo es posible vía terrestre desde Armenia, dónde existe un corredor que pasa por suelo azerí, aunque técnicamente siempre lo es. O no. Depende desde donde se mire.
Por una ancha avenida de doble mano pasamos por el símbolo más reconocible de Stepanakert, o incluso de Artsaj. Se trata del monumento de Papik Tatik ("Somos nuestras montañas"), construido en Piedra Toba en 1967 por el escultor Sargis Baghdasaryan. Está emplazado en lo más alto de un cuidado parque en una de las entradas a la ciudad.

Si no han obtenido la visa de Artsaj en su consulado en Yerevan (la capital de Armenia), el paso siguiente es ir al Ministerio de Asuntos Exteriores de la República de Artsaj. Los formularios se llenan rápido. Además de los datos básicos, se firma una declaración jurada en dónde uno se compromete a no visitar las zonas de fronteras, ya que si bien se emitió un alto al fuego en 1994, la guerra, técnicamente aún continúa, tal como contaba en El Caso Artsaj (o de Nagorno Karabaj) .
En 1926 la ciudad de Stepanakert experimentó una ampliación que estuvo a cargo de Alexander Tamanian, el mismo arquitecto que hizo La Plaza de la República en Yerevan. Este proyecto se estiró durante 30 años entre 1930 y 1960, dotando a la ciudad de un teatro, varios colegios, plazas y los caminos necesarios para convertir a esta ciudad en un núcleo industrial.
Las primeras impresiones de Stepanakert me resultan buenas. Si  bien es una ciudad mediana, y en teoría todo llega desde Rusia, a primera vista parece ofrecer todo lo que tiene una capital.

Antes de la guerra entre Armenia y Azerbaiján la ciudad contaba con un importante núcleo industrial con más de 90 empresas asentadas, principalmente basadas en la producción de vino y en productos de seda como las mundialmente famosas alfombras del Alto Karabaj.
En aquellos tiempos Stepanakert tenía una población de 189.000 personas que tuvieron que abandonar la zona por los grandes daños edilicios causados por los bombardeos azeríes.
La ciudad de Stepanakert lleva su nombre en honor a Stepan Georgevich Sharimian, un revolucionario bolchevique conocido como "El Lenin del Cáucaso".

Según cuentan las leyendas armenias, en el mismo emplazamiento en dónde hoy está asentada la ciudad de Stepanakert existió una población armenia llamada Yararakn ("Primavera fugaz"), nombre que se mantuvo vigente hasta 1847.
La versión oficial por el lado Azerí es que nunca hubo poblado alguno aquí hasta que la ciudad fuera fundada por un Kan (máximo gobernante) a finales del siglo XVIII.
Desde las ventanas del Hotel Yerevan se consiguen fantásticas vistas del Estadio de Stepanakert. Este estadio de usos múltiples y capacidad para 12.000 espectadores sentados fue también utilizado en una ocasión por el seleccionado de la República de Artsaj (que obviamente no participa en torneos de la FIFA) y por el Lernayin Arstsaj FC de la ciudad. 
Inaugurado en 1956 con el nombre de Joseph Stalin (regente de la URSS en aquellos tiempos), el estado fue remodelado en 2015 y bautizado con el nombre de la capital.
El Palacio Presidencial (no está permitido tomar fotografías) se encuentra en la Plaza del Renacimiento, conocida por los locales como Veratsnound. La misma fue construida en 1994 y hoy es la principal de la ciudad de Stepanakert. A sus alrededores también se encuentran los edificios del Palacio Legislativo, el centro de veteranos de guerra, la embajada de Armenia y el Hotel Armenia.
También han recientemente renovado un aeropuerto, pero por razones de seguridad aún no se han efectuado vuelos, ya que podrían ser fácilmente derribados desde Azerbaiyán.
La ciudad cuenta con un Museo Estatal que vale la pena visitar, ya que tienen buen material histórico para entender el continuo conflicto en esta región del Cáucaso. También cuenta con antiguos manuscritos, artefactos domésticos, armamento de las últimas guerras, fotografías, etc. 
Este Shuka o mercado es conocido como "El Mercado de los Campesinos". Hay una gran variedad de vegetales frescos, frutas de estación, especias, y por supuesto una interesante diversidad de aguardientes realmente potentes hechos a base de mora u otros frutos. También hay otros sectores en dónde venden ropa y accesorios de moda, artículos de ferretería, herramientas de esas que conocemos todos y un pan de miel con hierbas y especias muy famoso por estos lares y otros, que se conoce como Jinjgalob hac. 
Stepanakert resulta una capital pequeña y compacta y fácil de recorrer. Encontré en ella más vibra y movimientos del que podía imaginar, pero lo mejor y más interesante de la identidad de esta república no reconocida por nadie se encuentra en las afueras de la capital, en las entrañas de las montañas. Lo que es cierto es que desde que ha logrado ser energéticamente independiente, el Producto Bruto Interno de Artsaj no ha parado de crecer.

