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jueves, 10 de enero de 2019

Anitkabir, el mausoleo de Atatürk

El Mausoleo de Atatürk, uno de los sitios emblemáticos que nadie debe perderse en una primer visita a Ankara, la capital y segunda ciudad mas poblada de Turquía. No debíamos estar muy lejos desde el hotel en donde pasamos la primer noche. Quizás unas 20 o 30 cuadras, por lo que decidimos ir caminando. Ese día volvía a llover  en la capital turca, que una semana antes había sufrido las peores inundaciones en los últimos 500 años. Gran parte de la ciudad aún se encontraba con anegamientos. El día anterior habíamos padecido llegar a la ciudad en auto, con eternos embotellamientos y por momentos un poco de miedo de dañar el vehículo de alquiler.
Era nuestro segundo día en Ankara cuando decidimos, mis amigos y yo, que era momento de ir a conocer el mausoleo de Mustafa Kemal Atatürk, héroe de la nación turca, y es que gracias a él es que existe Turquía como país. Primeramente participó encabezando el Movimiento Nacional Turco tras la derrota del Imperio Otomano tras la Primera Guerra Mundial, y luego como mariscal de campo (el rango más alto del ejército turco) durante las Guerras por la Independencia.
Los restos de quien fuera fundador y primer presidente de la República de Turquía descansan aquí.
Anitkabir significa literalmente "tumba conmemorativa". Se trata de una monumental construcción en honor al máximo héroe de Turquía, sitio que es visitada por cientos de miles de personas cada año. La mejor manera de llegar es cruzando la Calzada de los leones, una calle de casi 300 metros de largo con 12 pares de estatuas de leones, tal como existieron en algunas ciudades hititas.

El mausoleo se encuentra apostado sobre una colina que podía verse desde gran parte de la ciudad.
Durante su construcción se encontraron miles de piezas y artefactos de la civilización frigia, quienes habitaron la región de Anatolía unos 12 siglos antes de Cristo.
Hubo un concurso organizado por el gobierno turco con más de 50 participantes. Lo ganaron los arquitectos Emin Onat y Orhan Arda en 1941, y desde entonces se tomaron 9 años completos para concluir en cuatro etapas una de las obras mas monumentales y significativas jamás erigidas durante el Segundo Movimiento Nacional de Arquitectura, período que se caracteriza por la simetría y por su influencia con la arquitectura selyúsida y otomana, y también de la arquitectura de Alemania nazi.
La entrada al museo y mausoleo de Anitkabir es libre y gratuita. Se trata de un sitio muy lindo y extremadamente cuidado que los turcos saben aprovechar para dar a conocer la figura del fundador y primer presidente de la república, aunque también cabe destacar que está enterrado también el General Ismet Inonu, segundo presidente de Turquía, amigo personal de Atatürk y compañero durante las Guerras por la Independencia.
Son 750.000 metros cuadrados de los cuales unos 120.000 corresponden al mausoleo propiamente dicho. El parque está decorado con 50.000 árboles de 104 especies, y se utilizaron decenas de mármoles llegados desde todos los rincones de Turquía. Números que impresionan, y es que el de Anitkabir es uno de los mausoleos más grandes y espectaculares del mundo.

jueves, 13 de diciembre de 2018

Las Ruinas de Éfeso

Éfeso (también conocida como Ephesos o Ephesia) fue la ciudad griega más antigua, ubicada estrategicamente sobre el Mar Egeo, cerca de un desaparecido puerto y al final del Camino Real Persa. Cómo no podía ser de otra manera su historia está cargada de leyendas y no se sabe a ciencia cierta cuando es que fue fundada, hace por lo menos 5.000 años. Las Ruinas de Éfeso sorprenden al visitante por ser una de las ciudades antiguas mejor conservadas de Asia Menor, y eso que se ha excavado menos del 10 %, no obstante es una de las zonas arqueológicas más grandes del mundo.
Caminando por largas calles hechas de mármol hace miles de años nos internamos en un viaje a un pasado que comenzó a escribirse 5.000 años atrás. Una serie de ruinas de diversos períodos y algunas construcciones en pie nos van llevando hacia los exponentes arquitectónicos más importantes de Éfeso, como la Biblioteca de Celso, prueba de que también existían importantes bibliotecas fuera de Roma durante el Imperio romano. Contaba con espacio para 12.000 rollos de pergamino y estaba orientada hacia el este para obtener la mejor luz de la mañana. Claro que ésta en particular además de biblioteca fue erigida como mausoleo en honor a Celsus, un popular y rico ciudadano que fue gobernador durante 2 años, y que a diferencia del resto tuvo la suerte de ser enterrado dentro de los límites de la ciudad.

