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miércoles, 21 de agosto de 2019

Las Ruinas de Mbweni

Unos seis kilómetros al sur de Stone Town, la capital y ciudad más poblada de la isla semi autónoma de Zanzibar me topé con unas edificaciones abandonadas que resultaron ser las Ruinas de Mbweni.
Fue de casualidad, ya que desde la calle se veían casi como una casa mas de este barrio residencial para las clases mas acomodadas de Unguja, la isla de mayor tamaño e importancia de Zanzibar. En esta oportunidad estaba haciendo tiempo para tomar una lancha a la Isla de Chumbe.
El entorno de este lugar es muy exótico, como lo es todo en este conjunto de islas de Tanzania. Crecen en el área unas 120 variedades de palmeras acompañadas por cientos de arbustos o flores. Las aguas cálidas y transparentes del Océano Índico se encuentran a tiro de piedra.
Las islas de Zanzibar fueron el lugar ideal para unir comercialmente a la India con África y el mundo árabe. Las islas estuvieron bajo control de Persas y portugueses antes de pasar a ser parte del sultanato de Omán a partir de 1698. Desde aquí se controlaba un enorme mercado de esclavos cuyo destinos eran Arabia y/o la India.
En 1861 el sultanato de Zanzibar se independizó del de Omán, y en menos de tres décadas pasó a formar parte del Imperio Británico en forma de Protectorado. Paralelamente fueron llegando a las islas las políticas abolicionistas de la esclavitud.
En 1871 un grupo de misiones humanitarias que prestaba ayuda en África central compra esta propiedad a una familia de Omán que la utilizaba como casa de retiro. Acto seguido establecen el St Mary´s School, una institución educativa para mujeres esclavas liberadas.
Se puede llegar de manera gratuita en 5 buses diarios que parten desde el Fuerte viejo de Zanzibar con destino al Hotel Protea, que se encuentra frente a las ruinas. Muy cerca hay una iglesia anglicana.

jueves, 30 de mayo de 2019

La isla de Chumbe

La Isla de Chumbe es paraíso sobre las aguas turquesas del Mar Índico en Tanzania. Una isla que durante años estuvo bajo control militar, pero que desde 1991 funciona como una reserva privada cuando descubrieron una de las áreas de corales más ricas y pristinas del este de África. Desde entonces la administración de la isla se ha tornado en un proyecto serio, responsable, premiado y sustentable que se puede visitar por algunos cientos de Dólares.
Estábamos viajando en grupo. Meses antes de salir ya teníamos reserva en Chumbe Island dónde pasaríamos 2 noches. El día había llegado y durante todos esos meses no había logrado cambiar mi preconcepto acerca de este destino.
Tras conocer unas ruinas cercanas nos acercamos hasta el bonito muelle de un hotel Protea a la espera del bote que nos llevaría a esta eco isla verde y sustentable.
La isleta es la más alejada de la de Zanzibar y se encuentra a unas ocho millas náuticas al sur de la mítica y famosa isla de las especias. El avance era lento pero muy agradable el surcar de las aguas.
En la isla fuimos recibidos por algún simpático empleado que nos explicó las reglas ecológicas, los horarios de las comidas y las peculiaridades de los siete "bungalows" para dos personas con los que cuenta Chumbe, y que eran todos nuestros por esas dos noches, razón por la cuál éramos los únicos huéspedes en la isla. Un lujo.