Disfruté mi visita a esta ciudad, y superó mis expectativas.  

domingo, 26 de julio de 2020

El caso Artsaj (o de Nagorno Karabaj)

Es probable que nunca hayas oído de Artsaj, quizás por que hasta hace poco tiempo se llamaba Nagorno Karabakh o Karabaj y siempre tuvo un status especial.
No figura en los mapas ni es reconocida por ningún país miembro de la ONU, sin embargo es una república independiente de facto surgida tras la caída de la URSS y la posterior Guerra del Alto Karabaj (1991 - 1994) librada entre las repúblicas de Armenia y de Azerbaiyán.

Tiene su propio presidente, su parlamento, una bandera, un sistema multipartidista. Comparte la moneda con Armenia.
Es un lugar que según todos los países de la ONU forma parte de iure de Azerbaiyán, pero de facto está bajo control de la República de Artsaj (antes Nagorno Karabak) desde 1994.
Es tranquilo y seguro para visitar, pero técnicamente ambas naciones están en guerra.

Cuándo viajamos al Cáucaso con un grupo de amigos, inmediatamente hicimos lo posible para incluir esta región en nuestro periplo. Para hacerlo posible debimos visitar Azerbaiján en primer lugar a modo de poder ingresar a este territorio a través de la única ruta abierta y segura que es la que comunica a Yerevan (o Erevan), la capital de Armenia con la ciudad de Stepanakert, capital de la hoy denominada República de Artsaj, ya que todas las fronteras con Azerbaiján permanecen cerradas desde hace décadas
La carretera serpentea las montañas y apenas cruzamos algún vehículo en todo el recorrido. Una vez hechos los trámites fronterizos, en dónde no incluye la parte del visado que hay que tener para recorrer este lugar, se avanza por una ruta plagada de pozos que hay que ir esquivando a baja velocidad.
Hablar del Alto Karabakh es hablar de un conflicto cuyas heridas permanecen abiertas, tanto para los armenios como para los azeríes. Es una historia de larga data en dónde ambas partes tienen motivos sólidos para justificar su verdad de la historia.

Muy atrás en la historia

En un lado del ring tenemos a Armenia que reclama la tierra como propia por haber sido poblada por gente de su etnia desde por lo menos el siglo II a.C.  Pocos siglos más tarde Nagorno Karabakh fue una de las 15 provincias del Reino de Armenia que existió del 189 al 387 d.C.
También fue parte del Principado de Khachen, posteriormente conocido como Reino de Artsaj.
Cabe destacar que en estos momentos de la historia los azeríes ni siquiera estaban planeados, pero a
partir del siglo VII vinieron 450 años de ocupación extranjera por parte de las dinastías árabes, y
Armenia seguía perdiendo parte de su gran territorio.

Historia reciente

Desde la Edad Media y hasta 1805, la República de Artsaj fue parte del Imperio Persa, pero tras un tratado pasa a ser dominio del Imperio Ruso. A partir de esos momentos los musulmanes emigran hacia Irán y los Cristianos de Irán emigran hacia la región del Karabak.

En 1903 el zar de Rusia Nicolás II ordena la confiscación de todas las propiedades de la Iglesia Apostólica de Armenia y el cierre de todas sus escuelas, lo que ocasiona enfrentamientos violentos, especialmente en la ciudad de Shusha.

En 1905, en plena Revolución Rusa, y durante el mes de febrero, empiezan problemas con la minoría armenia en Bakú. En aquellos días hubo cientos de muertes de armenios en la capital de Azerbaiján, y gran parte de los 35.000 armenios que por aquel entonces vivían en la petro capital. Se conoce a estos enfrentamientos como Guerra Armenio Tártara.
Los focos de violencia se reparten en toda la región, especialmente en las ciudades de Najichevan (enclave de Azerbaiján en Armenia y fronterizo con Irán) durante el mes de mayo, y más tarde en agosto en la ciudad de Shusha, por aquel entonces capital de Nagorno Karabaj.

