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viernes, 26 de junio de 2015

Parque Nacional Lanín por el camino típico

Hacía muchos años que no venía hacia los pagos del Parque Nacional Lanin. A este lugar le guardo un especial cariño pues fue parte de mi primer gran viaje en solitario, cuando tenía 17 años.

El Parque Nacional Lanin es el tercero mas grande de Argentina. Existe como tal desde 1937 y tiene 412.000 hectáreas. Se encuentra en la provincia de Neuquén, en el norte de la Patagonia, y limita con otros parques nacionales o espacios protegidos en ambos lados de la cordillera.
Cuando tomé el camino hacia la entrada al Parque Nacional Lanín, divisé a lo lejos una serie de pequeños fuegos en las laderas de una montaña. De inmediato di alerta a los guarda parques, quienes ya estaban al tanto de la situación. Por suerte no paso a mayores como los incendios en la provincia de Chubut, que comenzaron a desarrollarse al mismo tiempo, y consumieron más de 37.000 hectáreas de bosque nativo.
Incendios en Parque Nacional Lanín
Una vez dentro del parque nacional, y una vez superada la etapa mas rala del recorrido, los caminos empiezan a quedar rodeados de árboles, en un ambiente muy apto para la proliferación de especies andinas, formando bosques mixtos por doquier, que van variando acorde a la altura en donde están.
A nuestra izquierda parecen tener luz propia las aguas del Lago Huechulafquen el de mayor tamaño de  los mas de 30 que hay en parque nacional. Este espejo de agua es probablemente el lago mas visitado del parque nacional. Alcanza los 800 metros de profundidad.
Sobre una de los márgenes del lago existe la Comunidad Mapuche Raquithue Cañicul.
Lago Huechulafquen
 Durante gran parte del recorrido es posible ver la silueta siempre nevada del Volcán Lanín, la estrella indiscutida, emblema de la zona.
Silueta del Volcán Lanín
En el lugar en donde funcionan las instalaciones del guarda parque hay un cartel  que alerta sobre los peligros del fuego según el clima o la época del año. En esos días la aguja marcaba "Peligro extremo".

Desde aquí parte uno de los cinco senderos de interpretación que tiene el parque nacional.
Intendencia
Cerca había otros carteles que alertaban de la presencia de "Chaquetas Amarillas", un tipo de avispa muy común que aparece durante los meses de verano en esta zona de lagos patagonicos.

Como aquella primera vez fui hasta el Lago Paimún al final del recorrido. Fui hasta donde el camino me dejaba llegar. Allí di con la pequeña iglesia María Auxiliadora del Paimún, patrona de la Patagonia y la primer iglesia construida por Gendarmería Nacional en épocas en la que se custodiaba el Paso Villarica. La iglesia se encontraba perfectamente restaurada, lo que me trajo alegría.
Iglesia María Auxiliadora del Paimún
El Lago Paimún también me traía recuerdos. Cuantas noches de vino barato y guitarras, en la que terminaba durmiendo plácidamente sobre las arenas negras y volcánicas de sus playas.

Este es el área adecuado del P.N. para dar aviso al guarda parque, y emprender la caminata que asciende por las laderas del Volcan Lanín. Un lujo para los amantes del senderismo.
Lago Paimún
Hace 17 años había tardado dos días en alcanzar a dedo (auto stop) este lugar. Hoy me había llevado poco mas de una hora y con paradas sendas en el camino.
Cuando uno llega al final del camino (Paraje Piedra Mala) , existe la posibilidad de continuar a pie hacia la derecha por un sendero que lleva a la Cascada  "El Saltillo". A lo poco de andar ya se puede ver este salto de agua de 25 metros. El recorrido es muy bonito y permite terminar a un costado del salto, desde donde se obtienen buenas vistas por sobre los cada vez mas altos árboles.
Cascada "El Saltillo" en el Parque Nacional Lanín
Vale la pena ascender por el sendero. Uno cruza arroyos y siempre está bajo la sombra de esplendidos y centenarios ejemplares de Robles, Pehuenes, Araucarias, Lengas y Raulís. Tres árboles típicos de esta región de la Patagonia Argentina. Un ecosistema que forma parte de la Selva Valdiviana, que por esas razones del destino conocería días mas tarde
El camino de bajada es el mismo, cruzando estos bosques que solo existen esta parte del país. Al paso vamos divisando algunos ejemplares de fauna introducidos por el europeo años atrás, y que hoy son plaga del sur de la Cordillera de Los Andes. Con mucha suerte se puede divisar algún ejemplar de Pudú, un tipo de ciervo de cuerno corto que se encuentra en peligro de extinción, al igual que el Huillín, un tipo de nutria que sólo existe en Argentina y en Chile.
En el sector medio del recorrido se aprecian en los cerros otras majestuosas figuras que quedan opacadas ante la estampa del Volcán Lanín.
La tarde siempre regala la mejor luz. Esos días estaba durmiendo cerca, en la ciudad de San Martín de los Andes. Valía la pena quedarse para disfrutar de la hora dorada. El frío siempre aparece por estos lados, incluso durante los meses de verano. Es algo a tener en cuenta para quienes no conocen la zona.
Este parque nacional lleva el nombre del volcán extinto de 3.774 metros de altura, el de mayor elevación de la zona.
A la vuelta pude tomar por algunos kilómetros un camino que no figuraba en los mapas. Quizás era de uso interno. Lo cierto es que era muy bello, y siempre es bueno volver por una huella nueva, a paso muy lento y atrás de un rebaño de ovejas.