La isla tiene unas playas color manteca que son increíbles, con sus palmeras y el mar de fondo, pero los genios de Chumbe han puesto los cuartos lo suficientemente lejos para que sientas el mar pero no lo veas. Los cuartos son muy rudimentarios. Las paredes son de ramas que no detienen las inclemencias del tiempo.Tampoco detienen el sonido. Podía oír perfectamente a mis vecinos, algo que amantes y criticones deben tener en cuenta.
Los baños tienen un balde con un compost preparado para el número 2, las duchas son bastantes malas y funcionan con agua recolectada de las lluvias y calentada por paneles solares.
Por el costo de la estadía los cuartos dejan mucho que desear, por más excusa eco friendly tengan en Chumbe Island.
La isla es un paraíso. El visitante se siente muy bien atendido por algunos de los 45 empleados que trabajan en el proyecto. En Chumbe hay un puñado de actividades. En primer lugar recorrimos un bosque de manglares con algunos restos de coral que recuerdan que chumbe fue alguna vez una pequeña barrera de coral.
En el bosque hay puentes, caracoles, hongos, cangrejos, árboles de mango y gigantes baobabs.
También existe un faro centenario que aún funciona y que, cientos de escalones mediante, se puede subir hasta lo más alto, en dónde se logra tener la mejor perspectiva y vistas de la isla.
Con el paso de las horas se me fue pasando un poco el enojo con la isla, y es que el aire de mar, el entorno y las caminatas muestran la mejor cara de la isla.
La comida que ofrecen en la isla es la típica de Zanzibar, tan africana como hindú o árabe, sabrosa, especial, única, y en este caso excelente. En este tipo de programas de pensión completa la gastronomía resulta de vital importancia, y en Chumbe no defrauda. Punto para la eco island.
Una de las peculiaridades de la Isla de Chumbe es que aquí vive el Cangrejo de los Cocoteros, un tipo de cangrejo de hábitos nocturnos y que resulta ser el cangrejo terrestre más grande del mundo, con poderosas pinzas que pueden alcanzar los 45 cms de largo.
En el mismo bosque podemos divisar (y de hecho vimos cientos) al Zorro Volador, una especie de murciélago gigante que de noche vuela hacia Stone Town, la capital de Zanzibar, para alimentarse.

Claro que también hicimos snorkeling por sobre un coral que si mal no recuerdo se encontraba a unos 20 minutos de navegación de la isla. Aquí se encuentran el 90% de las especies de coral de África y 450 especies de peces, aunque en mi caso no logré ver más de 5 o 7. Un fracaso.

miércoles, 16 de abril de 2014

El opaco brillo del oro en Tanzania

Si bien el gobierno de Tanzania participa en convenios internacionales contra el trabajo infantil, lo cierto es que están muy lejos de lograr una merma en la participación de menores en los diferentes ámbitos de su economía.

Tanzania es el cuarto mayor productor de oro en el continente africano. La extracción del apreciado metal se hace en minas de poca envergadura, muchas de ellas clandestinas, por ser artesanales.
Los niños son muy buscados. No solo por que su paga es poca, o nula, si no por que pueden meter sus frágiles cuerpecitos en lugares donde los adultos no entran.

 La mayoría de estos niños que trabajan en las minas son huérfanos. Muchos han sido testigos de como se llevaban a sus hermanos a la densidad de las vecinas selvas del Congo o Uganda, a pelear como niños soldados por causas e intereses que no entienden.
Otros, con lógico miedo, se sienten amparados por los buscadores de oro, y el plato de comida que les ofrecen al final de la jornada. Jornadas eternas bajo tierra, respirando polvo en el mejor de los casos, con el peligro constante de derrumbes en estos improvisados agujeros en la tierra desde donde extraen el dorado metal.
Trabajo infantil en Tanzania
Para liberar el oro atrapado en el mineral molido, se utiliza Mercurio. El Mercurio es muy tóxico y dañino, incluso a varios kilómetros de distancia. Los niños están constantemente inhalando los vapores venenosos de este metal pesado, arriesgándose a múltiples discapacidades, ya que afecta principalmente el sistema nervioso central, o a la muerte.

Los grandes compradores de oro tienen que asegurar al mundo que hacen todo lo posible para no contribuir con estas minas ilegales en donde se emplean menores de edad.

jueves, 5 de diciembre de 2013

Arusha. La capital del Safari

Arusha, conocida por los nativos como A-Town, es una de las treinta regiones en las que esta dividida Tanzania. Es una "Capital del Safari" ya que muy cerca se encuentran varios de los mas famosos parques nacionales del mundo. Desde aquí las distancias son moderadas, y es tomada muchas veces por los turistas como base para recorrer las planicies del Serengeti, el perfecto cráter del Ngorongoro, y el Parque Nacional Tarangire.
También es una  "Puerta de entrada" al enorme Valle del Rift en donde se encuentra el sitio arqueológico de Olduvai Gorge.