En 1917, tras triunfar la Revolución Rusa, el territorio de Nagorno Karabaj fue cedido a la nueva República Democrática de Azerbaiyán tras un decreto firmado por Stalin, cuyo objeto era no sólo sembra un "Caballito de Troya" en la región, si no lograr un acercamiento hacia Turquía, cuyas raíces étnicas son las mismas que la de los azeríes. El plan de los rusos era sumar el estratégico territorio de Turquía bajo el poder de la esfera soviética.
Durante este período la población musulmana en Shusha crece a gran velocidad y aparecen los primeros planes para englobar a Georgia, Azerbaiyán y Armenia bajo el poder de un solo estado nacional.

En 1918 y por pocos meses se origina la República Democrática Federal de Transcaucasia, pero no tiene éxito ya que en la Unión Soviética aún eran días de guerras civiles.
Este año se produce la primer guerra entre Armenia y Azerbaiján.

En 1920 ocurre la Masacre de Shusha por parte del ejército de Azerbaiyán contra la minoría étnica de armenios que habitaban en la ciudad. Los azeríes sienten al Qarabaq, y a Shusha en especial, como parte primordial de su historia, la cuál es reflejada en la literatura y en su idioma. En esta ocasión los azeríes recibieron un fuerte apoyo de parte del Imperio Otomano que estába pronto a caer. Por el otro lado los habitantes armenios  reciben apoyo del Federación Revolucionaria de Armenia . Tras cuatro días de ataques, la minoría armenia es expulsada de Shusha, por aquel entonces la ciudad más grande de la región. En estos acontecimientos pierden la vida 30.000 armenios y 15.000 azeríes.

Durante los años siguientes las repúblicas de Transcaucasia (Armenia, Azerbaiyán y Georgia) pasaron a formar parte de la esfera de la Unión Soviética. Hubo promesas para todos los bandos, pero como la idea era sumar a Turquía al comunismo, desde Moscú se decidió el destino del Alto Karabaj.

En 1923 el Alto Karabaj pasa a ser parte de la República Socialista Soviética de Azerbaiyán (1920 hasta la caída de la URSS en 1991) . A partir de este momento comienza a crecer en forma acelerada la población musulmana, especialmente alrededor de Shusha.

Hasta los años 60´ la mayor parte de Nagorno Karabaj, y en especial de Stepanakert (antes Vararank), hoy la capital, estaba destruida. Durante la década siguiente se convirtió en un resort vacacional recuperando parte de su brillo. 

El 27 de febrero de 1988 ocurre el Pogrom de Sumgait, un pueblo costero de Azerbaiyán. Son expulsados 18.000 armenios. En Ganja (por aquel entonces Kirovabad), la segunda ciudad más poblada de Azerbaiyán también hubo un Pogrom resultando en 130 muertos y toda la población armenia expulsada.

En 1989 la población de Nagorno Karabaj ascendía a 192.000 habitantes de los cuales un 76% eran armenios, un 23% azeríes y el resto pertenecientes a un puñado de minorías.

En 1990 hay un nuevo pogrom contra los armenios, esta vez en Bakú. Eran días agitados en la capital azerí, de modo que Gorbachev manda 26.000 soldados para calmar las aguas. Estos acontecimientos conocidos como "Enero negro" dejan 700 muertos y millones en perdidas materiales.

1991 Tras la disolución de la URSS,  Armenia, Azerbaiyán y varias naciones de la región consiguen su independencia. Los azeríes le sacan a Nagorno Karabaj su estatus de autonomía, se aviva el conflicto tras un referendum celebrado a fin de año por los armenios y comienza una nueva guerra.

En 1992 hay guerra a gran escala. Las fuerzas armenias toman la ciudad de Shusha, estratégica para controlar el territorio. En febrero ocurre la Masacre de Joyali, en dónde las fuerzas de Armenia ayudadas por un comando ruso atacaron sin piedad a este pueblo azerí de 2000 habitantes, matando a más de 600 civiles, siendo mujeres y niños casi la mitad de las víctimas.

Para la primavera de 1993 las fuerzas de Armenia tenían control de todo el territorio de Nagorno Karabaj, y parte del territorio azerí.