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miércoles, 13 de mayo de 2015

Paso Carirriñe el sector menos conocido del Parque Nacional Lanín

Cuando me enteré que el Paso Carirriñe es "solo" para hacer en vehículos 4x4, supe que mi próximo destino terminaba del otro lado de la Cordillera de los Andes, en Chile.

Estaba pasando unos días en San Martín de los Andes, un lugar al que fui cada invierno durante mitad de mi vida, e incluso he vivido allí por unos meses.
En diferentes ocasiones había salido a Chile por el Paso de Hua-Hum, el Paso Mamuil-Malal y también por el Paso Tromen. por nombrar sólo algunos de los pasos cordilleranos que nos unen a Chile desde la provincia de Neuquén, pero desconocía la existencia de este. Puede que por tratarse de un paso estival,
o quizás por no haber tenido el tipo de vehículo apropiado es que no le había prestado atención.
La ruta para llegar es la misma que nos lleva a Junín de los Andes, pero antes de llegar a la ciudad se dobla por un camino que va hacia el Lago Lolog. Se atraviesa un sector del Parque Nacional Lanín que me era desconocido en mas de la mitad del recorrido.
El camino siempre es muy lindo (como son todos dentro del parque nacional) y lo mejor que tiene es la diversidad de paisajes cada vez mas verdes que nos va ofreciendo con el correr de los kilómetros.
Cruzando el Río Curruhué
El Área Curruhué está plagado de araucarias varias veces centenarias. Este es un árbol característico de esta zona y es emblemático para los Mapuches, los antiguos pobladores que comían el piñon, el fruto que otorga este árbol, tal como sucede hoy en los restaurantes gourmets de la Patagonia.
Vamos a ir cruzando lagos a diestra y siniestra. El primero de ellos es el Curruhué Chico, distante a unos 40 kilómetros de San Martín de los Andes.
El accionar reciente de los volcanes cercanos dio origen a esta serie de lagos encadenados formadas por los sedimentos acumulados en los últimos miles de años.
Luego pasaremos por el Lago Verde, y el cercano Mallín Grande, buen punto fotográfico del trip.
En el camino, tanto del lado argentino como del chileno hay varios paradores desde donde se puede acceder a una playa. Los mismos cobran una entrada moderada y ofrecen servicios de baños, mesas, parrillas, venta de comida y carnada, o bajada para embarcaciones en los lagos en donde esta permitido. 
Tras abandonar la playa del Lago Curruhué Grande, de origen glaciario, continuamos camino hacia el control migratorio de Chile.
A 80 kilómetros de haber entrado en el camino nos encontramos con un campo de lava producto de la erupción del volcán Achén Ñiyeu hace aproximadamente 400 años, la mas reciente muestra de actividad volcánica en la región. El lugar es conocido como "El Escorial". Aquí hay dos posibilidades. La indicada es seguir un sendero que nos demandará unos 50 minutos. La segunda es escalar, hacia el otro lado del camino, las grandes piedras de lava que dejó el volcán en lo que supo ser un río que partía del Lago Epulafquen. Son mas de 7 kilómetros de lava solidificada.
Tras gozar de milenarios paisajes durante otros 75 kilómetros, un cartel nos da la Bienvenida a Chile.
A medida que nos vamos acercando a la Cordillera de los Andes, y al Océano Pacífico se hace evidente el aumento del regimen pluvial. El verde que aqui nunca fue tímido se va multiplicando con la aparición de nuevas especies de una flora ahora exuberante.  Una vez en el lado chileno se hace evidente la presencia de la Selva Valdiviana  pues la vegetación es mucho mas tupida y abundante. Como sucede en otras regiones de la frontera entre Argentina y Chile, llueve mucho mas en el lado del país transandino.

El camino podría transitarse en un auto, pero hay una subida de 200 o 300 metros con tierra muy floja que impediría terminar con éxito el cruce al país vecino.
En el control de migraciones del lado chileno nos dieron vuelta la camioneta. Dos o tres carabineros que hablaban perfecto alemán no dejaron rincón del vehículo sin revisar. Yo había hecho un alto en el camino para tomar distancia de algunos vehículos que alcancé en el camino, y cuando llegué una hora mas tarde recién estaban por terminar los trámites de la camioneta que me predecía, o sea que a cada bólido le sucedía lo mismo. Aparentemente Carirriñe era un antiguo punto de contrabando entre ambos países.
Para festejar un nuevo ingreso a Chile, hice una pequeña bajada hasta la playa de un lago. Siempre me queda la duda cuando en el país, pues por lo general, y en base a mi experiencia, muchas veces está prohibido circular por fuera del camino.
En esta parte del recorrido hay mucho mas tráfico, ya que las tierras son privadas y hay centenares de pequeñas fincas y emprendimientos turísticos.
Allí encontré un lugar reparado del viento en donde pasar un agradable rato comiendo los berries que regalaban los árboles, que como estirándose querían alcanzar las arenas en donde me encontraba.
El resto fue pavimento. Un recorrido que hasta la ciudad de Valdivia es en gran parte una ruta escénica que pasa por media docena de lagos y de pueblos. Los campos están sembrados y los árboles nos acompañan en gran parte del camino.

¿Y en Valdivia que?
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