Los diplomáticos la eligieron como una suerte de capital de la diplomacia para los países del este del continente. Resulta que en 1994 el consejo de seguridad de la ONU estableció que la ciudad de Arusha aloje el Tribunal Penal Internacional para Ruanda para juzgar y condenar a los autores del vergonzoso Genocidio que se cobro la vida de 800.000 Tutsis perpetrado por el gobierno Hutu ese mismo año.

Atrás de la ciudad esta el impactante Monte Meru que tiene en sus dominios al Arusha N.P. y no muy lejos el Monte Kilimanjaro que lo eclipsa, y claro, es la montaña mas alta de áfrica, a la que por suerte pudimos apreciar con un cielo despejado tanto del lado de Tanzania como en el de Kenia.

Ya los alemanes se habían percatado en el 1900 que la zona era ideal para establecer una ruta comercial y un año mas tarde ya lo habían logrado con la llegada de los primeros almacenes de árabes e hindúes.
La Alemania Imperial controlaba en esos tiempos una porción del este de África que hoy ocupan Tanzania, Ruanda y Burundi, y que con la derrota de su ejército en la Primer Guerra Mundial fue dividida entre Bélgica y Gran Bretaña.
Esta ciudad que ronda el millón y medio de habitantes es mas rica que la mayoría de las de Tanzania ya que en ella hay muchas industrias ligadas al servicio y la manufactura.

El sector agrícola es importante. Se ven tractores modernos y muchas plantaciones muy cuidadas de cultivos ligados a la industria farmacéutica, que según me dijeron es muy rentable. Las parcelas mas grandes de cultivos las he visto aquí, y el uso de agro químicos y fertilizantes es evidente, ya que los rindes parecían prometedores.

El turismo es la segunda entrada mas importante de dinero. La ciudad cuenta con aeropuerto propio, y la infraestructura hotelera es superior a las de las otras ciudades de Tanzania a excepción de Dar es Salaam y la isla de Zanzibar.
La gente es amigable y hay cierta escena por las noches. Incluso, hasta la caída del sol, se puede caminar por sus calles con total seguridad.
Llegamos a Arusha y nos desvían para conocer un reloj que esta en una rotonda en el centro de la ciudad. Nosotros queríamos comer y visitar el mercado, y tras algunas horas en las Toyota estábamos un poco ansiosos. El reloj me pareció que no era nada digno de destacar, y como además había mucho tráfico no le saque foto alguna. Mas tarde me enteraría que el reloj esta a mitad de camino entre Cairo y Cape Town (Ciudad del Cabo).

Llegar a The Arusha Hotel fue un placer. Este clásico hotel tiene sus puertas abiertas desde 1894 y supo recibir al príncipe de Gales, a John Wayne (Hatari se filmó aquí),  y al presidente Clinton, entre otros.
Teníamos una mesa reservada en su terraza con vista al bonito jardín tropical, pero preferimos comer adentro acariciados por el aire acondicionado.

Como en todos los buenos hoteles de Africa, sobran empleados, así que todo el tiempo tenés alguien encima que te sirve mas bebida, o retira el plato cuando aún no has terminado de comer.
El almuerzo fue magnífico y muy variado, con carnes exóticas y pescados varios. Aproveche para nutrirme de vegetales crudos y aunque solo era el mediodía, me tome sin culpa dos Gin&Tonic. Luego nos fuimos a los mercados.