En 1994 termina la Guerra de Nagorno Karabaj luego de un alto al fuego promovido por Rusia. En la guerra hubo 30.000 muertos, 1 millón de desplazados (750.000 azeríes) e innumerables daños materiales.

Para 2001 un 95% de la población de Nagorno Karabaj es de origen armenio.
Los presidentes de Azerbaiyán y de Armenia de juntan en Key West, Florida, y llegan a un aparente acuerdo pero nada sucede.

El odio y resentimiento persiste. En 2004, durante un seminario de la OTAN celebrado en Hungría, el oficial azerí Ramil Safarov asesinó con un hacha al teniente armenio Gurgen Makarian mientras este dormía. Safarov termina condenado y preso en una cárcel húngara.
En 2008 vuelve la tensión a Mardakert en dónde tropas azeríes y de la República de Nagorno Karabaj se enfrentan a tiros dejando un número de muertos que varía según el bando.

Nuevos enfrentamientos se repiten en 2010 en Mardakert dejando un total de 74 soldados muertos.

En 2011 se repiten escaramuzas entre los soldados durante todo el año provocando un puñado más de muertes en ambos bandos. 
Vuelve a fallar un intento de acuerdo de paz, esta vez promovido por el ex presidente ruso Dmitri Medvedev. 

En 2012 continúa la tensión en la frontera y cada tanto algún ejercito suma una baja. Mientras tanto transfieren a Ramil Safarov, el "Asesino del hacha", a una cárcel en Azerbaiyán para que este pueda continuar cumpliendo con su condena, pero es liberado por el presidente y convertido en héroe nacional


En 2013 mueren 12 soldados de Azerbaiyán y 8 de Armenia en nuevos enfrentamientos en la frontera.

2014 parecía que por fin iba a ser un año tranquilo. Ya habían pasado 20 años desde el fin de la Guerra de Nagorno Karabaj, aunque claramente la zona seguía siendo un polvorín a punto de estallar. En junio hubo una serie de enfrentamientos fronterizos que arrojaron 16 soldados muertos. En julio las fuerzas de NK capturan a dos espías azeríes a que son condenados a cadena perpetua por una corte de Armenia.
Durante el mes de agosto y tras tres días de choques mueren otros 22 soldados.
En noviembre el Ejército de Azerbaiyán derriba un helicóptero Mil Mi - 24 de origen ruso perteneciente a las fuerzas de NK. Este año resulta el que mas muerte ocasionó desde el final de la guerra en 1994.
En la última década Azerbaiyán ha invertido billones de Dólares en armamento moderno.

Durante seis de los 12 meses del 2015 volvieron a producirse enfrentamientos en la frontera sumando otro centenar a la lista de decenas de miles que ya suma el conflicto.

Entre enero y febrero de 2016 hubo varios soldados armenios muertos a mano de francotiradores azeríes. Entre el 1 y el 5 de abril hubo una serie de enfrentamientos fuertes que se conocen como la "Guerra de los cuatro días", en dónde 92 soldados azeríes, 88 armenios y 10 civiles se sumaron a engrosar la lista de fallecidos. Tras esta guerra Azerbaiyán recupera 2000 hectáreas de terreno perdidas tras la guerra de 1994, pero pierde un helicóptero militar, un tanque y 13 drones no tripulados.
Nuevos enfrentamientos se repiten un mes más tarde y nuevamente durante octubre.

En 2017 febrero suma media docena de nuevas muertes a la centenaria contienda. Junio siguió con soldados armenios muertos, un sistema antiaéreo de Nagorno Karabaj fue alcanzado por uno de los nuevos y modernos misiles recientemente adquiridos por el Ejército de Azerbaiyán. No faltaron oportunidades durante junio y agosto para probar nuevos juguetes poniendo en duda que realmente se busque una solución pacífica al conflicto.

En 2018 la bala de un francotirador azerí dio en el cuello de un soldado armenio inaugurando la temporada. Hechos similares se repitieron en febrero, marzo y abril y nuevamente en junio, momento en el que estábamos de visita en la recientemente denominada República de Artsaj, aunque vale decir que en ningún momento nos sentimos en peligro, y siempre fuimos bienvenidos a dónde fuésemos.
En septiembre los azeríes sumaron otros 4 trofeos a sus estanterías.