La fachada de la biblioteca es lo único que sobrevivió al paso de los Godos en 262. La misma fue reconstruida por un equipo de expertos alemanes entre 1970 y 1978.
Las Ruinas de Éfeso son uno de los lugares más espectaculares, famosos y significativos que uno puede conocer en un viaje por la región de Anatolía, en la Turquía asiática. No en vano las ruinas son Patrimonio de la Humanidad (UNESCO) y uno de los destinos turisticos más visitados del mundo con 7.000 visitas diarias (¡Más de 2.5 millones por año!). La mayoría de los que llegan aquí son turistas que bajan de los cruceros en el cercano puerto de Kusadasi.Con mis amigos llegamos por tierra desde Ankara en un auto que días antes habíamos alquilado en Estambul, a más de 600 kilómetros de distancia.
Con el paso de los años en Éfeso llegaron a vivir más de 250.000 personas, sin duda una de las ciudades más grandes de la época y la segunda ciudad de mayor tamaño dentro del enorme Imperio romano.
Éfeso fue un lugar muy importante para la difusión del Cristianismo, en especial con la llegada de San Pablo y de Juan "El apóstol" o San Juan. En Selcuk, un pueblito muy cercano a las Ruinas de Éfeso se encuentra la que fuera la última morada de la Vírgen María, y como si fuera poco desde aquí se inició en 431 el tercer Concilio Ecuménico e incluso hubo un cuarto.
Entre las construcciones más significativas de Éfeso podemos encontrar al Templo de Adriano, construido en honor a la visita del emperador, quien visitó todos los rincones del imperio. El templo se encuentra sobre la Vía de los Curetes, una de las tres calles más importantes de Éfeso. Es pequeño si lo comparamos con otros, pero resulta ser el templo más elegante de todos los que han sido descubiertos. Tiene relieves de la fundación de la ciudad.
Esta construcción es del año 130 y tiene forma semi - circular.
El teatro es otra de las maravillas de Éfeso. Apostado sobre las faldas delMonte Pión, originalmente fue un teatro Griego agrandado por los Romanos hasta lograr una capacidad para 25.000 a 30.000 espectadores (el 10% de la mayor población). Tiene un diametro de150 metros y los últimos escalones se encuentran a 30 metros de altura sobre el suelo. Aquí existieron espectáculos de varios tipos y los famosos combates de gladiadores.
Realmente es u lugar de un altísimo valor cultural. Se puede recorrer con guías o alquilar las guías auditivas con traducción en media docena de idiomas, ya que hay mucha información acerca cada uno de los edificios existentes en la maravillosa ciudad de Éfeso.
Hoy existe un proyecto para dragar las aguas y devolverle a Éfeso el puerto que alguna vez tuvo.

lunes, 3 de septiembre de 2018

La última morada de la Virgen María

Hay un lugar en Turquía a los que muchos consideran como la Casa de la Virgen María. Esta antigua construcción se encuentra en la provincia de Esmirna (Izmir) en las faldas del Monte Koresses en el pueblo de Selçuk y a sólo 7 kilómetros de las maravillosas Ruinas de Éfeso, y es uno de los sitios religiosos más importantes de Turquía, ya que es un lugar sagrado tanto para Cristianos como Musulmanes. Un lugar que sirve de unión para ambas religiones.

La historia de esta casa lleva varios siglos, al menos para los Musulmanes locales para los que siempre fue un sitio de peregrinación al que llamaron Meryemana Evi, pero para los Cristianos de oriente estuvo fuera de órbita hasta el siglo XIX,  y recién comenzaría a llamar la atención luego de que Ana Catalina Emmerick, una monja alemana luego beatificada por el Papa Juan Pablo II en 2004, denunció haber tenido visiones sobre la ubicación de la última morada de la Virgen María. Hay un tipo, Clemens Brentano, poeta y alemán que durante 5 años se entrevistó con Emmerick para volcar esas charlas en un libro publicado en Munich en 1852. Ella nunca había estado en Turquía, pero las muy detalladas descripciones de sus visiones acerca de los últimos días de la Virgen María en Turquía fueron utilizadas por los investigadores para finalmente dar en 1891 con esta milenaria casa, que a partir de entonces puede considerarse la primer basílica en el mundo dedicada a María.
La iglesia se mantuvo siempre bastante al márgen ya que curiosamente no hay evidencia científica que avale que aquí vivió la Virgen María, sin embargo, los arqueólogos responsables de estudiar al sitio han dictaminado que los cimientos originales de la casa corresponden al siglo I d.C. (el resto de la construcción es de los siglos VI y VII).
La tradición cuenta que la Virgen María fue llevada a Éfeso por San Juan tras la desaparición de su hijo. Juntos vivieron en esta casa erigida por el mismo apóstol, quien predicaba el Cristianismo en esta área. Algunos dicen que María pudo haber muerto aquí un 15 de agosto antes de la Asunción. Otros dicen que ocurrió en Jerusalem.
El primer Papa en bendecir este lugar, o darle el "visto bueno" por tratarse de un probable lugar santo y sitio de unión y concordia entre Cristianos y Musulmanes fué León XIII en 1868. Luego la casa de la Virgen María fue elevada a lugar sagrado por Pío XII en 1951 tras el dogma de fe que dictamina que cuerpo y alma de la Virgen María fueron llevados al cielo (Assumptio Beatae Mariae Virginis). A partir de entonces fue visitado por Pablo VI en 1967, por Juan Pablo II en 1979 y por el actual Papa Emérito Benedicto XVI en 2006.
La Casa de la Virgen María es uno de esos sitios que provocan algo en nuestro ser. Un sentimiento que puede variar entre los miles de cristianos que lo visitan cada año, pero que existe y es real, y en un lugar de mayoría Musulmana y tan turístico como es Turquía, es emocionante ver congregados a Cristianos de todos los rincones del planeta compartiendo un momento en este histórico lugar.
Cerca de la modesta capilla de piedras que fuera la última morada de la Virgen María hay una pared en donde los fieles depositan un papel con sus anhelos. No en vano a esta pared se la conoce como la "Wishing wall". Aparentemente en los últimos años son miles las mujeres que llegan aquí desde todos lados con aspiraciones de quedar embarazadas, y otras para agradedecer el milagro de la concepción. Miles de papeles, elegantes algunos, de papel higiénico otros. Hay servilletas, boletas de hotel o de zapatillas, reversos de tickets, cualquiera es aprovechado para pedir un deseo de último momento o simplemente agradecer por la gracia de la vida.