Apenas logramos estacionar a dos o tres cuadras del Mercado Central, se nos acercó un aluvión de personas a pedir dinero, saludar (Jambo, jambo) o intentar vendernos alguna fruta. Algunos, incluso mordían las frutas como para enseñarnos que era algo para comer.
Deje mis pertenencias al cuidado de nuestros guías y me interne entre los cientos de puestos.
Además de que el acoso era infernal (caminaba y me seguían no menos de 30 personas), es un mercado apuntado al público local, y no venden mucho mas que frutas y hortalizas. Además huele mal ya que no levantan la mercadería podrida. Unos quince minutos mas tarde estaba casi aliviado nuevamente en la camioneta.

Nuestro guía no entendió que tipos de compras queríamos realizar así que nuestra siguiente parada fue un centro comercial berreta, al que ni bajamos a conocer.

Finalmente pudimos dar con un lugar de nuestro interés, y por suerte con menos gente entre sus pasillos. Así fue como llegamos a este lugar al que se conoce como Curio Market (School Road).


Acá se vende una amplia variedad de artesanías. Los típicos collares y pulseras que venden los Masái por todos lados se encuentran de a montones y a un quinto del precio. Hay pinturas naif que me recordaron a las islas del Caribe y esculturas de madera. Algunas de muy buena calidad.

Lo mas interesante es que a diferencia de muchos mercados del mundo, aquí se puede ver a los propios artesanos creando lo que mas tarde venden.


El hastío de la gente continuaba pero solo gritaban desde sus puestos. Nadie te perseguía como en el Mercado Central.

Al cabo de una primer vuelta rápida descubrí que algunas de las cosas que vendían eran notables. Me acerque a preguntar por una pieza de ébano que llamó mi atención. Una escultura finísima.
El primer precio que me dio fue una locura, así que salí despavorido. Claro que quería venderme a toda costa, pero le explique que no pensaba pagar tal disparate.

No quería ofenderlo. Me contó cuanto tardaba y como lo hacía. Era admirable como trabajaba.

Tal como en los mercados árabes le propuse pagar por la pieza menos de la mitad de su precio, ya sabiendo que lo iba a subir, cosa que hizo al instante. Legamos a un arreglo y soy ahora el feliz poseedor de una escultura de ébano que me había impactado por su belleza.



Satisfecho volví con mi tesoro de varios kilos. Pesado pero sumamente transportable. Mi madre compró un banco de madera hecho en una sola pieza. Divino, pero ¿como lo llevas? No pareció preocuparle, pues días mas tarde sumo otro a su ya extensa colección.


                                     
Todos salimos contentos del Curio Market. Parecíamos las chicas de Sex & the City. Acomodamos las compras y todos a bordo.

Había llegado la hora de partir. Continuábamos nuestro camino hacia Tarangire National Park al cual queríamos llegar para ver el atardecer desde la terraza de nuestro lodge. Nos separaban 120 kilómetros que cubrimos en poco menos de dos horas.


Arusha esta bastante destartalada, y la verdad no tiene mucho sentido recorrerla. No te vas a perder de nada. Es en cambio, hospitalaria, y esta preparada. No en vano son miles los que cada año la eligen como base para sus distintos safaris por el país.

Mirando por la ventana las plantaciones de café (uno de los mas apreciados del mundo) fuimos llegando casi sin darnos cuenta a nuestro próximo destino. Había llegado la hora de los Gin&Tonic.












viernes, 2 de agosto de 2013

Safari al Ngorongoro NP ¿La octava maravilla del mundo?

En el área de conservación del Ngorongoro hay una variedad notable de micro climas. Luego de surcar unas horas por los coloridos caminos de la selva tropical vamos acercándonos al cráter en donde el escenario es completamente diferente. También están "A la vuelta de la esquina" las grandes tierras desérticas y la falla del Valle del Rift.

Ya antes de llegar al cráter del Ngorongoro estaba fascinado por el camino sinuoso que va cruzando la selva montana que rodea al lugar. Nos íbamos cruzando con camiones Chinos de marcas aún desconocidas que descendían a velocidades irresponsables con decenas de hombrs colgados de sus paragolpes y ventanas, práctica común en estas latitudes. De hecho hay camiones que en el paragolpe trasero tienen pinches para que la gente no se les suba.