Pese a la pandemia por el Covid 19, el conflicto parece que no quiere tomar un descanso. Hace unos pocos días en este mismo mes de julio de 2020 hubo enfrentamientos cerca de la ciudad de Tavush en dónde 13 soldados azeríes y 6 armenios hacen pensar que la historia aún se está escribiendo.


domingo, 26 de abril de 2020

Trekking por aldeas remotas de Azerbaiyán

Las minorías étnicas que viven en Azerbaiyán no llegan a componer el 10% de la población de la nación. El resto, la amplia mayoría, es de origen Azerí. Entre estos grupos algunos son sumamente desconocidos y posiblemente estén prontos a desaparecer.
Pensamos como hacer para conocer estos pueblos y no tardamos en darnos cuenta de que no había otra manera que hacerlo contratando un guía, ya que resultaba obligatorio para conocer esta parte del país. Decidimos entonces organizar un trekking de tres días y dos noches uniendo varias aldeas en las montañas del Gran Cáucaso, durmiendo en casas de familia, y permitiendo una conexión más profunda con la gente de las montañas.
Nos encontramos con nuestro guía Tural y un conductor de pocas palabras que tenía aspecto de vasco. Partimos desde allí seis personas en un vehículo de doble tracción, un simpatico UAZ de origen ruso, y en este caso con un motor Peugeot de segunda mano.
La primera parte del recorrido, aún por rutas de pavimento o tierra mejorada, discurrió entre paisajes verdes con un cierto aire tropical, y largos boulevares con árboles cuyas copas se tocaban.
Tras alguna curva el camino cambia y se convierte en uno típico de montaña. A partir de allí fuimos
ascendiendo literalmente a los saltos hasta nuestros primeros destinos, observando las montañas que hacen frontera con Dagestán, la frontera más austral de Rusia.
La puerta del conductor se abría cada tanto y había que tener cuidado de no golpear las cabezas contra los parantes o el techo, que para mi suerte era de lona.
Paisajes de la Cordillera del Gran Cáucaso en Azerbaiyán
Durante nuestra visita en primavera tocaron unos días con bastante sol, y la temperatura fue de lo más amena. No soplaba una brisa de viento y por lo general la senda estaba despejada de todo obstáculo. En invierno las temperaturas pueden descender unos 30 grados bajo cero, y los asentamientos quedan aislados durante largos meses.
Con el correr de los kilómetros los paisajes iban mejorando. Cada curva podía significar un cambio abrupto para lo que nuestros ojos veían. Un elixir para quienes amamos la montaña. Estar en este lugar del mundo sin duda es algo especial.
Nuestro UAZ
En algún punto del Xinaliq Youm, el camino a la aldea de Galeykhudat, solo se puede continuar en vehículos con caja reductora, o 4x4 baja, ya que los senderos se tornan empinados y serpenteantes. Hicimos una breve parada para acoplar los cubos de bloqueo del UAZ para enfrentar con mayor eficiencia lo que seguía de una senda hasta el momento amena.
Almuerzo en Gadeykhudat o Galakhudat o Galey Khudat
Así llegamos felices y exultantes con nuestras primeras impresiones a Gadeykhudat. Una familia local nos esperaba en una casa de piedras y ramas en dónde compartiríamos un almuerzo. Bebimos varias tazas de té con esta gente de origen túrquico que están "desde siempre" en la zona. De hecho dicen ser descendientes de Noé y sobrevivientes del Gran Diluvio Universal.
La interacción no es del todo fácil ya que hablan un idioma propio. Son pocos los que hablan una  segunda lengua, y cuando sucede, por lo general es el Azerí.

Esta era también nuestra primer experiencia con la cocina de Azerbaiyán fuera de lo que sucede en Bakú, dónde la oferta gastronómica tiene todo lo que el mundo sibarita tiene para ofrecer. En la casa, sentados en una mesa al ras del suelo comimos Kyufta bozbash, una sopa tradicional de las montañas del Cáucaso hecha con cordero, papa, tomate y menta, entre otros condimentos. Esto acompañado con pan (churek), el queso típico de Eurasia y el infaltable vaso de té.
Durante la tarde hicimos caminatas por la zona y de noche comimos los restos del mediodía.

