viernes, 31 de julio de 2015

Reducción Nuestra Señora de Loreto (Ruinas de Misiones)

La historia de la Reducción Jesuítica de Nuestra Señora de Loreto, a 50 kilómetros de Posadas, en la provincia de Misiones, Argentina, es idéntica a la de otros pueblos de origen Jesuita que prosperaron en la zona cuando la Compañía de Jesús aún gozaba de la simpatía y apoyo del Papa y de los reyes de España. Al igual que el conjunto de reducciones vecinas son Patrimonio de la Humanidad declarada por la UNESCO desde 1984, y Monumento Histórico Nacional (y provincial) desde 1969.
Loreto fue fundada en 1610, en territorio de la Guayrá, en Brasil. Al igual que tantas otras Misiones, tuvo que mudarse varias veces de lugar, hasta que finalmente se establecieron en territorio guaraní luego de bajar no sin peligros y dificultades las aguas del Río Paraná en mas de 700 balsas, confiados los indígenas al mando del Padre Antonio Ruiz de Montoya.
Aquí sobrevivieron durante dos siglos, mas o menos en paz hasta que los ataques sufridos durante las Invasiones Paraguayas destruyeron el lugar en 1817.
Hoy, encontramos que la Nuestra Señora de Loreto es la menos intervenida de las reducciones de la zona, lo que le da un encanto particular. Casi devorada por la selva, ya ni siquiera es posible acceder por su entrada original, y uno debe hacerlo por lo que antiguamente era el "Huerto de los Padres", pero el verdadero valor de este lugar reside en que fue cuna de la imprenta en Sudamérica, cuando los Padres Juan Bautista Neuman y José Serrano establecieron aquí una prensa que se exhibe hoy en el Museo del Cabildo de Buenos Aires. Con ella traducían la Biblia al guaraní e imprimían con tinta de yerba mate los primeros diccionarios, libros medicinales y religiosos conformando una gran biblioteca.
Al principio no parece interesante, pero luego uno (si ya visitó otras misiones) nota que el plano urbano de Loreto es diferente al de las reducciones vecinas de San Ignacio Miní, Santa Ana y Calendaria, y es que era una suerte de lugar de peregrinación al que llegaban desde las reducciones vecinas (tal como sigue sucediendo hoy en día) para venerar a la Virgen de Loreto una vez al año.
Contaba con una avenida de mas de 1 kilómetro que comunicaba la iglesia en donde concluían a pura música los festejos de Semana Santa con una capilla dedicada a la Virgen de Loreto y la Casa de las Viudas (o Cotiguazú) con capacidad de albergar a mas de 40 mujeres.
Por lo general las Misiones de este lado del río Paraná estaban hechas de barro o adobe, pero en la de Loreto los restos de los muros de las viviendas que circundan la plaza principal son de piedra y sorprenden por su inusual altura. Se observan en otros edificios de la Reducción, terminaciones de adobe y otras técnicas de manufactura en su construcción.
La Reducción de Nuestra Señora de Loreto subsistía principalmente con las plantaciones de yerba mate tan típicas en la economía de la provincia. Con la yerba pagaban los impuestos al Rey. También cultivaban el algodón de donde hacían lienzos para vender, y diversos cultivos como el tabaco.
La cría de ganado vacuno, al igual que hoy, era también de mucha importancia. Al momento de la expulsión de América de los Jesuitas, la Reducción de Loreto contaba con mas de 30.000 vacunos, 2.000 caballos y 1.000 burros.

Cada familia indígena recibía su propia parcela de cultivos para su propio consumo, y había un gran área común que le pertenecía a a comunidad toda (propiedad de Dios) desde donde cosechaban los productos para su posterior venta.
Algo que ya no se ve en otras reducciones son los restos de las canalizaciones de las letrinas que en antaño utilizaran solamente los curas y las visitas. Los estudios sugieren que la materia fecal era utilizada como abono para los diversos cultivos.

Aquí se han encontrado botellas y objetos de porcelana que a modo de testimonio arqueológico han permitido aprender mas sobre las costumbres de la época de estos pueblos que usaban al río Paraná como vía de transporte y comunicación con las otras Misiones Jesuíticas.
En el Centro de Interpretaciones hay una coqueta sala donde exponen, entre otras cosas, una maqueta que nos permite ver como estaba organizada la Misión de Loreto, en donde han llegado a vivir hasta 7.000 personas. Allí se observa la plaza principal y la secundaria. El colegio que recibía indígenas desde los seis años de edad. El cementerio local en donde también reposaban los restos del antiguo cementerio de los días en que la Reducción estaba en Brasil. Los templos se ven importantes y tras ellos las viviendas indígenas organizadas en hileras, las cuales estaban construidas en adobe y no han sobrevivido con éxito el paso del tiempo.
La visita a la Misión de Loreto es parte de un recorrido de dos días que puede hacerse por las distintas reducciones Jesuíticas en la provincia de Misiones. Quienes tengan interés en conocer otras cercanas, no debieran perderse la oportunidad de cruzar el río y visitar las Reducciones Jesuíticas del Paraguay.

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