miércoles, 18 de julio de 2018

El Castillo de Ankara

El Castillo de Ankara (Ankara Kalesi) domina desde hace siglos las vistas de la capital de Turquía desde lo más alto de la ciudad. Es uno de los sitios mas importantes de Ankara.El castillo tiene mucha historia para contar, tal como la tiene Ankara, una de las ciudades más antiguas del mundo, y hoy capital de la República de Turquía.
El Castillo de Ankara (o su remanente) ocupa una superficie de 350 x 150 metros, sin contar unas 42 torres de defensa que se encuentran a unos 40 metros de distancia hacia el lado externo de las paredes del castillo. No se sabe a ciencia cierta desde cuando es que existe el Castillo de Ankara, pero con seguridad corresponde a períodos comprendidos entre la Antiguedad Tardía y el principio de la Edad Media. Eso es mucho tiempo, aún considerando que la historia de Ankara se escribe al menos desde el 2.000 a.C, época en donde los Hatianos (tiempo mas tarde devenidos en Imperio Hitita).
Los Hititas utilizaron su estructura antes que los Romanos conquistaran el área, llamando Ancyra a esta ciudad que llegó a tener en esos tiempos más de 200.000 habitantes.
Tras la conquista romana de Galatia en el siglo II a. C., las paredes del Castillo de Ankara fueron construidas nuevamente acorde a las necesidades defensivas de la época, tal cómo marcan las crónicas del emperador Caracalla (circa 217 D.C). De este tiempo quedan claros ejemplos arquitectónicos romanos del muro externo del castillo.
Tiempo más tarde el castillo fue ocupado por Frigia, un imperio que ocupaba gran parte de Anatolía.
Años más tarde el Castillo de Ankara (y por supuesto el resto de la ciudad) fueron conquistados y ocupados por los Persas, antes que los Bizantinos, más tarde los Árabes y a la postre los Otomános antes del fin de la Primera Guerra Mundial y la creación de la República de Turquía.
La idea de reciclar hoy está de moda, pero en sitios como éste queda claro que de alguna manera el reciclaje viene practicándose desde hace siglos, En las piedras de los muros del Castillo de Ankara, uno puede visualizar con claridad el paso de las diferentes culturas que ocuparon este sitio.
Una cosa para remarcar acerca del Castillo de Ankara es el hecho de que éste estuvo siempre habitado en forma inentirrumpida desde su creación, lo que le da una impronta muy particular. Mucho no ha cambiado, pues al día de hoy sigue siendo morado cómo en los viajos tiempos, quizás no por príncipes, barones, duques o condes, si no por pobladores de las clases más bajas de Ankara que viven en los límites del castillo y sus alrededores.
Hay cientos de casas habitadas dentro de los límites del Castillo de Ankara, que están construidas con ladrillos de adobe (barro) y madera, como en los viejos tiempos. Sus moradores son amigables, nada tímidos, y prestan una mano a quienes visitan este lugar.
El Castillo de Ankara se encuentra a un corto taxi de distancia del Mausoleo de Ataturk, el otro sitio (increíble) que nadie debiera perderse en una visita a Ankara. Las dos visitas pueden hacerse en un día sin problemas de tiempo.

Por un lado el Castillo de Ankara no se encuentra en el estado de conservación que mereceu n sitio de estas particularidades, sin embargo el hecho de que se encuentre habitado en forma ininterrumpida desde hace siglos hace de este lugar un fiel testimonio de la rica historia de Ankara.
En el interior de las murallas funciona al menos un restaurante. Habíamos caminado mucho ese día, y afuera no dejaba de llover, así que vinimos a por unas sopas y unos platos de comida caliente que por suerte no nos defraudaron e hicieron de este un momento agradable y un poco picante.

Vale la pena conocer el Castillo de Ankara si por alguna razón caen en la capital de Turquía.