Al día siguiente nos despedimos de nuestros amables anfitriones y proseguimos con nuestro itinerario.
Las montañas del Cáucaso
Seguimos el camino es ascenso sobre la Cordillera del Gran Cáucaso por senderos de gran belleza en dónde aparecen verdes valles a diestra y siniestra que son aprovechados por los pastores siguiendo las mismas costumbres de sus ante pasados a través de los siglos. Pudimos durante la larga caminata hasta la siguiente aldea, observar nutridos rebaños de ovejas, vacas que sorprendían por lo gordas y algunos ejemplares del Pastor Caucásico, un tipo de perro moloso y de gran porte que puede pesar 100 kilos y nunca había tenido la oportunidad de ver en vivo.
Calles de Khinaluz o Xinaliq
Con el último aliento llegamos a la aldea de Khinalug, el pueblo más alto de Europa (si es que se considera como parte del continente), pero de seguro lo es en Azerbaiyán y también el más remoto, y una de las poblaciones más altas de las que existen entre las montañas del Cáucaso. Un pueblo de unos 2.000 habitantes que lograron mantener su identidad y cultura básicamente por el aislamiento que se produce en el largo invierno en dónde las aldeas quedan incomunicadas durante meses, y a muchas de ellas solo se puede llegar a caballo cuando la nieve finalmente de derrite.