Hubiera querido tardar mas en llegar. Podría manejar todo el día con enorme felicidad en este entorno.
Almorzamos en nuestro lodge que estaba montado sobre el labio mismo del cráter. Las vistas eran increíbles y el servicio y la comida, superior. Que placer da llegar a un lugar así. La verdad que me quería quedar en su terraza tomando unas Tusker (la cerveza mas rica del este de África), pero habíamos venido hasta aquí a ver animales y las Toyota Land Cruiser´s nos esperaban con sus motores Diesel ronroneando.
En dos minutos estaba feliz de estar entrando en la caldera intacta mas grande el mundo. Es uno de esos momentos en los que uno se siente un ser privilegiado. ¡Como puede ser tan lindo nuestro planeta!
Las fotos no hacen justicia a la belleza de este lugar, pero créanme que es un lugar fantástico.

El Ngorongoro es un enorme y chato volcán de mas de 20 kilómetros de ancho y 610 metros de altura que surge en el medio de la sabana y como ha estado inactivo por miles de años, hizo posible que se junte con el paso del tiempo, una importante cantidad de vida animal. Hay elefantes machos, leones, leopardos y guepardos. También alberga miles de flamencos y otras cientos de aves en sus aguas alcalinas. No faltan los búfalos ni las cebras, ni los siempre presentes ñus e impalas.
Toda la zona del Ngorongoro fue declarada zona de conservación en 1959. En esos años la tribu de los Masai metía a su ganado dentro del área de conservación e incluso labraban la tierra. Desde lo alto se pueden observar las marcas de aquellos tiempos.

Desde 1979 es Patrimonio  Natural de la Humanidad y su cuidado está a cargo de la UNESCO. En 2010 la protección fue extendida por la cantidad de vestigios arqueológicos aún no estudiados que se encuentran dentro de sus perímetros, por lo que hoy el Parque Nacional Ngorongoro goza de este doble Patrimonio Natural y Cultural de la humanidad.
Esa primera tarde hicimos un recorrido de unas 4 horas. Estaba mas gratificado por el escenario que por los animales que habíamos visto, que por cierto eran muchos, pero ninguno de los difíciles de ver.

Es muy lindo saber que uno esta adentro de la caldera de un volcán, y hay que tenerlo presente cuando se recorre (estoy adentro de la caldera de un enorme volcán en la mitad de la sabana africana).
A diferencia de otras calderas esta está intacta y uno puede (uno podría) seguir sus formas.
El segundo y tercer día recorrimos los caminos que nos faltaban de este no tan extenso parque nacional, y tuvimos encuentros cercanos con todos nuestros animales preferidos. El premio por habernos levantado temprano, ya que la mañana suele ser el mejor momento para avistar animales.

Almorzábamos ricos picnics en el parque y volvíamos al lodge solo cuando empezaba a caer la noche.
En la zona norte del Cráter de Ngorongoro se ve parte de las deforestaciones que hicieron los Datoga, una tribu de origen Bantú que llegó aquí mucho antes que los Masai. Estas tribus se enfrentaron con los Masai que llegaron hace 150 años. El conflicto continúa pero ahora con la  intervención  del gobierno.

Aparentemente hay momentos del año en el que el Cráter de Ngorongoro se llena de vehículos. La mayoría son Toyota Land Cruiser  y hay varias Land Rover Defender que van de aquí para allá. Nosotros fuimos en plena época de migraciones, pero fuera del período vacacional, y la verdad es que en ningún momento resultaron una molestia. Quizás tuvimos suerte, o fue el hecho de tener guía propio.
Quizás en el cráter algunos sientan mas el tráfico vehicular, pero puede tratarse simplemente por el hecho que el Ngorongoro es mas chico que sus parques vecinos.  En todo caso no creo que nunca sea tan grave el tema, y siempre será maravilloso ver animales en su hábitat natural por más que no seamos los únicos testigos. Si así y todo quieres tener esa sensación de privilegio que da la soledad, trata de evitar los meses de enero, febrero, julio y agosto.
La visita obliga a contratar un guía (nosotros ya llevábamos los nuestros). A veces esto es bueno, y otras incómoda. No son pocas las veces en que los guías no tienen la menor idea de lo que muestran, o no comparten un idioma en común con uno. Además cobran como científicos. Otras veces un  guía enriquece de sobremanera nuestra visita, y son los que tienen pasión por lo que hacen los que a la larga terminan ganando mas plata, ya que con gusto uno les da su merecida y buena propina.