Las viviendas, unas 380, están construidas a mano con piedras tipo laja. Un sistema que se llama Tiknes y que resulta ser el método de construcción más antiguo de este país con forma de águila. No obstante la antigüedad de las casas rondan entre los 200 y 300 años.
Vehículo militar en Xinaliq, Azerbaiyán
Quien escribe era el único del grupo con un poco de energía para recorrer los confines del pueblo y aprender un poco de esta gente que habita estas tierras al menos desde la época de la Albania Caucásica, un pueblo fundado en el siglo III a.C. cuyos límites se extendían entre Daguestán y Azerbaiján y con quienes los habitantes de Khinalug (o Xinaliq) están étnicamente relacionados.
Los zapatos afuera
En esta aldea son musulmanes sunitas, y muy religiosos, como sucede en las poblaciones afuera de Bakú, pero así y todo siguen siendo muy tradicionales a la hora de las ceremonias o ritos anteriores que las familias han logrado mantener inalterados a lo largo de más de 2.000 años de historia, ya que en antaño eran zoroastrianos. Esta religión monoteísta era la religión de estado de Irán y otros países de influencia Persa. Seguían las enseñanzas de Zarathustra, un profeta iraní que vivió en algún momento entre 1.500 y 1.000 a.C.
Algún templo pagano todavía sobrevive en el área, así como cuevas y una docena de mezquitas, las más antiguas de los siglos XI y XII.
Pila de estiércol
Ante la ausencia de árboles en la zona, los locales recurren al estiércol vacuno como combustible. Las mujeres, los niños y los pastores lo recolectan durante todo el año a fin de poder cocinar todos los días y almacenar una considerable cantidad para calentar las viviendas durante los duros y eternos meses de invierno. 
Previamente secan el estiércol al sol para luego confeccionar compactos blosques.
Las casas suelen reservar la planta baja como establo para ovejas o como gallineros. En la planta superior se encuentran las cocinas y los dormitorios. Los pisos están cubiertos con decenas de alfombras de su etnia, y con algún diseño particular al clan al cuál pertenecen.
Khinalug o Xinaliq
Todo el pueblo tiene menos de 2.000 habitante y está dividido en 4 clanes. Cada uno de esos clanes tiene su mezquita, sus propios cementerios de tamaños mayores al del pueblo, dado su antiguedad en la zona. Estos clanes tienen su propia manera de vestir e incluso sus propios diseños de alfombras. Dicho sea de paso, sus medias de lana gozan de cierta fama en el Cáucaso y pueden ser fácilmente reconocidas por contar con un diseño muy similar al de las alfombras que confeccionan
Domino en Azerbaiyán
En Khinalug hablan el Ketsh, un idioma con ciertas similitudes a las de algunas regiones del Daguestán, pero con muchas particularidades que no se encuentran entre otras lenguas del Cáucaso, y que ciertamente no tiene nada que ver con las de origen Túrquico que se hablan en Azerbaiján.
Gramaticalmente es una lengua completa con género masculino y femenino y dos tipos de neutro.
Había sido un día lindo pero apenas se escondió el sol tras las montañas, unos fríos vientos nos corrieron hacia el interior de la vivienda a la espera de una rica taza de té para esperar la comida.
Comimos unos dumplings de con hojas de repollo muy rico, más té con cubos de azúcar rubia y unas pocas costillitas de cabra que evidentemente habían sobrado, algunos caramelos para rellenar y un vino de regalo que trajo nuestro guía de montaña, que como casi todos aquí era musulmán y poco entendía de vinos. Había elegido para nosotros un vino local de cerezas que fruncía el upite
Dormimos en esa misma casa en un gran cuarto en dónde había 5 colchones en fila y algunos más apilados. Varias mantas pesadas que fueron necesarias para paliar el frío, pero nada se podía hacer contra el olor a amoniaco del ambiente. Era como estar dentro de un mingitorio en una estación central de trenes
La noche iba a ser muy larga y los baños se encontraban fuera de la vivienda del otro lado de la calle bajo un cobertizo de chapas. Ya me estaba arrepintiendo de las 18 tazas de té.
Montañas del Cáucaso. Shahdagh
Dormimos poco y mal debido al frío y al olor amoníaco al que curiosamente nunca pudimos acostumbrarnos. El día comenzó temprano con el ruido de las ovejas saliendo del establo y el de los gallos antes de la primer luz del día.
Tomamos unos vasos de té caliente para sacarnos el frío y comimos unos trozos de pan antes de continuar camino por estos bellísimos paisajes salpicados con aldeas centenarias.
Trekking en el Cáucaso
Nuestro guía Tural, muy conocido en la zona, nos hizo caminar bastante ese día. El sendero en general no tenía grandes desniveles y no resultaba para nada difícil. Cada tanto nos contaba algo del lugar o nos enseñaba alguna flor de las muchas que crecen salvajes en las montañas del Cáucaso.
Cascada en Azerbaiján
Esta última parte si requería atención y cierto esfuerzo físico. Tras descender varios cientos de metros llegamos a esta cascada oculta. Al regresar fue difícil dar con uno de nuestros compañeros que no se había sumado al periplo. Un vago.
Cañadones del Cáucaso
Desde allí continuamos en el UAZ que por suerte nos estaba esperando, primero yendo por una senda empinada y otro segmento del recorrido a campo traviesa, ocasión en la que nuestro conductor aprovechó para echar a unos pastores que alimentaban a sus animales en tierras que pertenecían a su clan. Un momento de suspenso ya que los gritos de las partes iban escalando.
Cementerio de Kryz o Qriz
Al rato de andar comenzamos a ver tumbas en el camino. Cada vez más seguido hasta que llegamos a los primeros cementerios. En ellos había tumbas de varios siglos de antigüedad que se mesclaban con otras del período árabe.
La aldea de Qriz (Giriz o Kryz) se encuentra en una fértil llanura a 1.200 metros de altura. El estar tanto más bajo que las poblaciones anteriores les permite a sus habitantes tener frutales y criar ganado. En el pueblo viven unas 300 personas que también tiene su propio idioma hablado por casi 6.000 personas, y mantienen sus costumbres como buenos musulmanes sunitas.
Si bien pequeña, esta aldea se nota más próspera. Las construcciones son de mayor calidad, gran parte de las casas tienen un vehículo en sus puertas y las calles son anchas.
Kryz AZ
En la escuela del pueblo hoy se imparten clases de su idioma, pero también del ruso, lengua que en esta parte de Azerbaiján nunca se habló, ni siquiera durante las largas décadas en las que esta zona estuvo bajo control del Imperio Ruso y más tarde de la URSS.
Comida de Azerbaiyán
Nuevamente hicimos contacto con una de las familias locales quienes nos recibieron en su casa para un rico almuerzo que ya tenían prácticamente preparado en una mesa a la altura del piso.
Con la cosecha de frutos propios había mucho jugo de algo que se parece a un tomate Cherry pero tiene la consistencia de una aceituna, mermelada de la familia de las grosellas, dos tipos de pan, uno neutro y el otro tipo árabe.
El almuerzo fue ameno y abundante. Algunos se dieron el lujo de dormir una pequeña siesta.
Paisajes de leyenda en el Cáucaso
Luego del almuerzo proseguimos un camino cada vez más verde hasta un profundo cañadón en dónde nos detuvimos a meditar y deleitarnos con estas maravillosas vistas sentados sobre grandes rocas con nuestros pies colgando por sobre el precipicio.

El camino de vuelta fue diferente al de ida y ninguno decepcionó . En un puente sobre un río muy caudaloso nos despedimos de nuestro guía y el conductor del UAZ, y tras esperar una hora una coqueta Mercedes Benz digna de los servicios secretos nos vino a buscar para llevarnos de regreso a Bakú, dónde nos esperaba una vibrante noche en la capital del país.