Nuestro guía tenía vista de lince. Había divisado a lo lejos un rinoceronte, y yo con los larga vistas no lograba descifrar si se trataba de un hipopótamo o efectivamente era un rhino. Saqué unas fotos con mi tele-objetivo y pude comprobar que efectivamente se trataba de este tímido y maltratado  animal que esta muy cerca de desaparecer. Que triste pensar que nuestros hijos y nietos ya no van a poderlo disfrutar en su hábitat natural. Durísimo.
La vara estaba alta. El Ngorongoro nos había regalado tanto que los próximos parques nacionales la tendrían difícil.Un lugar mágico al que volveré sin dudas cuando vuelva a pasar por Tanzania.
No se si la Zona de Conservación del Ngorongoro es la octava maravilla del mundo, pero en mucho se le parece.

domingo, 7 de julio de 2013

Tarangire, la tierra de los baobabs

 Cuando El Principito venga a conocer Tarangire se va a preocupar mucho, y es que todos recordamos como cada mañana se encargaba de sacar las raíces de baobabs de su pequeño asteroide (el B 612) sabiendo que si las dejaba crecer, las raíces enormes de este árbol que parece crecer hacia abajo lo destruirían . Lo harían estallar.

El baobab, que tanto simbolismo e importancia tiene para muchas culturas africanas, aquí se encuentra de a montones y es lo primero que me llama la atención cuando entro a Tarangire.
Los amarillos pastos largos se mecen con el viento y el sol parece hacer querer hervir a la tierra que levanta polvo del suelo cual vapor fuera. Salpicados en el agreste paisaje, que no puede ser mas africano, están por aquí y por allá los dueños del lugar. Testigo macizo del tiempo y la historia.

En Tarangire, debo admitirlo, no tuvimos tanta suerte en nuestra búsqueda de los "Big Five". Ellos son el león, el elefante (que sí vimos en numerosos grupos), el leopardo, el rinoceronte y el búfalo. El término  de los "Big Five" nació entre los cazadores de antaño quienes perseguían a las bestias de a pié, siendo estos parte de los animales mas peligrosos del mundo y los mas difíciles de cazar.

Los animales se acercan aquí en gran número durante las épocas secas, pero nosotros habíamos llegado después de las lluvias.

Los días los pasamos subiendo y bajando caminos con nuestras Land Cruiser´s. Contentándonos con las águilas y los elefantes que se acercaban al río. El paisaje es insuperable y se encuentran vistas excepcionales, de esas que te obligan a exclamar.

La primera tarde llegamos desde la ciudad de Arusha. Recorrimos unos 130 kilómetros por caminos muy verdes. Desde la altura se veían enormes valles muchas veces matizados por bosques que desde arriba se veían como ramas de brócoli o coliflores. Al costado del camino acompañaban los cultivos de banana, café, maíz o azúcar.
Cada tanto desvíos por caminos internos que nos hacían reír de lo que nos hacían saltar los pozos. Nos despegaban del asiento, y así fue que entre bamboleos, polvo y mil verdes llegamos a Tarangire NP, el cual recorrimos por unas horas para llegar justo a tiempo a la terraza de nuestro hotel para tomar los obligados Gin & Tonic y ver esos atardeceres tan particulares del continente negro.


El sol lanza sus rayos perpendiculares sobre la tierra. Los viajeros, fatigados de su trabajosa jornada, reposan a la orilla del río, a cuya fuente se aproximan. Un baobab corpulento y magnífico les presta su sombra, capaz de cubrir a una tribu de guerreros.
                             Gustavo Adolfo Bécquer

El segundo día, tras el desayuno, salimos a recorrer el parque nacional. Vimos las primeras jirafas y muchas cebras y ñus. Nos sorprendimos con la enorme cantidad de pájaros que hay en el lugar. Se pueden llegar a ver 550 especies, lo que convierte a Tarangire en el lugar del mundo con mas especies en un solo hábitat. Uno siente que ve pájaros nuevos todo el tiempo. Un paraíso para los Birdwatchers.

Nos acercamos al río Tarangire en donde siempre se encuentra vida salvaje, ya que los animales saben que este río les da agua durante todo el año, incluso en la estación seca. Van viniendo desde el cercano lago Manyara.
Continuamos nuestro camino hacia uno de los límites del parque y conocemos el Lago Burungi, que mucho no nos deja ver además de sus plateadas aguas. Volvemos entonces paralelos al río buscando los primeros pantanos. Las camionetas avanzando con cuidado sobre el traicionero suelo.

Los pájaros seguían apareciendo de a montones y por momentos era lo único que fotografiábamos Siempre veíamos de lejos a alguna jirafa comiéndole la copa a una acacia. Hay muchos búfalos y la presencia estelar de la diminuta gacela Dik Dik, pero no mucho mas. La densidad animal aquí parecía ser mucho mas baja que en los parques vecinos. Por suerte el paisaje deslumbra y es el actor principal de esta obra divina.

En los primeros pantanos nos quedámos mirando un buen rato los rituales de los elefantes.

Tentamos al guía con algunos Dólares para que afine su vista y nos encuentre un maldito leopardo. El premio corría para cualquiera que lograra ver uno. Pero no tuvimos éxito ese día. Ni el siguiente.

El paisaje de Tarangire es único. Fuimos manejando de pantano en pantano buscando fauna y aplastando moscas Tse Tse. Son rápidas y ágiles las muy bastardas. Su mordida duele y puede ser peligrosa. Es esta mosca la responsable de que la zona nunca haya estado habitada por el hombre.
Los leones, por ejemplo, para evitar las picaduras duermen muchas veces sobre las ramas de los árboles y no en el suelo como lo hacen generalmente.
La picadura de la mosca Tse Tse transmite via parasitaria lo que popularmente se conoce como "La enfermedad del sueño", y que si no se trata puede causar la muerte. Hay 300.000 casos cada año y no existe vacuna alguna para prevenirla.

Habiendo comido mucha tierra y mordidos por las moscas llegamos nuevamente a la comodidad de nuestro hotel justo a tiempo para agregar una ronda mas de nuestros diarios Gin&Tonic. Son muy amarretes por estas latitudes. Los "Double Gin" son un chiste, y sirven de excusa para alargar la ronda.

Cargamos las baterías de nuestras máquinas de fotos, las de el teléfono satelital y demás aparatos electrónicos, junto a los equipos de los otros huéspedes en un cuarto lleno de enchufes especialmente diseñado para ello. Había decenas de miles de Dólares conectados a esos enchufes.
Era el único lugar en donde no cortaban el suministro eléctrico después de las 22 hs.

El tercer y último día fuimos despertados por una manada de elefantes que estaba peleándose a solo metros de nosotros. Pensé que se llevaban puesto todo el campamento y en calzoncillos salí despavorido al exterior de la carpa para que me indiquen hacia donde correr. Los elefantes tiraban árboles con su brutal fuerza y su bramido poderoso parecía hacer eco en todo el valle.
El elefante es un animal pacífico, pero que no se enoje.

Pasado el susto desayunamos. Los huevos en Africa son blancos y la fruta generalmente exquisita (mangos, papaya, ananá). Todos hablábamos de los elefantes. Ja! Ahora me río.

Intercambiamos experiencias con otros viajeros y salimos a recorrer otra vez los pantanos de Tarangire.




domingo, 30 de junio de 2013

Oldupai Gorge Site "La cuna de la humanidad".

Dicen que la raza humana nació en África hace 6 millones de años. Ahí se desparramo por todo el continente, para pasar después a Asia, y tras cruzar el Estrecho de Bering llegar a la Patagonia en un viaje de 50.000 kilómetros y varios miles de años.

La Garganta de Olduvai en el Valle del Rift constituye uno de los lugares mas importantes del mundo en lo que a yacimientos arqueológicos y paleontológicos refiere.

Los movimientos tectónicos han dejado al descubierto sedimentos y rastros humanos de hasta 2 millones de años de antiguedad, por eso a este lugar se lo conoce como "La cuna de la humanidad".
Antiguamente había aquí un lago que fue tapado por cenizas volcánicas hace medio millón de años. El posterior movimiento de las placas hizo que el agua se drene y el lago desapareciera.


Estábamos en zona, camino al Serengeti y con mucho interés en conocer este lugar por lo que nos desviamos de nuestra ruta por unos pocos kilómetros para poder conocerlo.
Pagamos USD20 de entrada y escuchámos todo lo que el guía, provisto por el lugar tenía para contarnos. El tipo hablaba buen Inglés y con entusiasmo contestaba todo.
En 1911, este territorio era Alemán y se llamaba Tanganica. Ese año un entomólogo de nombre Wilhem Kattwinkel descubrió una serie de fósiles en esta área del gran Valle del Rift. El emperador Alemán mandó entonces una expedición a cargo del geólogo Hans Reck que llegó dos años mas tarde, en 1913. Allí descubrió un craneo de un homínido, pero el comienzo de la primera guerra mundial obligo a suspender los trabajos en el lugar.
Con el final de la guerra, Alemania entregó a Naciones Unidas los territorios de África del este que comprendían a Tanganica, Rwanda y Burundi.

En 1951 un matrimonio Británico continuó con las excavaciones. Ellos eran Louis y Mary Leakey, quienes se llevaron toda la fama que le correspondía a Hans Reck.
Habían tenido esta idea luego de ver unos huesos que se encontraban en Berlin.

Para mediados de los años 50, los Leakey habían juntado una importantísima colección de los más variados fósiles.
En 1961 por fín Mary pudo encontrar fósiles de homínidos que databan una antiguedad de 1.750.00 años, y mas tarde otro ejemplar aún mas viejo.
Mas al norte, no muy lejos de Adis Abeba en Etiopía se encontraron los huesos de un ejemplar aún mas antiguo, la famosa "Lucy", llamada así por ser el tema musical (The Beatles) que estaban escuchando los antropólogos en ese momento.

Estos descubrimientos incomodaron a mas de uno. ¿Cuando, donde y como había nacido la raza humana?
En el lugar hay un modesto museo con réplicas de los fósiles originales que hoy andan en los museos más importantes del mundo, y por suerte para Tanzania algunos en su capital Dar es Salaam.

Esta todo muy bien explicado para los que no somos expertos. Hay también una extensa colección de fotos de los trabajos del matrimonio Leakey. Que duro ha de haber sido en esas épocas.
También esta la bicicleta y otros objetos personales del Dr Sekino, un Japonés quien recorrió por todos los contientes el mismo recorrido que alguna vez hicieron los primeros humanos. Sobre su viaje se hizo una serie para la televisión llamada "The great journey".



En pleno valle hay dos campamentos en donde se hacen estudios los preliminares y se alojan a los estudiantes, principalmente alemanes que hasta aquí se acercan.

Los alemanes, que son los responsables de haber hecho las diferentes camas en donde se hicieron los descubrimientos parecen haber tomado la posta nuevamente, y en trabajos conjuntos con las universidades de Tanzania, la Universidad de Hamburgo guía y financia los nuevos estudios.

Es emocionante saber que aca pudo haber empezado todo. Es como sentir que uno vuelve a casa.